Mi carita de ángel
Era una de esas tardes, aburrida y fría, del mes de diciembre…. la biblioteca estaba vacía, solo el sonido de la lluvia acompañado del murmullo de los lápices nos velaban en aquella biblioteca.
Estaba solo y había una chica enfrente de mí. Una chica cuyos ojos me tenían prendado desde el principio.
Notaba como no cesaba de mirarme, como me estudiaba tanto como a los papeles que tenía delante…. cada vez su mirada era mas penetrante, ya no sabía qué hacer, dónde esconderme, fue entonces cuando pensé en que tenía que acercarme a su mesa… lo hice, me levanté y lentamente me dirigí donde ella estaba, me senté a su lado, se acercó a mi y me dijo algo al oído…..
Ni una frase era pero me dejó sin aliento, aquellas dos palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez sin hacerme consciente de que me lo había dicho, un simple «me gustas» retumbaba en mi cabeza mientras la manera en que aquella chica me miraba me excitaba por momentos.
Se levantó de mi lado y con un gesto de su dedo me pidió que la acompañase, yo no sabía donde íbamos, pero no podía desobedecer las ordenes de la que entonces consideraba mi diosa.
Su espalda apoyada en la puerta mientras sus manos cerraban a sus espaldas el cerrojo del baño… con su mirada me seguía, me dominaba, me tenía totalmente hipnotizado… poco a poco se aproximaba a mi sin dejar de clavarme su mirada, sin dejar de sonreírme de aquella manera… contoneando su cintura haciendo que la deseará cada segundo más.
Empezó a besarme por la boca, noté su lengua en mi más profundo yo, notaba ese morboso piercing que llevaba en la lengua, bajó hasta mi cuello, el lóbulo de la oreja, cada vez era mayor la excitación, mis manos recorrían su cuerpo marcando sus curvas ligeras y firmes mientras mi lengua comenzaba a bajar de su boca, a su cuello, abriéndome paso a través de su blusa y dejando ver sus firmes pechos.
Poco a poco iba desabrochando su camisa, introduciendo mis manos para agarrar aquellos senos que ya estaban totalmente excitados, notaba como besaba mi cuello y sentía el roce de aquel precioso piercing de su lengua, era genial, estupenda… llevaba toda la tarde excitándome y ahora mi sexo estaba ansioso de disfrutar de aquella preciosa mujer.
Nuestras manos no cesaban de explorar, de adentrarse en los terrenos más prohibidos… nuestras lenguas jugaban entrelazadas y nuestros sexos más ansiosos que nunca…
Poco a poco la fui sentando en el tocador, la iba desnudando lentamente al igual que ella lo hacía conmigo.
Quería descubrir todo su cuerpo, saborearlo, hacerlo mío… recuerdo como besaba sus pechos totalmente erectos, mis manos recorriendo sus glúteos, las suyas buscando mi sexo…
Con la dulzura que la caracterizaba, acariciaba todo mi cuerpo, yo mientras, mordía sus pezones, eso le gustaba, me pedía que no parará y yo la obedecía. La cogí en brazos, y empecé a penetrarla, primero lentamente, luego hasta el final, ella me acompañaba en los movimientos que cada vez eran más rápidos, era el mayor placer que recordaba haber sentido nunca y era ella quien me lo estaba dando.
Siempre había soñado con una chica así y por fin la tenía en mis manos, sentía como estaba dentro de ella, la oía gemir, gritar….
No sabía si iba a poder aguantar mucho tiempo mas, no quería correrme hasta estar seguro de que ella estaba disfrutando tanto o más que yo, entonces la miré a los ojos y lo vi reflejado, estaba sintiendo lo mismo que yo.
Continué moviéndome cada vez más deprisa, faltaba poco para el momento final…. No paraba de lamer todo mi cuerpo y yo como podía le hacía lo mismo.
Mis manos acariciaban su precioso «culito». Ufffff!!!! Era maravillosa, como me tocaba, me chupaba, todo eso que me hacía me ponía malo… seguíamos moviéndonos hasta que ya sentí que no podía aguantarme más, se lo dije al oído y ella me dijo que me fuera dentro, que quería sentir mi leche caliente dentro de ella.
