Andrés: Judith mide 1,70, y tiene unas bonitas curvas de 95-60-91 (unos pechos preciosos ya que además de ser grandes están bien tersos debido a que practica natación con asiduidad). Pelo largo, liso y moreno, ojos marrones, cara más atractiva que guapa (la verdad es que siempre ha tenido mucho éxito con los chicos). Le gusta llevar tops o camisetas algo ceñidas, que insinúen el tesoro que guardan y también ropa interior bonita. Es simpática y agradable, aunque un poco tímida y le cuesta coger confianza con las personas.

Somos una pareja en la que a los dos nos encanta disfrutar con el sexo y lo practicamos sin ningún tabú, probando todo lo que se nos ocurre que puede ser excitante y morboso. Ella sabe disfrutar con el sexo y le encanta practicarlo, llegando a tener en un acto «normal» varios orgasmos. Los primeros meses de nuestra relación fueron súper intensos sexualmente hablando: hacíamos el amor cada día, y los fines de semana varias veces. Después de cinco años de relación la cosa se ha calmado bastante, como es de imaginar. Con el tiempo en mi fue naciendo la idea de comprobar cuál era su límite, hasta donde llegaba su capacidad de disfrutar con el sexo, verla disfrutar de un orgasmo tras otro hasta que no pudiera más, para lo cual necesitaba lógicamente de ayuda, ya que uno tiene sus límites. También me produce mucho morbo la idea de verla disfrutar con otro, verla siendo follada por otro mientras ella no para de gemir y pedir más, verla como se folla salvajemente a otro como lo hace conmigo (nadie me ha follado como ella).

Cuando le planteé la idea ella fue en un principio reticente, por no decir absolutamente contraria ya que temía que pudiera afectar de alguna manera a nuestra relación, que es maravillosa. Me decía que no entendía cómo podía ser que quisiera compartirla con otro. Me costó mucho tiempo hacerle cambiar de opinión: yo le explicaba que no era compartirla con otro, que era añadir un elemento más de disfrute y morbo a nuestras relaciones sexuales, pero que seguía siendo algo entre ella y yo. Le enseñé varias páginas de Internet donde había cantidad de anuncios de parejas que querían lo mismo que yo. Con el tiempo la idea fue calando en su interior. Algunas veces vemos películas porno y en algunas de ellas había escenas en que una mujer era poseída por dos o más hombres y yo notaba como ella se ponía como una moto, notaba que eso le excitaba especialmente, seguramente pensando que ella podía disfrutar de eso si quería…

Judith: Tal como dice Andrés, disfruto muchísimo practicando el sexo y no tengo demasiados prejuicios a la hora de practicarlo en todas sus formas, aunque una vez me casé con Andrés no me había planteado el poder practicarlo con otra persona que no fuera él. Cuando él me planteó la posibilidad de hacer un trío no me pareció una idea muy buena: en primer lugar me extrañó que a Andrés la apeteciera verme con otro y en segundo lugar temí que el hacer algo así pudiera afectar nuestra relación. Andrés me comentó que no era tan raro, que había muchos hombres a los que le daba morbo ver a su mujer con otro y me enseñó varias webs donde aparecían cantidad de anuncios pidiendo chico para trío. Respecto a lo de que afectara a nuestra relación, me convenció de que era una forma más de disfrutar del sexo juntos, pero añadiendo un nuevo elemento en el juego.

Por otra parte, a mí me daba un morbo tremendo la idea de ser poseída por más de un hombre, tanto por el tener cuatro manos y dos lenguas a la vez recorriendo mi cuerpo como por poder ser follada hasta la saciedad por uno y por otro (creo que a casi todas las mujeres les sucede lo mismo, aunque no lo reconozcamos por pudor). Cuando vemos alguna película porno en que una mujer era poseída por varios hombres no podía evitar imaginarme en esa situación y me ponía a cien, imaginándome a dos hombres a la vez chupándome, tocándome y follándome, aunque me daba un poco de corte decirle a Andrés que me apetecía realizar su idea de hacer un trío. Durante un tiempo estuve dándole vueltas al tema sin atreverme a decírselo, incluso teniendo algún sueño erótico de ese tipo, hasta que al final un día estando muy caliente él me lo volvió a preguntar y le dije que estaba dispuesta a probarlo. Supongo que el darle el consentimiento para ser follada por otro (lo cual quería decir que a mí me apetecía) le puso a mil y me folló como hacía tiempo que no me follaba.

