Llegaron a la habitación de un hotel donde pasarían la noche de boda, sentado en la cama, mientras ella miraba todo de pie.

El comenzó a desvestirse hasta quedar en pelotas, solo con la cadena de oro en el cuello, el pene flácido. Ella se sacó el vestido y las sandalias, la tanguita era blanca, la cual no le incomodo en su casamiento

Gonzalo – Date vuelta –

Paula – ¿Qué? –ella lo miro sorprendida.

Gonzalo – Date vuelta que quiero mirar el culo hermoso que tenes –ella le hizo caso. Él se sentó en el borde de la cama, ella seguía de pie de espaldas, comenzó a masajearle el culo con sus manos, le bajó la bombacha –Que pedazo de culo que tenes mi amor – le pegó un chirlo.

Paula – ay – dio un gritito – No, no me pegues –

Gonzalo _ ¿No te gustan los chirlitos?_

paula _ No_

Él puso una mano en su espalda _ Inclínate, así_ ella quedo con las manos en la rodillas, inclinada, el hundió la cara en el culo de ella, le metió la lengua en el agujero del culo bien adentro, con una mano le masajeaba el clítoris, ella gimió de placer, estaba muy excitada, su ex marido jamás había hecho algo así, su ex era un tipo muy lindo, orgulloso de sí mismo, concurrente asiduo del gimnasio y de las cremas para la piel, tan coqueto o más que ella, juntos habían sido una de esas parejas perfectas de personas bellas que suelen ser la envidia de la gente.

La lengua de gonzalo hurgaba en su culo como una rata gorda y golosa, las piernas de ella temblaron un poco.

Llamaron del servicio de habitación._ Después seguimos_ dijo el, había pedido whisky para los dos.

Se recostó en la cama, acomodo la cabeza en la almohada, prendió el televisor, ella se arrodillo en la cama con el vaso de whisky en la mano, al lado de él.

En la pantalla dos negros de pijas enormes estaban cogiendo a una rubia de tetas operadas_ ¿Te gusta? _ le pregunto Gonzalo _ No sé, a veces son medio ridículas _ dijo paula sonriendo, que solo había visto el canal porno en su casa, por curiosidad, unos pocos minutos.

En primer plano aparecía la cara de la rubia que era muy hermosa, “Open your eyes, baby” dijo uno de los negros, ella tenía ojos azules muy grandes, se abrieron por un instante y volvieron a cerrarse, la cara contraída en una mueca de placer.

Gonzalo – Te gusta, me parece -le dijo a paula  – Sácate el corpiño –

Las tetas firmes y redondas bien grandes, oscilaron orgullosas, seguía arrodillada con las piernas debajo del culo, él estaba acostado a su lado con el control remoto en una mano y el vaso de whisky en la otra.

Gonzalo con la vista fija en el televisor empezó a pajearlo suavemente, tenía varias pulseras muy finitas en esa muñeca. Uno de los negros bombeaba a la rubia por detrás tomándola de los hombros, mientras el otro la besaba en la boca agarrándole el largo pelo.

Gonzalo le acaricio las plantas de los pies y subió la mano por el culo y la cintura. La rubia chupaba la pija del negro que la había besado en la boca, luego siguió con las bolas lampiñas, metiéndose todo un huevo en la boca.

Gonzalo – chúpala como lo hicieron tus amiguitas – con sarcasmo y malicia

Paula – dale te chupar mejor – lo miraba con enojo – mejor que se la chupe a mi amante – con una sonrisa pícara que le hizo cambiar la propia su marido

Paula se inclinó y se metió suavemente, con los ojos cerrados, la pija de Jorge en la boca, comenzó a chupar con deleite, completamente excitada.

Gonzalo – Seguí mi amor, seguí – le dijo él. Ella hundió la cabeza en la pija

Ella seguía chupando con fuerza, sus hermosos labios se adherían al pene, su cabeza subía y bajaba, con una mano acariciaba los huevos de Gonzalo. cerro los ojos, en una mueca de placer, mientras el otro le daba explicaciones y Marcela le pasaba una lengua por los huevos, mientras lo pajeaba con una mano

Paula – glup glup glup glup –

Gonzalo – bien así me gusta, que se la chupes bien a tu maridito –

la tomó de una muñeca y la atrajo hacia sí, la tomó de una pierna y la cruzó sobre su cuerpo. Ella no podía creer que él quisiera hacerlo mientras discutía por teléfono, pero estaba muy excitada y él había establecido sobre ella un dominio psicológico, que era casi una especie de hipnosis.

Se puso sobre él, se acomodó la pija en la concha y lentamente se fue enterrando solita, con los ojos cerrados, respirando profundo. Se movía lenta y rítmicamente, el con el pulgar recorrió la boca entreabierta de ella quien chupó ese pulgar con la misma pasión con que le había chupado la pija.

Paula – aaaaaaaaaaaaaaaahhhh ooooggggggggggg-

Gonzalo – asi asi daleaaaaaaaaaa –

Luego la puso en 4 y la siguió cogiendo toda la noche. Hasta que ambos acabaron. Y siguieron cogiendo 2 veces más.

fin