Una noche en un bar de bailarines gay

Esta es una historia real que me sucedió en una noche de verano.

Vivo en Montreal, una ciudad muy abierta y llena de atractivos nocturnos. Yo suelo salir los sábados en busca de nuevas amistades y experiencias.

Sobre todo en las noches de verano, los clubes se encuentran repletos de hombres guapos y me deleito conversando con ellos o simplemente viéndolos.

Esta era una de esas noches de sábado, entonces decidí ir a dar una vuelta a algún lugar nuevo.

Después de unas horas de búsqueda, me encontré con un club donde bailan chicos hermosos y desnudos así que decidí entrar.

No era la primera vez que venia, pero hacia mucho tiempo que no lo visitaba, y este había cambiado mucho desde mi ultima visita.

Estos machos estaban mejor que nunca, había de todo, músculos, jóvenes, rasados, peludos, vergas hermosas, cabezonas y venosas, vergas chicas encogidas y dulces, mulatos, blancos, latinos e incluso un chico indio del norte de América.

Yo estaba muy satisfecho viendo tanto muchacho joven desnudo frente a mis ojos.

Constantemente, los chicos se acercaban a mi mesa para ofrecerme bailes eróticos en privado, pero yo les respondía que aun no estaba seguro cual de todos los chicos era el que mas me gustaba.

Me excitaba mucho, tenerlos cerca y sentir el calor y el olor de sus cuerpos.

Después de haber visto al menos 25 hombres desnudos, ya casi estaba a punto de elegir a uno para que me hiciera un baile, cuando se acerco hacia mi uno de los bailarines y me dijo pregunto:

-Quieres que te haga un baile? El primero es gratis, para ti.

-Esperarme un rato, respondí yo

-Te voy a restregar mis nalgas en tu nariz y te voy poner la verga tan cerca que vas a sentir su olor.

-En ese caso, llévame adonde tu quieras, dije yo

Entonces, El sonrío pícaramente, me tomo de la mano y me condujo a un rincón solitario del bar.

El era un chavo de unos 19 años, de piel blanca y muy bien rasurado, un cuerpo magnifico, fino pero muy duro y musculoso.

vestía solamente un bóxer blanco muy ajustado y una camiseta muy sexy también de color blanco que le hacia resaltar su figura.

Como es costumbre en estas cosas el bailarín antes de empezar con su danza erótica te dice que tienes derecho de tocar lo que quieras de su cuerpo excepto las partes intimas y el rostro.

En esta ocasión el chico no dijo nada y sin tanto rodeo empezó a menear sus bien formadas nalgas y a acariciar con sus manos su propio cuerpo.

Obviamente, se empezó a desnudar quitándose su camiseta, dejando a la vista su pecho hermoso con los pezones duros y perfectamente redondos.

Yo le pedí que me esperara aun un momento antes de quitarse sus underwear, ya que yo quería ver su bulto y darle cuerda a mi imaginación pensando en aquello que se encontraba dentro.

Comencé a tocarle las caderas y al percatarme que estaban muy finas pero muy duras me dieron ganas de apretarlas fuerte, lo que logro excitar al chico ya que su pene se inflaba lentamente como culebra despertándose.

No tuve mas remedio que apretarle las nalgas y acercar mi boca a su ombligo y entonces el me dijo.

-Te gustaría tocar mi pene verdad?

-Claro que si,

-Te dejo que lo toques con la condición que me dejes tocar el tuyo, y se metió la mano en su boxes y se acaricio su verga…

-quieres oler mi mano, me pregunto el -me gustaría mucho, respondí

y saco su mano y la puso debajo de mis fosas názcales.

El olor era muy fuerte, probablemente debido a que estaba muy excitado, tenia mucho liquido en su órgano.

puso sus dedos tan cerca de mi nariz que llego a mojarme de tan delicioso jugo.

Yo que no soy nada penoso en estas cosas, en seguida tome su mano y le lamí los dedos y pude sentir su sabor salado y sabroso.

