La noche del bebe
Mi historia sucedió hace casi tres años este mes. Mi nombre es Dora y el nombre de mi marido es Rafael. Me considero atractiva y haber tenido siempre buen cuidado de mí. Estoy orgullosa de que mi marido dice que sus amigos siempre le dicen que están envidiosos por que él me tiene. La mayoría de los hombres encuentran mi cara bonita, pero mis pechos grandes (34d), mi estomago plano, y especialmente mi firme trasero y piernas bien torneadas consiguen la mayoría de la atención, aunque tengo que admitir que nunca visto realmente para mostrar mi cuerpo. No soy anticuada sino que siempre he vestido conservadoramente. Nos conocimos en nuestros años de la universidad y nos casamos poco después de la graduación. Yo seguía siendo virgen hasta nuestra noche de la boda, era algo que mi marido había insistido en la consideración de su educación conservadora. Él es un hombre de negocios exitoso así que realmente no ha sido necesario que yo trabaje. Aun así trabaje algunas horas en unos de sus negocios por algunos años hasta que decidimos que era hora de comenzar nuestra familia. También somos católicos así que hasta entonces utilizamos el método del ritmo como control de la natalidad por lo tanto nunca he utilizado la píldora. Después de intentar por dos años sin resultados decidimos que era hora de buscar ayuda profesional. Fue así que un experto determino mi hora más fértil para concebir, así mi marido estaría siempre en casa para embarazarme. Desdichadamente, no hubo suerte. Pasamos por todas las pruebas que se dan a las parejas en nuestra situación y aprobamos, pero la cuenta de la esperma de mi marido era un poco baja. Elegimos no hacer caso de los que sugirieron que adoptáramos o que consideremos la inseminación artificial. Lo ultimo mi marido dijo que el nunca podría admitir, en vista de sus viejos valores formativos y orgullo masculino. Sabiendo la cantidad de tiempo que toma y los problemas implicados con la adopción dejamos de interesarnos en esta opción. Acabamos por seguir intentándolo. Eventualmente encontramos un doctor que tenia muy buen éxito con otros y decidimos consultarlo. Después de examinarnos él nos dijo que no había realmente algo mal con cualquiera de nosotros y nuestros encuentros serian buenos si cambiáramos la periodicidad de nuestros acercamientos. Él dijo que nosotros lo habíamos intentado con demasiada frecuencia, una equivocación que muchas parejas cometen en nuestra situación. Él sugirió que nos abstuviéramos del sexo por cerca de seis semanas y así dejáramos que la cuenta de esperma de mi marido se acumulara lo suficiente, conjuntamente se me aplicaría a mí frecuentemente una fuerte droga de fertilidad. Entonces en la época más fértil de mi ciclo deberíamos de intentarlo otra vez. Tengo que admitir que tuvo sentido. Al verificar el calendario nos encontramos con la agradable sorpresa que el día propicio para nuestro encuentro sexual coincidía con la boda de un amigo de la preparatoria de Rafael, era un evento al cual deberíamos atender. !Era perfecto¡, una noche en la cual podríamos salir a divertirnos y realizar nuestro sueño de embarazarme. La marcamos en el calendario como nuestra «noche del bebe». Además había otro detalle que determinaría la importancia de esa noche. Mi marido es un hombre de negocios muy agresivo y un antiguo amigo y rival de negocio viajaría a nuestra cuidad para también estar en la boda. Su nombre era Samuel. Habían sido buenos amigos, pero eran muy competitivos e intentaban siempre ganarle el uno al otro. Parecía como que cada uno tenia siempre algo que el otro deseaba y ambos eran igualmente exitosos en la vida, se habían dejado de ver algún tiempo atrás. Por lo tanto Rafael admitió que pensaba utilizar la boda como oportunidad de limar asperezas con él. Aunque le había visto solamente en un par de ocasiones sabia que su lazo con Samuel se había refrescado y apenas comenzaban recientemente a hablar otra vez. Pero de todos modos, esa no era mi preocupación, por lo