Mi esposa me sorprendió con su mejor amiga
La historia que les voy a relatar sucedió hace unas semanas atrás, de solo recordar lo sucedido me pongo tan duro como aquel día.
Mi nombre es Jaime, tengo 25 años, de contextura delgada, alto y de buena apariencia, mi esposa se llama Ana y llevamos casados 5 años.
Ella también es delgada y alta, casi de mi tamaño, cerca de 1.85 cms.
Es morena, con unas piernas largas y perfectas, un culito bien paradito y duro, y unas tetas pequeñas pero bien redonditas y paraditas, a mi me encantan, tiene los pezones marroncitos y pequeños.
Su conchita la mantiene siempre rasurada, ya que sabe que me encanta de esa forma.
Yo siempre he tenido la fantasía de ver a mi esposa con otro hombre, de compartirla en un trío o con otra pareja, o de verla con otra mujer mientras yo me la estoy follando a las dos. Siempre me ha gustado ver pelas porno, leer relatos y todo ese tipo de cosas, me considero una persona súper abierta en lo que al sexo se refiere.
Mi esposa es lo contrario, súper recatada, nunca le gustaron los juegos, y cuando le mencionaba lo del intercambio me hacia todo un mundo de problemas.
Pero el año pasado fueron cambiando las cosas, empezamos a juguetear y fantasear en la cama, pero nunca con algún indicio que me hiciera pensar que mis fantasías se realizarían algún día.
La semana pasada decidimos invitar a su amiga Giovanna y su esposo a pasar el fin de semana con nosotros en nuestra casa de campo en las afueras de Lima.
Salimos el sábado muy temprano y una vez que llegamos allá, Alfonso, el esposo de Giovanna recibió una llamada de la Clínica donde trabaja y nos dijo que se tendría que ir de guardia hasta el domingo en la tarde.
Bueno nosotros empezamos a arreglar la casa mientras ellos se despedían.
Ya en la piscina, bajo Giovanna con una de las tangas que suele usar y que me ponen a mil.
Yo siempre le he tenido un hambre de sexo total, ya que esta mas buena que el pan.
Es una rubia alta, de tetas grandes y redondas, un culito buenazo, pero en ese aspecto mi esposa le gana, una cara muy bonita y coqueta como cualquiera.
Ya he llegado a verle las tetas en una ocasión que me puse a espiarla hace unos años y me quede mas duro que nunca, no llegue a ver bien pero de solo ver el contorno de aquellos mangos me puse a mil.
En la piscina empezamos a tomar cervezas sin parar, mi esposa bajo unos bocaditos y luego nos metimos a la piscina a refrescarnos.
Era un día genial y se torno mejor aun, cuando mi esposa le sugirió a Giova hacer topless, mire a mi esposa con una cara de sorprendido y ella me guiño el ojo con picardía.
Giova acepto y procedió a quitarse la telita que le tapaba esos mangos tan ricos, Ana, mi esposa hizo lo mismo y las dos quedaron con las tetas completamente al aire.
Yo me puse a mil, no lo podía creer y mi esposa lo sabia, no dejaba de mirar como mi pene adquiría un gran tamaño bajo mi ropa de baño.
Ellas siguieron de lo mas normal y me bromeaban para que les pusiera bronceador y luego se reían.
Seguimos con la tomadera de cerveza hasta que me di cuenta que no quedaban mas en la nevera.
Salí con el carro a comprar a una tienda cercana y regrese para seguir gozando de aquella vista tan hermosa.
Baje a la terraza de la piscina y encontré a las dos mujeres metidas en la piscina.
Les ofrecí una cerveza y cuando me voltee a servirla escucho a mi esposa que me dice:
«Jaime, le comente a Giova acerca de tu fantasía y esta dispuesta a hacértela realidad» yo me cague de risa por que sabia que mi esposa nunca haría algo así, y menos con su mejor amiga, pero cuando volteo a darles su cerveza me doy cuenta que las dos estaban sin nada de ropa, completamente desnudas en la piscina.
Me puse mas que a mil por hora.
Giova salió de la piscina y me pregunto » te gusta lo que tengo para ti» y yo le respondí que estaba mas buena que el pan!!! Ana también salió y dijo «Giova, por que no lo ayudas con su ropa de baño, parece que tiene un bulto ahí metido» y me dio una mirada de complicidad y picardía que nunca olvidare.
Giova me bajo la ropa de baño y me saco la verga y la tomo en sus manos, estaba al palo como nunca.
Yo estaba que ardía de solo pensar que me reventaría a la mejor amiga de Ana y enfrente a ella. «esta mas grande que la de Alfonso» dijo antes de empezar a chuparme la verga.
Que rico lo hacia, a mi me encanta que me la chupen, pero Ana no es de chuparmela muy seguido, aparte que lo hace sin mucho gusto. pero ahí estaba Giova engullendo mi palo como a mi me gusta.
Ana se había sentado a un lado y ya tenia la mano en su conchita, el verla tan excitada masturbándose por primera vez y la combinación de aquella mamada tan buena y el saber lo que vendría luego me mandaron al cielo y le avise a Giova que estaba a punto de acabar. «acábame un la boca» me dijo con una cara de perra en celo, y se volvió a enchufar mi verga hasta la garganta.
Le acabe en chorros enormes, hace tiempo no llegaba de esa forma, se chupo toda mi leche y me dejo el palo limpio y reluciente.
