Deseaba que fuera una puta pero tuve que empujarla y engañarla para que lo hiciera

Si, es una autentica pena, me gustaría que mi novia fuera una puta.

No me refiero a una profesional del sexo, no, me refiero a un autentico putón verbenero, una zorra viciosa, una chica de esas que no puede vivir ni cinco minutos sin una experiencia extrema del sexo mas depravado.

Y sin embargo…nada de nada.

No es que me queje de mi chica…no, ni mucho menos.

Es un autentico bombón.

Morena con el pelo largo, 100 de pecho erguido y un culo que es una delicia. Y en sexo no se puede decir que sea una aburrida.

Lo hemos hecho casi todo, menos sado, maso y otras filias….

Pero lo de putear, nada de nada.

Ni intercambios, ni tríos… La verdad, que cada vez que me ponía a pensar en el tema me daba un bajón de no te menees.

Finalmente y como era una cosa que me comía por dentro, se lo comenté a un compañero de trabajo….Bueno mas que compañero, amigo.

Y se lo comenté a él por la sencilla razón de que es gay.

Entendedme, parece que con él tenía más confianza en hablar de estos temas que con otra persona y siempre que le comentaba algo me daba buenos consejos y, sobre todo, buenas ideas y soluciones.

Le conté de que iba el problemita y que la verdad me estaba dando muy mal rollo.

La verdad, es que, los heteros sois rarísimos. Si os ponen los cuernos, montáis la del 2 de Mayo pero si lo pedís vosotros…

Joder, tío….No pido un juicio moral, pido que me ayudes.

Cuéntame tu sueño detalladamente.

Y se lo conté…le conté como me gustaría que fuera follada por mas de un tío y que no me importaría ni verlo….Con saber que estaba haciendo lo que estaba haciendo….

Mi amigo se quedó pensativo y me pidió que le dejara el fin de semana para pensarlo ya que era un marrón de considerables dimensiones, teniendo en cuenta lo que le pedía y que además, María, mi novia, era también amiga suya.

Pasó el fin de semana y llegué al trabajo con una ansiedad desmedida. Fui a hablar con mi amigo y él, con una sonrisa me pidió tranquilidad y que esperara a la comida.

«Por lo menos- le dije- dime si tienes algo». Sonrió y cerro la puerta de su despacho. Le oí decir por detrás de la puerta que quedábamos para comer y que invitaba yo.

Por fin llegó la hora de la comida. Comimos y hasta los postres y después de que vertiera tres veces mi copa, no me contó nada. Mientras saboreaba una tarta de queso a la hierbabuena. Me contó.

Tu caso era muy complicado, teniendo en cuenta que quiero mucho a María y lo que planeara no me gustaría que la hiciera daño. Pienso que ya que la metemos en esto que por lo menos disfrute de la experiencia..¿No?.

Claro, claro…

Además, quiero la promesa de que una vez hecho esto no la vas a dar la plasta con el tema en la vida.

¿Si o no?

De acuerdo, prometido.

Y reza por que te salga como quieres y no se te vaya de las manos, golfo.

Cuéntame ya que me va a dar un infarto.

Escúchame atentamente. Solo había que pensar una situación en la que ella se viera forzada a comportarse así. Pienso que lo haría si se tratara que tu estas en peligro.

¿Qué?

Es un autentico putadon pero a fin de cuenta tu vas a decidir…

Imagínate que has pedido un préstamo para el piso…por ejemplo y se lo has pedido a un prestamista. Imagina también que ese prestamista te ha pedido la devolución inmediata del préstamo.

E imagina que ese prestamista manda a cuatro maromos a hacer efectivo el pago y estos tíos se contentan con pasar un rato divertido con…

…sigue…

Bien, tu tendrías que decirla lo que te pasa… que peligra tu integridad física y tus pelotas sin no accede ella a los deseos de los maromos.

¿ Pero donde encuentro yo a esos tíos?… Supongo que no se anuncian en las paginas amarillas.

Calla, pesado…lo tengo todo atado. Hace unos años salí con un tío cuyo hermano se dedicaba a trabajar en un boys.

Me contaba que aparte del boys hacia otro tipo de trabajitos para maduritas con otros tres colegas… Si quieres, me puedo poner en contacto con ellos y ver que dicen…¿Te lo quieres pensar?.