menos eso pensaba yo. En las siguientes semanas Rafael había estado trabajando horas extras y casi cada noche ambos terminábamos algo frustrados por no tener sexo, las seis semanas se convirtieron en las mas largas de mi vida. Siendo la noche de la recepción mi tiempo más fértil decidí poner algo de mi parte comprando un nuevo vestido muy diferente a los que normalmente utilizo para sorprender a Rafael. A el siempre le a agradado presumirme ante todos sus viejos amigos así que sabia que él aprobaría de mi nuevo look. El siempre esta intentando convencerme de vestir mas atrevida y sexy. Era un vestido de color agua muy corto y estaba echo de nylon tipo spandex del tipo de tela metálica muy brillante se abrazaba firmemente a mis curvas como una segunda piel. Era de esa clase de vestido que cuenta con un gran escote por la espalda hasta el cierre de la falda y por enfrente contaba con dos tiras de tela que cubrirían mis senos y estas se unían con un broche por detrás de mi cuello. Para corresponder me compre una pequeñisima tanga brillante del mismo material y color que hizo juego perfectamente y decidí no utilizar ninguna clase de brassier, algo que nunca había hecho aunque sabia que mis pezones probablemente se mostrarían a través de la tela del vestido sí hacia algo de frío. Cuando llego la noche desde temprano comencé a arreglarme puesto que ansiaba tanto esa noche desde hace seis semanas. Antes había tomado mi temperatura y me complacía ver que la ovulación estaba en buen horario. Perfecto. Para celebrar incluso me hice una bebida, algo que nunca suelo hacer pero, me ayudo a relajar pues nunca suelo vestir en publico de la manera como la hacia esa noche. Como Rafa no llegaba a casa comencé a preocuparme. Me hice otra bebida, al pasar frente al espejo pude ver como lucia con mi vestido nuevo, y parada allí delante del espejo. No podía creerlo incluso no parecía ser yo. Aunque el vestido era de estilo clásico parecía que estaba firmemente pintado en mi cuerpo aunado que la tanga era de esas de hilo parecía que no llevaba nada de ropa de bajo, además los zapatos de tacón (12 cm), hacían lucir mas mi figura. Sabia que era el vivido sueño de la lujuria de cualquier hombre, no podía esperar para ver la reacción de Rafael. Sentía ya la sensación húmeda en mi tanga con solo utilizar ese atuendo y la manera en como me veía tan sexy y atrevida. Pense que probablemente Rafael al verme no desearía ir a la recepción. Entonces sonó el teléfono. Era él y me dijo que tenia algunos problemas serios en el trabajo con un nuevo sistema informático y el no podría salir temprano. Al oír el sonido de su voz sabia que el se sentía terrible. El entonces me dijo que estaba realmente apenado. Ustedes pueden imaginar mi decepción, pero lo entendía y me ofrecí esperarlo en casa hasta su llegada. Me dijo que él llegaría muy tarde y que lo mejor seria que tuviera un rato de diversión y fuera sin él. No había ninguna razón para arruinar ambos nuestra noche. Además de que nosotros podríamos salvar nuestra inmóvil «noche del bebe», cuando ambos estuviéramos en casa. Normalmente, le habría dicho que no, pero considerando las bebidas que tenia y al ver que me esperaba otra larga tarde sola esperando, acepte ir sin él. Lo que más me hacia dudar es que no conocía a la mayoría de los invitados, pero Rafa me convenció de que Samuel también estaría allí y se haría cargo de atender todas mis necesidades y por presentarme a los otros invitados. Él incluso me pidió que terminara de suavizar las cosas con él e invitar a Samuel a cenar alguna vez. Realmente no conocía a Samuel muy bien sino que lo recordaba por sobrepasar el 1.80 mts y su físico que era el ideal de cualquier mujer. Él era del tipo de hombre que cualquier mujer desearía y calcule que él debería estar casado y por tanto podría sentarme con él y su esposa para hacernos mutuamente compañía. Considere cambiarme el vestido, pero puesto que ya era demasiado tarde y no conocía a mucho de los invitados de todos