Se paro y se dirigió a donde estaba Ana sentada y le dio un beso en la boca pasándole lo que le quedaba de semen en la boca.
Yo no lo podía creer, mi Ana estaba besando con lengua y todo a su mejor amiga.
Me acerque, las tome del brazo a ambas y les propuse subir al cuarto principal a seguir con el show. Ana se paro como un rayo al igual que Giova.
«Vamos que ahora quiero probar esa verga dentro de mi» me dijo Giova, a lo cual subimos volando al cuarto.
Ni bien llegue y Ana ya tenia mi verga en su boca, Giova se había abierto de piernas y por fin podía ver esa conchita con la que había soñado unas cuantas veces, también estaba rasurada y súper mojada.
Hundí mi cara entre sus piernas y le arranque un gemido al primer contacto con sus labios. «chupamela, chupamela de una vez» gritaba Giova, Yo no la deje esperando y empecé a chupar aquella conchita tan sabrosa.
Ana ya me había puesto al palo nuevamente y se movió de tal manera que le puso toda su papita en la cara de Giova.
Casi reviento ahí mismo, mi papita tan rica estaba a punto de ser chupeteada por una mujer y yo lo podría ver todo en primer plano mientras le comía el coño a su mejor amiga. «metemelo, metemelo de una vez» pedia Giova.
Ana se movió, me cogió la verga y la empezó dirigirla hacia la conchita de su amiga, se detuvo en la entrada y le dio un par de lamiditas para probar por primera vez de aquel manjar.
Luego le hundí la vega a Giova hasta que la tuvo hasta los huevos. Estaba apretadita pero súper mojada.
Gritaba tan o quizá mas que cuando se lo hago a mi mujer.
Ana regreso a sentarse en la cara de Giova mientras yo estaba en un mete saca a toda maquina.
Ana y Giova gemían como perras en celo, luego de varios minutos clavandome aquella concha, les avise a las chicas que estaba por llegar. «llénala de tu leche mi amor, llena esa papita para poder probar tus jugos con los de ella» grito mi mujer.
De solo escuchar eso empecé a botar semen como un animal, Giova no dejaba de gemir de placer y Ana se había bajada de su cara y estaba con la cara en la concha de Giova chupando todo lo que chorreaba de aquella cueva.
Lamía con lujuria y me miraba con unos ojos de picardía y morbosidad. Ahí tenia a mi esposa lamiéndole toda mi leche a la conchita de su mejor amiga, no lo podía creer.
Ana se paro y empezó a besar a Giova.
Las dos empezaron a tocarse y besarse por todo el cuerpo.
Yo me dirigí a aquellas tetas que tanta excitación me causaban y me acosté a su lado chupando cada una en turno. Giova le propuso a Ana hacer un 69 a lo que mi esposa no dudo y se puso rápidamente encima de ella.
Empezaron a gemir y gritar y yo ya estaba a mil nuevamente.
Deje que mi esposa gozara de la lengua de Giova y luego me puse detrás de ella y enfile mi verga en la raja de mi mujer.
Giova me dio unas chupaditas y luego la inserto en la vagina de mi Ana. Durante 5 años había gozado de aquella conchita, pero esta tarde la sentía mas mía que nunca, cada metida me excitaba como nunca antes.
Seguí metiendo como un loco y Ana dejo de chuparsela a Giova para empezar a gritar y gemir como nunca. «lléname de tu leche, quiero que me tires como nunca antes!!!! lléname toda la raja».
Ana ya había llegado unas cuantas veces, y de pronto me propuso algo que yo habia tratado de lograr desde que eramos novios… «metemela en el culo mi amor, quiero que me desvirgines mi culito» me dijo con voz de artista porno.
Yo no dude ni un segundo. Giova me ayudo a colocar a mi esposa en cuatro sobre la cama, y empezo a chuparle la raja mientras yo me dedicaba de su ano virgen.
Le meti un dedo con cuidado y luego de varios minutos senti que estaba lista. Ana gemia con desesperacion.
Cogi mi verga en la mano y la coloque en la entrada de aquel estrecho agujero, Giova se habia movido y estaba con las piernas abiertas frente a la cara de mi esposa.
Empeze a meterla en su culo y Ana se quedo inmovil, gritaba de dolor y placer. Me pidio que parara, pero luego que la tenia toda dentro se empezo a mover poco a poco.
Luego yo empeze el mete y saca y luego de algunos minutos extabamos en un ajetreo total.
Yo metia y sacaba como un animal, sentia como mis bolas chocaban contra la raja de mi mujer.
Ana gritaba y gemia como nunca, me aviso que estaba por llegar nuevamente y yo en ese instante solte un chorro de leche dentro del culo de mi esposa.
Ella estaba convulcionando como nunca antes.
Saque la verga de aquel agujero de lujuria y Giova hundió su cara entre las piernas de Ana para devolverle el favor anterior.
Nos quedamos tirados entrelazados en la cama descansando aquella sesión de sexo a tope.
Giova se pararon y fueron a traer algo de tomar de la refri.
Cuando se alejaban no podía creer que había metido verga tan esculturales figuras.
Regresaron con una botella de vino y se pusieron a descansar luego de aquel show tan placentero.
Ana nos propuso ir a la ducha a limpiarnos un poco, para luego comer y empezar la sesión nocturna, como ellas le llamaron.
Ya en la proxima les contare lo que paso aquella noche!