Mi viaje en el colectivo II
Hola ¿cómo están? Espero que se encuentren muy bien como yo, en estos días que salió publicado mi primer relato ya tuve un mail de una «admiradora desconocida» que me comentó que mi relato la había puesto a mil y que la hizo recordar una experiencia parecida que le sucedió en el Metro de la Ciudad de México. A ella va dedicada ESPECIALMENTE y a todas aquellas personas y «personillas» que han tenido o tendrán experiencias de este tipo (sin dejar de recomendar a aquellas chicas, niñas o damas que disfruten lo más que puedan si las tocan a «escondidas» ya que no van a correr ningún riesgo en un transporte público y van a experimentar una de las experiencias más excitantes de su vida.)
Bueno dejamos las salutaciones y las recomendaciones y pasamos a relatar la segunda parte del relato que nos convoca. En la primera parte les comenté que yo viajaba en un colectivo de mi Ciudad (recomiendo que lean antes de este relato la primera parte así comprenden esta la segunda parte.)
Luego de haberme bajado en la parada siguiente de la parada que aquella hermosa y caliente adolescente se bajó, no podía contener mi excitación y mucho menos podía dejar de pensar en lo que me acababa de suceder, entonces decido caminar en sentido contrario al recorrido del colectivo es decir a volverme para el centro, pero caminando. Sinceramente esperando re – encontrarme con ella. Me meto en un bar para tomarme un café además de pasar al baño (aclaro no fue para hacerme una paja, solo para mear y mojarme la cara), luego de salir del Bar me dispongo a tomarme el colectivo para regresar al Centro cuando veo una persona que me llamó la atención que se acercaba a la parada, sí… ERA ELLA!!! , quedó como paralizada al verme, yo para que ella no se asustara me hice el distraído como si no pasara nada.
Eternos se hicieron esos minutos que pasaron hasta que llegara el colectivo, miles de ideas cruzaban por mi cabeza y la excitación aumentaba en mí. Por fin llegó el colectivo le doy lugar para que ella suba primero; como todo un caballero, ella sube y se sienta en un asiento del lado de la ventanilla como antes y me clava la mirada, yo haciendo de cuenta que no pasaba nada me siento al lado de ella como si no nos conociéramos.
Arranca el colectivo y procedo a poner mi abrigo sobre el maletín como lo hago siempre teniendo la precaución de taparle bien a ella las piernas y lo más posible esa nefasta y pesada mochila. Ella se acomoda con las piernas abiertas y me mira como pidiéndome que la toque yo ni lerdo ni perezoso procedo a correr mi mano a su pierna ya con la certeza de que no iba a ser rechazado, comienzo a masajear esa pierna maravillosa que se prestaba a mis instintos sexuales, con mi pene que comenzaba a sentir la excitación de la circunstancia, con el morbo de todo aquello que parecía irreal.
La miro a los ojos y ella mira para atrás y baja su mano a mi pierna yo se la tomo a nuevamente ella la acerca a mi bragueta la que yo con mucha cautela le abrí el cierre y bajé el calzoncillo para que a ella le resultara más fácil tocarme el miembro que a esa altura estaba con una temperatura de 100 °C, eso creo. Maravilloso fue sentir en mi pene su mano temblorosa como si nunca hubiera tocado uno y recorriéndolo en toda su longitud, corriendo el prepucio y tocando la cabeza que comenzaba a despedir el líquido pre – seminal, ella lo extendía por la cabeza y me hizo señas, con su codo, para que destapara mi falda para observarlo, !!!!!!QUE LINDA CARA QUE PONÍA ELLA AL MIRARME EL PITO MIENTRAS LO TOCABA, LO ACARICIABA, LO MANOSEABA, LO MENEABA DE ARRIBA HACIA ABAJO!!!!!! Yo como loco le metí la mano dentro del pantalón de gimnasia para tocar esas piernas suaves jóvenes y temblorosas que se dejaban recorrer por cada centímetro de su existencia. Algo indescriptible fue volver a tocar esa bombacha mojada que minutos antes ya había conocido en el otro colectivo Con la ayuda de ella le metí la mano bien en su sexo jugué con mis dedos hasta el cansancio mientras ella mirando para el exterior y el interior de colectivo me tocaba y jugaba con mi pene, tocándome las bolas tirándome de los vellos que tengo, sonriéndome cuando me hacía doler.
Ya en el centro de la ciudad el colectivo comenzó a llenarse allí fue cuando le dije que nos fuéramos al fondo para estar más tranquilos, creo que la asusté porque me dijo que no. No me importó seguí a su lado con mi dedo en su conchita toda mojada y caliente masturbándola como pude. En eso que estábamos concentrados en nuestro juego veo que ella mira hacia el pasillo y saluda a un muchacho que la conocía, el le dijo… – Hola PATO, creo que allí supe que se llamaba Patricia.
Así estuvimos viajando por mucho tiempo hasta que empiezo a sentir como que estaba por acabar y la miro haciéndole señas cerrando mis piernas, tocándola con mi codo para que se diera cuenta que estaba por acabar, que ya no podía más aguantar tanta excitación. Ella la apretó a mi pija y la comenzó a sacudir tocándome con el codo para que la dejara mirar, yo me fijé para atrás y solo quedábamos aparte de nosotros un tipo en el fondo durmiendo. Entonces corrí todo lo que estaba en mi falda me recosté en mi asiento y me dispuse a mirar ese espectáculo que ella y yo íbamos a experimentar, mi eyaculación.
No apartó ni un instante su mirada de mi pene cuando comenzó a despedir semen, lo tocaba se embadurnaba las manos con él, lo tocaba, y yo temblaba como una hoja, mientras ella disfrutaba mirarme como yo gozaba. Hasta que llegó el momento que ella cerró los ojos y me aprisionó la mano con sus piernas y comenzó a temblar como una hoja en su asiento,………………….. ¡ESTABA ACABANDO TAMBIEN!!!!! ¡MARAVILLOSO!!!!!!!!! ¡ESTUPENDO!!!!!!
Fue una experiencia Hermosa, Dulce, Especial, Simplemente…………. ¡MARAVILLOSA!!!!!!!!!
Quitó mi mano de su concha se acomodó la ropa y luego de unas paradas me pidió permiso para bajarse yo quedé helado, no podía creer lo que me estaba pasando, estaba todo sucio con mi semen en mi pija mi mano con sus jugos y ella se iba como si no hubiera pasado nada en este viaje. Cuando le di el lugar para que se bajara le metí una mano en el culo como para que no se lo olvidara más en su vida y ella me correspondió con una sonrisa y un guiño de ojo con una picardía tan linda como ella.
Se bajó del colectivo y yo pasmado quedé nuevamente muy lejos de mi destino pero con una satisfacción enorme y con la pija vacía lógicamente me tuve que bajar y eso si me tomé un taxi hasta el primer Centro Comercial para lavarme y tomarme otro café.