Entonces terminamos de preparar el desayuno y subimos para unirnos a Laura, al llegar la desperté diciéndole que estaba lista su lechita caliente, entonces me subí sobre ella y poniendo mi concha en su boca la abrí un poco y cayó en su boca parte de la leche que Alberto acababa de echar en mí, ella la tragó con gusto y nos dijo que parecía que habíamos empezado temprano.
Estábamos vestidas para matar, al llegar el auto y bajar sentíamos como todos los hombres nos miraban al pasar en el hotel.
Había ido a una fiesta con mis amigos Marcos y su novia Alexia, el lugar era un poco retirado en las afueras de la ciudad, a unas dos horas de viaje en auto.
Cenamos y luego los tres vimos una película, que en un momento tenía un par de escenas de sexo algo fuertes, el ambiente se calentó un poco, Raquel se abrazó mas a Jorge y noté su erección, yo me calenté un poco pero la película avanzó y terminamos de verla.
Ese fin de semana me fui a pasarlo a la costa, y me acompaño Miguel, con quien teníamos un tiempo de conocernos y me invito al viaje y acepté, él era muy agradable y atractivo, no es una relación seria, pero la pasamos bien juntos y nos vemos de vez en cuando para tener buen sexo y pasar un momento agradable, me sorprendió un poco al invitarme pero necesitaba relajarme un poco así que acepté con gusto.
El chofer se puso sobre mí, que me recosté en el sillón, y me clavó por la concha, su rica verga se deslizó fácil en mi concha toda mojada, y comenzó a cogerme fuerte y rápido, al tiempo que Laura estaba ahora en cuatro patas era clavada por el negro mientras le chupaba la verga al otro, yo seguía siendo cogida por el chofer que me daba duro, me hacía gozar, se puso sobre mi y chupaba mis tetas, mis pezones estaban duros, él los comía y mordía mientras no dejaba de clavarme fuerte, yo gemía fuerte de placer.
Ambas estábamos un poco cansadas y ella me dijo que tenía un buen remedio para eso, que una buena sesión en el gimnasio nos haría bien, dude un poco en aceptar pero no quise rechazarla, ella llamó por teléfono y arregló todo con su entrenador personal, nos fuimos y me dijo que estaba segura que iba a relajarme y disfrutar, no entendí muy bien que me quiso decir, pero seguro iba a averiguarlo.
Raúl y Ariel acercaron sus vergas para que se las limpiara también, se las chupé y lamí enteras, eso hizo que pronto estuvieran duras de nuevo, entonces Ariel quería cogerme por el culo, se puso acostado y me monté de espaldas a él, clavándome por el culo su dura verga, así lo cabalgué fuerte y entonces le pedí a Raúl que me la metiera por la concha, se puso sobre mí y me penetro, sentí mis agujeros llenos de verga, dos vergas cogiendome fuerte y duro hasta que me hicieron explotar de placer, acabé entre gritos y jadeos de excitación.
Ahora me monté sobre David y cabalgaba su verga por mi concha, Enrique se paró junto a mí para que le chupara su verga, me cogieron así un rato hasta que tuve un nuevo orgasmo junto a David que ahora inundaba otra vez mi conchita.
Se acercó a mí y tomando mi cabeza la llevo a su verga para que se la chupara, no me cabe casi nada en la boca, me obliga a tragar mas, siento que mi boca se desencaja tratando de tragarla, logra meterla un poco más allá de su cabeza y se mueve cogiendome la boca, mientras Ignacio no deja de coger fuerte mi culo, gimo ahogada en la enorme verga, estoy así un rato y lo oigo decir, putita ahora es tiempo que tengas esta enorme verga en otro lado.
Te bese en la boca, compartimos tu leche en tu boca, toda tu acabada sobre mí volvió a excitarme, pero mi concha ya no resistía una verga adentro, así que volví a sentarme sobre tu cara, refregaba mi concha sobre tu boca, enterraste tu lengua en ella, y yo me movía sobre tu cara, refregándome sobre tu lengua, mis jugos comenzaron a caer sobre tu boca, los bebías y me lamías más fuerte
El sábado, Lover nos pasó a buscar por mi casa, con Ana estábamos vestidas muy sensuales las dos, ella llevaba minifalda azul muy corta y ajustada y un top blanco sin sostén, yo llevaba un vestido negro ajustado al cuerpo, muy corto y tampoco llevaba sostén, llevaba una tanga negra, tipo hilo dental, igual que Ana.
Mi jefe luego se retiró y me pidió que acompañara a Richard a su hotel, tuvo la sensación de que me estaba entregando, pero a mí no me disgustó la idea, a esta altura creo que deseaba tener algo con Richard, pero él me pidió primero ir a alguna lugar a beber algo y bailar para conocer un poco la noche de Buenos Aires.
Pasé a su oficina y me saludó muy amable, la única mención a la noche anterior fue preguntarme sí había sido una noche agradable, con mi respuesta de que lo había pasado muy bien, solo quedo ponernos a trabajar y así lo hicimos hasta la hora de almuerzo, entonces me invitó a almorzar, supuse que iríamos con Adriana, pero ella no podía acompañarnos ya que esperaba unas llamadas para Nelson, así que nos fuimos los dos solos, almorzamos en un restaurante cercano, fue muy agradable, Nelson era un hombre muy interesante y su compañía era placentera.
Eso calentó un poco la charla y mojo algo nuestras vaginas, me levanté como para vestirme, quite la toalla y quede desnuda frente a Adriana, ella me miró y me dijo que tenía un cuerpo hermoso, yo le dije que ella también era muy bella, entonces se aproximó a mí y me beso fuerte en la boca, fue apasionado, nuestras lenguas enseguida se buscaron y se entrecruzaron en mi boca, ella lentamente fue bajando sus besos por mi cuello, hasta llegar a mis pechos, mis pezones ya estaban totalmente duros, sentí su boca recorriendo mis pechos hasta llegar a mis pezones, los puso en su boca y los chupo fuerte, los apretaba y me los estiraba con sus labios, mi concha se humedecía con esa boca que chupaba mis pezones erectos y excitados
Me contó que hace algunas semanas no podía tener relaciones con su mujer, ya que no lograba tener una erección, mi jefe era un hombre de 60 años que se mantenía bastante bien físicamente y aun se lo veía atractivo, llevaba 35 años de casado y siempre el sexo con su mujer a pesar de ser clásico había sido muy satisfactorio para ambos. Le pregunte sí había visto un médico y me dijo que sí y que no tenía nada.