Sexo adolescente

Roberto y yo nos hicimos amigos alrededor de los 14 años míos, el era un año mayor.

Alto, alrededor de 1,85 m. cuerpo armónico fibroso, una sonrisa y una cara exquisitas.

Yo medía alrededor de 176 m, demasiado delgado para mi gusto, no pesaba más de 58 kilos.

El vivía con su padre, una hermana mayor, y una hermana del padre, viuda y que oficiaba de madre ya que la verdadera se había ido cuando ellos eran muy chicos.

Yo era de una familia numerosa.

Nuestra ciudad en el centro oeste de Argentina, no tenía más de mil almas.

Solíamos juntarnos casi todas las tardes en su casa.

El cantaba hermoso, tenía muy linda voz y tocaba de oído pero muy bien la guitarra.

Cantábamos y me enseñaba canciones y posiciones de las diferentes notas sobre la guitarra.

Callejeábamos mucho, estudiábamos poco.

Pero a Roberto el poco estudio no le traía complicaciones en el colegio, a mi si, terminé llevándome a marzo más de 6 materias.

Su papá trabajaba de noche y solía volver al amanecer.

Nosotros nos separábamos normalmente a la hora de cenar hasta el otro día.

Pero un viernes en que la tía se había ido de viaje con la hermana de Roberto, aprovechamos a quedarnos hasta muy entrada la noche, entre anécdotas, canciones, y bromas, y sueños de futuro.

Me quedé a dormir en su casa y obviamente nos acostamos en la cama de dos plazas de la tía Augusta.

La posibilidad de dormir con él era algo me conmovía.

Yo creo que sentí que era gay siendo apenas un niño y desde que lo conocí a él estaba perdidamente, mejor dicho platónicamente enamorado.

Pero era consciente de que él no era gay y yo si, y las posibilidades para mi no existían, eran solo fantasías, ensoñaciones… sueños de amor de un gay no asumido en una ciudad chica, donde todo el mundo se conocía y en una época donde ni siquiera se nos llamaba gay si no putos.

Eran más de las 2:00 de la madrugada cuando decidimos ir a dormir.

Me acosté decidido a eso, solo dormir.

Apagó la luz, no había televisión en ese horario, y menos en una ciudad chica como aquella hace treinta años…

Seguimos conversando en la oscuridad hasta que poco a poco me fui quedando dormido…

En medio del sueño me desperté no sabía ni qué hora era ni cuánto tiempo llevaba durmiendo, y sentí el cuerpo de Roberto pegado al mío, ambos en posición cucharita, su bulto duro presionando mi cola a través de los boxer de ambos y su mano derecha apretando mi pija, dura.

Me quedé inmóvil.

Sus movimientos eran mínimos y se entendía que estaba dormido.

No me moví, no quería que él se despertase y se diera cuenta de lo que estaba pasando, le diera vergüenza y abandonara esa posición y ese momento que deseaba que perdurará toda la noche.

Yo trataba de respirar lentamente a pesar de mi excitación, no quería transmitir nada por miedo al ridículo y al otro día morir el lo hoguera pública por puto.

Sentía su mano que apretaba suavemente mi pija en el mismo instante que él se apretaba contra mi.

Después seguían momentos sin movimiento alguno, y su respiración lenta me confirmaba que seguía durmiendo.

En un momento sentí mover sus piernas, su pelvis hacia atras y adelante, hizo un gemido y su brazo me apretó aún más fuerte contra él.

Movió su cabeza y la ubico en mi cuello. Suspiro de nuevo, y quedó inmóvil en esa posición por un par de minutos más.

De pronto su mano empezó a moverse sobre mi pija, diez o quince segundos y después quedaba nuevamente quieta. Siempre este movimiento iba acompañado por una presión de su pelvis contra mi cola.

Después de unos instantes de quietud volvió a repetir la operación, pero esta vez subió su mano hasta mi pecho acariciándome y volvió a ponerla sobre mi pija, la apretó y su pelvis apretó más fuerte que antes contra mi.

