Vivian es mi querida sobrina, ella es menudita y tiene el cabello quebrado, su figura en ese entonces era una niña delgadita y de piernas gorditas, de ojitos un poco rasgados y nariz pequeña, con una boca carnosa y muy rosita, de piel muy blanca, y con unas chapitas hermosas que hacían resaltar lo bonita que es además, también es alta para su edad.

Siempre hacíamos planes pensando en pasear con ella ya sea para ir a verla a su casa o bien para irnos de vacaciones. Siempre que nos veíamos nos saludábamos y despedíamos de beso de “piquito” en la boca, no era nada sexual ni remotamente, era un beso de mucho cariño.

Su mamá la tuvo y cuidó sola desde la concepción y realmente no tenía una figura paterna a la que admirar, quizá su bisabuelo.

Ese fin de semana como ya era costumbre,Vivian se había quedado a dormir en mi casa, ella además de ser mi sobrina, es mi ahijada, su mamá trabajaba mucho, así es que para ella era un descanso no tener que cuidarla uno o dos días, y como nos tenía mucha confianza se quedaba tranquila, y Vivian podía jugar con su primo.

Con nosotros se la pasaba contenta y nos hacía compañía a diferentes lugares, desde ir a comer a cualquier restaurante infantil, a parques y zoológicos, incluso de safari. El punto es que la veía como una hija y ella a mí como un ser que cuidaba de ella.

Lo que aquí escribo sucedió exactamente tres meses después de que habíamos celebrado su cumpleaños número nueve,el viernes por la tarde de ese fin de semana Yo estaba viendo la tele recostado en mi cama, con tres almohadas detrás para estar como sentado y así ver cómodamente mi peli, bueno…

Ese era mi plan, pero “los niños” pensaban diferente, mi esposa estaba en la planta baja preparando algo de comida, los escuincles estaban aburridos y mi hijo que siempre fue muy inquieto, contagiaba a Vivi de locura, empezaron a correr por toda la casa, de cuarto en cuarto y de arriba a abajo, por supuesto que mi habitación no iba a ser la excepción, correteaba uno al otro y luego al revés y como chivos en cristalería no paraba, comenzaron a trepar en los muebles, y dónde yo me encontraba no iba a ser la excepción, trataron justo donde estaba acostado tratando de entretenerme en otra cosa, pero ellos se acercaban para que yo me uniera al juego, aunque yo me trataba de hacer el bobo para que no dieran lata, si acaso tomaba a mi hijo por las axilas y lo aventaba como una pluma al otro lado de la cama, Vivi trataba de imitarlo y se trepaba en mí esperando que también la arrojase igual, solo que ella ya no pesaba lo mismo que su primo! Y solo le hacía cosquillas en los costados y me enderezaba para depositarla al lado de la cama para quitármela de encima mientras llegaba su reemplazo, así estuvieron un par de minutos, mi hijo pronto se aburrió porque Viv se quedaba más tiempo trepada sobre mí, como mis piernas quedaban estiradas, las de ella se abrían para quedar montada con una rodilla en medio de mis piernas y la otra a un costado, cuando mi hijo ya no estaba interesado Vivi quedó hincada sobre mi muslo derecho…

Su respiración entrecortada por andar como caballo desbocado había cambiado a otro tipo de exaltación se quedó quieta y apoyada en mí, quería que le siguiera haciendo “cosquillas” mientras se encontraba montada en mi pierna, yo sentí claramente como se empezó a restregar en mí, era muy claro que el jugueteo se había convertido a otro tipo de acciones, no estaba equivocado, empecé a notar que cada vez era más intenso el vaivén de las caderitas de mi niña y se estaba toqueteando en mi pierna, ya que como tampoco soy de piedra me empecé a excitar con el movimiento de Viv, me atreví a tomarla por la cintura con las dos manos y le ayudaba a tallarse para que su pantaloncito de mezclilla no impidiera que sintiera rico, mi miembro comenzó a crecer y a ponerse duro…

