Capítulo 5
Manolon V
Después del sueño reparador, Manolo decidió volver a su casa. Tenia que entregar la denuncia del asalto a su camión a su jefe para que la tramitara y pudiera cobrar la indemnización de la aseguradora.
El viaje de vuelta a casa desde Lyon fue lento, se tenia que para cada dos por tres. Le escocía el ano. Lo único que le calmaba era refrescarlo con agua de vez en cuando y eso es lo que hacia casi en cada área de descanso de la autopista.
Por la emisora del camión avisó a su jefe lo que le había pasado y cuando llegó a la base por la noche ya lo estaban esperando. Todo el mundo lo consoló y cuando se percataron que andaba balanceándose, con las piernas abiertas, pensaron que era fruto del ataque los agricultores franceses y como estaba malhumorado, él que siempre estaba sonriendo, el jefe le dió tres días de vacaciones para que se recuperara.
Cogió un taxi y se fue a su casa. Allí le esperaba Consuelo, su mujer y su hijo adolescente Manolito.
Su mujer histérica, se lanzó sobre él cuando lo vió.
-¿Qué te han hecho estos franchutes de mierda? Mi Manolo
– Vamos a la cama estoy molido y quiero descansar – dijo Manolo
Se duchó y se echó en la cama en pelotas. Llamó a su mujer y le dijo:
– Me duele el culo. ¿Tienes algo para aliviarme?
Se dio la vuelta y le mostró el culo a su mujer. Esta separó los glúteos con delicadeza y le observó el ano como una profesional. Vió que estaba estaba escocido y pensó que era de estar tanto tiempo sentado y consecuencia de las almorranas.
-¿Quieres que te ponga crema contra las almorranas?
– Haz lo que quieras pero haz algo para que me quite el escozor.
Consuelo cogió el tubo y le puso crema por todo el ano, con mucho cariño, mucho amor y con toda suavidad.
Cuando le introducía los dedos dentro del culo, para que la crema llegara a todas partes, Manolo decía: así, así.
Y Consuelo poniendo crema contra las almorranas, con dos deditos, dentro del culo de Manolo.
Estas caricias provocaron una erección que Consuelo no se enteró hasta que Manolo dijo que ya estaba bien y se dio la vuelta.
-Mujer desnúdate, dijo Manolo
Al ver el pollón en erección, Consuelo no se hizo rogar y en seguida quiso cumplir con su nombre y consolar a su hombre. Ella pensaba que después de tantos días fuera de casa su Manolo necesitaba aliviarse.
Ella pensaba que le era fiel, pero Manolo capaz de hacer feliz a su mujer y a todas las mujeres y algunos hombres que se encontrara en su camino.
A Manolo le gustaba hacer feliz a todo el mundo. No era egoísta. Daba todo su amor a casi todo el mundo. A los únicos que no soportaba era a los hombres que se comportaban como mujeres y a las mujeres que se comportaban como hombres. No soportaba la hipocresía
Consuelo solo había conocido a su Manolo y pensaba que el vergón de su marido era de lo más normal. Había visto alguna peli porno y las pollas que salían eran parecidas a las de su marido aunque alguna era más pequeña no le dió importancia. Como estaba acostumbrada no le daba importancia al tesoro que tenia.
Una vez desnuda quiso acostarse al lado de su marido pero este ocupaba en centro de la cama y no hacía ningún gesto de moverse.
-Chúpamela- le ordenó.
-Pero Manolo ¿Qué te pasa? Nunca me pedias estas cosas
Consuelo estaba acostumbrada a acostarse boca arriba, abrir las piernas y Manolo la penetraba. Como Manolo tardaba en orgasmar junto con las caricias que le prodigaba a sus tetas y los morreos le provocaban siempre un orgasmo como mínimo. Y eso a ella la hacía feliz. No quería más.
Pero aquel día Manolo estaba diferente. Quería que le chupara la verga como había visto en las películas porno. Después de los malos momentos que había pasado, Consuelo decidió dar satisfacción a su marido que se lo merecía todo. La trataba bien, no la pegaba, no era celoso, no bebía y tenía un buen sueldo, que más quería. No se iban a pelear por una tontearía.