Ni me lo pensé.

Allí mismo le dije que se pusiera en contacto con ellos y quedáramos para hablar.

Era lunes y quedo con ellos para comer el Viernes.

Pase una semana de infarto. Lo bueno era que estaba salidísimo y le daba una caña increíble a María (Que es como se llama mi chica).

Por fin llegó el Viernes. En la mesa del restaurante estaba mi amigo con otros tres tíos. Un rubio y tres morenos.

Los cuatro de traje pero unos cuerpos de bomberos auténticos.

De su brazo salían casi mis dos muslos.

Me los presentó. El rubio, Manuel.

Los otros tres, Enrique, Ole y Guillermo.

Pensareis que por ser musculitos, de cerebro poco….¡Je!… Manuel, estudiaba 4º de aeronáuticos, Enrique y Ole, filología inglesa y Guillermo era bombero.

No iba a elegir cualquier cosa para mi «niña» (Mi amigo llamaba siempre a María «su niña»).

Los cuatro chicos escucharon la propuesta de mis labios ya que mi amigo les había informado del tema. Ole, que parecía la voz cantante, me puso al corriente de todo.

Mira. Un amigo mío es el Gerente del restaurante xxxxxxx que hay en el complejo de cines xxxxxxx. Vamos a hacer una cosa.

Dentro de dos fines de semana vas al cine con tu chica. Después de la sesión la invitas a cenar al restaurante. Nosotros estaremos cerca de vosotros. Cuando tu chica vaya al servicio, nosotros iremos tras ella y nos meteremos en el servicio.

¿Comooo?…

Tranquilo. Mi amigo el gerente me habrá dejado una llave y un cartelito. «Cerrado por avería». Todo lo demás corre de nuestra cuenta.

Buff…no se, no se.

Entonces mi amigo fue el que habló.

No te iras a rajar ahora…mira, escucha a Ole…

Tu no te preocupes por ella.

Dada la farsa, pareceremos unos matones vulgares pero ella no sufrirá ningún daño. Si ella no quiere nada…nada. No somos violadores.

Y si ella entra en el juego…

Estaba nerviosisimo pero al final…. Todo quedó planeado para dentro de dos fines de semana. Solo quedaba que mi chica entrara en la farsa….

La verdad es que no se como se lo llego a creer…Estaba nerviosisimo.

Le conté que había pedido dinero a un tío que conocía, que lo había metido en una cooperativa. Y que la cooperativa había volado y con ella el dinero.

Y que unos matones habían aparecido pidiéndome el dinero y que como no lo tenia….

¿Qué? – me preguntó ella casi al borde de las lagrimas.

Me sentía como un cabrón, usando sus sentimientos de esa manera, pero me podía más las ganas de verla convertida en una puta.

Me habían dicho que podían llegar a un acuerdo.

Que sabían que tenia una novia cañón y que si les permitía pasar un rato de puta madre con ella… Ella me miro con la boca y los ojos muy abiertos. No se lo podía creer- me dijo-.

Quieres que me tire a unos tíos….por dinero….

No, mi vida por dinero no…por mi.

Se lo pensaría, dijo.

En tres horas, me abrazó, me dijo que me quería y que haría lo que fuera. La verdad, que mas arrastrado no podía estar pero pensar….

Le conté que me habían dicho que en unos días se pondrían en contacto con ella para cobrarse la deuda.

Y por fin llegó el día.

Quedamos para ir al cine y al verla se me quitó el aliento…Llevaba una camisa de color rosa, debajo de la cual se veía una camiseta blanca de licra, una falda larga de color escarlata y botas negras.

No las podía ver pero el conjunto se complementaba con unas medias de color carne brillantes y un tanga blanco.

Estaba que quitaba el hipo. Fuimos a ver una película (Ni me acuerdo cual era). (Estaba empalmadísimo y nervioso) y por fin acabó. Llegaba el momento.

Fuimos al restaurante y sorprendentemente conseguimos mesa en un santiamén…

Bueno, no tan sorprendentemente… un par de mesas mas delante estaban los cuatro chicos. Me dolía la tripa increíblemente y creía que iba a reventar. Todo parecía que se desarrollaba muy, muy, muy lentamente. Pedimos la bebida y por fin escuche la frase que llevaba esperando oír toda la noche.