Tenía una erección causada por una niña, que se estaba estimulando con mi cuerpo, ella estaba más colorada que hacía un momento, ya no era el rubor de sus mejillas por el correteo, sino por la excitación que se estaba provocando, puso sus manos en mi pecho y seguía haciendo su movimiento pélvico mientras me veía a los ojos pretendiendo que seguíamos jugando y con voz entrecortada me decía:

“Te quiero mucho Tío”

Quité sus manos de mi pecho para responder: “ Yo también te quiero muchísimo nena” y con ternura le di un besito de cariño en su boquita para poder levantarme de la cama mientras inventaba una excusa para alejarla de mí. Voy al baño nena, mejor vete a jugar… Uffff, yo no podía estar más caliente, mi verga era una roca, entré al baño para masturbarme y sacarme al demonio que se me había metido en la cabeza. Me vine en un santiamén, mucho, durísimo y delicioso, por supuesto con la imagen de mi nena en la cabeza durante toda la tarde.

Ya entrada la noche nos fuimos a dormir y como ya era la regla, mi esposa en su cama con mi hijo en medio de la cama king-size y Viv a la derecha, en mi lugar. Por supuesto, yo quedaba desterrado a la habitación de mi hijo, no había queja porque tenía una cama matrimonial y era una habitación fresca y cómoda.

El baño se encontraba saliendo, a dos metros de la puerta y tenía mi propia televisión con control remoto… Cero quejas. Al día siguiente, un sábado, tal como teníamos planeado iríamos al cine, pero antes saldríamos a pasear y a conocer un edificio que habían hecho monumento y museo, para después ir a comer a un restaurante, y luego al cine, queríamos ver la misma peli, pero mi hijo quería verla en inglés y mi nena en español.

Compramos un combo para todos y decidimos comprar dos tickets para inglés y dos en español mi hijo y su mamá en una y mi nena y yo a la otra sala, había diferencia de 10 minutos así es que saldríamos casi al mismo tiempo, Vivian y yo nos llevamos nuestras palomitas, golosinas y sodas y nos despedimos bromeando porque íbamos a entrar antes que ellos, llegamos a nuestros asientos en la fila de hasta atrás, la sala estaba un poco vacía, y nos apostamos a disfrutar de la función.

Viv llevaba un vestido de verano, se veía lindísima y yo no podía dejar de pensar en el día de ayer, y ella como la niña que era, seguramente no reparaba en ello, después de un rato de avanzada la película me atreví a poner mi mano sobre la pierna de mi nena, lo cual fue bien recibido ya que me volteó a ver con una sonrisa mientras le acariciaba la rodilla, sutil aunque con firmeza subí un poco la mano hacia sus muslos, y de nuevo la sonrisa de mi nena se hacía presente, no lo podía creer estaba muy cerca de sus pantis y podía sentir el calor de su entrepierna…

Empujé su piernas como exigiendo que las abriera para que mi mano pudiera pasar libremente, ella cooperaba y cedía a mis insinuaciones, yo quería más y con la oscuridad como cómplice rocé su vagina… no había rechazo, más bien sentí que meneó su cadera hacia adelante para sentir más mi mano, ahí voy de nuevo pero está vez con más firmeza y dedicación a su punto erógeno, nuevamente yo tenía una erección y ella se meneaba para sentir mis dedos que la estaban masturbando en esa sala de cine, hacia ruiditos, como pequeños gemidos de placer sin dejar de comer palomitas, en un momento tomé su mano para entrelazar mis dedos con los suyos para tener el pretexto de acercar su mano hacia mí duro pedazo de carne que exigía ser liberado…

Así lo hice, por un momento lleve su manita hacia mí verga y le hacía sentir lo que ella provocaba en mí, separó su mano para volver a comer palomitas y solo esperamos a que terminara la función para salir del teatro rumbo a casa. En el camino a casa nada cambió, los niños jugaban dentro del auto y yo manejé a casa después de un largo y ajetreado aunque divertido día. Nos dispusimos a cenar, jugamos un juego de mesa (durante 15 minutos) yo ya quería cama y descansar.

