Después cogimos otra vez mas, ahora se la chupé yo solita. El no me lo pidió, porque sabia que a mi no me gustaba. Pero se sorprendió a medida que yo bajaba por su pecho, su vientre y llegaba al falo. también le chupe los huevos, un rato largo y sin que me lo pida.
Sacaba el consolador e introducía dos dedos hasta el fondo, Elena soltaba pequeños suspiros, gemía, gritaba cuando Mara hundía el consolador más de lo que su ano soportaba. Rosa me instó a entrar.
Nos pusimos de costado en la cama en posición de 69, y él comenzó a lamer mi vagina hasta provocarme un orgasmo. El primero en tanto tiempo, y el más intenso de mi vida.
Un día muy especial, su cumpleaños...
Yo a mi vez me quité la bata y mostrando toda mi erección, me senté en el sofá y atraje a Mari que se sentó encima mío incrustándose mi verga de un solo envión, mientras emitía un sonoro suspiro / gemido y al mismo tiempo no paraba de chuparle la verga a los chicos.
La sesión duró un buen rato hasta que Laura me suplicaba "por favor penétrame, no me dejes así", yo evite a toda costa hacerlo aunque mi rabo estaba casi rompiendo los pantalones que ya tenía mojados.
De nuevo repartí el dinero entre mis compañeras ya de trabajo, y al dar la vuelta vi que un coche súper elegante se estacionaba y me llamaba me acerque y le dije que quería, y me dijo tengo un amigo que le hace falta satisfacerse, cuanto me cobras, le di el precio y me dijo te doy lo doble por que mi amigo es muy especial, entonces me subí al coche y al llegar a lo que supongo era su casa, entramos y me dijo voy por mi amigo siéntate, yo me senté me puse cómoda
No puede aguantar más de 10 minutos empujando una y otra vez, y tuve una corrida tan abundante, ya que hacía algunos días que no me masturbaba, que el sofá negro de cuero resplandecía y brillaba con el espeso y límpido material acuoso, mezclado con el líquido que expulsaba Caro.
Esa mañana, como muchas de aquel año, había decidido faltar a la Facultad, en donde estudiaba Sociología, me abrigué lo mejor que pude y comencé a caminar por Av. Providencia, una de las principales arterias de Santiago.
Yo no aguanté mas y le arranqué el polito y me di cuenta que no tenía brazier, empecé a lamerle los pezones, de pronto me jaló hasta su cuarto y me empujó hacia la cama. Se terminó de sacar la minifalda y me hizo sacarle la truza con los dientes.