modos, decidí ir tal y como estaba. Mientras me colocaba al volante mire mi regazo para ver que la bastilla de mi apretado vestido se deslizaba hacia arriba mostrando algo de mi entrepierna y mi tanga. Pense que debería de tener cuidado con la manera de sentarme esta noche. Sonreí y me preguntaba si Rafa me habría impulsado ir si él me hubiese visto con mi sexy look nuevo. Cuando llegue me sentía un poco incomoda puesto que no reconocía a nadie y conjuntamente la forma tan extraña como me miraban algunos de los otros invitados por la forma en que estaba vestida me sentí realmente muy apenada. Entonces lo vi. Samuel estaba aun más guapo de lo que recordaba. Podría decir también que le impresione por la manera en que me miraba. Su expresión me dijo que yo era la mujer más sensual y voluptuosa del lugar. Él sonrió, se aproximo a mí, y me saludo de beso, me pregunto que donde estaba Rafa. Le explique la situación lo cual al no pareció decepcionarlo mucho y con un curioso destello en su mirada me pregunto si deseaba hablar y tomar una bebida. Mientras me encaminaba a la mesa me dijo que él estaba solo también, que amaba bailar, y estaría orgulloso de ser mi acompañante esa noche. Puesto que no conocía a nadie en la fiesta y él actuaba como todo un caballero, le dije sí. Además podría aprovechar la velada para intentar la reconciliación, como Rafa me lo había solicitado. Y dado que mi marido no es muy buen bailarín de todos modos supuse que podría ser divertido. Charlamos un poco sobre Rafa y yo, también hablamos del divorcio reciente de Samuel, él menciono lo afortunados que éramos. Le dije que la vida no es siempre perfecta y que solo bastaba mencionar nuestros problemas de fertilidad como ejemplo. Reímos sobre nuestros propósitos rotos para esa noche y le dije que muy probablemente dejaría la recepción temprano para tratar de salvar por lo menos algo de nuestra «noche del bebe», que las seis semanas de espera para esta fecha se había hecho muy larga. Él dijo que también pensaba que el y Rafa deberían reunirse otra vez y no tener ningún resentimiento sobre el pasado. Sabia que esto haría feliz a Rafa. Después nos dedicamos a bailar solamente nos deteníamos para que él nos consiguiera otra ronda de bebidas o para tomar un respiro y charlar un poco. Las horas se fueron rápido y le encontré muy atrayente, aunque Samuel era fascinante guarde las distancias evitando el contacto innecesario entre nosotros y no estar muy cerca de el por comodidad. Al transcurrir la noche me comencé a relajar y a gozar de la cercanía de él. Comencé a acercarme mas a él en cada baile lento. Se sentía bien estar tan cerca mientras que nos movíamos con el ritmo de la música. Un problema era sin embargo que su musculoso cuerpo frotaba muy cerca de la fina tela que cubría a mis senos y me estimulaba, renovando la sensación húmeda en mi tanga. No contaba con esta sensibilidad puesto que nunca ando sin brassier. Mis senos han sido siempre muy sensibles y mi marido sabe que es la manera más rápida de calentarme. Varia veces cuando nos sentábamos para hablar sabia que él había conseguido accidentalmente un buen vistazo de mí entre pierna pues al ser tan pequeña mi tanga a través de su material brillante se notaba muy bien mi coño. Esto realmente me turbaba y me preocupaba que él pudiera ver lo mojada que me encontraba. Mi dios, estaba excitada con solo bailar con este hombre. No fui la única que lo noto. Mire a Samuel mirando fijamente el material brillante que cubría mis pezones y note que estaban erguidos y se notaban a través de la tela como puntos negros. Podía sentir las acometidas de la sangre a través de mi cara mientras que me ruborice. Varias veces por la tarde tuve que excusarme para ir al baño. Realmente estaba sorprendida de mi reacción porque nunca me había excitado así con alguien con excepción de mi marido. Me eche un poco de agua al rostro y me maquille pense que era el efecto del tratamiento de fertilidad y después de todo, habían sido seis largas semanas.