Mandamos a los chicos a bañarse y a dormir. Mi hijo cayó de inmediato su mamá detrás de él y Vivian quería seguir desvelada, pero todos nos dispusimos a nuestras respectivas habitaciones, ya eran un poco más tarde de la media noche cuando nos fuimos a dormir y así fue el fin de semana, y como el domingo no teníamos planes la idea era dormir hasta las doce, mi hijo y su madre eran como troncos que solo despertaban hasta que les hablaba para que bajaran a desayunar. Esa esa era la idea del domingo excepto que a las 6:30am escuché ruidos, era Vivi que se había despertado para ir al baño a hacer pipí. Me incorporé y al notar que era ella desde mi cama le dije “¿Que estás haciendo despierta tan temprano muñeca?”

Me levanté al baño tío

Tienes hambre?

No, tío aún es temprano para desayunar ¿no?

Ok, ¿Tienes sueño?

Mmmmmm poquito

Bueno, no le des lata a tu tía y a tu primo, ven… te hago un huequito en mi cama…

Sí tío…

Había una buena dosis de perversión y maldad en mis pensamientos al invitarla a mi cama… Pero no me importaba, me encontraba extasiado por los jugueteos de la tarde anterior y lo del cine. Vivi se encaminó hacia mí habitación aceptando ingenua, yo la esperaba con las cobijas levantadas y como siempre duermo en playera, pero jamás con ropa interior, a propósito mostraba orgulloso mi falo erecto, ancho, y de buen tamaño, rosado del glande, recto como un mástil y depilado para evitar que sea antiestético, no es por presumir pero es una verga bonita.

Aunque ella no lo notó de inmediato, sé que había tiempo para mostrárselo, mientras tanto me dediqué a admirarla, tenía puesta una pijama satinada de dos piezas y debajo tenía una camiseta casi ombliguera de tirantes y su panti de moñitos, una vez que la acosté y la abracé, le dije: duérmete otro rato mi amor, a lo que ella asintió solo con la cabeza, le di un “pico” y ella solo paró su boquita para recibirlo, me gustó… Tenía de frente a mí a una nena que sin saber me ponía super caliente, con su carita cerca de la mía podía sentir su respiración en mi boca, quería besarla, pero solo empecé a acariciar su cabello y su espaldita a medida que los pensamientos perversos me invadían, me atrevía cada vez a hacer más, pronto me puse a acariciar sus hermosas pompas, y a tocar su pecho planito del que aún no brotaban sus senos, yo obviamente ya tenía una descomunal erección que apuntaba directamente a su vientre, la besé ahora sí en su boquita y ella respondió cada vez que me acercaba con mucha ternura, pegue mis labios a los suyos y comencé a sacar la lengua para introducirla levemente a su boquita

Me gustan tus besitos tío

A mí también me encantan los tuyos mi amor

Ella jugaba también con su lengüita en mi boca, mientras yo posaba una de mis manos en su colita y desabotonaba su pijama, le quité el saquito y pude ver a través de su camiseta sus pezones aunque sus tetillas no habían aparecido, se veían deliciosos, rositas, paraditas, sus besos se convirtieron en frenesí y fue cuando ella empezó a tomar con sus dos manitas mi cara para seguir besándome, se había puesto toda colorada y estaba muy calientita, como si tuviera temperatura, se notaba que estaba cachonda…

Mientras me tomaba por la cara yo, aún debajo de la sabana bajaba el resorte de su pijama con todo y su calzoncito hasta su pubis, mi verga tiesa y mojada de líquido preseminal batía su vientre por debajo de su ombligo y apuntaba inminente hacia su monte de Venus y después hacia sus labios vaginales.

