Yo soy un adinerado empresario, y a pesar de mi corta edad (corta para las empresas que tengo a los treinta y tantos años) supe encontrar la manera de hacer mucho dinero en poco tiempo. Quizás tuve un poco de suerte, y la pude aprovecha a mi favor, después de todo, de que sirve la suerte si uno no es capaz de administrarla y hacerla jugar a tu favor, ¿no?
Siempre me consideré un hombre que va por todo, y sobre todo soy muy decidido, si algo lo quiero, voy con todas mis energías para conseguir eso. Todo lo que quiero, lo consigo. Siempre tuve esa virtud, y la verdad es que eso es algo que me define como empresario.
En los últimos años, me dediqué a expandir mis empresas por varias ciudades, viajando mucho y asistiendo a conferencias y foros a lo largo y ancho de todo el continente, buscando promover mis empresas y encontrar aliados para fortalecerme.
El padre de mi esposa, Francisco, es un hombre muy adinerado de 69 años. Yo lo conocí hace ya unos años en un foro internacional para presidentes de empresas y por razones de piel simpatizamos enseguida a pesar de ser el 35 años mayor que yo. Creo que se impresionó por ver que a mi edad tenia los cojones suficientes como para mantener mi propia compañía, y la amistad se hizo genuina y rápida.
Al tiempo de frecuentarnos profesionalmente, conocí a su hija y me enamore de ella. Francisco n
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