También las bebidas me habían desinhibido más. Cuando bailamos otra vez el paso su brazo alrededor de mí y comenzó a acariciar mi trasero mientras que nos movíamos juntos. No me opuse. Podría decir que gozo de la sensación del vestido de spandex, cubría mis anchas y redondas nalgas, también podía sentir su cada vez mayor erección comenzar a presionar contra mí entre pierna. No podría decir que tan grande era, pero sabia que debía ser mucho más grande que la de mi marido. Me asombraba que mientras bailábamos me preguntaba lo bien que se sentiría tener una verga tan grande como esta frotando contra mi coño, pero tuve que dejar de fantasear, cuando anunciaron que la música se terminaba. Esto me trajo los pies a la tierra de nuevo y me separe de la sabia que ya era demasiado tarde y había ido demasiado lejos. Sabia que debía ir a casa antes de que las cosas salieran de mi control. Además estaba muy borracha. Cuando le dije a Samuel que yo me necesitaba ir él insistió que esperara un rato hasta que estuviera más sobria. Tengo que admitir que tenia razón pues tenia que recorrer un largo camino a casa. Le dije que deseaba llamar a mi marido para que viniera por mí y le pregunte si él podría ayudarme a encontrar un teléfono. Él convino y comenzamos a recorrer al el pasillo puesto que la recepción estaba en un hotel algo grande. Mientras que caminamos y reímos nos dimos cuenta que ni ninguno de los dos tenia cambio para un teléfono de la paga. Samuel ofreció utilizar el que estaba en su cuarto puesto que el se hospedaba allí mismo, bromee con él diciéndole que una señora decente nunca iría al cuarto de hotel de un extraño. Reímos otra vez mientras que él me abrazo y aseguro que él era un caballero. Realmente no deseaba caminar mas en busca de una solución así que acepte inocentemente y fuimos a su cuarto. Una vez adentro, estaba de pie intentando marcar el teléfono para llamar a Rafa. Me sentía mejor pero seguía estando algo inestable y sentía a Samuel parado detrás de mí sosteniéndome mientras marcaba. Mientras oía sonar el auricular Samuel empezó a frotar suavemente las caras de mis caderas. Al ver que Rafa no contestaba colgué y al darme la vuelta para decirle a Samuel, lo siguiente que recuerdo es su boca tocando la mía. Sus labios contrastaban con los de mi marido, y aunque sabia que no debí hacerlo, abrí mi boca y comenzamos a besarnos. Él empuja su lengua en mi boca y me abrazo fuertemente contra él mientras acariciaba mis nalgas. Eso se sentía muy bien. Pero, sabia que tenia que pararlo. Me separe rompiendo su beso y recordándole que era una mujer casada con su amigo. Entonces le dije que fuera de nuevo a esperar en el pasillo. Él empezó a susurrar en mi oído y me dijo que tenia problemas para controlarse porque era la mujer más sensual y excitante que había visto en su vida que Rafa era muy afortunado al tener a tan hermosa mujer que tenia gusto de vestir como yo, él estaba muy apenado me dijo que si realmente yo no lo deseaba, el podría entenderlo. La realmente sabia que decir, y aparentaba ser tan caballeroso. Y me era tan atrayente. Le dije que no era que no lo desease, solamente que yo era casada y no podía seguir llevándome por mis impulsos. Pero, no sé por que pero, tuve que besarlo otra vez. Abrí mi boca para sentir su lengua dentro de mi una vez mas antes de irme. Seis semanas habían sido tan largas. Estaba apunto de romper nuevamente nuestro beso cuando él comenzó a acariciar ligera y suavemente mi pecho izquierdo a través de la suave tela de mi vestido.
Mi talón de Aquiles. Se sentía tan bien que hizo que mis rodillas se doblaran. Solo algunos minutos mas y entonces me iría. No estaba preocupada porque sabia que podría parar esta locura en cualquier momento de todos modos, el no era un violento grosero sino un gentil caballero. Me convencí que de que eran solo unas pocas caricias inofensivas, algo que yo había hecho con otros tipos mientras que aun estaba en el colegio. Rafa nunca sabría. Era solo un poco de emoción inofensiva. Se sentía tan pero, tan bien que tuve que dejarlo continuar. Él deslizó poco a poco la tela de mi vestido hacia los lados exponiendo cada vez mas mis senos mientras nos besamos. Él comenzó a pellizcar mis pezones suavemente entre las yemas de sus dedos mientras que yo acariciaba su musculoso pecho. Este hombre era magnifico. Cuando él desabrochó los tirantes de mi nuca y saco totalmente del vestido mis senos para lamerlos y chuparlos yo ya estaba a mil. Trate de sepárame así que el aumento los besos y chupetones en mis senos. No podía creer lo que estaba haciendo y mi mente trabajaba tan rápidamente. Mis rodillas comenzaron a doblarse y tuve que sentarme en el borde de la cama.
