Una noche fuera de lo común en pareja

Tu y yo teníamos claro acerca de cual era nuestra situación, ninguno quería nada serio, todo lo que queríamos era pasárnoslo genial.

Sabíamos como funcionábamos, y normalmente éramos mejor después de algunos tragos.

Ese día estabas diferente, estabas muy cariñoso, siempre tenias una excusa para darme un abrazo o para rozar tu mano sobre mi muslo.

A medida que transcurría la noche noté como tu mano iba subiendo a través de mi pierna, y, como se te iba formando un bulto en la entrepierna.

Nos subimos al carro, yo eche el asiento para atrás.

Me acomodaste el cabello detrás de la oreja y me miraste como si fuera la primera vez, así te acercaste y me besaste cálidamente, suave, apenas rozando tus labios contra los míos, con tu lengua los acariciaste hasta que fuiste a buscar mi lengua.

Mientras me besabas con una mano me acariciabas el cuello y con la otra buscaste mis senos, unos senos deseosos de ser tocados por ti, esperando excitados que fueras por ellos, lentamente me desabrochaste el sostén y besaste mi oído, bajaste hasta mi cuello, seguiste tu ruta por mi pecho hasta que llegaste a ellos, pasaste tu lengua por mi pezón, como te gustaba hacerlo, empezaste a masajearlo mientras chupabas constantemente, al principio suave, después mas fuerte, empezaste a darme pequeños mordiscos, ya quería tenerte, sentirte dentro de mi, sabías que me gustaba.

Mientras, me veías al chuparme los senos tan rico como lo haces, me inclino para besar tu cuello, y ese pequeño sitio debajo de tu oído, se como te pones cuando lo hago.

Por encima de la ropa paso mi mano por tu pecho, tu espalda, tu abdomen hasta llegar a tu polla, tu rico pene que ya no cabía dentro de tu pantalón.

Te miro, me lo pides con la mirada, lo deseas, yo también lo deseo, le doy la libertad que tanto quería, lo agarro, lo siento crecer caliente dentro de mi mano, quiero chuparlo, chuparlo como me lo haces a mi, me dices que no, que ahora me toca a mi sentir ese placer que tantas veces te he dado, así q lo agarro y lo masajeo junto con tus bolitas, que se que te gusta que te las toque.

Al hacer esto te desesperas, me abres el pantalón y me lo quitas de un tirón.

Me besas el estómago y el vientre, ahí me volteas y te detienes a observar mi hilo, perfectamente bien encajado en mi culo, me volteas otra vez.

Ya en este momento te desconozco, me quitas el hilo dental con los dientes, pasas tu mano por toda mi raja, la sientes calientita, llena de mis jugos esperando por ti, con tu otra mano te ayudas para abrirla bien para comenzar a chupar mi clítoris, me desespero cuando empiezas a mordisquearlo mientras introduces uno de tus dedos, así sigues, sabes que falta poco, introduces el segundo; te digo: ¡Por favor cógeme ya!, agarro tu pene y te traigo hacia mí, lo pongo justo en el punto de mi abertura, ahí empiezas a inclinarte hacia delante mientras me penetras muy despacito hasta que mi vagina se acostumbra a ti.

Empiezas a moverte mientras sigues estimulando mi clítoris con tus dedos. Sabes que ya pronto voy a llegar, yo sé que tu también estás mal.

Cada vez más fuerte, siento tu pene entrando y saliendo, lo siento caliente, lo siento moverse.

Mueves más rápido tus dedos sobre mi clítoris para que lleguemos los dos al mismo tiempo, sabes que funciona…

Más rápido, más rápido, mas rápido…

Así acabamos juntos dentro de un estallidos de gemidos.