Capítulo 12

-Buenos días -contestó Carlos- Nos alegra mucho hablar con vosotros, y que hayáis sido tan rápidos en contestar, bueno vamos al lío. ¿Está Alfonso contigo?

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-Aquí estoy Carlos, soy Alfonso Aramburu -contestó algo nervioso- Espero vuestras indicaciones.

-Perfecto Alfonso y no te preocupes, relájate, no os va a pasar nada malo mientras os portéis bien.

-Si, bueno…eso es lo típico que se dice… -contestó Alfonso cortando a Carlos- Estoy relajado de todas formas.

-Tienes razón Alfonso -le contestó Carlos- pero es la verdad. Bueno, a lo que vamos… después os voy a pasar una dirección de una casa en Zahora, quiero que estéis allí mañana sobre las 19:00 horas, sin preguntas, sólo vosotros dos, nadie más y sin tonterías. Ninguno de nosotros quiere problemas, ¿verdad? ¿Alguna pregunta?

-Solo una -contestó Alfonso- ¿estaremos mucho tiempo allí o volveremos a alguna hora determinada?

-Tranquilo, llévate el pijama por si las moscas -le respondió Carlos- En un rato tendréis la dirección. Adiós.

Todos nos giramos hacia Carlos intentando entender qué pasaba, un chalet en Zahora, que mañana estaríamos allí y para dormir… no entendía absolutamente nada, Carlos me asombraba cada vez más, me asombraba y hasta me daba algo de miedo. Lo segundo con la ropa puesta, claro está.

-Tranquilos -dijo Carlos entre risas- no me he vuelto loco. Carmen, tú sabes qué chalet es, el de Alberto. Alberto es un compañero, está destinado en la embajada de España en Brasil, pertenece a la Seguridad de la Embajada. Él nos dejó las llaves para que le diésemos una vuelta a la casa la última vez que nos vimos. Estaba a punto de volver a Brasil de las vacaciones, y sabía que veníamos aquí así que nos dejó las llaves para que lo usásemos como vivienda vacacional.

-¿Y vas a meter a esos perros allí? -le pregunté- ¿En una casa que te han dejado?

-Nico, ¿tienes otra opción? -me contestó con la sonrisa aún en la cara- Vais a flipar cuando estemos en la casa.

-Carlos tiene razón -dijo Carmen- la casa es muy grande, está en un sitio privilegiado y está completamente equipada -al decir eso movió el cuerpo y sus tetas hicieron un movimiento que me hipnotizaron- Jajaja, Nico…veo que te gustan mis tetas.

Mi polla había comenzado a levantarse, Carlos me miró y se rio, su polla estaba morcillona también.

-Creo que lo mejor es que nos marchemos ahora mismo al chalet -dijo Carlos- Llegaríamos pronto y podríamos usar la piscina, hacer barbacoa, y otras cosas que a todos nos gustan.

-Buena idea Carlos -dijo Irene mientras Lorena aplaudía- Voy a preparar una bolsa…eehh, una pregunta de ropa llevaremos prácticamente lo puesto, ¿no? Me encanta estar en bolas con todos, jejeje.

Lorena ya tenía la maleta echa, Carmen y Carlos se fueron a su casa con mi coche para coger las llaves de la casa, algo de ropa y su coche, en dos coches iríamos más cómodos. Irene y yo preparamos algo de ropa, además cogí unas cuantas botellas de vino para disfrutarlo en la piscina o en la barbacoa. Lorena estaba nerviosa al igual que Irene, más por estar en la casa los cinco juntos y en bolas, que porque al día siguiente llegase su ex con el otro cabrón.

Al cabo de una media hora larga, llamaron a la puerta. Eran Carlos y Carmen, ya vestidos y preparados para salir. Carlos me devolvió las llaves de mi coche y nos preparamos para salir, Carmen se vendría conmigo y Lorena e Irene se irían con Carlos. El cambio de parejas ya lo traían planeado Carlos y Carmen, y la verdad que me gustó y me desconcertó a partes iguales, según nos dijeron era mejor así por si me perdía Carmen me guiaría hasta la casa, pero no sé por qué pensé que esa no sería la verdadera escusa.

Nos repartimos como se había acordado en los coches y emprendimos la marcha, Carlos con Lorena e Irene irían delante nuestra y Carmen y yo iríamos por detrás. Ellos pararían en un supermercado por el camino para comprar algunas cosillas, nosotros iríamos sin hacer parada alguna. Cuando salimos ya a la carretera nacional nos relajamos, íbamos escuchando la radio y charlando, Carmen me contaba lo excitada que estaba desde que llegaron de Tarragona, que Irene y ella habían compartido cama y consolador, me decía que Irene era una mujer muy caliente con un cuerpazo increíble, y eso a ella la excitaba bastante.