Yo sentía una calor que me recorría desde los pies hasta la nuca….y respondí con un movimiento de mi cola apretandola contra su pija.

El respondió inmediatamente y sentí su mano moverse hacia arriba de mis boxer, buscar el elástico, y meter su mano cálida y apretar de nuevo mi pija.

Suspiro nuevamente, se apretó contra mí, y sentí su boca con un aliento cálido besar mi oreja, mi cuello.

Se quedó nuevamente inmóvil, creo que esperando una respuesta de mi parte, y yo por primera vez hice un movimiento diferente.

Moví mi cabeza de modo que mi oreja quedase de nuevo pegada a sus labios y mi mano derecha apretó la suya que estaba debajo de mis boxer.

Movió nuevamente su pelvis contra mi, y sentí que su pija se había asomado por encima de sus boxer y su glande tocaba directamente con el nacimiento de mi cola.

Lo sentía húmedo, ardiente, tierno. Empezó a besar mi oreja, mi cuello, lentamente, como si aún fueran movimientos de sus sueños…

Yo me apreté fuertemente contra él, apreté su mano y él comenzó a mover la suya bajando lentamente mi boxer. Su boca besaba mi oreja, mi cuello, y yo la moví hacia él y sentí sus labios deslizarse por mi cara hasta llegar a mi boca.

Su brazo izquierdo hasta ese momento inmóvil, lo pasó por debajo de mi cuerpo y su mano empezó a acariciarme lentamente y con la misma mano me apretaba contra el. Su otra mano acariciaba mi pija lentamente también, y yo me apretaba contra el.

De pronto tomó mi mano, voltee casi en posición boca arriba, y él la llevó hasta su pija…..la apretó contra ella y comenzó a bajarse los boxer para dejarla totalmente al desnudo bajo mi mano.

Era un poco más grande que la mía, unos 20 cm muy proporcionada….muy caliente y muy suave.

Así estuvimos unos minutos, besandonos y acariciandonos…hasta que en un momento se subio encima mio, quedando las dos pijas enfrentadas y las bolas tambien.

Me besaba dulcemente mientras movía su pelvis contra la mía… las dos pijas se frotaban entre si, y el placer era inmenso.

Con sus pies separó más mis piernas y sentí su pija deslizarse entre mis piernas

Yo lo acariciaba desde su cabeza hasta donde mis manos podían llegar. Se demoraban en su cola hermosa y dura y el movimiento de ella contra mi me hacia excitar mucho más.

Por primera vez también alguien besaba mis tetas, no hubiera creído nunca que eso me daría tanto placer. Sentía como su pija rozaba mi entrepierna y acariciaba por sobre mi ano.

Luego se puso a mi costado con su miembro tocando mi cadera, apoyado sobre su brazo izquierdo y permitiendole de esa manera a su brazo derecho poder deslizarse por todo mi cuerpo. Acariciaba mi sexo completamente y sentía el suyo apretarse contra mis caderas.

Su mano entró por mi entrepierna y comenzó a acariciarse tiernamente mi ano, alrededor de él….

Besaba mi boca, mis tetillas, su mano subía nuevamente hasta mi pija haciéndome con ella un leve moviemiento de masturbacion.

La subió de pronto hasta mi boca, metiendo sus dedos adentro de ella , buscando mi saliva. Luego llevó su mano hasta mi ano y lentamente empezó a introducir uno de sus dedos en el.

Mordía mi oreja y eso me volaba de calentura y además no sentía el malestar de su dedo adentro de mi cola….

Sacaba su dedo, lo metía en su boca ahora, lo lubricaba y volvía a mi ano.

En el momento de meterlo me apretaba fuertemente contra él, me besaba hasta dejarme sin aliento.

Al sacarlo volvía hacia mi pija….hacia su boca…

Abrazándome con ambos brazos torció mi cuerpo hacia el costado dejando mi cola expuesta hacia su pelvis.