Apenas un poco mas de esto me dije, después de todo habían sido seis semanas. Por una cierta razón era una emoción tan apasionante tan morbosa «juguetear» con alguien que no era mi marido, y especialmente su rival más grande, era tan excitante que no podía parar.
Nos recostamos en la cama y podía sentir sus manos comenzando a acariciar la suavidad de mis muslos internos. Como no me opuse el tiro la bastilla de mi vestido hacia arriba y podía sentir como suavemente comenzaba acariciar mi coño a través de la tela. El contacto directo, era lo que tanto necesitaba. Gemí. Sus manos separaron mas mis piernas y masajeo la ahuecada humedad de mi coño a través de mi tanga. Pense que mojaría totalmente mi tanga.
Se sentía tan bien. Decidí que lo dejaría hacer esto por algunos minutos mas y entonces tendría que hacerle parar. Samuel tiro de la entrepierna de mi tanga a un lado y su mano ahora estaba adentro uno de sus dedos se movían en la apertura apretada de mi coño. Entre mas insertaba sus dedos mas lograba humedecer mi coño. Entonces, gemí, «Samuel escúchame, tenemos que detenernos. Estoy poniéndome demasiado excitada y yo, no debería estar aquí». Él respondió moviendo su boca bajo de mí estomago y comenzó a masticar la brillante tela de mi tanga encontrando mi clítoris. Mi Dios. Él iba a mamar mi coño, algo que mi marido nunca había hecho. Cuando él comenzó a quitar mi tanga decidí finalmente detenerlo y le dije que habíamos llegado demasiado lejos y que no podía dejar que sucediera mas entre nosotros. Él dijo que entendía y otra vez prometio que el no haría algo que yo no quisiera que él hiciera y que se detendría en cuanto le digiera. Él me prometio que nadie lo sabría. Con esa promesa levante mis nalgas y le deje que me quitara la tanga. Apenas y tuve tiempo cuando se abalanzo con su boca contra mi vientre. Se recostó sobre mí y comenzó lentamente besando el área alrededor de mi coño antes de que él comenzara a lamer mis labios y clítoris totalmente mojados de mis propios jugos. Mientras que él hacia esto continuo pellizcando mis pezones e introduciendo sus dedos dentro de mí. Estaba tan extasiada, era todo lo que me imaginaba que seria. El sabia que hacer con una mujer. Después de poco tiempo comencé a sentir como se iniciaba un orgasmo dentro de mí. Quería seguir adelante y no detenerme había sido un tiempo tan largo. Y Rafa muy raramente me provocaba uno, así que realmente decidí seguir adelante y después le diría que nos detuviéramos. Y le necesitaba tanto que no podría ser algo malo. Así logre estar tan estimulada que ahora gemía en voz alta, incluso no note cuando Samuel se quito sus pantalones y se coloco entre mis piernas. Cuando sentí que algo duro hacia contacto con mis labios abrí los ojos para ver a Samuel sobre mí mire hacia mí entre pierna y vi como dirigía su enorme verga al centro de mis labios vaginales y me estremecí. Era enorme y casi dos veces la talla de mi marido. Me sacudí ante la enorme talla mientras que él comenzó a empujar su gordo glande a través de mi coño. «No Samuel, detente, nosotros no podemos. Yo no estoy protegida.» Grite. Su respuesta siguiente me sorprendió, «prometo que terminare afuera, por favor, tengo que sentirme adentro de ti por apenas algunos momentos. Oh tu, sí dios.» Y el continuo metiendo algunas pulgadas mas en mi. Me horrorice, el no iba a detenerse. Él iba a follarme. Proteste otra vez, «no, Samuel por favor, no lo haga, se lo ruego. Pedí. Yo no puedo. No hoy, mi marido, me espera no, que estoy ovulando oohhnnoo». Intente cerrar mis piernas y mantenerlas juntas, pero era demasiado tarde, yo estaba tan lubricada que el no tuvo dificultad para hundirse dentro de mí, separando fácilmente mis labios vaginales, mas de lo que habitualmente se separaban. Mi cuerpo entonces me traiciono, mis caderas comenzaron a empujar y a moverse contra él con mi enorme orgasmo. No podía reaccionar, incluso