Andrés: Desde entonces fantaseamos con la idea, haciendo el amor con ella atada y con los ojos tapados, imaginándose que es otro el que la posee y llamándome por otro nombre, normalmente de algún conocido que ella pudiera encontrar atractivo, para darle más morbo al asunto. Finalmente me decidí a poner un anuncio en internet y en pocos días recibí más de 100 contestaciones. Fue muy difícil el realizar una selección entre tanta gente, pero al final seleccioné a 10 para que Judith eligiera el que más le gustara. Me daba mucho morbo el verla elegir al chico con quien iba a follar. Ella también tuvo dudas, pues la selección era bastante buena, chicos con buen tipo, educados y bien dotados (ya que podía escoger…). Al final eligió a un chico bastante normalito, guapo de cara aunque un poco delgado y muy joven (sólo tenía veinte años). Nosotros también le enviamos una foto de Judith y nos respondió que estaba encantado…

Judith: Estuve dudando mucho a quien elegir, pero al final me decidí por este chico por su juventud: pensé que se entregaría con más ganas y pasión que una más mayor y con mucha experiencia. Además me parecía atractivo y por lo que se leía en el mail muy educado y respetuoso. Para confirmar esto, Andrés le llamó un día y estuvo hablando con él, mientras yo escuchaba por otro teléfono. La conversación fue muy bien y fijamos un día para vernos. Además él disponía de un apartamento de sus padres donde poder ir.

Andrés: Quedamos en un pub con Sergio (así se llamaba él) para tomar algo y conocernos un poco más. Judith se vistió con una blusa un poco escotada y cortita (dejaba ver su morena y plana barriguita) y una falda plisada también corta, con unas botas altas negras. Al llegar nos presentamos y hubo unos momentos de tensión en que nadie sabía que decir, aunque rápidamente Sergio, que era muy extrovertido, empezó a sacar temas de conversación y el ambiente se fue distendiendo, aunque era difícil olvidar para lo que habíamos quedado. Sergio lanzaba miradas de vez en cuando a Judith, devorándola con la mirada.

Judith: En efecto, el primer momento fue muy cortante, pero poco a poco fuimos cogiendo confianza (supongo que las dos copas que nos tomamos ayudaron), aunque notaba como Sergio me lanzaba miradas llenas de deseo de vez en cuando, que hacían que el ritmo de mi respiración aumentara. Él todavía estaba mejor al natural que en la foto: era muy atractivo y tenía muy buen planta. Además era muy agradable y simpático. Al cabo de un rato y como ponían buena música fuimos a la pista que estaba bastante llena y estuvimos bailando un rato, yo un poco provocativa pero sin pasarme. Me estaba empezando a calentar de pensar lo que me esperaba y me iba desinhibiendo poco a poco, pero no me atrevía a dar ningún paso. Al cabo de un rato Andrés propuso ir al apartamento de Sergio y a todos nos pareció bien…

Andrés: Llegamos al apartamento que tenían los padres de Sergio en un pueblo costero cerca de nuestra ciudad. Sergio nos ofreció unas copas y nos sentamos los tres en el sofá (Judith entre los dos). Sergio propuso poner una película porno y nos apeteció la idea (sin duda facilitaría las cosas). En la película (supongo que escogida con intención por Sergio) empezó a salir un trío de dos hombres y una mujer. La temperatura de todos empezó a subir por momentos. Noté como se aceleraba la respiración de Judith…

Judith: Yo ya empezaba a estar muy caliente, deseando que se desataran las fuerzas que todavía estaban contenidas, aunque yo seguía sin atreverme a tomar la iniciativa…

Andrés: Noté que Judith ya estaba «a punto»… le puse la mano en la pierna y empecé a acariciársela, subiendo poco a poco. Sergio de momento se limitaba a mirar, aunque se notaba que estaba impaciente por unirse a nosotros. Con la mirada le indiqué a Sergio que podía participar, y él también puso una mano sobre la otra pierna y empezó a acariciarla, subiendo lentamente por el interior de sus muslos. La respiración de Judith se aceleraba. Empecé a besar con delicadeza el cuello de Judith, desabrochándole poco a poco la blusa y descendiendo lentamente hasta llegar a sus pechos. Sergio también se unió, acariciándole los pechos por encima de los sujetadores.