-Bueno, tampoco te quejarás de cuerpazo, Carmen -le dije sonriendo- tienes unas tetas increíbles y un culo de infarto, además con el coñito depilado, tan suave y con esos labios tan grandes…la verdad es que eres una mujer de bandera.

-Jajajaja, gracias Nico -me dijo mientras ponía una mano sobre mi rodillas derecha- también tú estás de muerte. Cuando Irene nos presentó en la fiesta de cumpleaños en la que nos conocimos le dije que me tenías que follar por todos lados, y ella me respondió que no me hiciese ilusiones, que tenía sus dudas sobre si tú te acostarías conmigo o no, pero la verdad es que no estaba muy segura de eso y fíjate… he tenido tu polla en todos mis agujeros y quiero mucho más.

-Ufff Carmen, llevo una temporada follando más que en toda mi vida, Irene te lo puede afirmar -le dije entre risas- jamás pensé que follaría con un hombre y que me gustase tanto, Carlos es un máquina para dar placer.

-Jajajaja, eso precisamente es lo que Carlos me ha dicho de ti cuando hemos ido a casa a recoger la maleta -me cortó- Me ha dicho que le encantas, que lo haces disfrutar como nadie lo ha hecho nunca, y que nunca pensó que le gustaría follar con un hombre como lo hace contigo. La verdad, he llegado a tener hasta un poco de celos -me dijo entre risas- pero se me pasan cuando pienso que lo follas tanto a él como a Irene, a Lorena o a mí… y me estoy poniendo muy caliente hablando de esto…

Fue decir eso y bajarse las mallas que llevaba puestas junto con el tanga, me cogió de la mano y la colocó en su coño abriendo bien las piernas. Lo tenía mojado, deslicé un dedo a todo lo largo de su raja, estaba totalmente empapado, ella suspiró y abrió más las piernas, le metí un par de dedos por el coño y después me centré en su clítoris. Conduciendo no podía hacer mucho más, así que me dediqué al clítoris mientras ella, con las piernas bien abiertas y la camiseta subida, se acariciaba los pezones. Su coño se mojaba cada vez más, de vez en cuando me llevaba los dedos a la boca para lamer sus fluidos y volvía de nuevo a su clítoris. En una de las veces, adelanté a un camión de los que llevan un contenedor, y al colocarme delante de él, empezó a pitar y hacerme cambios de luces, cuando me fijé en el conductor, me hacía la señal internacional de una paja, movía su puño semicerrado arriba y abajo mientras se reía. La había visto con las piernas abiertas y magreándose las tetas. Ella empezó a subir de intensidad sus gemidos mientras se metía dos dedos por el coño mientras yo seguía dedicado íntegramente en su clítoris.

-No te pares ahora Nico -me dijo totalmente excitada- me voy a correr, dame más rápido, joder. Me subiría sobre tu polla para meterla bien dentro de mí, cabrón. No te pares, dale más rápido.

Le froté con más energía el clítoris hasta que sus gemidos se convirtieron en jadeos y de su coño empezó a salir un fluido viscoso, caliente y transparente mientras ella se agarraba de los pezones y tiraba de ellos totalmente arqueada sobre el asiento del copiloto. Se quedó medio tumbada, con las piernas aún abiertas y la camiseta por encima de las tetas, mientras su respiración iba volviendo a la normalidad. Una vez repuesta, se sentó en condiciones.

-Y ahora te toca a ti -me dijo sacándome la polla y bajando mi pantalón hasta los tobillos, echó un poco hacia atrás el asiento del conductor y se tumbó sobre mi entrepierna metiéndose la polla en la boca- Seguro que esto te gusta, ¿verdad?

-Hombre, dime tú qué hombre rechazaría una comida de polla de una mujer como tú -le dije excitado- Empieza a comer, pero tendrás que tragarte la leche, no quiero manchar el coche…jejeje.

-Eso ya lo tenía claro -me dijo riéndose- además no iba a desaprovechar semejante elixir.

Comenzó a comerme la polla, pasaba su lengua por el frenillo, la bajaba por todo el tronco hasta llegar a mis pelotas, que las lamía y besaba mientras un dedo buscaba mi ojal para acariciarlo. Yo abrí todo lo que pude las piernas y levanté algo mi cadera para que su dedo pudiese acariciarme el culo sin problema alguno. Volvió a meterse mi polla en la boca, con sus labios apretaba el capullo mientras su lengua lo recorría por todos lados, después iba bajando por todo el tronco del nabo, introduciendo mi polla en su boca, haciendo lo mismo con sus labios y su lengua. Su dedo ya me masajeaba el ojal, sabía que eso me excitaba mucho y empecé a mover mi cadera hacia arriba y hacia abajo, follando su boca. Así pasaron unos minutos hasta que metió su dedo en mi culo, en ese momento, agarré su nuca y la estrujé contra mi vientre, iba a correrme mientras saltaba sobre su dedo, que salía de mi culo y volvía a entrar como una pequeña y fina polla, pero que me tenía totalmente excitado.

