Capítulo 2

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El marido entrega a su mujer II

Entonces, el sonido metálico de una llave girando en la cerradura rompió la quietud. La puerta se abrió lentamente, y allí estaba Alcides. Su rostro mostraba una calma extraña, observa desde la puerta a Rosa y a mi que estábamos tomando mate.

Ha dado su consentimiento, como les fue se sacaran la leche la pasaron bien , los dos al unísono dijimos muy bien, ah que bueno sigan tomando mate no más ahora regreso y salió Alcides y volvió a cerrar la puerta con llave, yo estaba , confundido y algo nervioso, se gira Rosa hacia mi. “¿Por qué hizo eso?”.

Tal vez… esto es lo que quería ver si era real. Yo no lo juzgo ,hago lo que el me dice y quería que me acostara con vos no lo hago porque me guste solo porque el me lo pide y si no lo hago se pone de mal humor y después anda con cara de culo entonces accedo a lo que él me pide tampoco te voy a decir que no me gusta pasar un momento lindo y que me saquen la leche con una buena verga, esta bien le dije pero por que el no te coje debe ser por que esta grande ya y le cuesta mucho que se le pare se la chupo no más tanto que me acaba en la boca y yo quedo muy caliente y tengo que pajearme para sacarme la calentura, se ve que el se da cuenta de la necesidad que tengo de que me cojan y como dice el sacarme la leche debe ser por eso que trae a alguien para que me haga el favor y me coja bien.

Entonces porque no dejamos el mate y nos ponemos a coger no te creas que vos sola tenes necesidad de sexo yo también como le dije a Alcides yo hacía nose cuando que no estaba con una mujer y me pregunta y cómo te arreglabas y me hacía la paja no me quedaba otro que hacer eso así me parece que somos almas gemelas y nos reímos los 2 a carcajadas .

Ya habíamos entrado en confianza sentados en unos sofás individuales en el Medió la mesa ratona ahí está el mate y le digo no queras tomar un mate con bombilla de cuero me mira si yo estoy cebando me dice y yo me río no había entendido la onda que le tiro tardó en unos segundo en entender la onda que le tire y empezó a reírse que malo que sos, bueno voy aprobar uno aunque sea, entonces se levanta del sillón y se aproxima a mi tira un cojín en el piso y se arrodilla ante mi y empieza a chupar mi verga que nunca había perdido su dureza que rico el rozar de los labios su lengua que recorría hasta el tronco de mi verga me besaba las bolas y le dije no aguanto más voy a acabar me hace una seña con el dedo de que estaba bien se ve que no quería perder un instante en contestarme o sacar mi verga de la boca y llegó el momento y vacié en su boca empezó a ahogarse con la leche que le largué y cuando se recupera no me habías dicho que era mate de leche y nos empezamos a reír y ella empieza a limpiar mi verga saboreando el resto de leche que había quedado , entonces me dije vamos al cuarto quiero que me cojas quiero sentir esa hermosa verga dentro mío yo no me resistí si con apenas 18 años vivía alzado y mi verga seguía parada entonces nos incorporamos y ella me agarra la verga fuerte y me dice vamos y llegamos al cuarto y nunca dejo de agarrar mi verga .

Ahí le dije ahora me toca a mi que cosa me dice chuparte la concha le dije ah bueno Alcides lo hace pero no es bueno en eso solo un ratito lo hace y no le gusta mucho y siempre quedo caliente.

Rosa y yo apenas nos separábamos. El primer beso había abierto un caudal que ya no podía contenerse. En el cuarto envueltos por el calor del fuego, sus cuerpos hablaban lo que las palabras ya no podían expresar.

Yo la sostuvo por la cintura con firmeza y cuidado, y ella se aferró a su nuca como si hubiera estado esperando ese momento desde siempre.

Entonces la hago que se acueste boca arriba al borde la cama, siguiendo besándonos como con desesperación y en un momento me dice sabes que Oscar, Alcides nunca me besa solo un picó pero vos me besas tan apasionadamente y me encanta me haces sentir cosas que nunca había experimentado es una sensación nueva en mi cuerpo, entonces empiezo a besar su cuello los pechos esos pezones que estaban duros como una roca se los tiro y hasta unos peños mordiscos le di y ella se estaba gozando como nunca todo su cuerpo se estremecía, continua bajando hasta llegar hasta sus entre piernas se sentía un hermoso olor a sexo ella totalmente depilada abro los labios de su concha y empiezo a pasar mi lengua por su clítoris empezando a ponerse duro parecía un botón de duro y ella gemía y gemía y toma de mi cabeza empujándolo y acompañe el ritmo que ella había puesto parecía que quería enterrar mi cabeza en su concha , y en momento dado se siente la puerta era Alcides que nos mira desde la puerta.

