Lo que parecía una aburrida semana en la costa se volvió inolvidable

Lo que les voy a contar sucedió hace algunos años.

En ese entonces yo había terminado la universidad y mis padres me invitaron a salir de vacaciones con ellos ya que hacia varios años que no lo hacíamos juntos.

Decidimos ir de vacaciones a una pequeña ciudad de la costa, en la que mis padres tenían unos conocidos.

Personalmente solo esperaba pasar unos días en familia y no veía la hora de volver a la ciudad en donde había estudiado para buscar trabajo y prolongar un tiempo mas la vida de universitario.

Pero cuando llegamos a la casa de nuestros anfitriones me di cuenta de que no olvidaría fácilmente esa semana.

Al llegar, salió a nuestro encuentro la hija de los anfitriones.

Pelo castaño oscuro, ojos verdes, estatura mediana y una figura espectacular, pechos que parecían querer escaparse del pequeño top de algodón blanco que dejaba traslucir unos suaves y oscuros pezones, cintura pequeña y voluptuosas caderas enmarcadas en una falda con vuelos y bastante corta que dejaba ver sus bien contorneadas piernas.

Luego de saludarse con mis padres nos presentaron y yo casi no podía hablar de la calentura que tenia, como tampoco podía de dejar de mirar a semejante belleza.

Pasamos a la casa donde estaban sus padres que inmediatamente se sentaron a charlar con los míos a lo que Paola (que es como se llama esta Venus moderna) me pregunto si no deseaba ir a tomar un trago en el parque al costado de la piscina, obviamente accedí encantado, pero que antes quería bajar el equipaje para ponerme ropa mas cómoda.

Me indicó como llegar a los cuartos de huéspedes y me dijo que iba a preparar unos tragos y me esperaba en la piscina.

Creo tardé menos de dos minutos en buscar el equipaje del automóvil, subir a los cuartos de huéspedes y ponerme el short de baño, no sin antes darme una ducha fría para poder disimular (aunque sea un rato) el deseo que despertaba en mi esta mujer.

Cuando me disponía a bajar hacia el parque descubro que desde la ventana de mi cuarto tenía una excelente vista de todo el parque y especialmente de Paola que en ese momento de dirigía hacia la mesa con sombrilla que estaba a un costado del parque con unas cervezas y vestía un traje de baño de dos piezas con un pañuelo semi-transparente atado a su cintura.

Inmediatamente bajé tratando de simular tranquilidad ya que no quería arruinar mi estadía a los pocos minutos de haber llegado.

El tiempo transcurría plácidamente, alternando cervezas con algunos chapuzones en la piscina. La conversación avanzaba hacia temas mas personales, así Paola me contó que tenía 17 años, hacia tiempo que no tenía novio, le gustaba leer e ir al cine.

Fui descubriendo también que mi anfitriona necesitaba cada vez mas seguido el auxilio del agua fría de la piscina para disimular su excitación.

Esto me dió coraje a intentar acercarme a Paola y forzar algún tipo de contacto, en eso estaba cuando mis padres y los de Paola se acercaron a invitarnos para ir a almorzar a un restaurant cercano, casi al unísono rechazamos la invitación con la escusa de disfrutar del hermoso día en la piscina.

Cuando los mayores se retiraron solo un cruce de miradas alcanzó para que ninguno contuviera mas sus deseos, me acerqué lentamente a Paola y comencé a besarla lentamente mientras mis manos recorrían sus bellos pechos sobre el diminuto sujetador.

Casi de inmediato sus pezones aparecieron erguidos através de la suave tela y las sus manos se apoderaron del bulto que surgía debajo del short en mi entrepierna.

Así estuvimos unos minutos, yo parado a su lado recorriendo sus tetas mientras nos besábamos frenéticamente y ella sentada en un banquito masturbándome por encima del short, hasta que poco a poco Paola se fue incorporando mientras yo le quitaba el sujetador y me dedicaba de lleno a chupar y mordisquear los hermosos pechos que se movían agitadamente al ritmo de sus suspiros.

Cuando ya había recorrido a conciencia ambos pechos con mi lengua comencé a deslizarla por su estomago rumbo a la pequeña tanga.

En ese momento Paola me hace incorporar, mete su mano debajo del short, me toma del pene y de él me va llevando hacia dentro de construcción que estaba del otro lado de la piscina.

Cunado entramos descubro que era el deposito donde guardan las herramientas del jardinero y los elementos de la piscina (mangueras, colchonetas, etc…).

Inmediatamente Paola se pone de rodillas, me quita el short y comienza a darme una mamada fenomenal, mi pene era recorrido desde la base del glande a los huevos a un ritmo frenético por sus carnosos labios a la vez que con la punta de su lengua no dejaba estimular el glande haciendo pequeños círculos a gran velocidad.

