Capítulo 1
- El sexo como fuente de placer
- El sexo como fuente de placer II
Esto es real. Cambio nombres porque es lo apropiado.
Desde pequeño me masturbaba como una necesidad, era una fuente de placer.
Crecí en un barrio humilde donde todos nos conocíamos, y los juegos eran en la calle. No había Internet ni móviles.
Veíamos porno a escondidas en casa de algunos que tenían Video o a través de alguna revista porno encontrada o «requisada».
El contacto con los amigos era muy cercano. Era la década de los 80.
Las experiencias se refieren a sexo con dos chicos del barrio, por separado. Sucedieron en espacios de tiempo cercanos, pero de forma separada.
Daniel tenía un año más que yo. De piel morena, alocado y en aquella época guapo diría.
Recuerdo que una vez de niños, jugando en su casa, solos, me la me bajó los pantalones, me giró y me la metió de golpe. Fue tal el dolor que me asusté y fui corriendo para el baño, y acabé yéndome. No recuerdo qué dio lugar a que me bajara los pantalones. Sólo recuerdo que no me opuse.
En otras ocasiones viendo revistas porno se la sacaba y se masturbaba y me miraba. Tenía una polla pequeña y muy negra.
Un día vino a mí casa a buscarme con la excusa de ver una peli porno.
Fuimos a su casa. No había nadie. Solos el y yo. Puso la peli y tras la primera escena se la sacó y comenzó a tocarse, y al rato me invitó a que yo lo hiciera también.
No reaccioné. Estaba muy cortado. Cómo vio que yo no lo hacía me la sacó él y comenzó a masturbarme, y luego a chupármela. Qué sensación más placentera sentirla dentro de su boca. Uff.
Estuvo poco tiempo chupando. Se puso de pie y me la metió en la boca. Tener su polla en mi boca me gustó aún más. Increíble sentirla, olerla, el roce de los pelos de su vello público era muy excitante.
Al rato me levantó, me terminó de bajar el pantalón de chándal hasta los tobillos, me giró y me la metió. La clavada inicial fue brusca, pero no recuerdo dolor. Creo que fue por la calentura y porque su polla es pequeña.
Recuerdo tener las manos apoyadas en el sofá mientras me la clavaba fuerte, me estaba dando duro. Sentía sus jadeos y el golpeó en mis nalgas. Para mis adentros decía «follame», «follame».
A los minutos terminó. No sentí semen ni nada parecido. Fui al baño y al limpiarme descubrí sangre. Avergonzado me fui para mi casa.
Jesús era alto, callado. No diría que fuera guapo. Tampoco era feo.
Cuando jugábamos al escondite solíamos escondernos juntos en una pequeña cueva que había donde vivíamos. Se tumbaba boca arriba y yo me ponía sobre él para que no nos vieran. Éramos niños y sólo pretendíamos escondernos. No decíamos nada. Sólo esperábamos.
Con 13 o 14 años la cosa cambia. Más sí hay movimientos y las pollas se rozan. La erección es instantánea.
Recuerdo que nos gritábamos y llegábamos al orgasmo, sin eyacular porque no teníamos edad para eso.
La primera vez que tuvimos sexo ya no jugábamos al escondite.
Cerca de donde vivíamos, había una construcción abandonada, era un lugar donde se guardaba pasto para animales. Allí solíamos ir a ver revistas porno. Habíamos puesto unos cartones en el suelo para estar cómodos. Nos tumbamos boca arriba y mirábamos entretenidos los contenidos de las revistas. Una vez había visto en una peli porno como la chica rozaba con su pie la polla del tío.
No sé cómo me atreví a hacerle lo mismo. No sé opuso. Su erección fue inmediata
Se dejó hacer, hasta que pare y baje el pantalón de su chándal y comencé a tocarlo. Tras una breve paja y comencé a chuparla. Tenía una polla pequeña pero gorda. Fue muy placentero. En ese momento descubrí que me gustaba mamar.
Tras un buen rato saboreando su polla me di la vuelta poniéndome de lado y bajé el pantalón. Me la metió de una vez. Casi me mata del dolor. No pude aguantar. Tuve que retirarme.
Así se repitieron las ocasiones sin terminar. No aguantaba el dolor tras la primera clavada.
Hasta que llegó el día que sí culminamos. Ese día me puse yo encima. No recuerdo dolor, pero sí un momento que me avergonzó porque mientras me movía pensé que me estaba cagando. Hasta que me di cuenta que era su pene.
Pasé de ese momento a darle unos sentado es que le hicieron correrse. Yo estaba excitado. Estaba disfrutando de la cabalgada, pero no sentí su leche. Sólo se pone flácido.
Me subí los pantalones y me marché para mi casa. El caminó hacia la suya.
En qué sentido?
Muy bueno me siento muy identificado con su relato