Capítulo 9
Este capítulo, no forma parte de la primera versión que publicó Pedro casi en su totalidad hace ya algunos años, esta versión incluye este primer capítulo nuevo, al que se le agregarán otros más, escritos por mí (María) y que sucedieron sin que Pedro se enterara en su momento, aunque después se enteró de todo lo que pasó y por eso decidimos reescribir la historia…
Recordarán el final de mi encuentro con Alberto, y reescribo unas cuantas líneas, para que se ubiquen en esa parte:
“que rica verga tienes, siento que me abrió todo por dentro
“no sabes cuantas veces imaginé tenerte así ¡
“de haber sabido lo rico que es tenerla dentro, esto habría sucedido hace mucho tiempo, lástima, nos lo perdimos,
“lo recuperaremos?
“disfruta la que hemos tenido hoy, nadie sabe que podrá pasar mañana, te puedo pedir un favor?
“por supuesto,
“quiero que me marques una mordida en cada uno de mis senos
“pero, te va a causar problemas,
“no te preocupes, de eso me encargo yo,
Así que esa noche le mostré a Pedro mis chiches, con dos mordidas y dos chupetes, unas causadas por Jorge y otras causadas por Alberto, y seguimos…
Después de ese encuentro con Alberto, decidimos que nos veríamos 2 semanas después, solo que ahora no llegaría de improviso a buscarme, sino que, al ya estar convenido, me daría tiempo de vestirme adecuadamente para ir a coger y no en “fachas” como la ves anterior.
Durante esas dos semanas, me dio tiempo a pensar en muchas de las cosas que han pasado en mi vida en los últimos meses, desde la vez que me llamó la atención la verga erecta de Marcelo, hasta la sesión de sexo reciente con Alberto; después de casi 20 años de matrimonio teniendo solo una pareja, en estos meses he tenido 3 parejas adicionales, con conocimiento de mi esposo, y eso ha cambiado radicalmente mi vida. Al mismo tiempo no dejaba de pensar en el gran tamaño de la verga de Alberto, su grosor me tenía impactada, el hecho de no caber en mi boca y que mi panocha lo hubiera recibido con aparente facilidad me tenía inquieta de saber si la podría alojar en mi culo, solo de pensar en ello, mi culo se contraía y relajaba y mi panocha empezaba a secretar grandes cantidades de jugo; me di a la tarea de conseguir un consolador para ir amoldando mi culito a intentar al menos meterme esa gran cabeza por el conducto trasero …… lo conseguí en una sex-shop en Villa Coapa, la sensación de entrar en ese negocio y preguntar por el “juguete” y un aceite lubricante, me tenía casi en el orgasmo cuando al fin me los entregaron y salí corriendo del local; los siguientes días fueron de entrenamiento de mi culito, lo que me llevó a recibir mi “juguete” sin dificultades y al menos tenía uno o dos orgasmos al día.
Al fin llegó el día que nos veríamos y en cuanto se fueron Pedro y las niñas a sus actividades habituales, a toda prisa me metí a bañar, un día antes en la noche, ya había dejado preparado todo para mi vestimenta, y el viernes había acudido a la estética para dar retoques a mi rasurado del pubis, uñas y pelo, así que no me costó trabajo estar lista el lunes en la mañana…
Para esta ocasión seleccioné un juego de lencería de color guinda, con transparencias en sitios clave, (areolas, pubis y nalgas), una falda corta de mezclilla, una blusa blanca casi transparente y una chamarra torera de mezclilla, estuve lista unos minutos antes de que sonara el teléfono, para anunciarme que estaba a 10 minutos de la casa. Salí rumbo a la avenida principal, para encontrarme con él, a estas alturas, mis pezones se empezaban a poner duros y mi cuquita empezaba a rezumar jugo, cada vez en mayor intensidad.
Al llegar, se bajó rápidamente de la camioneta para abrir la portezuela de mi lado y ayudarme a subir, luego de darme un beso en la mejilla, al momento de subir, mi falda estrecha se subió dando lugar a que tuviera una vista de mis nalgas, silbando por la vista que le había regalado.