Cariño, voy un momento al lavabo.

La conteste indiferentemente mientras consultaba la carta. Se levanto y se alejó en dirección a los servicios.

La vi como se dirigía hacia el cuarto de baño. Su adorable culo se movía con una perfección total. Los globos de sus nalgas se movían en direcciones opuestas. Era la locura…

Antes de torcer la esquina y entrar, me miró y me lanzó una sonrisa. Por fin desapareció de mi vista.

No me di cuenta pero en ese momento, los cuatro se levantaron y se dirigieron al mismo sitio.

Ole era el último y antes de entrar, me guiñó un ojo. Me quede allí. Extrañamente, ahora me encontraba más tranquilo. Me pedí una cerveza y me dispuse a esperar, ya que no sabia cuanto tiempo tardaría.

Al pasar una hora, mi tercera cerveza y ver que nadie había vuelto, me decidí a ir al cuarto de baño a descargar un poco.

Al llegar, vi que en la puerta del cuarto de chicas, que estaba cerrada a cal y canto, colgaba un cartel: «CERRADO POR AVERIA. DISCULPEN LAS MOLESTIAS».

Aproximé la oreja para ver si oía algo. Nada. Ya me retiraba cuando de repente oí un gritito, un gemido prolongado, un jadeo y de nuevo parecía silencio aunque de vez en cuando me parecía oír un respiración.

Pase al servicio y volví a mi mesa. Tuve que esperar otra hora. Por fin, de repente, aparecieron los chicos y salieron por la puerta del restaurante, no sin antes Manu, mirar en mi dirección y levantar el pulgar hacia arriba. Mi empalmamiento era casi doloroso. Al rato apareció mi chica.

Algo despeinada pero parecía la misma. Cuando le pregunte por la extrema tardanza me contó que los lavabos estaban estropeados y que tuvo que salir. De todas maneras, pensé para mi, eso no explica dos horas de tardanza. Me dijo que se le había quitado el hambre y si la podía llevar a casa.

Por fin en el coche, me contó que los matones se habían cobrado su deuda y que ya no tenia nada que temer.

En ese momento me eche a llorar. Por un lado, malestar por mi bajeza en lo forma de actuar y alegría porque por fin se había comportado como una zorrita. Ella lo interpretó de otra manera, me abrazó y me dijo que no debía preocuparme. Que lo había hecho por mi y porque me quería y que no me volverían a pedir el dinero. La besé y la deje en su casa ya que quería lavarse y descansar.

Bueno, pensareis que os dejo con la miel en los labios, ¿No?…Pues no….Al dia siguiente quedé en casa de Ole y me contaron todo con pelos y señales. Os lo voy a contar como si yo hubiera estado presente allí.

Ellos entraron en el cuarto de baño cuando María estaba en una de las cabinas.

Cuidadosamente, colgaron el consabido cartel en la puerta y cerraron con la llave que les había proporcionado el gerente amigo de Ole. Cuando María salió, metió un respingo al ver cuatro tíos como cuatro camiones en el lavabo de chicas.

Me parece que os habéis confundido de lavabo.

No, María, no nos hemos confundido…¿Verdad chicos?

Tres de ellos la miraban socarronamente mientras otro de ellos caminaba a su alrededor..

¿Cómo….como sabéis mi nombre?

La verdad que esta bien buena la zorrita….¿Eh, tíos?

Tiene un buen culo – dijo Guillermo, que era el que la rodeaba.

Mi novia debía empezar a comprender, aunque todavía no las tenia todas consigo.

¿Qué…queréis de mi?

Uno de ellos le acarició suavemente el culo. Ella se giró con rapidez.

No tan rápida, preciosa. Creo que tu novio te ha contado que tiene una deuda…¿Verdad?… Pues nosotros hemos venido a cobrárnosla.

Entonces, suavemente la cogió por el cuello y la beso en los labios. Ella se retiró pero uno de ellos dijo:

Más te vale que seas amable, guarrita… más te vale.

Enrique volvió a besarla, muy lentamente, hundiendo la lengua en la boca de mi chica.

