Nako
Ya deje de ser ese niña tímida, esta mujer en que me he transformado, poco a poco ha recorrido varios escenarios en esto de sobrevivir, las relaciones sexuales desde los catorce años fueron formando parte de mi cultura liberal, gozar a pleno cada momento, llegando a entrar en trances de goce, cuando con mi novio íbamos de vacaciones o escapadas nos empalmamos todas las noches en un vértigo de sexo.
Me extraño esa tarde verlo conversar con un hombre de rasgos orientales, el Ingles fluido que escuchaba entrecortadamente , no me decía mucho, al acercarse Mario (mi novio) me comunico con un aire de suficiencia, que había pactado que esa noche el ponja sea mi acompañante.
Fuera de mi lo increpe e insulte, pateándolo me metí dentro de la pieza a armar mis valijas para irme, dispuesta a no ser prostituida por nadie, Mario logro entrar a la pieza atajándose de las cosas que le tiraba, alcance a escuchar , mil dólares, !por una noche! ! dale, flaca! como lo conozco y sabia que cobraría más, le dije mil quinientos y charlamos ! vale! me dejo esperando su explicación, me dijo que el ponja no entiende castellano, que quería descargar su sexo y tenia miedo de ir a las boites por el tema de las enfermedades, que me daría 2000 dólares, ya estaba todo claro me prostituyo , me vendió cual puta .
Me quede en la habitación a la una de la mañana, golpeo la puerta y en perfecto castellano, se presento como Nako Yamamoto, preguntándome si yo era la dama que esperaba a el, sin dejar que le contestara estaba adentro.
Se desnudo ordenando su ropa, hice tal cual, me abrí de piernas para no sufrir tensión, el dinero se lo había dado a Mario, la prueba de ello era la llave de la pieza que traía.
Puso vaselina en mis labios vaginales y un entre y saca me puso en clima, sus manos fuertes me dieron vuelta sin dejar de penetrarme, el goce ya me hizo acabar, su leche también estaba dentro de mi, el mismo frasco de lubricante uso para mi culo que dilatado con sus dedos recibió otra descarga , el dolor de su penetración cedió al apretarme los senos y sentir mi recto lleno de esa hermosa barra, nos duchamos e hicimos toda una hora aproximadamente de caricias enjabonadas sin penetración al termino de las cuales, mi calentura era como esa de los dieciséis que me llevo a pasarme quince chicos en un día y creer que tenía fiebre vaginal, por las ganas de seguir.
Mamar esa verga, fue una verdadera alegría para mí , todo su aparato entraba y salía de mi boca, pellizcándolo con mis dientes, lamiéndolo en su esplendor de erección, succionándolo y sintiendo su sangre correr en las cavernas del falo y leche en mi boca.
Otra vez en la cama, Nako me hizo sentir su fuerza haciendo una por una las penetraciones del Kamasutra, acabando recién cuando sintió que me corría con todo mis flujos.
Eran las cuatro de la mañana, cuando se retiro, dándome un beso, al despertarme veo el reloj eran las cuatro y media, Mario había entrado a la habitación a los gritos, serenados vimos en la mesa de luz dos mil dólares.
En un instante deduje que había sido una buena puta.
El Nako había concertado con Mario que retirara la llave del bar (que forma parte de esto de vender sexo), nunca fue, Mario se fue al casino, cuando regreso le pregunto al barman y la llave estaba todavía en su poder, mientras Nako se había asegurado mediante su estrategia que yo estaba de acuerdo, mostrándome su llave, yo no me percate del engaño y si pensamos que me habían vendido como una puta circunstancial no profesional, así tenia que ser.
Si fuese profesional no podría haberlo dejado avanzar sin asegurarme el pago constatando la llave.
Como el servicio fue bueno el pago lo pactado.
Cosa seria estos ponja, parecen tontos, parecen nada más y esa verga la extrañe por varias semanas.
Me pelee con Mario cuando en otra salida, me pidió que lo hiciera otra vez, esa vez no dude, arregle yo con el Barman y me mando otro ponja, esa vez constate la llave, Nako creo no hay otro.
He aprendido mucho pero esa noche egrese de puta, gracias Nako.