Una vez arriba de la camioneta, tomo destino hacia el restaurante al que habíamos acudido a desayunar las veces anteriores, sin embargo, al ver la dirección que tomaba, le dije:
“oye, y si vamos a otro lugar?
“a desayunar?
“NO¡, vamos a otro lugar, ya no quiero preámbulos, solo quiero estar contigo y no quiero consumir la mitad de la mañana en el desayuno…
En ese momento, cambio la dirección y nos fuimos en dirección al Metro Taxqueña, enfiló hacia Tlalpan, (al recordar que por ahí mismo había estado con Jorge, mi puchita empezó a contraerse y seguía produciendo cada vez más humedad, pasamos de largo y ya casi para llegar al Centro de la ciudad se metió en un auto hotel que nunca me había fijado su existencia, pasamos directo, solo nos señalaron la puerta donde se metió y una vez dentro, empezaron a bajar una cortina metálica, que prácticamente dejaba aislado el sitio; Alberto se bajó para pagar la habitación y luego de pedir algo para desayunar, me ayudó a bajar de la camioneta, dándose taco de ojo nuevamente ahora con mi puchita cubierta por la micro tanga que llevaba, subimos a la habitación que se encontraba justo arriba del estacionamiento de la camioneta, al llegar a la habitación, me dice:
“dame 5 minutos para quitarme el sudor del ejercicio
Se metió a la ducha y yo me quede sentada en la cama, encendí el televisor y busqué los canales de porno, le deje en uno de ellos y se veía a una pareja que estaba teniendo sexo, haciendo diferentes cambios de posiciones durante los minutos que estuve esperando que saliera Alberto de la ducha; mientras yo disfrutaba la película de momento siento que me abraza desde atrás totalmente desnudo, me besa el cuello y sus manos recorren mi cuerpo, empezando por los senos, que masajea haciendo que mis pezones crezcan y se pongan duros, poco a poco me retira la chamarra y empieza a desabotonar la blusa hasta dejarla completamente abierta, sus manos tocan mis senos, solo encima del sostén, metiendo sus dedos por debajo de él, me quitó la blusa, zafó el broche del sostén dejando mis senos libres, sin dejar de acariciarlos, me dio la vuelta y empezó a besar mi cuello descendiendo hacia mis senos, llegó a mi pezón derecho y lo succionó, de tan caliente que estaba y con esa mamada de pezón que me estaba dando, mi vagina se contrajo, mi culo se contrajo y mis piernas empezaron a vibrar , me estaba viniendo de una forma que antes no lo había sentido, empezó a escurrir una gran cantidad de líquido entre mis muslos, llegando hasta mis rodillas, creo que es algo que llaman “squirt”, mi mente se quedó en blanco, mis manos se agarraban de la espalda desnuda de Alberto, y así me quede unos minutos resoplando y buscando aire con la boca abierta…
Cuando me recuperé, me levanté de la cama, solo para cambiar de posición y abalanzarme sobre Alberto para tomar esa vergotota que cuelga de entre sus piernas, totalmente erguida, dura y caliente, la tomé entre mis manos y empecé a lamer desde sus huevos, que debo mencionar colgaban dos bolas cada una como de aproximadamente 8 CMS en su longitud mayor, (las otras que había tenido en mis manos, no rebasaban los 5 CMS, duras y suaves a la vez), hasta la punta de su glande, subía y bajaba llenando de saliva su gran cabeza, intenté meter esa gran bola entre mis labios, sabía lo que me costaba pero ya una vez lo había logrado así que no pensé me fuera imposible hacerlo, poco a poco fui ganando terreno en ese glande, mis labios ya casi lo envolvían, y esa sensación de que mis comisuras se abrían, lejos de desanimarme, me estimulaban a seguir con la tarea; logré meter el glande y despacio fui introduciendo un poco del tronco de ese gran pedazo de carne, mi boca salivaba cada vez más y mi panocha no dejaba de escurrir, cuando logré meter esa gran bola hasta