Mientras, Guille y Ole comenzaban a desnudarse y Manuel la empezó a bajar la cremallera de su falda. Enrique al tiempo que la besaba comenzó a tocar las tetas de mi novia. De repente, dejó de besarla y sin soltar su pecho, comentó alegremente a los demás:

¡Chicos!…¡ No lleva sujetador!.

Entonces Guille y Ole continuaron la labor desnudatoria de mi novia mientras los otros dos se desnudaban también.

En un santiamén, la falda de mi novia cayó a sus pies, camino que siguió la camisa y el ligero tanga de licra. Mi chica estaba como en estado de estupor. Se apoyó en el lavamanos con la mirada perdida.

Solo le había quedado la camiseta, la medias y las botas. Los pezones se marcaban enormemente en su camiseta. Los chicos la admiraban ya que era un bombonazo; Unas curvas de escándalo, un pubis delicadamente depilado con un poco de pelito.

Ole continuó el turno de la besada, metiéndole una mano por debajo de la camiseta. Mi chica se resistía, tímidamente pero se resistía algo.

Parece ser que esa ligera resistencia desapareció en cuanto Guille comenzó a trabajar.

Se arrodilló y separando los cachetes del culo de María, comenzó a trabajar, alternativamente, tanto su almeja como su ano.

En el momento en que su lengua trabajó sobre esas zonas, María dejó de intentar separarse de los brazos de Ole. Durante unos minutos solo se oía el chapotear de la lengua en la boca de mi novia. Una de las veces, Guille detuvo su exploración lingual:

¡¡Tíos…!!…¡¡Esta piba se esta mojando!!

Y para demostrar sus palabras hundió su dedo corazón en la vagina. A María se le escapo un gemido. Guille sacó el dedo completamente brillante de flujo.

Aproximadamente, durante 15 minutos trabajaron a mi novia de esa manera: Uno la besaba y otro la trabajaba los bajos. Cuando consideraron que ya estaba bien calentita, pasaron a otra fase.

Manu abrió la cabina y agarrando a María la sentó encima de la tapa de la taza.

Ahora vas a cenar, bonita… y cuidado con morder nada, putilla.

Cogió su pene y se lo puso en los labios, pero María hizo ademan de rechazarlo, a lo que Enrique le hizo un gesto cortante con la mano, como recordándola que no tenia opciones de elegir.

Así que, tímidamente comenzó a acariciar con los labios el glande que se le ofrecía. Poco a poco comenzó a coger confianza y inició, por lo visto una mamada antológica…

Sin duda ese cambio de la apatía al entusiasmo estaba motivado por las acaricias que le estaba haciendo en el clítoris Ole.

Por fin, Manu comenzó a correrse. Ella se sacó la polla y los chorros le dieron el la mejilla y los labios, perdiéndose parte de la leche entre sus pechos y descendiendo hasta el pubis.

Oye, cacho puta, si sabes lo que te conviene más te vale que no dejes escapar ni una molécula de lefa…¿Entendido?…

María sintió. Jamas había tragado semen. Eso se lo había comentado a ellos y les había hecho hincapié en ese tema. Ole sustituyó a Manu y viceversa. Verdaderamente, María había comenzado a calentarse mucho.

Había levantado, involuntariamente, uno de sus muslos para facilitar el acceso de los dedos de Manu a su palpitante almeja. Mientras, Guille y Enrique se la pelaban mientras observaban el espectáculo.

Por fin se corrió. Y en honor de ella he de decir que no soltó ni una gota todo terminó en su boca ( o en su estomago), aunque tuvo que reprimir una arcada cuando tragó el yogur de Ole.

Enrique y Guille sustituyeron a sus compañeros, repitiendo las escenas. En la ultima corrida, María no pudo contener la abundante, amarillenta y grumosa corrida de Enrique, con lo cual parte de ella fue a unirse con la de Manu en su tetas, ombligo, pubis y medias.

A estas alturas, la mirada de estupor había desaparecido de María dando paso a un brillo diferente y extraño… Ellos se dieron cuenta y continuaron con la caña.

Manu levanto a María de la taza y echándola a un lado, se sentó el con erecto y grueso miembro apuntado al techo. María le observaba respirando rápidamente por su boca entreabierta.