Casi no lo podía creer tocaba sus nalgas con una de mis enormes manos y con la otra acariciaba sus tetas que aún no habían ni asomado, el olor de su calentura era exquisito, deslicé mi verga entre sus piernas, ambos estábamos recostados de lado y en esa posición podía sentir como paseaba mi cabeza entre su vulva que también estaba chorreando de la excitación, se deslizaba con mucha facilidad de atrás hacia adelante, aunque sin penetrarla, prácticamente me la estaba cogiendo, lo más delicioso fue cuando ella solita comenzó a mover sus caderas de atrás hacia adelante con mucha rapidez, podía notar que le estaba gustando mucho tener un pene entre las piernas, que rozaba su clítoris…

En verdad la estaba convirtiendo en una pequeña putita… No podía más, me levanté y mientras ella seguía en cama le mostré de frente apuntando a su carita mi poderosa verga, la cual miraba fijamente, no la dejé actuar, le pedí que se acercara a mí y la desnudé por completo, que vista tan maravillosa la desnudez de mi nena. Tomé su mano y le dije: “Sujeta mi verga Vivi, mueve tu mano de atrás hacia adelante, para que pueda yo sentirme tan bien como tú te sentías hace un momento…” Yo le decía que debía hacer y ella obedecía cada orden sin chistar, la senté en la orilla de la cama y le volvía a mandar: ahora, acerca tu carita a mí verga y ponla en tu boca mi amor, comenzó por darle un beso con los labios y se llevaba en ellos un hilo que salía de mí… “saca la lengua nena, abre la boca y trata de meterla un poco”

No cabe tío…

Te lo prometo que sí va a caber nena… Aunque con miedo, así lo hizo mi primer pensamiento fue reconocer la textura de sus labios en mi glande, para después sentir como algo más tibio y húmedo empezaba a engullir la cabeza, sus inexpertas mamadas hacían que sus dientes chocaran pero de inmediato la corregí y le pedí que tratara de abrir más su boca para que no me lastimara, así lo hizo, una vez que pasó la punta de mi verga, la tome por su coleta despeinada, ella pretendía mamar y lo hacía de forma desaliñada un poco burda aunque eso era parte de lo excitante, la dejé que me lo hiciera a su modo durante un rato, hasta que le empecé a dar órdenes directas: Abre grande la boca Vivi, voy a empujar más hacia adentro mi verga! Sujeté su quijada con una mano y de golpe le metí la verga tan profundo como quise, ella se arqueaba porque toqué hasta la laringe, ese hueco de mi muñeca sí que era cálido, podía sentir como resbalaba mi verga por las paredes de sus mejillas me encantó verla engullir mi verga hasta la base del falo, Vivi me empujaba y trataba de detener la embestidas con sus manitas en mis piernas, estoy seguro que sintió que se ahogaba, y yo le susurraba: solo deja que entre en ti y disfruta del sabor mi niña linda.

Se la sacaba por completo para que pudiera respirar y luego volvía a repetir casa vez más acoplados, ella lo hacía cada vez mejor y al cabo de unos minutos de gloria metiendo y sacándole la verga de la boca había cambiado por completo, ella ya hacía exactamente lo que debía, abría más la boca y ahora permitía que me cogiera su carita, para mí era el cielo, tener la verga dentro de su carita era una sensación más que agradable, podía notar que mi cabeza paseaba por su cavidad y reconocía la textura mullida y rugosa de su lengua junto con lo cálido de la temperatura interna de su boca, chocaba de repente con sus cachetes que eran tan lisos como mi glande, ella instintivamente me succionaba como un bebé succiona una teta, sus ojitos estaban llorosos por engullir mi pito hasta adentro, en ese momento Vivi me mamaba como si quisiera extraerme el semen desde el fondo, yo temblaba debido a la excitación, las emociones eran ternura, calidez, jubilo, malicia, ansiedad y desesperación porque quería que ella devorase de un sorbo mi sexo, Vivi también empezó a temblar cuando la separé de mí listo para seguir con la sesión, la besé en la frente y luego en su boquita agradecido por la mamada que me acaban de dar, y como recompensa me dispuse a tocarla con mis dedos…