mi garganta, me sentía ahogar, no entraba aire y tenía que respirar muy despacio haciendo el esfuerzo de meter aire por la nariz…. Fue suficiente, la saque de mi boca, me terminé de desnudar, palpando mi tanga empapada y aprovechando que él estaba acostado, me monté encima y lentamente me acomodé encima de su vergón, separé mis labios con mi mano y colocando la punta de su cabeza entre ellos fui bajando suave, despacio, haciendo que entrara entre mis dedos y labios sintiendo como se iba perdiendo dentro de mí, si la vez anterior me había sorprendido que entrara y que se hundiera toda, hoy todo estaba siendo más fácil, resbaló suave, lento pero sin detenerme me fui empalando en ese grande y gordo trozo de carne que me llenaba en cada uno de los rincones de mi vagina, haciendo que mis labios se dilatarán y a cada centímetro de penetraba yo sentía como se movía todo dentro de mí, al fin, lo logré, tenía dentro de mi ese monstruo de verga y empecé una cabalgata furiosa, arriba- abajo, adelante -atrás, todo al mismo tiempo, mi clítoris inflamado, rozaba contra su pubis y al sentir sus vellos me daba más placer, creo que nunca había sentido mi clítoris tan grande, las estocadas que sentía en mi interior, la gran dilatación de mis labios y el roce en mi clítoris dispararon otro orgasmo aún más intenso que el anterior, por segunda vez consecutiva, mi panocha se convertía en una fuente de líquido, logrando bañar todo la pelvis de él, sus muslos se chorrearon, llegando a perderse entre ellos, me sentí desfallecer recargándome sobre su pecho, con la tranca dentro, mi culo y mi panocha palpitando al ritmo de mi respiración y su erección, seguía firme, dura y caliente….. no había logrado que se viniera, y eso me ayudaba a conseguir mi meta del día de hoy, me dejó reponerme y cuando creyó que estaba lista se empezó a mover, haciendo subir su verga dentro de mi cuerpo,
“momento¡¡, déjame reposar 5 minutos y seguimos con algo diferente
“como??
“sí, solo espera un momento
Me permitió seguir recuperando, cuando me sentí lista, me saqué su gran tronco de mi puchita y haciendo una mueca sexy, le dije
“tengo ganas de que me la metas por el culo, quieres??
“estás segura?, ya lo has hecho antes por ahí?
“sí, pero no con una verga del tamaño tuyo¡¡¡, por favor con cuidado
Me acomodó en cuatro, con mi cara viendo hacia la cabecera de la cama y mis nalgas casi al aire, se paró justo detrás de mí, momento que aproveché para sacar mi aceite lubricante de mi bolso, se lo entregué y antes de usarlo empezó a acariciar mis nalgas, recorriendo desde mi espalda hasta bajar a mi trasero y recorrerlo, primero por la parte globosa y poco a poco acercándose a la raja en medio de ellos, con esas caricias sus dedos estimularon al roce mi culito, pasando encima de él como si no quisiera hacerle caso, luego fueron besos por todo el territorio desde mis labios vaginales, subiendo hasta posicionarse en el agujerito trasero, su lengua trazó líneas por todo el contorno de mis nalgas, recorriendo hacia el centro en varios trazos circulares, hasta confluir en el centro de esos círculos justamente en mi agujerito, su lengua se posicionó en el jugando, hace círculos alrededor y luego se planta en el centro, mi culito se abre y cierra con esos lametazos, se endereza, y tomando su gran verga con la mano derecha, hace resbalar del frasco de aceite un fino chorro que baja por el surco de mis nalgas y cuando llega al agujero, lo detiene y embarra por todo el contorno, empapando la gran cabeza de su vergota, la recarga en el centro, empiezo a temblar no se si de temor o anticipando el placer que espero recibir, sus manos se posicionan de mis nalgas abriéndolas para dejar visible mi agujero del culo, bañado con el aceite, la punta quiere penetrarme, el esfínter