yo no podía ni hablar. Podía gemir y empujar solamente hacia atrás mientras que él comenzó a follarme hacia el clímax. Él empujo adentro y hacia fuera, se hundía mas y más profundamente en mi coño con cada empuje hasta que finalmente su verga entera, me llenaba completamente. No había un milímetro entre su pelo pubico y el mío. Comencé otra vez a articular una protesta cuando sentí el empuje de su enorme verga llegaba mas profundo hasta que toco mi cerviz en la apertura de mi matriz. Eso provoco que estallara en mi primer multiorgasmo siempre pense que no existían pero no podía creerlo onda sobre onda de placer que pasaban a través de mi cuerpo una y otra vez y no parecía tener fin. Cuando finalmente me recupere note que mi coño se había ajustado a su enorme talla, su masiva verga resbalaba suavemente dentro y fuera de mi mojada raja. Todo pensamiento sobre mi marido y de mis óvulos desprotegidos se habían ido. Estaba con un amante con una enorme verga. Mi cuerpo finalmente tenia lo que había estado esperando toda la noche. Gemía cada vez que el se cerraba de golpe contra mí, no podía oponerme al placer puro que su gran verga me daba. Era fantásticamente morboso y repugnante tenia una verga prohibida dentro de mí, y de un tamaño, que tenia gran alcance dentro de mí, y sentía mi segundo clímax que se acumulaba en mi estomago muy rápidamente, iba a venirme otra vez. Entonces Samuel empezó a empujar mas fuerte, sabia que él estaba a punto de venirse también. Por un momento estuve algo desilusionada porque sabia que él tendría que sacarme su verga antes de que yo pudiera venirme otra vez. Estaba así de cerca. Entonces lo sentí. La sensación que he anhelado sentir nuevamente cada día desde ese momento. Su cuerpo entero convulsionándose sobre mí, sentía la punta de su verga contra mi carviz. Él gimió en voz alta y tiro los primeros chorros de su semen profundamente dentro de mí. Mi dios, el no se sacaba. Él sé venia adentro de mí. Me llene de las sensaciones del terror absoluto y éxtasis. Intente empujarlo fuera de mí, pero era demasiado tarde. Sus manos sostenían las mías por encima de mi cabeza y él empujaba en mi con toda la fuerza e intensidad de su orgasmo. Que realmente me sorprendió se sentía tan increíble. Cuando mi marido termina solo le salen algunos cuantos chorros y ya. Pero con Samuel podía sentir literalmente su caliente esperma dentro de mí. Brotaban con tal fuerza y en cantidades que podía sentir cada chorro prohibido golpear mi cerviz y penetrar a través de mi matriz. «Tu debes sacármela.» Jadee, la sensación de que él oh yo. No podía. Él sé venia, dentro de mí OH no. Oh no, no ahora OH. Pero estaba llegando a mí. Tan extasiadamente. Llegaba a mi clímax, oohh. Entonces mis caderas comenzaron otra vez en forma involuntaria a empujar fuertemente contra él. Era el orgasmo más intenso que he tenido de un solo golpe y a medida que el continuo empujando yo no podía hacer nada y lo único que deseaba hacer era asir su trasero y tirar de él en contra mi para que me penetrara más. Mi conciencia entera ahora solo se centraba en ese placer entre mis piernas y grite por la experiencia sexual más grande de mi vida. Me estremecí por la onda de éxtasis que paso a través de mi cuerpo, entonces ceñí mis piernas alrededor de él. Y tire de él hacia mí cada vez mas profundo. Era maravilloso. Podía sentir su semen derramarse fuera de mí y pasar por la grieta de mi ano mientras seguía saliendo de él a borbotones. No podía creer la gran cantidad de esperma de él. Mientras que se mitigaban las ondas, podía sentir el calor de su carga que se alejaba hacia las profundidades de mi cuerpo, buscando mis óvulos. Me apena admitir el estado de fascinación en que me encontraba por las maravillosas sensaciones de los sucesos en mi interior. Al volver a la realidad comencé a tener aprensión por lo que había hecho. Miraba entre mis piernas podía