Nicolás, mi policía
Siempre me consideré una persona diferente, ya que es muy común que me ocurran hechos extraños, casi inexplicables, fortuitos, sin que yo me lo proponga con anticipación. Esto que me sucedió hace poco fue uno de esos hechos que componen mi vida.
Hace un año que estoy trabajando de cajera en un hipermercado, al principio me hice muy amiga de mis compañeras, la mayoría somos mujeres y muy pocos hombres ya que a los hombres generalmente los ponen en otras áreas. Hace poco y por casualidad conocí a un policía que trabaja en ese hipermercado, no sé porque no lo vi desde el principio pero creo que es algo normal ya que por naturaleza soy algo despistada.
El se llama Nicolás, es algo atractivo pero lo que más atrae de él es la chispa que tiene, me atrajo desde un principio en la forma que se comunica con las mujeres ya que no es seductor solamente conmigo sino con todas, pero es algo que se le perdona porque es su forma de ser, el es un típico chanta y súper machista.
Un día llego a mi trabajo y busqué su mirada para saludarlo pero él tenía la mirada baja, pensé que estaba algo dormido entonces me acerque a darle un beso y a decirle que se despierte, entonces él me dijo que estaba enojado conmigo ya que el día anterior cuando fui al estacionamiento a sacar mi moto lo atropelle en la pierna con la rueda de atrás, él al principio pensó que le estaba jugando una broma, pero luego se dio cuenta que ni siquiera lo había visto, puse en marcha mi moto y me fui sin saludarlo.
Me disculpe y le dije que no recordaba el haberlo atropellado, él me dijo que si me veía de nuevo en la moto me iba a exigir el casco, el carnet de conductor y todos los papeles de la moto, yo le dije que no tenía ninguna de esas cosas, es mas pensé que Nicolás estaba bromeando.
Durante todo ese día mientras yo estaba en la caja él iba y venía, ese es su trabajo controlar a las personas que pasan por las cajas, de vez en cuando mi mirada se cruzaba con la de él, él sabía que yo lo observaba y yo que él a mí.
Después en la hora del almuerzo él compró su vianda y pasó por mi caja, estaba de mejor humor y entonces me pidió que el vuelto se lo diera en monedas, yo le dije que le hacia el favor pero a cambio de algo, él me dijo que después me diría lo que me daba, yo me puse colorada, y él se dio cuenta.
Terminé de rendir mi caja, yo salía a las 4 de la tarde y faltaban 2 minutos para marcar en el reloj mi salida, entonces Nicolás se me acercó y me pregunto que estaba haciendo, le dije que estaba esperando que se hiciera la hora, me dijo que marcara lo mismo, entonces le dije que no, le pregunté ¿vos marcas antes de tiempo? – yo marco a la hora que quieras mi amor me dijo, entonces le pregunté a que hora se iba y me dijo a la misma hora que vos mi amor, yo quería irme antes de que él me vea con la moto por miedo a que sea verdad lo que me había dicho.
Salí apurada y cuando llegue al estacionamiento sentí un alivio ya que no estaba la moto de Nicolás, pensé que ya se había ido, entonces como hacia mucho frío, me senté en mi moto y me dispuse a abrigarme, me puse la bufanda y luego los guantes, en ese momento se abre la puerta de salida y allí estaba Nicolás, no pude hacer nada ya que ni siquiera tenía la moto en marcha, y el vino directo hacia mi.
Me dijo en un tono un poco rudo, ¿Dónde esta el casco? Le dije que lo había olvidado en casa, que solo vivía a 10 cuadras de allí y que como me conducía despacio no iba a pasarme nada, además de que me despeinaba.
Me pidió el carnet de conducir y la cédula verde, no tenia nada, le dije Nicolás ya terminaste de trabajar, él me dijo que era un policía las 24 horas del día, que le entregara la moto, me puse enérgica y le dije que no lo haría, que me tenía que sacar él mismo de la moto pero no se la iba a dar, me dijo que si me ponía en ese plan me iba a tener que llevar a mi también por desacato a la autoridad, me enojé y entonces le grite que hiciera lo que quisiera, que me metiera presa si era lo que quería pero no le iba a dar la moto.
Me empujó hacia atrás y se subió en la moto, en ese momento me reía por dentro ya que pensaba que él no sería capaz de llevarme detenida, se suponía que éramos compañeros de trabajo y mucho más que eso, éramos amigos, sabíamos estar horas y horas hablando no podía hacerme eso, pensé que iba a su casa y allí me iba a decir que todo había sido una broma y me dejaría ir.
En algo estaba acertada, fuimos a su casa, pero no me dejo ir como yo pensaba, me hizo pasar a su casa, me sirvió un café ya que hacia mucho frío, luego de eso me ofreció un licor de anís, me dijo si me gustaría oír un poco de música vieja, le dije que si y entonces puso un CD la primera canción se llamaba «Te Cuidaré», de TOTO, comenzó a sacarse la ropa , lo primero que se saco fue el cinturón con el arma y las esposas, las botas, la parte de arriba y el pantalón, solo quedo en bóxer y una remera negra, yo lo observaba desde un sillón. Adentro en la casa estaba la calefacción por lo tanto estaba el ambiente algo caldeado, le comenté que ese tema era uno de mis preferidos ya que cuando solía ir a bailar a Keops en Carlos Paz lo solían poner.