-Me corro Carmen -le dije apretando su nuca contra mí- Trágate todo, putita. Necesitas leche en abundancia, perra.

El primer trallazo tuvo que llegarle hasta la campanilla, le dieron arcadas, pero las logró dominar y seguir tragando ya con la polla menos metida hasta el fondo y mientras se reía. Una vez que acabé de soltar leche, se levantó y me enseño la boca con todo lo que no se había tragado, cerró la boca y se lo tragó para después volver a mostrarme la boca ya sin semen, se rio me besó y se volvió a meter la polla en la boca para limpiarla por completo.

-Joder Carmen, es que me excitas muchísimo -le dije mientras ella me subía el pantalón y el slip- Me encanta cuando te pones en modo guarra…

-Jajaja, no es que me ponga, es que lo soy. En un principio me obligaron Alfonso y David, después me encantaba, pero sus pollas no son como las vuestras…y nosotras necesitamos buenas pollas para satisfacernos.

-Bueno, a ver qué tiene planeado tu marido con ellos, no me ha dicho nada -le dije mientras se subía el tanga y las mallas- Tienes un coño que me encanta.

Seguimos charlando pero ya de otras cosas menos importantes, nos quedaba ya poco para llegar a la casa que nos había indicado Carlos. Carmen me guio hasta que llegamos ante la puerta de entrada para coches de un chalet, por fuera se adivinaba un terreno bastante grande, quedaba por saber cómo sería la casa. Accionó el botón de un mando a distancia y la puerta comenzó a abrirse, deslizándose hacia un lado y dejando ver un gran jardín, con muchas plantas. Cuando se hubo abierto completamente, me dirigí con el coche hacia el garaje que me lo iba indicando Carmen. La puerta del garaje se abrió y metí el coche, tendría sitio para unos 4 vehículos, había un todo terreno Volvo XC90, con un par de años como mucho, impecable. Me bajé del coche y cogí la maleta, Carmen me llevó hasta la casa. Por fuera era una casa de corte moderno, con líneas y ángulos rectos, distintas alturas y cristaleras grandes, cuando abrió la puerta, el interior era moderno, con la decoración y muebles acorde a lo que se esperaba cuando se veía por fuera, todo muy moderno. Entramos Carmen y yo, llamé a Irene para saber cuánto les quedaba, aún estaban en el supermercado, estaban metiendo las cosas en el maletero y saldrían en breve.

-Vaya, a esta gente les queda un buen rato por llegar -le dije a Carmen- Ahora están saliendo del supermercado…

-Bueno, podemos hacer varias cosas -me contestó quitándose la ropa- Por lo pronto podríamos quedarnos desnudos…

-Joder, acabas de comérmela…tendré que esperar para recuperarme un poco -le dije mientras ya me deshacía del slip-

Una vez desnudos los dos, me acerqué a ella y me puse a tocarla mientras la besaba en la boca, por el cuello…mis manos acariciaban sus pechos, poniéndole los pezones duros y erectos, pasé mi mano por su coño y otra vez estaba mojado.

-Dios Carmen, tienes el coño mojado de nuevo -le dije sin introduciendo uno de mis dedos en él- y eso me pone más caliente aún de lo que estoy.

La senté en un sofá y me arrodillé delante de ella entre sus piernas, tiré de ellas hasta que el culo se quedó fuera del asiento y su espalda sobre él. Su coño quedó a mi merced, acerqué mi boca a él, su olor llegaba hasta mí, un olor a sexo, a excitación. Con la punta de mi lengua pude rozarlo y llevarme a la boca una pequeña parte de sus fluidos, acerqué mis labios a él y lo besé. Miré a Carmen mientras mi lengua comenzaba una exploración de su coño, jadeaba y se acariciaba las tetas. Cogí entre mis labios uno de los labios superiores del coño de Carmen y succioné, al momento hice lo mismo con el otro, ella se abría el coño con sus manos para que yo llegase lo más al fondo posible. Succionaba, lamía, besaba sus labios vaginales, su clítoris, metía mi lengua todo lo dentro que podía… ella me apretaba la cabeza contra su coño mientras no paraba de jadear ni de gemir, de vez en cuando bajaba mi lengua buscando su ojal, con la punta de ella deba pequeños masajes circulares a su ojal, ella se elevaba del sofá para facilitar que mi lengua entrase en su culo, cosa que hice unas cuantas veces.