ver parte de su verga fuera de mí, brillaba por la capa de jugos y semen mientras otra parte estaba aun dentro de mí. ¿Dios mío. Que hice?. Grite. Samuel me miraba intensamente a los ojos a medida que él continuaba bombeando lentamente su verga que en ese momento empezaba a contraerse. Él pudo haber expulsado su semen fuera de mi hinchado coño. «Dijiste que lo sacarías, tú lo prometiste.» Ahora lo has conseguido me he embarazado de ti y no de mi marido. Lloriquee. Su respuesta me dio una sacudida eléctrica. «Dora estoy contrariado, tu lucias tan hermosa. Nunca me imaginaba que realmente me dejarías follarte. La hermosa esposa de Rafa. Dora, cuando me dijiste que esta noche era tu noche fértil, bueno, no tuve que pensarlo mucho, me cercioraría de que tuvieras mi bebe, en vez del hijo de tu marido.» Me contuve brevemente mirándole. Todo era perfectamente claro. Entendí que solamente era otra competencia. Él obtenía lo mejor que poseía Rafa. Comencé a enfadarme no en solamente con Samuel, también con Rafa, por abandonarme en esta situación. Pero en ese momento ya no importaba más. La suerte estaba echada. Nunca podría explicarle esto a mi marido. El nunca me perdonaría. Me había emborrachado y dejado que su rival me follara e instalara su esperma en mi, directamente en mis desprotegidos óvulos en mi tiempo más fértil. La noche que planeamos juntos como nuestra «noche del bebe». En vista de la fuerte droga de fertilidad que habían estado administrándome, seguramente en ese mismo momento mis óvulos eran fertilizados. Samuel me lleno tanto de su pujante esperma que sabia que estaba siendo embarazada con su niño. Concluí que esta competencia entre ellos había terminado. Deje a Samuel alcanzar la más grande victoria sobre su rival. Había follado a la mujer de su rival y le había preñado con su descendiente. Rafa nunca podría superar eso. Cuando pensaba que todo era una locura note que mis piernas todavía estaban alrededor de él y el todavía empujaba suavemente su verga adentro de mí mientras me acariciaba. Aun podía sentirlo, aun relajado su miembro seguía siendo más grande que el de mi marido. Entonces mi cuerpo comenzó a responder otra vez. Él me beso otra vez muy suavemente y comenzó suavemente a lamer mis pezones. Para mi sorpresa podía sentir como su miembro comenzaba a endurecerse como roca otra vez. Mi marido nunca había podido recuperarse tan rápidamente. Sabia que tenia que parar esto de una vez, aun no era demasiado tarde para detenerlo. No podía seguir siendo tan estúpida y dejar que me tomara otra vez. Deje a Samuel follarme una vez y ahora él comenzaba a hacerlo otra vez. Pero como él continuaba y sabia que no deseaba detenerlo. Aun estaba extasiada y gozosa por lo que habíamos hecho. Se sentía demasiado bien. Conseguí exactamente lo que necesitaba y no deseaba que parara nunca. Mis caderas comenzaron otra vez a responder a cada uno de sus empujes. Él aflojo mis manos y resulto ser una follada muy lenta y romántica. Continuamos durante mucho tiempo y bloquee todo pensamiento, y me concentre en lo maravilloso que se sentía su gran verga pistoneando dentro y fuera de mi mojado coño. Su gran verga me lleno otra vez en forma total, dilataba mi coño hasta el limite, algo que sabia que mi marido nunca podrá hacer. No tenia ninguna idea de que tener sexo con otro hombre podría ser tan apasionante. Mientras follabamos tuve varios orgasmos más pequeños pero parecían fundirse uno tras otro. Comencé a chupar a chupar y besar su pecho. Despues de un rato Samuel jadeo, «voy a venirme otra vez, me saco». Mi respuesta aun hoy me sorprende. Mientras que otro orgasmo se acumulaba dentro de mí le suplique. «No, termina dentro de mí, yo deseo sentirlo, adelante termina dentro de mí, por favor.» Él sonrió, me beso, y aumento su ritmo. Despues de poco tiempo el se endureció, y sentí otra vez como depositaba una increíble carga de esperma en