Te gusta lo que ves…¿Eh, puta?….Por que eres una puta…¿ Verdad que si, puta?…

María se quedó quieta pero ante la insistente mirada de Manu, asintió con la cabeza.

Ya me lo imaginaba…Tienes carita de ángel pero nada más verte supe que eras una zorra barata…¿Quieres polla, zorra?

María volvió a asentir.

No te oigo, zorron…Dímelo….Di que eres una puta barata y te mueres de ganas por que te follemos.

Soy…soy una puta barata y…quiero…que me…folleis.

Tus deseos son ordenes, putilla…ven aquí – dijo Manu, palmeándose los muslos.

Manu la agarró por la cintura. Ella paso cada pierna a los lados de Manú, quedando sus caras enfrentadas.

De un golpe, se introdujo en el coño de mi chica. Tuvo que taparla la boca del chillido que metió.

Pero a medida que se acoplaba a su galopada comenzó con gemidos suaves a medida que Manu continuaba con su humillación.

Que cacho puta eres… seguro que si por ti fuera hasta darías dinero porque te follaran. Eres una zorra, un putón…

Y ella asentía cada vez con más fuerza hasta que ella tomó la iniciativa.

¡Si,si…!….¡ Soy una puta, una puta, una puta…!…..¡Tratadme como una putaaaa….!

Esta ultima parte se perdió en un orgasmo de María. Digamos que la follada siguió mas o menos así hasta que Manu se corrió dentro de mi chica.

En esto, les había comentado, no había problema. Ella tomaba la píldora y ellos al ser profesionales al 100% tenían al día sus análisis del VIH. Finalmente, María acabó abrazada a Manu, casi destrozada por la follada impuesta. Pero la cosa no acabó ahí. Uno fueron sustituyendo a otro.

La follaron en esa misma posición o dando la espalda a uno de ellos, ocasión que aprovecharon para que les comiera la polla o, como hizo Ole, ordenarle que le comiera los huevos.

Puta, cómeme los huevos….

Labor a la que se empleo María con sorprendente habilidad, ya que nunca lo había hecho y además aprovechaba para pajearle.

Hasta ocho veces se la follaron en espacio de una hora, dos veces cada uno de ellos, aprovechando para turnarse, descansar y reponerse. En ese momento debió de ser, más o menos cuando me acerqué a escuchar en la puerta. Cuando acabaron, gruesos grumos de esperma se escurrían por sus muslos. Enrique aprovechó para una nueva humillación.

Putita, no desperdicies lo que tanto nos ha costado darte…recógelos y cómetelos.

Ella ni discutió la orden. Recogió los grumos con sus dedos y se los metió en la boca, aunque a veces no podía reprimir algunas arcadas. La fiesta continuaba.

La sacaron de la cabina, chorreando aun a pesar de la cosecha de ella.

Bueno, zorrita…te estas empleando, muy pero que muy bien…pídeme que te demos por el culo.

Ella ni dudó ni titubeo…

Dadme por el culo, dadme por el culo, por favor…soy vuestra puta.

Mi ¿victoria? era completa. Había logrado lo que quería..

Guille cogió un poco de jabón del lavamanos y después de separar un poco las nalgas de María (sus adorables nalgas…), restregó el jabón por el ojo de su culo, aunque ya estaba bien empapado de la mezcla de flujo y semen que aun escurría.

La obligó a ponerse doblada apoyándose en el lavamanos y de un solo golpe hizo que su aparato, largo y fino, se alojara en su recto. María gimió y comenzó a jadear como una loca.

Clarooo,¿ Verdad que si…?. Una puta no es puta hasta que no la rompen el culo…¿Verdad, cacho zorra?

¡¡Si, si….!!…¡¡Reviéntame el culo….!!

La verdad es que alucinaba. Jamás había creído que ella pudiera comportarse así. Ellos me «tranquilizaron», diciendo que era normal. Ellos son profesionales y la mayoría de sus clientas se comportan así en esos momentos.

Es por la situación y el ambiente- me comentó Manu.

La situación de la sodomización de mi novia era más o menos como lo de la follada pero al follarla Enrique se le ocurrió (fijo que lo tenían planeado) una variación.