Judith: Qué caliente me estaban poniendo entre los dos…Sergio me besaba y acariciaba con mucha delicadeza; yo notaba como me deseaba, como disfrutaba cada centímetro de mi piel que iba descubriendo y Andrés estaba delante, viéndolo todo y proporcionándome también placer con sus caricias.

Andrés: Para darle más morbo a la situación propuse taparle los ojos a Judith y les pareció bien. Sergio se desinhibió un poco más. Se retiró un poco para mirar a Judith con más detenimiento. Se detuvo un instante para comprobar la belleza de lo que iba a disfrutar, me miró como pidiéndome permiso, a lo que yo asentí con la mirada: retiró con habilidad el sujetador y se lanzó ávidamente sobre los pechos de Judith, acariciándolos, besándolos y lamiéndolos con auténtico desenfreno. Judith, que también se había desinhibido más al tener los ojos tapados (no sabía quién le estaba tocando) le cogía la cabeza y se la apretaba contra sus pechos mientras su respiración se agitaba cada vez más y empezaban a surgir hondos gemidos de su interior. Yo estaba disfrutando enormemente con la escena…

Judith: Yo no sabía realmente quien me estaba proporcionando tanto placer en mis pechos, aunque sospechaba que era Sergio el que los devoraba tan intensamente y esto me producía un morbo y un placer sin límites, pensando que Andrés estaba delante viendo como otro hombre disfrutaba de mí y me hacía disfrutar. La venda en los ojos hacía que cualquier posible inhibición por estar Andrés delante se esfumara y me permitía disfrutar sin reparos…

Andrés: Yo ya no pude más y me lancé también sobre los pechos de Judith. Sergio seguía lamiéndole el otro pecho mientras su mano seguía deslizándose por debajo de la falda de una Judith jadeante…los movimientos de la mano de Sergio y los de las caderas de Judith siguiendo los de su mano me indicaban que Sergio había llegado al húmedo objetivo…

Judith: El sentir dos bocas, dos lenguas, dos manos sobre mi cuerpo me producía una excitación como nunca había sentido. Mientras dos lenguas recorrían mis pechos, se detenían en mis pezones, proporcionándome un placer indescriptible, una mano avanzaba hacía mi húmedo sexo, que la esperaba ansioso… Las suaves caricias sobre él no hicieron sino aumentar la excitación que sentía. La intensidad de las caricias aumentaba y con ello mi excitación. Un deseo irrefrenable de ser follada se apoderaba de mí, perdiendo totalmente el control…

Andrés: Sergio empezó a besarla en la boca y volvió a acariciarle los pechos, mientras yo deslizaba mi lengua por su cuerpo, acercándome a su ardiente sexo. Mientras, Sergio se bajaba los pantalones y se colocaba delante de Judith, con su polla delante de su boca. Parecía un poco más larga que la mía, aunque también más delgada. Cuando Judith notó entre sus labios la polla de Sergio no dudó un instante en abrirla y abrazarla con sus carnosos labios, lamiéndola de arriba abajo…

Judith: Noté una polla delante de mi boca y sin pensármelo dos veces me la empecé a comer, sin importarme si era de Andrés o de Sergio. Estaba dura como una roca…y noté que no era la de Andrés, que tan bien conocía… Mientras noté como una cabeza se acercaba a mi sexo y empezaba a lamerlo con dedicación.