mi mientras yo trataba de sentirlo mas y más dentro de mí. Podía sentir como cada chorro golpeaba mi cerviz provocándome otro orgasmo cuando él penetro profundamente mi matriz. Cuando me penetro, grite y gemí. Se sentía como si el mundo entero girara alrededor, era tan maravilloso. Incluso mis pezones se sentían calientes. Dios, se sentía tan maravillosamente el morbo de lo prohibido, pensar que dejaba a otro hombre preñarme intencionalmente con su niño. Era la ultima traición a mi marido y me había sometido totalmente a él. Sabia que esta traición era lo que me excitaba y hacia mi orgasmo tan intenso. Cuando el finalmente se aparto de mí y retiro su larga verga de mi rojo e hinchado coño me incorpore lentamente sobre mis codos y observe el mal estado en que me encontraba. Mi bonito y sexi vestido estaba totalmente retorcido y arrugado alrededor de mí estomago y mi remojada tanga colgaba en uno de mis tobillos. Mi coño estaba hinchado y rojo, mi pelo pubico estaba enmarañado y sucio de sudor y jugos. Mis senos estaban rojos y cubiertos de marcas y chupetones. Pero lo que era realmente asombroso era él rió de semen que goteaba fuera de mi raja y se acumulaba debajo de mi sobre una almohadilla. No me había dado cuenta pero Samuel se las ingenio para colocarla bajo mis nalgas para ayudar a elevar mi matriz. Deseaba guardar su caliente semen dentro de mi lo más posible. Mi coño estaba tan abierto que me preguntaba si alguna vez podría sentir algo con la pequeña verga de mi marido. Samuel me sonrió y me aseguro que seria nuestro secreto. Despues de cerca de 20 minutos me pude poner de pie y mientras que caminaba el semen empezó a escurrir a través de mis muslos interiores.
Nunca había visto algo o alguien como él. Sabia que no podía ir a casa en el estado en que me encontraba así que entre en su ducha y me limpie lo mejor que pude. Cuando acabe vi a Samuel dormir en la cama con su maravillosa y relajada verga reposando sobre su estomago. Me coloque mi vestido tratando de alisarlo lo más posible, levante mi tanga y me la puse tal y como estaba. Quise preguntarle si lo vería otra vez pero no deseaba arriesgarme que al despertar el otra vez deseara follarme. De regreso a casa aun podía sentir su semen goteando sobre mi tanga. Mientras conducía me pregunte como había dejado que todo esto sucediera. Me sentía tan sucia y al mismo tiempo tan excitada. Que comencé a masturbarme con solo pensar en lo que me hizo así. Afortunadamente cuando llegue a casa Rafa dormía. Entre rápidamente al cuarto de baño y me puse un camisón que cubrían mis rojos y marcados senos, me coloque unas bragas limpias, y entre en la cama. Me aterrorizaba la idea que de alguna manera Rafa pudiera oler a su rival en mi. Aun en ese momento podía sentir el caliente semen de Samuel empapando mi coño. Finalmente Rafa despertó en la oscuridad de nuestro cuarto. Se acerco y me pregunto si había disfrutado ir a la boda. Le dije que estuvo muy bien solamente que no me sentía muy bien. El se sorprendió y decepciono pero pareció entender. El entonces acabo de abrazarme y dulcemente me dijo que en otra ocasión intentaríamos nuestra «noche del bebe», que más adelante cuando me sintiera mejor. Sabia muy bien no podía dejarlo tocarme, hasta que estuviera segura, varias semanas mas adelante, que si, que estaba embarazada del niño de Samuel.
Él me pregunto si le había visto y si Samuel se encargo de atenderme como él lo esperaba. Le asegure que el se había hecho cargo de atender todas mis necesidades, y agregue que él era un completo caballero. Le dije que probablemente nos reuniéramos con el alguna vez y Rafa quedo satisfecho. En la oscuridad el no podía hacer mas que sonreír, el no tenia idea que en ese momento se gestaba en mi matriz el bebe de otro hombre que me folló maravillosamente. De alguna manera sabia que muy probablemente no seria la ultima vez, pero esa es otra historia