-Uffff, no se te ocurra parar ahora -me dijo apretando más aún mi cabeza contra su entrepierna- necesito que sigas así, que no te pares, cabrón. Voy a correrme yaaa…

Apreté mi boca contra su coño notando como su fluido salía hacia mi boca con cierta fuerza. Uno de mis dedos estaba dentro de su culo, ella hacía movimientos con el esfínter que notaba en ese dedo, movimientos con los que sus músculos anales se cerraban y abrían sobre mi dedo. Se arqueó mucho más sobre el sofá, no paraba de gemir y de jadear, apretaba sus rodillas contra mi cabeza mientras que con su cadera empujaba su coño contra mi boca, se estaba corriendo en ella o gracias a ella mejor dicho.

-Ufffff santo dios -dijo faltándole el aire- en la vida me lo han comido como tú lo has hecho ahora, Nico.

– Jejeje, gracias pero imagino que Irene te habría contado algo- le dije mientras me limpiaba la barbilla y la boca de sus fluidos- ¿o no habéis hablado de sexo y de nosotros?

– Joder sí -me respondió- pero por más que te lo expliquen no es igual que vivirlo. Irene me dice que eres un auténtico experto con la boca, pero que tienes tus días, no siempre es igual.

-Será cabrona la tía -me salió solo- cuando la pille se va a enterar, que sea Carlos el que le coma el coño…

-Jajajaja, es broma joder -me dijo partida de risa- me he inventado la segunda parte, dice que eres un auténtico genio con la boca.

En ese momento oímos abrirse la puerta de entrada de los vehículos al chalet, sonaron un par de puertas del coche abrirse y cerrarse.

-¿Hay alguien en casa? -era la voz de Irene- qué maravilla de sitio, joder. Vente Lorena, a ver dónde se han metido estos dos.

-Estamos aquí en el salón, pasad -dijo Carmen alzando la voz- Tengo que decirte que es verdad lo que me decías…

Entraron al salón Irene y Lorena y nos vieron en bolas sentados en el sofá, me levanté para saludarlas. Lorena me besó en la boca mientras me agarraba la polla que estaba casi dura, después hizo lo mismo Irene pero su beso fue más caliente. Comenzaron a desnudarse mientras Carmen les contaba lo que acababa de pasar, en la casa y en el coche.

-Es una maravilla la forma en la que me ha comido el coño, Irene. Tenías toda la razón -le dijo Carmen mientras le quitaba el sujetador a Irene y la besaba en la boca- Un auténtico genio “comecoños”.

Lorena estaba prácticamente desnuda, un cuerpo impresionante, me acerqué y le toqué el coño tanteando su raja. Estaba bastante mojada, le saqué los dedos y los lamí. Hice lo mismo con Irene, estaba igual de mojada. Con eso mi polla acabó de ponerse dura y empezaba a segregar líquido preseminal, en ese momento entró Carlos por la puerta del salón.

-Joder, ¿ya estáis liados? Jajaja -dijo quitándose la camiseta y el pantalón- Lorena me ha pajeado en el coche, pero no hemos podido hacer mucho más, desde el mitad del trayecto ha venido detrás nuestra un coche de la Guardia Civil de Tráfico, no era momento para que se pusieran a mamármela ni a liarse entre ellas…

-Pues yo necesito echar un polvo a ti o a cualquiera de ellas -le dije a Carlos señalando mi polla- Mira como me ha puesto tu querida esposa.

Se acercó hasta mí, me agarró la polla y empezó a meneármela mientras me comía la boca. Le bajé el slip y le agarré el nabo que lo tenía casi empalmado. El notar su polla como crecía en mi mano me excitó más aún y él lo notó. Los besos pasaron a ser con lengua y, estando excitados como estábamos, las lenguas salían y entraban de nuestras bocas mientras no parábamos de tocarnos por todos lados.

-Tu boca sabe a coño -me dijo entre besos y risas- Deduzco que ha debido ser el coño de mi mujer, no te ha dado tiempo a comerte el de alguno de estas dos.