Cuando notó que se me dificultaba contener la eyaculación, se detuvo y se tumbo sobre una mesa que había a un costado. Inmediatamente le quite la tanga, descubrí su monte de venus totalmente rasurado y sus labios húmedos de placer, y me dispuse a devolverle la cortesía dedicándome a lamer y besar esa cueva hermosa y lampiña.

Sus jadeos fueron convirtiéndose en gemidos y por momentos en pequeños gritos de placer que Paola no hacia nada por callar, ya que estábamos solos en la casa y ésta bastante alejada de la ciudad.

Sus gemidos fueron aumentando hasta un ruidoso orgasmo que me pareció durar 3 minutos.

Apenas termino su orgasmo me pidió que la penetrara, obviamente no tardé en complacer a mi amante ya que yo lo deseaba mucho mas que ella.

La sensación de penetrar lentamente su húmeda vagina aun palpitante del orgasmo que acababa de tener fue maravillosa.

Paola se quedó inmóvil mientras la penetraba, mientras pedía que se la entierre hasta el fondo, cuando llegue al final y mis huevos rozaron sus nalgas, comenzó a contornear su pelvis provocando que mi pene se endureciera aún mas (cosa que yo pensaba imposible) y que yo comenzara a embestir con fuerza contras sus caderas.

Nuestra respiración se aceleraba cada vez mas y Paola comenzó a gemir ruidosamente para alcanzar otro orgasmo a los pocos movimientos de su pelvis.

Seguí penetrándola salvajemente mientras ella no paraba de gemir y pedir que la penetrara mas rápido, así a los pocos minutos ambos alcanzamos un poderoso orgasmo.

Cuando logramos reponernos, recogimos nuestras ropas y nos dirigimos a la casa para ducharnos y buscar algo que comer.

Cada uno se dirigió a su cuarto para ducharse y cambiarse, para luego encontrarnos en la cocina y decidir que almorzar.

Yo no podía creer lo que me acababa de suceder y mientras me duchaba no podía dejar de pensar en el fabuloso cuerpo de Paola.

Cuando me dirijo hacia la cocina, la encuentro vestida con un vestido blanco, entallado y semitransparente que evidenciaba (aparte del escultural cuerpo de mi joven amante) que ella había obviado ponerse nada debajo.

Paola disfrutaba al ver como yo no podía mantener el hilo de la conversación absorto mirando sus pechos o sus nalgas, dependiendo de lo que ella ofreciera a mi vista mientras preparaba el almuerzo.

Yo estaba sentado en una silla en medio de la habitación desde donde podía ver todo y cada uno de sus movimientos, cuando Paola notó que mi erección comenzaba a ser importante se dirigió a mi diciendo:

– «Voy a tener que hacer algo con vos, porque sino no me vas a dejar preparar el almuerzo tranquila».

E inmediatamente bajo mis pantalones y comenzó a chuparme hasta lograr que mi pene quede totalmente rígido y palpitante, subió su vestido hasta la cintura y se monto sobre mí devorando todo el largo de mi pene con su jugosa vagina de un solo movimiento.

Se quedo inmóvil algunos segundos mientras nos besábamos apasionadamente. Lentamente comenzamos a movernos, yo agarré con mis manos sus firmes nalgas y comencé a apretarlas y separarlas mientras ella se movía y gemía como una posesa.

Fui acercando mis dedos a su ano y no encontré ninguna resistencia de su parte, tampoco cuando comencé a penetrarlo con mi dedo mayor, al contrario sus gemidos aumentaron y la cara de placer que ponía hubiera derretido un tempano.

Cuando intenté meterle otro dedo en el ano, Paola se puso de pie, se dirigió hacia la mesa y se tumbo de boca ofreciéndome su hermoso culo todo para mi solo.

Inmediatamente la penetre sin ninguna resistencia y comencé a moverme lentamente en su interior mientras ella contorneaba su cintura para aumentar el placer aún mas.

Paola alcanzó nuevamente su orgasmo y mientras gemía de placer me pedía que contuviera el mío un rato mas.

Hice todo lo posible por complacer a mi compañera sin detener mis embestidas sobre sus caderas y lo logré.

Cuando termino su orgasmo me pidió que saliera de su interior, se volteo hacia mí y me pido que me sentara nuevamente.

Acto seguido se arrodillo nuevamente y me dió una cariñosa mamada, deteniéndose cada vez que notaba que yo estaba a punto de acabar postergando mi orgasmo por varios minutos.

Cuando por fin accedió a mis ruegos y me permitió alcanzar el orgasmo eyacule en su boca una gran cantidad de semen que golosamente lamio trago hasta la ultima gota sin dejar de succionar y lamer mi glande hasta que mi pene quedo totalmente limpio y flácido.

En ese momento escucho detrás mío una voz dulce y aniñada que nos dice:

«Espero que esto sea solo el comienzo, y no haber llegado demasiado tarde…»

Pero eso es otra historia, que pronto les contaré….