Consuelo era un poco más baja que su marido. Estaba un poco entradita en carnes. Había parido un hijo y sus caderas habían aumentado. A Manolo su culo grande y redondo todavía le atraía y pellizcaba. Sus tetas eran grandes en consonancia con su cuerpo.
Con cierta timidez le cogió la polla y se la llevó a la boca. Con delicadeza su lengua recorrió todo su glande y cuando pasó por su base logró un suspiro de placer de su marido. Esto la animó y la decidió a tragar aquella verga pero solo pudo entrar el glande y poco más. La succionó con ganas. Le empezaba a gustar.
-Ponte encima de mi.
-¿Cómo? Dijo Consuelo pensando que aquel día estaba lleno de novedades en la jodienda que no había tendo en los 18 años de casada.
Manolo enseñó a su mujer como se hace un 69. Una vez acomodados cada cual trabajó el órgano que tenia enfrete.
Consuelo volvió a chupar polla pues le empezaba a tomar gusto al asunto. Y Manolo empezó a pellizcar y chupar al clítoris de su mujer y a lamer todo su coño.
La mujer sacó un momento la verga de la boca para suspirar de placer y soltar un orgasmo espectacular. El primero de la noche y el primero que conseguía en su vida sin que la penetraran.
Con los jugos que había soltado la mujer, Manolo los recogió con sus dedos y fue a buscar el ano de su mujer.
Primero recorrió con un dedo todo su perímetro anal y después fue penetrando suavemente en el interior de su culo.
Después de meter y sacar varias veces su dedo decidió meter dos . Si su mujer no protestó con un dedo, dos le pareció demasiado.
Consuelo sacó la polla de la boca y protestó.
Manolo le contestó: Tranquila mujer que te va a gustar. Con lo que estaba claro que la iba a penetrar por el culo. Esto la intranquilizó pero confiaba en su hombre y continuó lamiendo la verga. Le estaba gustando un montón.
Cambiaron de posición. Como siempre la mujer debajo y el hombre encima. Después de metérsela dos o tres veces, la mujer empezó a gemir de placer y soltó un nuevo orgasmo que inundó la polla de Manolo.
Éste se paró con la verga metida hasta el fondo para que su mujer orgasmara con tranquilidad y recuperara el aliento antes de continuar.
Cuando notó que la respiración de su mujer se normalizaba la sacó, se arrodilló en la cama y ordenó a su mujer que se pusiera de rodillas y con las manos sobre la cama, que le ofreciera el culo que queria penetrala por el culo.
A Consuelo la había follado desde atrás, sabía como colocarse pero la penetración anal era nuevo para ella. Pero como veía a su marido tan decidido hizo lo que le ordenaban.
Manolo quería a su mujer y no quería hacerle daño y sabía el pollón que tenia entre las piernas. Lo primero que hizo fue lamer el ano de su mujer. Ésta al notar la lengua cerró el culo.
– Relájate y disfruta. Si haces fuerza te dolerá más. Manolo volvió a meter la lengua en el ano, notó la relajación que aprovechó para meter un dedo, luego dos y finalmente tres.Los soportaba bastante bien.
Cuando parecía que empezaba a acostumbrarse con los tres dedos los sacó de golpe y antes de que se diera cuenta los había sustituido por su enorme vergón, la había penetrado de golpe hasta el fondo.
La mujer vió las estrellas, sus ojos se llenaron de lágrimas y no gritó porqué mordió la almohada.
No quería que su hijo que estaba en la habitación de al lado la oyera.
Una vez penetrada Manolo se paró para que el culo se acostumbrara y adaptara y también para disfrutar de las sensaciones que su polla le proporcionaba.
Mientras saboreaba esta nueva virginidad de su mujer se lo agradecía con caricias en la nalgas y después con masajes en el clítoris.
Cuando notó que el culo se relajaba empezó en mete saca lento y constante hasta que su polla se hinchó al máximo para, de pronto, soltar ríos de leche en en interior de su mujer.
Este orgasmo provocó que su cuerpo se derrumbara sobre su mujer y esta sobre la cama y así permanecieron hasta que la polla de Manolo se desinchó y salió sola de su escondite.
Manolo volvía a ser feliz, recuperó la sonrisa y se durmió como un bebé.
Continuará…