Lo giré para que las mujeres lo vieran de frente mientras yo me colocaba a su espalda con mi polla encajada entre sus nalgas. Me puse a masturbarlo delante de ellas mientras él movía su cintura intentando darle sitio a mi polla. Irene se arrodilló delante de él, se metió la polla de Carlos en la boca y empezó su mamada. Yo tuve que retirar mi mano, como es obvio, y acariciaba las caderas de Carlos, queriendo metérsela hasta el fondo. Se inclinó un poco hacia delante y mi polla encontró el camino de su ojal, cuando tuve mi polla apuntada, con un movimiento de cadera él hizo que mi polla lo penetrase, entró solo el capullo pero ya noté el calor y las rugosidades internas de su ano. Apreté un poco más y mi polla avanzaba milímetro a milímetro. Lorena se acercó y le comía la boca a Carlos, mientras Carmen se comía mi boca y me sobaba los cojones y las nalgas. Uno de sus dedos buscaba con insistencia mi ojal hasta que lo encontró, el placer de sentir un dedo acariciándome el ojal en círculos era tremendo, además le estaba dando por el culo a quién más tenía ganas de darle. Aceleré el movimiento de penetración y él se inclinó un poco más para que mi polla le llegara más profundo, gemía y jadeaba igual que yo. Carmen metió su dedo en mi culo, eso hizo que acelerara aún más el movimiento de mis caderas, oía los sonidos que emitía Irene mientras mamaba la polla a Carlos. Lorena se había sentado en el sofá con las piernas totalmente abiertas y se metía dos dedos mientras con la otra mano se acariciaba el clítoris. Fui relajando el movimiento, la visión de Lorena con las piernas abierta, el sonido de sus dedos entrando y saliendo de su coño, la cara de placer que tenía, todo eso me estaba incitando a sacar mi polla del culo de Carlos, Lorena me miraba fijamente con cara de querer disfrutarlo mucho más. Al final saqué mi polla del culo de Carlos, me giré hacia Lorena que me sonrió sacando sus dedos del interior. Hacia ella me dirigí mientras Carlos estaba follando la boca de Irene y Carmen le ofrecía sus tetas que Carlos chupaba y besaba al ritmo del movimiento de sus caderas.

Ya delante de Lorena hice que se girara y se pusiese con las rodillas sobre el asiento y su pecho en el respaldo, de esta manera su culo y su coño quedaban a la altura de mi polla, posé mi capullo sobre su ojal y apreté mis caderas contra ella, el capullo entró sin dificultad lo mismo que el resto de la polla. Me detuve con la polla en su culo un momento, para comenzar a bombear mis caderas viendo como salía de su culo todo el tronco de la polla para volver a introducirse en él, provocando jadeos en Lorena y gemidos en mí. Su culo estaba caliente, y al igual que el culo de Carmen, notaba como sus músculos se aferraban a mi polla y después se relajaban algo para volver a aferrarse. Me agarré a sus caderas y aceleré el movimiento, la vista de aquel precioso y gran culo con mi polla entrando y saliendo de él, la posición tan sumisa de Lorena, sus comentarios del tipo “dame más fuerte, cabrón” y “no te pares, más rápido” hicieron que algo creciera en mí, algo que no podía ni quería controlar. Mis movimientos se volvieron algo más violentos, con más fuerza, entonces ella gemía con más intensidad y pedía más. Le saqué la polla del culo y se la metí por el coño del tirón, sin delicadeza alguna, quería metérsela lo más profundo posible. Su culo se quedó abierto y le metía dos o tres dedos por él mientras mis embestidas eran más fuertes, y su coño empapado de sus fluidos empapaba mi nabo.

-¡Vamos zorras, quiero ver como os folláis entre las dos! -decía Carlos a Carmen y a Irene -Quiero ver como nuestras zorras se merecen tenernos como sus machos.

Giré mi cabeza y Carmen e Irene estaban en el suelo, haciendo la tijera y cada una magreándose sus pechos mientras con la otra mano se acariciaban el clítoris, Carlos estaba de rodillas entre ellas, con la polla en la boca de Irene mientras Carmen le acariciaba las nalgas. Aquello me excitó mucho más, aceleré mis caderas, Lorena gemía como una loca mientras yo le daba alguna que otra bofetada en sus nalgas, cosa que a ella la excitaba aún más.

-Y ahora, puta, únete a estas dos zorras -le dije a Lorena mientras le sacaba la polla del coño- Queremos veros como folláis entre vosotras y nos calentáis a nosotros…os iremos llamando por si os necesitamos…

Lorena se echó al suelo, se puso a 4 patas y así se dirigió hacia las dos. Irene al verla alargó su mano invitándola a participar en la bacanal que se estaba produciendo delante nuestra. Al acercarse, Lorena le comió la boca a Carmen mientras Irene ponía su mano en el coño de Lorena y comenzaba a frotar su palma de la mano en él. Carlos se levantó y me miró, nos acercamos y decidimos sentarnos en el sofá viendo como nuestras esposas y Lorena se tocaban, se comían, se besaban, como se oían los fluidos de sus coños en sus bocas, en sus manos… sus gemidos llenaban el salón. Carlos y yo estábamos disfrutando de las vistas, nuestras pollas estaban mirando al techo, la mía me dolía de lo dura que estaba y además la tenía mojada, muy mojada. Irene me vio y, a gatas, vino hacia mí. Se le veía preciosa, con la cara de vicio, mordiéndose el labio inferior por un lado, sus tetas se balanceaban al ritmo de su avance hacia donde estábamos sentados.