Su pija se apoyó suavemente sobre mi ano y mientras su brazo derecho me apretaba contra él iba acariciando desde mis rodillas hasta mi cara… su boca mordía mi oreja y yo alcanzaba un nivel de excitación que nunca más volví a sentir en mi vida después.

Lentamente su botón entraba por mi ano. Sentía un dolor raro, pero mi amor por él y mi estado de excitación lo superaban ampliamente.

Después de haberse introducido su pija unos pocos centímetros, la saco lentamente mientras su mano pellizcaba mis pezones…

Estiró su brazo hasta la mesa de noche que estaba del lado mío e intentando alcanzar algo y cruzando parte de su cuerpo por sobre el mío, buscaba alcanzar una crema para manos que la tía tenía allí.

Ese movimiento dejó su pelvis casi a la altura de mi cabeza.

Pude ver en la penumbra de la noche, la poca luz que filtraba por los vidrios, su pija, bella, recta, perfecta a quince centímetros de mis ojos.

Mientras el se demoraba en encontrar la crema en la casi absoluta oscuridad, la comencé a acariciar con mis manos.

Mi boca temblaba de ansiedad de besarla…

Acerqué más mi cabeza a su pelvis y comencé a besar los alrededores de su pija.

No me animaba a llevarla a mi boca.

Ese besar mio lo hizo gemir y arquear de placer, lo que dejo su boton a dos centímetros de mis labios.

Lo besé con prejuicio, con temor y con miedo de sentir asco.

Lo amaba locamente desde hace más de un año y creo que estaba dispuesto a cualquier cosa por complacerlo, hasta mi más profunda humillación.

El lentamente se movió para introducirlo en mi boca….el placer de ese miembro hermoso, cálido, higiénico pero con el perfume del sexo iniciado, la piel suave muy suave sobre mi lengua y mi paladar…. no podía creer que eso me pudiera dar tanto placer y exitacion.

Se movía lentamente como si me estuviese haciendo el amor con total dulzura.

Luego incorporó su cuerpo y me pidió que bajase un poco el mio en dirección contraria a las almohadas.

Se arrodilló junto a mi cabeza y su frente en dirección a mis pies, inclinó su cuerpo para poder volver a introducir su pija en mi boca.

Su boca comenzó a besar mi vientre, mi ombligo y con pequeños besos y mordiscos fue acercando su boca a mis genitales, mis huevos, y lentamente subía por mi pija hasta el botón… besándola suavemente.

De pronto sentí la tibieza de su boca que invadía mi pija, sus manos con suave movimiento de masrtubacion y su pelvis haciendo el movimiento de entrar y salir de mi boca.

Luego puso su pija entre mis tetillas y quedaros sus huevos y su ano al alcance de mi boca.

Nuestros cuerpos se movían como serpientes rozándose y besando… su boca lamiendo mi entrepierna, besando mi ano…..yo creía que iba a estallar completamente.

De pronto su mano comenzó a masturbarme con mas ritmo y con más fuerza y los movimientos de su cuerpo acompañaban ese ritmo con su pija dentro de mi boca….

Al sentir su leche caliente correr y golpear mi lengua y mi paladar no pude mas….y empece a acabar de tal manera y con tanta fuerza que mi leche cayó en gran parte sobre su espalda.

Quedó acostado al lado mío con sus manos sosteniendo mis pies. acariciando mis piernas… Así pasamos creo que más de quince minutos, creo que hasta nos dormimos unos instantes… Sentí que se movía intentando ponerse de pie.

Lo hizo y caminó en dirección al baño. Sentí el agua lavar las partes de su cuerpo en la oscuridad.

Cuando el regresó yo me incorporé e hice lo mismo. En todo ese periodo la única vez que alguno de los dos habló fue el para pedirme un cigarrillo.

La brasa del cigarrillo iluminaba su rostro, su perfil, cada vez que lo pitaba.

Una vez que ambos terminamos el cigarrillo, el se acerco hasta casi mi boca y me pregunto….Estas bien? Le respondí que absolutamente bien.

