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Viaje de novios al Caribe, mucho calor y todo el día calientes

Desde que decidimos ir de viaje de novios al Caribe, lo único que pasaba por la cabeza de mi marido era follar todos los días como unos locos, pero lo que él no podía imaginar era que por mi cabeza pasaba la idea de probar un buen polvo con un dominicano, ya que siempre ha sido una ilusión mía probar con un hombre de color, y aunque lo comentamos muchas veces, la verdad es que no creíamos que no saliera la ocasión ya que, dentro del hotel era muy difícil ya que ellos tenían prohibido acercarse demasiado a los turistas, pero como yo siempre consigo lo que quiero me las ingenie para poder verme con uno de ellos fuera del hotel y así poder hacer realidad mi antojo.

La verdad es que dentro del hotel tenia a todo los animadores loquitos por mí, siempre me paseaba en tanga por todos lados y sin la parte de arriba, cada día bailaba merengue con ellos, hasta se llegaban a pelear para bailar conmigo, ya que era la única jovencita a la que le gustaba bailar muy juntitos como en la Lambada, así que ya los iba excitando solo con mi baile, muchos me habían ofrecido ya de salir fuera del hotel a tomar algo, pero yo espere a decírselo yo a uno de ellos, la verdad es que me gusta tomar la iniciativa, bueno normalmente no pero debe ser por el clima, pero la verdad es que estaba todo el día súper caliente y además de echar cada día dos o tres polvos con mi marido todavía quería más.

Así que una noche que estábamos tomando algo en la discoteca del hotel y un animador se nos acercó para ver si quería bailar, le dije que sí pero mejor fuera del hotel, le dije que quería conocer las discotecas donde iban ellos con su música y sus bailes.

Y como el normal el acepto enseguida de acompañarnos, quedamos a una cierta hora pero después de subir a la habitación mi marido me dijo que no se encontraba muy bien, la verdad había bebido un poco más de lo normal y se le había subido a la cabeza.

Así que ni corta ni perezosa le dije que yo me iba, que me apetecía salir, y con su permiso me fui sola.

En la recepción del hotel pedí un taxi, y el recepcionista casi no me dejaba ir sola me dijo que era peligroso una mujer tan guapa y sola a esas horas de la noche, yo le dije que no me importaba su opinión que me pidiera un taxi, que lo que yo hiciera no era su problema y que además alguien me estaba esperando fuera.

Al taxista le dije que me acompañase al lugar donde están todos los trabajadores del hotel, y justo en la puerta me estaba ya esperando el animador, cuando abrió la puerta y entro en el taxi enseguida me pregunto dónde estaba mi marido y diciéndole yo que se había quedado en la habitación se avanzó sobre mí y empezó a besarme apasionadamente como si el mundo se le fuese en ello, el conductor del taxi ya un poco mosca nos dijo que si íbamos a ir a algún sitio o solo queríamos darnos el lote allí dentro.

El enseguida le dijo el nombre de un motel y luego me pregunto si quería ir a una discoteca a lo que yo respondí claro que no mejor al motel.

Ya en el taxi me hizo de todo, la verdad es que nunca hubiera imaginado dejar hacer a un hombre todo lo que él me estaba haciendo a mi sabiendo que otro desconocido está mirando, pero estaba tan excitada que todo me daba igual, solo quería follar, era como una perra en celo.

Cuando llegamos a la habitación del motel ya estaba medio desnuda y no tarde en quitarme lo poco que me quedaba encima, me tiro encima de la cama y empezó a besarme de una manera tan apasionada que creía que me iba a volver loca, me comía cada trozo de mi cuerpo deteniéndose en esas zonas que vuelven loca a una mujer, la verdad es que tengo que decir que es el mejor amante que he tenido nunca, aparte de mi marido claro que para mí es el mejor por eso me case con él, pero este chico era un excepción a todos los otros hombres que ya he tenido, sabía perfectamente cómo tratar a una mujer, alternar dulzura con pasión, eso hacia volverme loca, aparte el motel era de lo más cuco y era súper excitante ya que toda la habitación estaba rodeada de espejos incluso uno encima de la cama, así que cada postura que hacíamos podía verme reflejada en el espejo , y eso me excitaba todavía más, lo único que me pasaba por la mente era que ojala mi marido me pudiese estar viendo porque nunca podría imaginarse la cara de perra que ponía su mujer mientras aquel chico la follaba como un loco.

Tengo que decir que igual que lo dominicanos tienes el ritmo de la música en la sangre, también lo tienen para follar, se movía de una manera increíble en todas las posturas: encima, debajo, de lado, de pie, me estaba volviendo loca.

Sentía su polla entrar y salir dentro de mí a veces suave y a veces que me dolía, con sus manos recorría todo mi cuerpo, me apretaba las tetas y me retorcía los pezones, con su lengua me chupaba por todos sitios, me succionaba el clítoris como si quisiera tragárselo y yo chupaba su polla como si fuera el mejor caramelo que hubiese comido nunca.

Así estuvimos durante dos horas, follando como locos en todas las posturas posibles, mirándonos en el espejo y tocándonos por todos sitios. Fue increíble y así quiero relatarlo, para que mi marido pueda leerlo y se sienta orgulloso de mi, ya que tiene una muy puta esposa pero que le quiere con locura, aunque siempre que puedo me gusta echar un buen polvo, tengo que decir que como con este chico creo que encontrare pocos amantes que sepan darme tanto placer.

Al día siguiente tengo que decir que casi no podía caminar del dolor de piernas que tenía, pero en cuanto llegue aquella noche al hotel y me fui a dormir con mi marido, tengo que deciros que se hizo una de las mejores pajas de su vida mientras le contaba cómo me había follado otro hombre, aunque estábamos en viaje de novios nunca hay que perder una buena oportunidad, o no?

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