Soy una chica gallega de 20 años, de tan sólo 1´55 metros de estatura y 45 kilos de peso, pero el ser tan bajita y delgada me dan un aspecto mucho más frágil y apetecible, ya que resalta mucho más mis impresionantes curvas, con unas buenas y grandes tetas y un culito respingón que hace las delicias de cualquier tío que le gusten las mujeres de verdad. Además soy muy morena, de media melena, y tengo una carita de niña buena que nunca ha roto un plato que según tengo comprobado a los hombres les vuelve locos.
El amor entre amigos es más puro de lo que parece. Cuenta el principio de una bonita historia entre mi novia, yo y otra pareja.
Tuve conciencia de mi homosexualidad antes de cumplir los 12 años. Siempre buscaba mirar antes el pene de mi hermano, 5 años mayor que yo, que la rajita de mi hermana 2 años menor que mi hermano. Solía esconderme en un armario-habitación que había en la habitación de mis padres, y que se accedía a él tanto por su propia recámara, como a través de otra puerta en el pasillo.
Anoche había ido a un boliche a tomar algo, estaba vestida provocativa como siempre, ya que me gusta atraer a los hombres, con una mini muy corta de látex negro, unas votas de charol negras con tacones de aguja bien altos, medias con portaligas rojo también de látex, y una remerita muy ajustada de terciopelo rojo...
Luis seguía bailando conmigo acercándose a mi, arrimando su paquete a mi culo mientras bailaba, de hecho algunas compañeras me dijeron si me iba a volver a liar con él, les dije que no que ya no me interesaba, pero que tenía una buena polla y era divertido.
Historia verdadera sobre un intercambio de pareja
A veces hacer cosas que no te gustan pueden ser divertidas.
Una pareja acude a un cine X para pasar la tarde, pero la situación escapa a su control.
El año no había sido muy bueno, académicamente hablando, y me habían quedado algunas asignaturas para septiembre, por lo cual me pasaba casi todos los días, y incluso algunas noches, encerrado en la biblioteca estudiando cómo un desesperado.
Este fin de semana pasado pensaba descansar, salir de paseo con mis hijitos, llevarles al cine, al parque de atracciones, en fin, lo que debe hacer cualquier madre decente, no como yo, que los tengo demasiado abandonados por causa del trabajo. Estoy cansada debido a mi embarazo, en su octavo mes, de mi tercer bebé. No por eso mi jefe me tiene contemplaciones. Dice que ya descansaré tras el parto.