Andrés: Judith tenía cogida la polla de Sergio con una mano, haciéndole una mamada con toda su alma. Mientras, con la otra mano, apretaba mi cabeza contra su sexo. Sus gemidos quedaban ahogados en su boca, ocupada por la polla de Sergio. Al cabo de un rato decidimos intercambiar de posición., mientras Judith suplicaba que la folláramos. Mientras yo me colocaba delante de ella y empezaba a comerme la polla, Sergio se colocó de rodillas, le abrió las piernas acercándosela a él pero lo que él se disponía a hacer era follársela,…aunque una vez más pidió mi consentimiento, cosa que por supuesto obtuvo…y sin pensárselo dos veces empezó a hacerlo… pero lo hizo poco a poco, haciéndola sufrir y disfrutar a la vez, acariciando con su enorme polla su húmedo sexo, metiéndole sólo la punta y haciendo movimientos sinuosos…Judith ya no podía más y gritaba pidiendo que se la follara. Finalmente Sergio accedió a sus peticiones y se la clavó hasta el fondo, dando Judith un grito de placer enorme.

Judith: Yo en esos momentos era una hembra en celo, que sólo deseaba ser follada hasta no poder más, hasta que se calmara mi enorme excitación, que cada vez era mayor. La situación, el estar siendo follada por otro hombre delante de mi marido me daba un morbo increíble, y el recibir placer por todas las partes de mi cuerpo hacía que me sintiera en la gloria… Cuando Sergio por fin empezó a follarme y sentí su polla dentro de mí sentí una explosión de placer enorme. Su polla daba un enorme placer; sentí que se rompían muchos tabúes…

Andrés: Había imaginado tantas veces esta situación que no me podía creer que estuviera ocurriendo de verdad: Judith gozando de esa manera con otro hombre delante de mí, entregada por completo al placer que Sergio le proporcionaba, sin importarle nada ni nadie, sólo disfrutar follando… Veía su cara de placer, oía sus gemidos a cada embestida de la polla de Sergio y sabía lo que estaba disfrutando. Sabía que una vez empezara no habría quien la parara, y le íbamos a dar todo el sexo que quisiera…

Judith: Las embestidas de Sergio me estaban dando un placer enorme y no tardé nada en tener un maravilloso orgasmo, que me hizo ver las estrellas…

Andrés: Por los gritos y gemidos de Judith me di cuenta de que estaba teniendo un orgasmo bestial. Sergio también se dio cuenta y aceleró el ritmo de sus embestidas. Judith le agarraba por las caderas empujándolo con fuerza hacia ella, gimiendo y gritando de placer…en ese momento le quité la venda a Judith, para que viera quien se la estaba follando…ella siguió como si nada, extasiada de placer y pidiendo más…agarró la cara de Sergio y la trajo hacia la suya, dándole un largo y profundo beso…

Judith: No puedo explicar con palabras el placer que sentía en esos momentos, siendo follada con tanta intensidad por Sergio, mientras cuatro manos y dos lenguas seguían recorriendo mi cuerpo, dándome placer por todas partes y con Andrés delante, disfrutando de verme follada por otro. Aparte, la verdad es que Sergio me estaba follando muy bien, con la intensidad y pasión que yo imaginaba cuando lo elegí y se veía que él también estaba disfrutando de lo lindo poseyéndome de esa manera. No pude evitar el darle un húmedo beso de agradecimiento por el placer que me estaba proporcionando, lo que hizo la follada todavía más intensa…Tuve varios orgasmos seguidos mientras Sergio aceleraba el ritmo al follarme…

Andrés: Mientras Judith tenía varios orgasmos Sergio hacía el sprint final, follándosela todavía con más intensidad si cabe, gimiendo de placer hasta llegar a correrse dentro de Judith. Yo tenía unas ganas locas de follarme a Judith y enseguida substituí a Sergio, poniendo a Judith a cuatro patas y me la empecé a follar por detrás mientras Sergio se ponía delante para que Judith le comiera la polla… Así estuvimos varias horas, alternándonos dándole placer a Judith (creo que nos la follamos tres veces cada uno), hasta que acabamos exhaustos y Sergio se marchó.

Judith: Fue una noche dedicada al placer y sólo al placer que te puede ofrecer el sexo. No hay ningún otro placer igualable al que te proporciona el sexo, y esa noche yo lo disfrute al máximo, gracias a Andrés…y a Sergio.