-Mira -me dijo Carlos meneándose la polla- ahí viene la zorra de tu mujer, está buena la tía, ¿eh? Me encantaría que me contases vuestra noche de bodas y ella lo fuese repitiendo conmigo mientras escucha, jejejeje.

-Ummm, estaría bien hacerlo -le contesté mientras estiraba y abría las piernas e Irene se metía entre ellas. Sonrió cuando escuchó a Carlos decir aquello – pero mejor esta noche podremos practicarlo, ahora me va a comer la polla como ella sabe muy bien, ¿verdad que sí, zorrita?

-Sí señor, y si quieres se la como a tu amigo que tiene buena tranca también -me dijo agarrando mi nabo y metiéndoselo en la boca- Ufffff, como me pone esta polla…

Se metió la polla en la boca y me acariciaba las pelotas mientras lamía y chupaba mi nabo. Le agarré el pelo y le fui indicando el ritmo de mamada que quería, ella seguía acariciándome los cojones, de vez en cuando bajaba su boca hasta ellos y los besaba y chupaba, para después subir de nuevo hasta mi polla y volvérsela a meter en la boca.

-Bueno, para un poco y no dejes a mi amigo sin deleitarlo con su polla en tu boca, zorrita -le dije tirándole un poco del pelo y sacando mi polla de su boca- Él necesita tenerte también, jejejeje.

Ella me miró y se metió entre sus piernas, Carlos me sonrió y me agarró la polla mientras Irene se metía la suya en la boca. Lorena y Carmen practicaban un 69 en ese momento, Lorena estaba encima de Carmen, lamiéndole el clítoris y metiendo su lengua en la raja de Carmen. Me levanté y me coloqué encima de Lorena, apoyé mi capullo en la entrada de su ojal y apreté mis caderas contra sus nalgas, mi polla entró sin ningún problema, con mucha facilidad entraba hasta el fondo para volver a salir casi entera de su culo.

-Seguid, seguid cabrones -decía Lorena- me encanta que me coman el coño y me den por el culo…

-A ver -dije levantándome y haciéndole una señal a Carlos para que se levantara también- Creo que no habéis entendido el tema como está. Sois nuestras putas, os follaremos cuando queramos, las veces que queramos, donde queramos y por donde queramos. Antes pertenecíais a Alfonso y David, ahora nos pertenecéis a nosotros, sois las mismas putas pero con pollas distintas…jajajaja -me reí de mi ocurrencia- Estáis a nuestras órdenes, que no se os olvide. ¿Quieres decirles algo, Carlos?

-Bueno, creo que lo has dejado bastante claro ahora mismo nos pertenecéis -prosiguió Carlos- Sois nuestras esclavas, si queremos que otros os follen, obedeceréis sin inmutaros, si queremos follaros donde, cuando y por donde sea, obedeceréis sin inmutaros, si queremos que nos tratéis como a vuestros señores, obedeceréis sin inmutaros…¿queda claro todo?

Las tres estaban de rodillas, sentadas sobre sus tobillos, con caras de vicio y asintiendo con la cabeza.

-No oigo nada -gritó Carlos- ¿queda claro?

-Sí señor -respondieron las tres al unísono- queda todo muy claro -respondió Carmen-

-Vale, así nos gusta -dije acariciando la polla de Carlos- ahora, tal y como estáis, id vaciando los coches y ordenándolo todo. No quiero veros con ropa puesta mientras no os lo digamos, y servidnos una copa de tinto, por favor. Carlos y yo tenemos que hablar.

Las tres se nos quedaron mirando, Irene fue a decir algo pero Carmen la cogió de la mano y la llevó hacia fuera de la casa seguidas por Lorena. Era bonito ver a las tres desnudas andando hacia el coche para descargarlo.

Una vez descargado el coche y todo recogido, Carlos y yo salimos a la piscina. El día estaba soleado y hacía bastante calor, nos sentamos al borde de la piscina mientras Irene nos traía un par de copas de Abadía de Gomáriz, un crianza del 2020. Un Ribeiro, gallego de los buenos, exquisito. Con las piernas en el agua, la copa de vino y una bandeja con quesos de la zona, jamón de bellota, unas regañás de panadería tradicional y el sol, se estaba de lujo.