Lo hice. Mientras inundaba su boca con mi lengua dejé correr toda mi leche dentro de ella notando como a mi vez ella también estaba teniendo un orgasmo.
Seguimos besándonos, pero yo no quería que aquello acabará.
Seguí lamiendo sus pechos para volver a excitarla y notaba como ella buscaba con sus manos mi sexo, sabía que ella tampoco quería acabar… la acomodé en el tocador de manera que su sexo quedará ante mí.
Fui besando lentamente sus piernas y poco a poco me iba aproximando a aquella zona de placer que yo sabía que a ella le encantaría.
Recorría con mis labios y mi lengua cada centímetro de sus muslos, me dirigí hacia su sexo… quería sentirlo en mi boca, quería perder mi lengua en él y no parar de escuchar los gritos de la adorada diosa…
Mis manos no paraban de acariciar sus muslos mientras mi boca se aproximaba, los rodeaba con mis brazos, bajaba hasta su «culito»… al final mis labios rozaron sus labios, estaban excitados, calientes y mojados por el orgasmo que antes habíamos tenido.
De repente me dió un empujón, me dijo que ahora era su momento, me tumbó en el suelo, estaba frio, pero me daba lo mismo yo estaba muy caliente, quería volver a correrme…
Se puso a «cuatro patas», mientras yo continuaba extendido, empezó a chuparme lentamente mi sexo, primero pasaba su lengua por la puntita y luego la introdujo entera en su boca….Ummmm!!!! esa mujer sabía dar placer….le di la vuelta, y mientras me chupaba yo la chupaba, introducía mi lengua por su sexo, notaba su clítoris, le hacía un dedo, ella gritaba, yo creó que también, mi lengua estaba dentro de ella y mi miembro en su boca, cada vez la metía y la sacaba mas rápido…..
Me pedía que le tocará los pezones a la vez que le hacía el dedo y le comía el clítoris, como gemía mi diosa…!eso me ponía mas caliente, no sabía ni dónde estaba, si aquello estaba sucediendo o si todo era una fantasía….
Sus jugos pronto inundaron mi boca, yo me los bebía todos quería beberme a aquella mujer, toda ella. Limpie su sexo y subí hacia su boca, en ella compartimos sus jugos, entrelazamos nuestras lenguas. No parábamos de tocarnos. Sentía sus manos por todo mi cuerpo, por mi pecho, por mis piernas, por mi sexo…
Comenzó a bajar su boca lentamente. Besaba mi piel a cada paso que daba. Llego hasta mi pelvis, rodeo mi sexo dejando un tierno rastro con su boca.
Enseguida subió hacia mi sexo. Comenzó a lamer la punta, la besaba e incluso sentía de vez en cuando sus dientes rozándola… en ese momento estaba flotando, varios gemidos se escapaban de mi boca, mi diosa cuando me oía me miraba e insistía con sus lamidas. Se introdujo todo mi pene en su boca, sentía sus labios por todo mi miembro.
De pronto sentí que me venía, que no podía aguantar más y sin darme tiempo a avisarla solté de golpe toda mi leche manchando su dulce rostro.
Ella no decía nada solo se ocupaba de beber mis jugos… lentamente subía pasando su boca por todo mi vientre, mi pecho, mi cuello… llego a mi boca y me inundó con su lengua tierna y dulce que en ese momento era para mí como la más fina miel, continué comiéndole los labios, aunque sabía que ya todo había acabado, ya que ella se levantó, empezó a ponerse la ropa que yo le había rasgado, me miró a los ojos, tenía una cara angelical, era preciosa, nunca había visto cosa mas bonita, me sonrió y sin darme tiempo a que yo le preguntaré su nombre, me dió un beso y se marchó.
Desde aquel mismo momento no la volví a ver.
Sólo me queda aquel placentero recuerdo de lo que aquella chica, con carita de ángel, me había echo sentir.
Había sido el mayor placer que nunca jamás me habían dado, aquellos dos e interminables orgasmos, Uffffff!!!!!
Cada vez que lo recuerdo me pongo caliente, pero no esta ella para complacerme. «