Puso una mano sobre mi rostro y movió mi cara en dirección exacta de su boca. Con su lengua comenzó a delinear mis labios, mi nariz, besaba mis ojos.

Volví todo mi cuerpo en dirección exacta al de él….

Nuestras pijas erectas se tocaban, nuestras bocas se besaban en medio de una respiración agitada.

Giro con sus brazos los dos cuerpos quedando el sobre mi….y su boca mordía cada parte de mi pecho, de mi vientre, mi pija…

Sus brazos subieron mis piernas dejando mi ano al alcance de su boca…..lo llenó de saliva y lo mismo hizo en su pija.

Puso sus rodillas casi pegadas a mis caderas y su pija la apoyó sobre mi ano.

Apenas se movía, pero sus manos acariciaban mi pija masturbandome lentamente…. me excitaba todo de nuevo…y mi cuerpo empezó a moverse buscando lentamente que su pija fuera penetrandome.

Sentí un dolor muy fuerte, y me moví sacando de adentro mio. Él se inclinó a mi boca,,,,besaba mi cuello, mis orejas, sus manos acariciaban mi sexo y mi cola. El dolor persistía y seguimos besandonos y acariciandonos hasta que prácticamente desapareció.

Volvió a enderezarse y a acomodar nuevamente su pija contra mi ano, y comenzó de vuelta a moverse lentamente mientras comenzaba nuevamente a masturbarme. Logre que me penetrara otro poco, pero igualmente el dolor volvió, más leve, pero moví nuevamente mi cuerpo para liberarse de él. Volvió a besarme, mi cuello, mis orejas mi frente.

Volvimos a intentarlo pero esta vez había lubricado su pija con crema.

Apoyó su botón, empezó a moverse y masturbarme….y yo lentamente a mover mi cintura en dirección a su pija.

Suavemente en pocos segundos y ya sin dolor y sin con un placer infinito sentí como sus bolas se apretaban contra mi cola.

Subió mis rodillas y las apoyó sobre sus hombros, eso aumentó significativamente mi placer de sentirme penetrado por la totalidad de su impresionante pija y la posibilidad de besarnos mientras el se movía adentro mio.

Así estuvimos unos pocos minutos, lentamente y apasionadamente.

Acariciaba su cola, y con ello sus movimientos amatorios. Deslizaba mi mano hasta su pija y la acariciaba en ese salir y entrar de mi cuerpo.

De pronto se sentó agarrando mi cuerpo y llevándolo con el.

Él quedó tendido boca arriba y yo sentado sobre su pija que estaba íntegramente dentro mio.

Me incline para besarnos…. el me abrazo y comenzamos juntos a movernos, primero lentamente y luego cada vez más fuerte…

Nos besabamos y mi pija era masajeada por los cuerpos rozándose.

Sacó más crema con sus dedos del pote y lubricó mi pija desde las bolas al botón….ya lubricada entre los dos cuerpos en movimientos era el estimulante y el complemento del más hermoso placer…

Me enderecé y con mis manos acariciaba sus genitales, su pija entrando y saliendo de mi.

Seguí con mi mano hasta su ano apenas lo toqué él respondió con un gemido de placer… probé de meter algo de un dedo y sentía como se dilataba y se contraía de placer y me respondía moviendo su mano en mi pija con mas ritmo mas fuerza, siendo siempre algo suave y placentero para ambos…

Traté de acercar otro dedo ya lubricado por la misma crema que el tenía en su pija y que yo acariciaba en sus movimientos.

Traté de meter otro dedo y su dilatación era tal que sin esfuerzo en un momento tenía tres dedos adentro, muy profundamente dentro de él…

Gritó de placer, y ese grito completó mi excitación…

Sentí su leche dentro mio con un gemido largo y gutural mezclandolo con mi nombre… en el mismo momento en que la mía caía sobre su rostro, su cuello…

Hicimos durante mucho tiempo el amor de mil maneras, conservando ese secreto solo para nosotros y esa complicidad que aumentaba nuestra pasión oculta.