se abre y cierra pero no da paso, pienso en mi entrenamiento y trato de relajarme como si fuera mi “juguete”, pero se resbala y se va para abajo, rozando los labios de mi pucha. Segundo intento, nuevamente la punta en medio de mi culo empuja un poco más fuerte, relajo mi esfínter y penetra la punta, respiro hondo y trato de empujar mis nalgas hacia atrás, me invade todo el glande, siento su surco abrazado por mi esfínter, pero me cuesta trabajo relajarme para darle paso al resto; se resbala y se sale lo ganado. Tercer intento, ya sabemos cómo va, se aproxima, recarga, empuja, relajo, empujo y nuevamente está el glande adentro, tomo aire profundamente, relajo mi esfínter, empuja y empujo, entra un poco más y siento como se abre mi culo, arde a pesar del aceite, pero ya está un poco más dentro de mí; muevo mi mano derecha entre mis muslos y con la punta de los dedos compruebo que mi intestino está siendo invadido,
“sigamos, así, poco a poco
Vuelvo a respirar, relajar, empujar, el empuja suave pero firme, siento un nuevo chorro de aceite resbalando por mi surco, su vergota penetra un poco más, mis dedos sienten el roce de la penetración, tengo casi la mitad adentro y me siento explotar, llena, ocupada. Otro empuje, y resbala cada vez más fácil, mi esfínter se ha adaptado al tamaño, la invasión es cada vez más fácil, mis dedos sienten como se va resbalando dentro de mí, sus grandes huevos chocan con mis nalgas, mis dedos sienten su cuerpo pegado al mío, lo siento y no lo creo tengo su vergotota totalmente insertada en mi culo, mi esfínter está totalmente dilatado, me siento extremadamente ocupada en mi interior, empuja todo mi interior y me hace necesitar más aire.
“lista, preciosa?
“claro, papi dame más ¡
Retrocede un poco y vuelve a avanzar, siento que se quiere subir a mi panza, retrocede y empuja fuerte, siento que se me va a salir por la boca, retrocede y empuja, ahora mantiene un ritmo, entrando y saliendo de mi culo, cada vez la saca más y la vuelve a meter, con más fuerza, su ritmo se hace más rápido, y más fuerte, sus huevos chocan con mis nalgas, el placer va creciendo, siento el roce en mis dedos, en el anillo de mi culo, en mis nalgas, el calor sube, me da una gran nalgada, que resuena en la habitación y hace que mi nalga duela, pero me gusta,
“así, más fuerte ¡
Vuelve a darme otra nalgada, y mi placer crece en forma disparada, mucho más intenso; suena una tercer nalgada y mi pucha encharcada, se contrae, mi culo se contrae y aprieta esa gran verga que me invade, el calor sube desde mi esfínter, pasando por mi panocha, mi abdomen, mi pecho, mi cuello y explota en mi cabeza haciendo una ola constante de una, dos, tres, muchas ráfagas que suben constantemente, sigo sintiendo su ritmo y su fuerza y explota mi cabeza en un orgasmo múltiple, dos, tres, no sé cuántos, pero siento como va creciendo la fuerza en mi interior, su vergota me invade y se sale casi completa para volver a introducirse en lo más profundo de mi intestino, esa contracción de mi esfínter y mi panocha, solo lograron aumentar el roce que me provoca y una gran cantidad de líquido salió de mi panocha, parecía que me había orinado, de la cantidad que estaba escurriendo y llenando la cama… justo entonces me introdujo su verga lo más profundo, sus huevos pegados mis nalgas, sus manos atrajeron mis caderas, su verga se hizo más gorda y fuertes chorros de leche caliente inundaron mi intestino……….. en ese momento mi cabeza volvió a sentir la intensidad de un orgasmo si se puede aún más intenso que los anteriores, diferente, solo una presión muy grande desde mi cuello hasta mi cabeza, en ese momento las fuerzas de mis brazos se acabaron y me sumí en la almohada, mis nalgas quedaron levantadas, pero solo porque Alberto me sostenía de las caderas.