Era la hora de conocer su verga! El se fue bajando los calzoncillos y poco a poco comenzó a salir aquel bellísimo pene, que a diferencia de la mayoría de historias que aparecen, no era un pene enorme de 25cm.

Este era un pene relativamente pequeño, blanquito, con la punta rosadita, y con sus testículos bien rasurados.

Tampoco era durísimo, mas bien era flexible y aquel hombre lo movía de una manera increíble. La verdad se miraba muy apetitoso, y yo que esa noche no había senado, se me hacia agua la saliva.

Después de varios minutos con mi mirada prendida en dicho piquito, el chico se dio la vuelta para enseñarme sus nalgas como el lo había prometido. Se abrió completamente sus nalgitas y me puso cerca de la cara su culo rosado y cerradito.

Ver su ano, me provoco aun mas excitación y comencé a tocarle todo el cuerpo con mucha pasión, de una manera desenfrenada.

Por lo general soy un tipo muy controlado, pero en esta ocasión aquel culo y aquella verga me habían hecho perder la razón. Y el chico me pregunto de nuevo:

-Quieres tocarme??

-Si por favor, respondí yo

y el tomo mi mano y la paso sobre su pene y sus testículos, yo estaba emocionadísimo, su pene era muy suave y caliente.

la verdad es que su piel era como la piel de un niño, y su pene era realmente el mas dócil que había tocado en toda mi vida.

Yo le daba pequeños besitos al lado de su ombligo y por momentos sacaba mi lengua y la pasaba por todo su vientre. Era un muchacho muy sabroso, y yo me lo estaba comiendo todo.

Después de varios minutos sobándole la verga y lamiéndole las caderas, su estómago plano y musculoso, sus pechos duros y sus piernas perfectas, el comenzó a tocar mi pene sobre el pantalón y en seguida me bajo el zipper y lo saco.

Automáticamente comenzó a masturbarlo con mucha delicadeza.

El calzaba unos tenis Nike, que le quedaban muy lindos y como yo siempre e sido un poco fetichista, le pedí que se los sacara para poder verle los pies.

Evidentemente eran preciosos, como los pies de un príncipe. Comencé a tocárselos y a pasar mis dedos por en medio de aquellos largos y delgados deditos de sus pies.

A todo esto el palpito este, me estaba masturbando el pene. Yo sentía sus manos como algodones que se movían por el viento y que rozando sutilmente mi órgano.

Después le pedí que se levantara, para poder meter mi lengua en el hoyito de su culo. Y sin decir ni una palabra, se levanto y me puso sus nalgas en la boca.

Mientras le metía la lengua lo mas que podía, hasta lo mas profundo de su culito, le acariciaba con mis manos sus testículos, como haciéndole cosquillas.

Creo que estas cosquillas le excitaron mucho, al puto que se dio la vuelta rápidamente, me tomo la cabeza con sus manos y me metió su verga en la boca.

Sentí su pene entrar de un solo golpe hasta mi garganta, mientras el se movía constantemente como si bailara una merengue ya que mecía sus caderas de un lado para otro.

Después de unos 10 minutos de tener su hermoso chorizo en mi boca sentí como su semen bajaba por mi garganta.

El sabor salado y ácido era delicioso al puto que me lo tome todo – Bueno en realidad el no me dejo ninguna otra opción ya que con sus manos contaminaba mi cabeza con su verga.

A todo esto mi pene no tubo mas remedio que eyacular también y me sentí muy satisfecho sobre todo porque el se acerco a ella para saborear un poco de mi semen.

Después, nos comenzamos a besar en la boca para intercambio un poco de espermatozoides.

Esta historia termina aquí…

Tuvimos mucha suerte que nadie nos descubriera y a que en estos clubes es prohibido tener esta clase de contactos pero si alguna vez vienen a esta ciudad, no dejen de ir a ver a estos sementales y quien quita y con un poco de suerte le puedan chupar la pinga a alguno.