Separé sus piernitas y me tiré en el pasillo de la cama para ver completa su rosada y nubil vulva, tome con los dedos un poco del lubricante que había en cada pedazo de piel al rededor de su vagina, humedecí mis dedos y empecé a masturbarla, a dedearla, desde el primer toque se arqueó y dejo salir un casi grito que me estremeció, el éxtasis no paraba en mí, seguí con el masaje, y recorría toda anatomía de su pueril sexo con las yemas de mis dedos, a veces en círculos, a veces de arriba hacia abajo pasando siempre por su clítoris y el interior de sus labios, Viv se retorcía pero no me dejaba de pedir, en cuanto alejaba la mano, ella me sujetaba el brazo y lo jalaba pidiendo un poco más, y así lo hice, la volví a manosear como el depravado que soy y apunté con mi dedo medio a la entrada de su cuevita, me posé justo en dónde debería estar mi verga cogiéndomela, pero aún no era el momento así es que apunté con cuidado y metí la punta de mi dedo

– ¡Aaaahhhggg! Tío mmmmmm ahhh!

Pensando que habría sufrido algún tipo de dolor le dije: “tranquila nena, yo sé que duele, pero es solo un momento, después empezarás a sentir otra cosa más parecida al placer”

No me dolió, sí me está gustando tío

Entonces lo voy a meter un poco más amor… no fue lo suficiente para romperle el himen, pero sí para que sintiera como se iba a venir, sin sacar el dedo, incliné la cabeza para mamarsela y apunté mi boca directamente hacia su clítoris, empecé a lamerlo despacio, mi boca estaba urgida por reconocer su sabor, pero yo quería aprender de memoria su fisionomía, por eso mi boca y lengua recorrían cada pliegue, cada hueco y protuberancia, me quería comer ese manjar de sabor y textura tan deliciosas, yo abría la boca y succionaba como si mamara un biberón, succionaba su clítoris hacia el interior de mi boca para tragármelo, primero suave, luego más duro y cambiaba de intensidad sin dejar de mamar, Vivi se retorcía sobre la cama y empujaba su sexo hacia mí boca supongo que lo hacía por el deseo de saber que sigue…

Y lo que seguía era unos minutos de constancia, me dediqué a mamarle la concha como si fuera la última vez, fueron varios minutos a insistir en el mismo lugar en el que brincó de gusto, yo solo lamía y lamía y lamía en el mismo exacto lugar, podía notar las contracciones que desde su útero hacían que su vulva pidiera que algo entrase, pero yo estuve firme y mi intención era darle placer, por eso tocaba sus nalgas, sus tetillas, sin quitar mi cara de su coñito lampiño, empecé a sentir la presión de sus piernas en mi cabeza, estaba teniendo un orgasmo tras otro, sus manos se aferraron a mi cabello y tiraban de el con desesperación, podía sentir los espasmos del momento en que se iba a venir debido a mi lengua y así fue…

Tioooooooooooooooo! Ahhhhhhh

Tuve que poner una almohada en su cara para ahogar el grito desesperado de aquella venida, Viv todavía movía sus nalguitas, como rebotando en la cama, se notaba que lo había disfrutado, pero que no le era suficiente… Mi presagio estaba confirmado, tengo una pequeña zorra en casa y es solo mía…

Estaba evidentemente debilitada por lo que estaba sucediendo pero yo no iba a permitir que terminara ahí. la levanté, desnuda y cansada solo para acariciar su carita y volver a darle otro beso, como preparándola para lo que mis pensamientos tenían planeado, me recosté aún con la polla recia, caliente, y le pregunté acerca del viernes pasado, y de cómo se estaba restregando en mi pierna, la acomode de la misma manera, solo que ahora ya no nos estorbaba ropa alguna, y fui directo ¿Nena, estabas sintiendo rico en tu puchita cuando te tallaste en mí, verdad?

Sí tío, perdóname

Todo lo contrario mi amor, acabas de sentir en la carne viva lo que tratabas de expresar, dime; ¿Te está gustando lo que estamos haciendo?

