En el ascensor
Cuando llegué al portal de su casa, vi una chica era preciosa, alta y delgada, pero con unos pechos increíbles… llevaba una faldita corta, que dejaba ver unas piernas largas y bien modeladas, morenas y bien depiladas.
Tiene el pelo castaño y largo, hasta media espalda, y unos ojazos negros, que parece que te vayan a comer…
Ella no se dio cuenta que yo entraba, y que le daba un repaso a su cuerpo.
Mire su cuerpo palmo a palmo… centímetro a centímetro.
Aligero mi paso para intentar entrar con ella al ascensor.
Llegó a su lado y la saludo, ella se gira y me muestra sus hermosos ojos:
– Cómo te llamas, le pregunto un poco nervioso…
– Alejandra, y usted? – Juan. Pero tutéame mujer, que solo tengo 18 años!! – Bueno, si tú lo quieres… a que piso vas? Yo voy al último,
– Vaya, yo también. Me concederías el honor de subir contigo??
Ella se ríe pícaramente y me contesta que claro, que será un placer.
Entramos los dos al ascensor, y le miro su hermoso culo, y me percato que lleva solo un tanguita, cosa que consigue excitarme un poco más.
-vives aquí?? -no no, solo estoy de visita. -ahhh… ya me parecía a mí que si una chica tan guapa como tu viviese aquí, ya me habría dado cuenta antes.
Ella se ríe y se pone un poco colorada; pero ante mi sorpresa y alegría, se da la vuelta y para el ascensor… mi excitación me hará volver loco.
Me acerco mas a ella, pongo mis manos en su cintura y nos miramos a los ojos… le doy un beso en los labios a lo que ella responde metiéndome su lengua en mi boca, recorriéndola con calidez.
Pongo mis manos en su culo, y se lo empiezo a masajear, mientras ella, me quitó mi camiseta y me acaricia el pecho.
Le desabrocho su camisa botón a botón, sin ninguna prisa dejando sus pechos solo cubiertos por un sujetador de encaje azul, que resalta su espectacular pecho el cual sacó con rapidez y le empiezo a lamer las tetas, dándole pequeños mordiscos en sus pezones, que se están volviendo grandes y duros.
Ella me desabrocha el pantalón y me lo quita, mientras se va arrodillando, me lame el pecho, juega con el poco pelo que tengo en él y llega hasta mis calzoncillos, que dejan ver mi enorme erección, que parece que va a reventarlos.
Con su boca, me los baja lentamente y me los quita.
Con sus manos, empieza a masajearme mi polla y mis huevos, y me hace una mamada espectacular… me mira con cara de lujuria, cosa que consigue ponerme aún más cachondo.
Me arrodillo ante ella y empiezo a chuparle su cuevecita… recorriéndola con mi lengua. Humedezco mis dedos y se los voy metiendo en el culo… primero uno, después dos… tres… noto su excitación, su respiración es entrecortada…
Ella gime de placer, sus piernas están temblando y estalla en un gran orgasmo… y empiezo a tragar sus flujos con delirio; su olor me enloquece.
Me levanto súper empalmado, necesito follarla de una vez.
Ella me pide a gritos que la folle ahí mismo.
Se la meto toda de golpe. AHHHH AHHHHH!! VAMOS CABRÓN siii COMO ME GUSTA!! NO PARES AHORA… .
Parece una verdadera puta.
Sus hermosos pechos bailan al ritmo de nuestra follada… se refleja en el espejo del ascensor… mis manos en sus tetazas, mi polla follandola sin compasión; esta combinación hace que ella no tarde en alcanzar otro orgasmo bestial, pero yo sigo follandola sin descanso… ella busca mi culo, está excitadísima.
Lo encuentra y mete en el un dedo… dos… es la primera vez que me dan por el culo y me gusta muchísimo… yo también se los meto por el culo.
Mi polla va a estallar… AHHHH SIIIIII lleno su coño de mi leche que se resbala por nuestros muslos y cae al suelo del ascensor
Pero mi polla sigue durísima.
Pongo a Alex de cara a la pared… y la follo por el culo, mientras con mis manos me acerco a su coño y le meto mi puño en él.
Ella suelta un grito de placer!!
Empieza a insultarme, a gritarme… nos vemos en el espejo, y es como si viéramos nuestra película porno, ella está a punto de correrse otra vez… gime con tanta fuerza que me parece que va a atraer a todos los vecinos… nos corremos casi a la vez… le lleno el culo con mi leche, mi polla se queda dentro de el unos segundos… le beso el cuello… ella se da la vuelta y nos fundimos en un abrazo, nos besamos, ahora con mucha ternura.
Los dos estamos exhaustos… sudorosos… nos miramos al espejo y nos reímos los dos… nos vestimos, el ascensor vuelve a funcionar y ella se va…
Yo llego a mi casa maldiciéndome por no haberle pedido un número de teléfono, una dirección… pero al irme a la ducha… una sorpresa me aguardaba entre mi ropa… me había dejado su dirección en un papel, así que pudimos tener más encuentros como este…