-Bueno, qué tienes preparado para cuando lleguen estos dos? -le pregunté a Carlos- Ellas han asumido bien el papel que les hemos dado, aunque Irene creo que es la que menos asimilado lo tiene…

-Eso pienso yo, Irene es la que menos lo tiene asimilado o digamos que es la más rebelde, aunque esa rebeldía es fácilmente manipulable, ¿has visto como me mira la polla? -comenzó a decirme Carlos- Jamás pensé que le diría eso al marido de una mujer que me he follado y me ha comido el nabo de la forma que lo come, jajajaja

-Ni yo que oyese eso dicho por otro hombre y referente a mi mujer -le contesté- Y sí, veo cómo te mira la polla, la polla y los huevos. Por otro lado Lorena está muy sumisa después de haber pasado lo que ha pasado con su marido… lo ha aceptado sin ningún problema. Tiene un culo que se traga lo que le eches, me encanta darle por el culo…mueve los músculos anales cuando tienes la polla dentro y me pone a mil.

-Creo que no le he dado por el culo aún -me contestó Carlos- me lo has dicho y ya tengo ganas de metérsela por detrás…

-Por otro lado, tu mujer también ha aceptado este tema sin rechistar, como si lo hubiese hecho antes -le dije intrigado- aunque creo que me lo hubieses dicho, ¿no?

-Pues sí, también me ha extrañado con el carácter que tiene y lo sumisa que está. Nunca hemos hecho esto, jamás -me contestó tajante- Hemos jugado a juegos eróticos estando en la cama, como todo el mundo imagino, yo la dominaba, ella me dominaba… es verdad que por el culo le ha gustado siempre, como ya te dije. Pero es cierto que está en modo sumisa, pero muy marcado.

-Ya te digo -le contesté y seguí hablando para ver cómo se lo tomaba- Además, en el coche me ha hecho una mamada espectacular, como mueve la lengua cuando tiene la polla en la boca, como aprieta los labios contra el tronco, el cuidado que tiene para que los dientes no rocen el capullo…es bestial.

-Jajajaja, me alegro que lo hayas experimentado -me contestó tranquilo y mirando el culo de Irene- es buena mamadora, es verdad.

Nos tomamos la copa de vino, comimos el queso y el jamón y nos levantamos del borde de la piscina, decidimos que comeríamos algo ibérico pero hecho a la plancha, así que lo comunicamos a las esclavas y se pusieron de inmediato a preparar la carne, unas chuletas ibéricas y algo de secreto o pluma. Comimos todos juntos en el jardín, todos en bolas por supuesto. La comida fue muy amena, reímos, charlamos, todo genial. Cuando acabamos de comer, ellas lo recogieron todo, como buenas esclavas, y nosotros nos pusimos en las tumbonas del jardín, junto a la piscina esperando que nos trajeran una copa a cada uno. Fue Irene la que nos trajo las copas mientras Carmen y Lorena acababan de limpiar y ordenar la cocina, me sirvió primero a mí y después a Carlos. Cuando se acercó a él, vi como le miraba la polla. Carlos se dio cuenta y abrió las piernas.

-Te gusta su polla, ¿no? -le pregunté a Irene- Te encantaría que te la metiera por todos lado, ¿verdad?

-Joder sí, pero si no queréis, no hay problema -me contestó- Me gusta su polla y la tuya, lo que ocurre es que la de él la tengo, digamos que menos usada.

-Venga, agárrasela, acaríciasela y no olvides sus huevos -le dije de forma imperativa- Igual hasta se la puedes comer, si él quiere.

-Por supuesto -contestó mientras dejaba la bandeja sobre la mesa del jardín y le acariciaba los cojones a Carlos- ¿Querrás que te la coma?

-Empieza por acariciarla, después ya veremos -le contestó Carlos- Y como ha dicho Nico, no te olvides de mis huevos.

Irene le agarró la polla y se puso a meneársela mientras Carlos abría bien las piernas, ella se había puesto de rodillas sobre un cojín que previamente había colocado en el suelo al otro lado de la tumbona, lo que me permitía contemplar aquel momento tan excitante: contemplar como tu mujer pajea a un amigo. La polla de Carlos se puso dura en cuestión de segundos, a la vez que se mojaba abundantemente. Ella paseaba su mirada de la polla de Carlos a su cara, y de su cara a la mía. Sus pezones se les veían duros, se le notaba que estaba bastante caliente, una de sus manos acariciaba su coño. En la sesión de sexo anterior nadie acabó corriéndose. Carlos le agarró del pelo e inclinó la cabeza hacia su polla, Irene abrió la boca y sacó algo su lengua, pero Carlos no permitía que llegase a tocarle la polla con la lengua, eso a ella la excitó más aún.

-Por favor Carlos -le rogó- deja que te la coma un poco. Necesito tener tu polla en la boca en este momento.

-Jajaja, tranquila putita -le contestó- la tendrás y no solo en la boca…pero ahora quiero ver lo excitadas que estás.