Rosa sintió un escalofrío recorrerle la espalda. La forma en que Alcides los miraba no era de odio… era algo más complejo, más retorcido. Había celos, sí, pero también una chispa oscura, una excitación contenida ,no se muevan —ordenó Alcides, dejando caer el cinturón sobre la silla. Se sentó frente a la cama, como si se preparara para una función privada.

Óscar, todavía desnudo, mantuvo la mirada baja, pero no intentó cubrirse. El silencio de Alcides lo inquietaba más que cualquier grito. Así que esto es lo que quieres, Rosa? —preguntó Alcides, con voz grave— ¿A otro hombre entre tus piernas.

Ella no supo qué responder. Su cuerpo aún ardía por lo que acababa de vivir con Óscar, pero la presencia dominante de su marido la perturbaba… y la excitaba de un modo inesperado. Entonces Rosa le dice Quieres ver, Alcides Ver cómo me toma… otra vez dijo Rosa de pronto, desafiante, mirándolo directo a los ojos.

Óscar la miró con asombro, pero no dijo nada. Alcides tampoco respondió, solo asintió lentamente, como dándole permiso.

Entonces Rosa se giró hacia Óscar y lo besó con fuerza, con rabia. Esta vez no había culpa. Lo montó sin mirar atrás introduciendo toda la verga de un solo empujón empezando a cabalgar como si estuviera sobre un corcel , gimiendo abiertamente, consciente de que su esposo observaba cada movimiento, cada jadeo, cada espasmo de placer. Óscar la sujetó de la cintura con fuerza, entrando en ella con urgencia, mientras Alcides se removía en su asiento, el pantalón visiblemente abultado.

Entonces óscar le dice vení sácate la ropa que la cogemos entre los dos que decís Alcides sin mover los labios se levantó y se sacó la ropa hasta el calzoncillo, tenía su verga a medio parar eso era que me había dicho rosa, entonces se sube a la cama y le dice gorda vení y chupa ella lo miró y salió de arriba mío y se acomoda la empezar a chupársela y yo quedé impávido pero no tardé en meterme entre sus piernas derechito a su concha que estaba toda encharcado de los orgasmo que había tenido, empezó a moverse como loca son dejar de chuparla a Alcides él hasta ese momento no dijo más palabras, yo continúe hasta que sentí que rosa se estaba viniendo nuevamente entonces me incorporo y la ensartar de una sintiendo su leche correr por mi verga y ese momento Alcides empezó a moverse y era que estaba acabando yo continúe con el pone y saca ella se retorcía como anguila fuera del agua el se incorporo agarro su ropa y se fue nosotros continuamos pero rosa me dice me pongo en cuatro quiero sentirme más adentro se acomodo y la embisto de una hasta los huevos y empiezo con pone y saca desenfrenado y al minuto ella empieza a gritar gozando del polvoso que se estaba echando y yo más me calenté hasta que por fin pude acabar ,y en ese momento entra Alcides en pelotas y me dice que no se limpie para que sacó una foto le sacó varias fotos ensartar y después que salgo dentro de ella el le sigue sacando fotos de la salida de los jugos diseminadas en su concha terminó y salió del cuarto.

Quedamos los dos tirados en la cama yo la acariciaba los pechos y la besaba en la boca entrelazando nuestras lengua excitadas por el fuego del deseo, ella me dice voy al baño a ducharme estábamos todos transpirados al rato aparece con una bata y me dice anda ahora te toca a vos una vez duchado salgo en bolas nomás y ella seguía en el cuarto me dice vamos y fuimos al living y ahí está Alcides en bola sentado en un sillón suelta al aire diciendo las pasamos lindo si súper le digo tenemos que repetir y yo contesto diciendo si rosa quiere salto ella obvio que quiero me encanto que me cojan.

Continuará.