Después se fue al baño, desde allá me llamó para que le alcanzara un vaso, yo no sabía donde se guardaban los vasos en esa casa pero enseguida di con ellos y se lo llevé, el baño me asombro ya que era bastante amplio, y había una pileta de hidromasajes, alrededor de ella varios frasquitos de diferentes colores y una mesita con velas y sales aromáticas, me acerqué, Nicolás se estaba cepillando los dientes, comencé a abrir los frasquitos y cada uno tenia un color y un aroma diferente, le pregunte como los utilizaba, sin decir nada se fue acercando hasta que me acorralo contra la pared, se me acerco demasiado hasta rozarme, pensé que me iba a besar pero no fue así, solo estaba allí, me miraba, tal vez quería ver mi reacción pero estaba como atontada y mi mente estaba dormida no hice nada para evitarlo, él comenzó a olerme, hundía su cara en mi cabello, luego en mi cuello, me rozaba con su nariz y con sus labios pero no me besaba, eso hizo que me pusiera algo ansiosa, deseaba que de una vez haga algo, dije: yo…. pero él me dijo shhhhh no hables, me tomo de los hombros y lentamente fue sacándome la ropa que caía al piso, cuando me quitó todo se retiró un poco para observarme, su vista me recorrió, después encendió las velas, estábamos en penumbras, de esas velas salía un aroma exquisito, me dijo que me metiera en el hidromasaje que estaba vacío, me quede allí parada. El tomo los frasquitos, yo sentía curiosidad para que serían, me dijo que eran aceites y que con ellos iba a dibujar en mi cuerpo me puso de espaldas a él, y con el color azul comenzó a dibujarme en mi cola, yo sentía su mano cálida que resbalaba en mi piel, subía por la espalda, luego bajaba a mis nalgas, muchas veces sus dedos se hundían llegando cerca del ano, toda la escena era espectacular, la música, las velas, el aroma, el aceite en mi cuerpo, sus manos, comencé a mojarme como nunca, estaba tan inundada que algunas gotitas sentía que bajaban por mis piernas, después que me hubo pasado aceite por cada rincón me hizo girar y quedar frente a él, sus ojos me miraban como si yo fuera un cuadro en el cual plasmar los sentimientos del artista que en ese momento era él, comenzó nuevamente a dibujar, sus manos recorrían todo, mis senos, el cuello, los brazos, el vientre, las piernas, después de pintar todo mi cuerpo, se dirigió hacia mi vagina y comenzó a meter sus dedos entre mis piernas, se arrodilló frente a mi, y se acercó lo mas que pudo y con sus labios y su lengua rozaba mi clítoris, lo estiraba y jugaba con él.
Yo abrí un poco las piernas para facilitarle la tarea y para gozar al máximo, abrió el grifo del agua caliente y puso a funcionar el hidromasaje, el agua se fue tiñendo con los colores del aceite que tenía en mi cuerpo, puso dentro del agua sales aromáticas y espuma, todo era sensacional, se desnudo y siguió con sus besos y caricias, me puso de espaldas a él y con el jabón hizo mucha espuma y la deslizaba en mi cuerpo, me enjabonó el cabello y mientras lo hacía tironeaba de él, yo sabía que eso tenía un significado, era como decirme que en ese momento él era dueño de la situación y porque no, era también el dueño de mi cuerpo, yo no tenía ninguna intención de protestar ya que en ese momento estaba abandonada a sus caricias y tanto mi mente como mi cuerpo estaba totalmente receptiva a recibir todo lo que él pueda darme.
Detrás de mí y con su pene rozando mis nalgas seguía sin darle tregua a mi piel, todo era fantástico, metió su pene entre medio de mis piernas y yo comencé a mover mi cuerpo con la necesidad urgente de sentirlo dentro de mi vagina, me tomaba de la cintura, recorría sus manos en mi vientre en mis senos, el agua caía por ellos, luego se acostó en la bañera y me obligó a sentarme sobre él, su pene fue introduciéndose, hasta que lo tuve todo dentro, comencé a moverme mientras el respiraba ruidosamente, yo necesitaba con suma urgencia más, él comenzó a moverse cada vez con más fuerza hasta que llegó al orgasmo con un gemido muy largo y yo por supuesto lo seguí, no pude soportar al sentir todo su semen entrando en mi vagina, luego de eso y ya con muchísima calma Nicolás terminó de enjuagar todo mi cuerpo y con los suaves masajes que nos daba el agua nos quedamos allí uno junto al otro disfrutando de ese dulce y placentero encuentro.
Antes de irme le hice prometer que seguiría llevándome detenida a su casa, y él asintió gustoso.