Carlos metió su mano entre las piernas de Irene. Mientras la  tocaba por esa zona, Irene suspiraba y gemía, abrió sus piernas todo lo que le permitía el cojín. Carlos sacó sus dedos empapados y me los enseñó. Una capa de líquido denso y transparente envolvía sus dedos, le sonreí y asentí con la cabeza. Llevó sus dedos a la boca de Irene, ella los lamió, los metía y sacaba de su boca como si estuviese mamando una polla. Carlos, tirando de su pelo, llevó su cara hasta su polla, se la metió entera en la boca. Irene aguantaba las arcadas y comía polla con mucha devoción. Carlos le soltó el pelo y la dejó hacer mientras él metía nuevamente su mano entre las piernas de Irene. En ese momento mi polla estaba durísima, quería que Irene me la comiera a mí también, pero quería hacerla sentir muy puta.

-Muy bien zorra -le dije excitado- te gusta comerle la polla a un amigo de tu marido y delante de él. ¡Qué puta estás hecha! Mereces que Carlos te de por el culo, que te use como te han estado usando los señores de antes…

-Como queráis -dijo sacándose la polla de la boca sin parar de pajearla- Estoy aquí para que me uséis como os de la gana, tanto yo como mis compañeras. Somos vuestras putas esclavas… -de nuevo volvió a meterse la polla de Carlos en la boca y siguió mamando-

Carlos resoplaba y cerraba los ojos moviendo sus caderas al ritmo de la mamada que le estaba danto Irene. Me levanté y me dirigí a la cocina, tenía la polla muy dura, llevaba un buen calentón y solo quería metérsela a alguna de las dos que quedaban. Cuando llegué a la cocina, Lorena estaba acabando de limpiar la encimera y Carmen estaba cerrando el lavavajillas para ponerlo en funcionamiento. Ella no me vio, estaba inclinada hacia la puerta del lavavajillas mirando si había puesto bien el programa de lavado, me acerqué por detrás, la agarré de las caderas y la ensarté por el coño, de un solo golpe. Primero se asustó, no se lo esperaba, después gemía como otra buena puta. Lorena se nos quedó mirando mientras yo aceleraba los movimientos de mis caderas. Carmen tuvo que sujetarse a la encimera para no perder el equilibrio, abrió sus piernas y cona los brazos estirados, se aguantaba en la encimera. Lorena, al vernos, comenzó a tocarse, se subió en la isla de la cocina mirando hacia nosotros y con las piernas bien abiertas. Su coño depilado se le veía mojado, rojo y caliente, cogió la maza del mortero, de mármol, la calentó entre sus manos y acto seguido se la metió por el coño. Aquello me puso más caliente aún, agarré bien las caderas de Carmen, quería metérsela hasta el fondo, sonaba el “flop-flop” de mis embestidas mezcladas con el sonido del coño empapado de Lorena, y los gemidos de los tres. Lorena se metía casi por completo la maza del mortero, que salía brillante de sus fluidos. En ese momento entró en la cocina Carlos seguido por Irene, ella traía el pecho lleno de la lechada de Carlos, pecho y cara. Carlos cogió la maza del mortero que usaba Lorena y se puso a masturbarla con ella. Irene se arrodilló junto a mí esperando recibir más semen. Mi corrida llegaba, ya notaba como por mi vientre subía ese placer, mis movimientos se aceleraban y mis gemidos se transformaron en jadeos, saqué mi polla del coño de Carmen, ésta se arrodilló junto a Irene para recibir la ración de leche, abrieron sus bocas delante de mi polla que comenzó a soltar leche, llenándoles las caras, pecho y pelo… Cuando acabé de correrme, Irene se metió mi polla en la boca y me la limpió con mucha atención, frotando con su lengua frenillo, capullo…echando el pellejo hacia abajo para poder limpiarme bien la zona cercana al capullo… cuando acabaron se levantaron.

-Menudas putas estáis hechas -dije siendo interrumpido por los gemidos de Lorena mientras se corría,  Carlos seguía metiéndole la maza del mortero por el coño- Podéis usar la piscina, pero quitaros unas a otras la leche de Carlos y mía.

Lorena se bajó de la isla y se unió a las dos para poder tomarse parte del semen expulsado. Carlos y yo nos miramos, salimos de la cocina hacia el salón sonriendo y con la satisfacción en nuestras caras, nos sentamos en uno de los sofás.

-Esta noche follaremos entre nosotros -me dijo dándome un beso en los labios- necesito que me empales y empalarte.

-No te quepa la menor duda -le dije devolviéndole el beso- esta noche será nuestra, y tendremos público…jejejeje

Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente que, ahora sí, será el último. He querido dar una vuelta más de tuerca…ya me diréis qué os parece.

Un saludo a todos y ¡¡¡Feliz Navidad!!!

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com

Saludos.

Vantheway

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