Sí! Me está gustando mucho Tío

Que bueno muñeca, porque todavía hay más cosas que voy a enseñarte. Me acomodé a modo de ella pudiera quedar libre para moverse, la recosté, puse una almohada debajo de su cadera y abrí sus piernitas para dejar expuesto y abierto su sexo ante mí, estaba listo para meterle la verga, ya llevábamos un buen rato de jugueteos y yo ya no aguantaba más las ganas de sentir esa apretada cavidad de mi nena. “¿Estás lista Viv?”

Sí tío, ¿Me vas a poner tu “dese” aquí?

Bueno, pues sí… Es el paso que sigue Nena ¿Quieres que me detenga hasta aquí?

Noooo! Por favor, entra

Que calientes palabras para una nenita… Apunté mi duro fierro a su pequeña cuevita quería darle una estocada hasta el fondo y de una sola vez, pero en vez de eso, tallé mi glande unos segundos en la entrada y le metí solo esa puntita…

– Hjumnn…

¡Exclamó un poquito! ¿Quieres que siga nena?

Sí por favor tío métela, métela un poquito más, por favor tío

Así lo hice, la metí hasta la mitad, se meneaba de placer y quizá con un poquito de dolor, su coño tenía espasmos como queriendo sacarla o como queriendo más… pudo ser cualquier opción…

Ya está la mitad Viv, ¿te la saco?

Nooooooo, por favor no tío

Nena, te la voy a meter ahora…

Está bien…

Casi no puedo describir lo hermoso que fue desflorarla, no sentí que se partiera su himen, no hubo sangrado, entré como si su coño fuera la funda de mi verga, como un guante…

Que rico ay que rico ay que rico ay que que rico tiiiiiiiiooooo!

Repetía ella una y otra vez, pero aún faltaba el bombeo así es que comencé a meter y sacar una y otra vez su carita hacia gestos de placer y sonreía, quería que la siguiera bombeando, necesitaba un beso de su boquita así es que pase a la posición de misionero sin sacarle la verga que tanto placer le estaba dando y la besaba, te quiero mucho Nena… Le decía mientras la abusaba.

Tú cogeme siempre tio

Regresé emocionado por las palabras de mi muñeca, a la vez que tomaba la posición boca arriba y le decía: “Te toca aprender a coger Vivian” deje al descubierto mi sexo y la guié para que dedujera que se tenía que sentar en mi verga, y así lo hizo, abrió las piernitas y fue bajando hacia mi pito como experta, uso su mano para indicarle a mi miembro cuál era la entrada y comenzó a cabalgar después de engullir mi palo…

Una vez sentada echó sus caderas de atrás hacia adelante sin pedirme instrucciones ella sentía rico y para mí era celestial! La tomé de las manos y me las apretaba sin dejar el Bamboleo, se llevaba sus manitas a la barriga como en señal de un poco de dolor, pero sin dejar de coger…

Pronto lo entendió y apretó mis manos muy fuerte y empezó a jadear mientras yo le hacía señas que bajara la voz, se le salían sus ruiditos de placer, gemidos deliciosos en señal que estaba a punto de correrse por si misma…

Yo tampoco aguantaba más… y al sentir que se tiró sobre mí posando su cuerpecito desnudo en mi piel me vine en sus adentros, llenándola de semen en su primera aventura sexual, fatigada y aún con ganas de coger pero sin el tiempo para hacerlo nos apresuramos a vestirnos y volvimos a quedar abrazados un par de horas más sin que nadie se diera cuenta que algo había pasado.

Nos levantamos casi al medio día solo para tomar una ducha cada quien por su lado, mientras nos preparaban el desayuno yo seguía con ella en la planta alta viéndola desnuda una vez más en la ducha y diciéndole: “Te amo Vivi” y siempre te voy a querer

Yo también te quiero mucho tíito.

Besé su boquita con ternura una vez más y por la tarde después de comer la llevamos a su rutina a la casa de su mamá.