El secreto de mis finanzas es que disfruto todo lo que puedo
Cuando mi novia me dijo que lo que realmente le gustaba era excitar, debo confesar que me puse celoso.
Dejé de tratar el tema y seguimos jugando para terminar haciendo el amor, como siempre.
Disfruto acostarme con ella, su cuerpo y su actitud verdaderamente me calientan.
Observándola, admirado por lo que me produce, me di cuenta que era cierto lo que me decía, y que de alguna manera yo lo celebraba también. Más provocativa era más la deseaba.
Despertaba en mi un instinto casi animal y la necesidad de poseerla. También descubrí que a ella la complacía mucho más ser tratada de esa manera. Gozaba viéndome perder el control por la excitación que me producía.
Todo empezó con su forma de vestirse y entré en el juego. Cada vez más sexy y más audaz era su vestuario y yo contribuí en gran medida a que así fuera. Periódicamente le regalaba prendas que respondían a alguna íntima fantasía mía y las lucía como si hubiesen sido diseñadas especialmente para ella. Sabía llevarlas puestas y jugaba excitándome.
Un viernes me quedé trabajando y ella salió con sus amigas. El sábado a las cinco de la mañana sonó el timbre, dormido como estaba atendí. Era mi novia que estaba vestida de una forma impresionante, extra-mini, medias, tacos, blusa de gasa semi abrochada y un tapadito. Me empujó sobre la cama, se tiró me arrancó el calzoncillo y empezó a chuparme las pelotas.
Se metió toda mi pija en su boca, lamió y saltó arriba mío para metérsela bien adentro (estaba muy mojada), notar que no usaba ropa interior por completo me sorprendió más excitado aún.
Comenzó a moverse y a mirarme como nunca lo había hecho. Con esa vista y cada jadeo suyo más enardecido me ponía. Me besó y me dijo, amor hoy decidí ser prostituta. Hoy con las chicas salimos a trabajar, podés pedirme lo que quieras que voy a complacerte, pero me encanta sentirme así.
Fuimos a una discoteca y éramos 3 más entre los gatos de levante, putas como a vos te gustan. Mi amor hoy me cogieron dos tipos y les cobré por dejarlos, me hace sentir en llamas. Yo le dije que a mi también me gustaba que lo fuera y acabe inmediatamente, ella salió y me la chupó hasta dejarme limpio y extenuado. Al rato volvimos a hacerlo.
Hoy vivo caliente pensando en ella, y a pesar de todas las fantasías que cumplimos, no deja de despertarme un instinto casi animal y la necesidad de poseerla. Mi novia gana más que yo, lo disfruto y entiendo las razones porque así sea.