No se cuanto tiempo me quedé así, con las nalgas levantadas, la cabeza sumida en la almohada y esa gran tranca de carne empotrada en mi culo, poco a poco se fue reduciendo de tamaño hasta que se resbaló y se salió de mi agujero posterior, me soltó y sin fuerza en las piernas, me derrumbé en la cama, con mi culo abierto y escurriendo una gran cantidad de la leche que había recibido.
Me quedé perdida, dormida, pasaron unos minutos, jajajaja, casi una hora, de la intensidad de los orgasmos recibidos, me quedé profundamente dormida. Cuando desperté, Alberto estaba a mi lado abrazándome, y simplemente, dejándome reposar….
Le di una gran beso, entregando mi lengua a su boca, jugando con la suya que pronto penetró la mía y jugó largamente con mi lengua y mis dientes, haciendo que mi cuerpo respondiera nuevamente con esa calentura y cachondez que ahora me acompañaban casi todos los días, mis manos buscaron su vergón, que empezaba a levantarse, momento que aproveché para introducirlo en mi boca, ahora que no estaba extendida a su máximo tamaño, me la metí hasta la garganta, y a pesar de no estar totalmente erecta, solo me cabía la mitad en la boca. Jugué como pude con mi lengua, haciendo círculos para ensalivar lo que tenía dentro, empezó a engordar, por lo que me dedique a saborear su tronco, sacándolo de mi boca y acariciaba con mi lengua los lados hasta llegar a los huevos, los que me metía en mi boca, alternándolos, primero uno y luego el otro, su verga alcanzó nuevamente su tamaño monstruo y sin pensarlo me monté en él, poco a poco su cabezota me fue penetrando y una vez logrado el cometido, me di un sentón comiéndome al monstruo, penetró hasta el fondo de mi vagina y me puse a cabalgarlo como loca subiendo, bajando, y moviéndome de adelante atrás, ese roce fantástico de su tronco sobre mi clítoris hacia que viera el cielo, la luna y las estrellas al mismo tiempo, mis orgasmos fueron sucediendo uno tras otro, y aumentando en forma progresiva su intensidad, Alberto seguía cogiéndome y penetrando con su vergota, profundamente en mi puchita.
-Así putita muévete más, no sabía que fueras tan puta
-Te gusta?
-me encanta que seas así, solo que no me lo imaginaba
-caras vemos, culos no sabemos
Me empezó a besar y chupar mis pezones, cada vez mas fuerte, sus dientes rodearon mis areolas, oprimiendo cada vez mas fuerte, las sensaciones fueron creciendo, haciendo que me viniera nuevamente, profundamente mis panocha generaba nuevamente gran cantidad de flujo cubriendo sus huevos y muslos, su verga se hinchó de mi y soltó tres grandes chorros de leche, inundando mi vagina que, combinándose con mis jugos, nos volvieron a empapar.
Caí en su pecho, sus brazos rodearon mi espalda y nos quedamos unos minutos así, recuperando el alma que viajaba por las estrellas.
Me levanté y empecé a vestirme, platicamos de volver a vernos en otra ocasión, aun y cuando yo sabía, que había satisfecho mi curiosidad y calentura de meterme en el culo esa verga gorda, podría ser, pero ya no estaba tan segura, había logrado meterla en mi boca y tenerla profundamente en mi culo, tal vez lo volvería a hacer…………..
Llegando a casa, recordarán que le había dicho a Pedro que solo le contaría lo que yo quisiera y en ese momento no me placía contarle mi experiencia, peeeero, dejé mi ropa usada encima de la cama, y mis interiores en el bote de ropa sucia, sin preocuparme de ocultarla, llena de la leche de Alberto y mis jugos, solo para darle a entender que podía salir de casa, sin avisarle y si era curioso, vería, olería, que también podía hacer cosas sin que el se enterara…..
Pasaron varios meses antes de que se enterara de este episodio, una vez que yo superé el haber conocido otras vergas además de la de mi esposo…
Seguiremos con la secuencia e iremos introduciendo los capítulos nuevos….