Esto ocurrió ya hace unos cuantos años. Yo trabajo en ingeniería en una empresa que da servicios profesionales a otras empresas. La chica en cuestión era del área comercial. Todo comenzó con algunos clientes que nos tocó atender en conjunto. Ella les vendía y yo la apoyaba con implementación.

Comenzamos a llevarnos muy bien y a bromear un poco. Yo estaba casado por esa época, ella tenía ya varios divorciada. Ya con más confianza comenzábamos a tocar temas cada día más candentes. Ella siempre iba con traje de vestir y se dejaba abiertos los últimos dos o tres botones de su blusa con lo cual se le veían sus tetotas siempre.

Un día uno de sus clientes tuvo un problema y me llama para pedirme que le ayudara a solucionarlo ya que era uno de sus clientes más importantes. Ese día yo estaba muy ocupado pero le dije que solo la ayudaría a cambio de algo. Ella que estaba algo estresada me dice si lo que sea está bien. Deje lo que estaba haciendo y le ayude a su cliente.

Afortunadamente no era nada grave y en poco tiempo estaba operando con normalidad. Converse un poco con el cliente y lo apoye con otras dudas que tenía por lo cual quedó muy contento e hizo otra compra para otra sucursal.

Ella a la que por privacidad llamaremos Mayra, llega muy contenta a mi oficina y le dice que el cliente había quedado contento y había comprado un paquete para otra sucursal. Que ahora si de cual botella de whisky iba a querer. Yo me quedé viendo extrañado y le respondo: Quien te dijo que quería whisky? Ella se me queda viendo y me dice entonces que quieres? yo sin rodeos le respondí.

Mira siempre que platicamos me arrimas mucho esas chichotas (cosa que no era broma, ya varias veces la había descubierto coqueteándome) y ya se me antojó conocerlas. Ella se indignó y me dice “Ve eres igual que todos, no puede una tenerles confianza porque solo la ven como algo que se quieren coger” le respondí no importa lo que pienses tú aceptaste y si no cumples tengo forma de remotamente sabotear a tu cliente para que regrese el paquete que acaba de comprar.

Ella sabiendo que era verdad lo que le decía me dice pero que me quieres hacer o qué quieres que haga. Yo le dije no alucines solo quiero que te saques esas chichotas y me dejes jugar con ellas. Ella se veía indecisa pero sabía que no le desagradaba la idea de una buen faje conmigo. Ponía una cara fingida de desaprobación pero aceptó según ella poniendo sus términos.

“Es ta bien pero solo me voy a sacar las bubis y solo puedes tocarlas a ellas nada más” le dije ok. Puse el seguro de mi oficina y comenzó a desabotonar su blusa. Se la sacó y traía un brasier negro que le hacía bonito contraste con su piel blanca.

Se lo quitó también y me dice “ya apúrate”. Yo comencé primero observando ese hermoso par de enormes tetas. Eran blancas un poco caídas por su embarazo pero aún así se seguían viendo hermosas. Sus aureolas eran rosas con el pezon plano y un poco más obscuro.

Comencé a estrujarlas con cuidado las apretaba poco a poco. Las acariciaba y veía como mis caricias no pasaban desapercibidas. Al poco tiempo podría haber cortado vidrio con sus pezones de lo duros que estaban. En este punto ella ya no estaba con su actitud renuente al contrario me acercaba a sus tetas y daba pequeños gemidos cuando las tocaba.

Siempre me ha gustado morder los pezones con algo de fuerza. Me causa placer ver cuando les duele un poco. Así que ella no sería la excepción.

Me puse una de sus chichotas en la boca y poco a poco aprisione su pezon entre mis dientes y mordí un poco. Ella pegó un gemido y con fuerza me abrazó. Se separa y comienza a querer desabrochar mi pantalón. Lo desabrocha y saca mi verga de el. Yo considero que no la tengo tan grande 17 o 18 cm de larga y unos 5 de gorda. Soy moreno así que mi pito está prieto. En ese punto ella estaba ya incada frente a mí.

Comenzó a mamarme los huevos primero y daba lengüetazos por todo el tronco hasta terminar chupando el glande. La verdad me sorprendió que lo hiciera tan rico. Luego se metía mi verga completa a la boca y hacia un movimiento con su lengua que tuve que contenerme un par de veces para no acabar rápido en su boca.

Después de una magistral mamada Mayra estaba ansiosa y quería que ya me la cogiera pero tenía una cita virtual con un cliente y no quería cancelar. Le quite su pantalón y unos enormes calzones y vi que estaba completamente depilada y como todo su cuerpo era completamente blanca.

En ese punto ya tenía la pucha súper mojada al grado que su calzón estaba empapado. La puse en 4 en el sofá y con mucha delicadeza fui metiendo centímetro a centímetro mi verga hasta que la tuvo completamente dentro.

Cuando estuve hasta el fondo le pregunté: te gusta? Ella con voz temblorosa me contesta: me encanta papi. Le digo entonces como putita que eres me vas a tener que esperar si quieres que te de la cogida que tengo pensado darte. Recordé esa escena de la película de operación swordfish donde está hackeando con una tipa mamandole la verga.

Le dije voy a tener una reunión rápida con un cliente y quiero que me la estés mamando mientras tengo la reunión. Pero me va a ver, estás loco. Le dije no encenderé mi cámara. Me dice ok pero no te tardes mucho que ya quiero sentirte dentro de mi. Va. Tuve mi reunión y todo el tiempo Mayra estuvo con mi pito en su boca.

Cuando acabé como unos 10 minutos duró la reunión. Le dije ahora si putita. Te ganaste tu cogida. La volví a poner en 4 y esta vez la penetre con fuerza. En esa época ella tenía 34 años y la verdad su vagina se sentía muy rico pero ella nunca lo supo jeje porque siempre le dije que putitas aguadas como ella eran solo para quitarme las ganas.

Ese día lo hicimos toda la tarde. Terminamos ese palo ahí y nos fuimos a un motel. A pesar de estar gordita practicaba pole dance así que me dio un buen show en el motel ya que tenía tubo.

Aún recuerdo el morbo que me daba poner sus piernas gordas en mis hombros. La verdad lo disfrutaba. Lo hacíamos muy seguido y ella fue siempre muy complaciente.

Desafortunadamente ella comenzó a enamorarse de mí y comenzaba a tener celos cuando me cogia a alguna otra compañera y tuve que dejar de verla y ponerle un alto. Una vez en unas fiesta de la compañía ella se pasó de copas y primero anduvo diciéndole a medio mundo que yo tenía el pito chico y no se me paraba.

Poco tiempo después ya más tomada me decía pedía perdón delante de muchos compañeros y le decía que extrañaba sentir mi pitote palpitando en su culo.

Fue un momento bochornoso. Pero en su momento la disfruté.