Se sentó en el lavamanos, lo cual le permitía estar en una posición elevada. Cogió a María por la cintura y de un golpe, (¡Chof!), La sentó en su pene.

Pero la cosa no quedó ahí. De esta manera, sentada en un sitio alto, ofrecía abierta todo su palpitan, húmedo y viscoso coño. No lo tuve ni que preguntar. Sabía lo que venia ahora. Ole la penetro.

Mi pequeña, mi chica, mi María, estaba siendo follada en un sándwich. Tuve que disculparme un momento e irme al servicio a hacerme la paja más monumental que jamás me había hecho. Cuando volví poco quedaba ya por contar. Hasta cuatro veces repitieron el numero. Mientras, ella repetía lo puta que era, que era una zorra barata, que la reventaran a pollazos…

Se cumplía casi ya la segunda hora y la naturaleza humana tenia un limite.

María apenas se podía sostener y por su culo y vagina chorreaba una viscosa y blancuzca mezcla que había empapado sus medias e incluso se le había metido dentro de las botas. Pero quedaba el ultimo acto de la humillación. Esto se lo había pedido especialmente a ellos.

Bien, bien…ya nos has demostrado lo puton que eres…eres una autentica profesional….pero queremos ver lo guarra que puedes llegar a ser. Chúpanos la polla a cada uno una vez más.

Ella se sentó, incapaz de sostenerse más tiempo y comenzó con dedicación y eficacia su labor. Pero en lugar de correrse, llegado el momento, se sacaban la polla de boca de María y salían fuera de la cabina. Ella no podía ver lo que hacían porque el puesto de uno era ocupado por otro. Así hasta ocho veces, dos veces cada uno. Finalmente el ultimo salió y no entro ninguno más. Guille entro de nuevo en la cabina ocultando algo a su espalda.

Bien, puton….todo lo que has hecho era solo el calentamiento. Ha llegado que nos pagues la deuda de tu novio pero a una zorra como tu no habrá ningún problema…

Sacó lo que ocultaba detrás de la espalda. Un vaso de cristal con ocho corridas, dos dedos de viscoso, espeso y grumoso semen.

Bebe.

No se lo repitieron dos veces. Cogió el vaso y de un trago ingirió su contenido, aguantando un par de arcadas pero apurando hasta el final. El resto es historia. Ellos se vistieron y con un poco de papel, agua, jabón y su tanga limpiaron todo el desaguisado corporal de ella. Finalmente la vistieron y la dejaron sentada en la cabina. Y salieron sin decir nada…bueno, no exactamente… Manu, antes de salir, se acercó a ella y acariciándola la mejilla, la besó en la frente.

Aunque todo lo que la dije era farsa, me daba cargo de conciencia…. Es un cielo de tía.

Les pagué (Eran profesionales, me hicieron un descuento pero profesionales a fin de cuentas). Y antes de salir, Ole me llamó.

Mira, tío. No voy a decirte lo que tienes que hacer y tampoco si lo que has hecho estaba bien, estaba mal o un putadon. Yo creo que aunque haya disfrutado, la humillamos y fue una putada. Yo creo que si la quieres, deberías contarla todo. Pero solo es un consejo de gigolo….- Sonriendo se despidió de mi entregándome en una bolsa la tanga de María, llevada como trofeo.

Mi amigo me dio consejo parecido. A la sensación de satisfacción se unía la de haberme comportado como un cabrón. Paso un año y estabamos a los preparativos de casarnos. Faltando mes y medio decidí contárselo. Cuando acabe, no me dijo nada. Simplemente se levantó y se fue. No la vi en dos semanas y daba por hecho que el compromiso estaba roto. Pero un dia llegó a mi casa.

Eres un cabronazo. Debería dejarte pero te quiero. ¿Tu me quieres?

Claro, yo…

Prométeme que jamas lo harás y que jamas me lo volverás a pedir.

Llevamos dos años casados. No he vuelto a pensar el el putismo de mi mujer. Estoy satisfecho y ella también. ¿Qué más se puede pedir?

Por cierto, en la boda tuvimos cuatro invitados muy especiales…¿Adivináis quien?…

PD.- Los nombres de esta historia son supuestos. Incluso mi amigo pidió que le sacara sin nombre. La historia se desarrolla en una ciudad española y la cronología es supuesta también.