Sabrina es mi hermanita mayor... Y de un tiempo a esta parte me ha despertado en la cabeza fantasías sexuales que en más de una oportunidad me han hecho masturbarme, pensando en sus piernas que me ha mostrado involuntariamente cuando se acomoda en el sofá del salón a descansar.
Me quedé cavilando en lo que había hecho mi hermanita y mientras más pensaba en ello más a gusto me sentía con lo sucedido. El recuerdo de mi instrumento raspando el calzón de Sofía mientras se metía en su grieta me excitó y me vi de pronto tomándome la verga y masajeándola hasta lograr una total eyaculación.
Que le metí mi dedo en su culo enorme, luego le pasé mi lengua en su monte de Venus suavemente al contorno de su monte le pasaba mi lengua suavemente, hasta que la hice suspirar tanto que iniciaron sus gemidos cada vez más fuertes, mi pene se hinchaba, cada segundo lentamente ella me lo pedía, dame tu verga rica métemelo hasta el fondo se la metí hasta el fondo como ella me lo ordenó, le gusto tanto y a mí también la puse arriba de su escritorio en una posición incómoda que me dolían las piernas.
En un primer momento me asusté, pero abro despacio la puerta, y pude ver a escondidas que mi hijo menor, Néstor, se estaba masturbando. La escena me produjo un morbo increíble, por lo que me quedé escondida mirando como mi hijo se satisfacía sexualmente. Observé como con su mano sostenía un respetable miembro al que sacudía con cierta violencia, sentado en el borde del inodoro, con sus ojos cerrados apuntando al techo.
Cada vez somos más las mujeres maduras que preferimos hombres jóvenes, no es que necesitemos estar con alguien de poca edad para sentirnos divinas. Chicas seamos sinceras, los tíos a medida que avanza en edad, se vuelven más pesados y empiezan a crecer de forma horizontal
El atractivo cuñado vuelve a su vida. Se presenta en el aeropuerto con una amiga, con la que mantiene una relación ocasional. Lo que no les impedirá volver a esas mañanas de sexo desenfrenado...
Nuestra protagonista relata la forma en que además de mantener relaciones sexuales con su hermano, que se encarga de desvirgarle el culito, descubre el mundo de los placeres lésbicos con su mejor amiga.
Yo me puse delante de Susana y le enchufé mi polla en su boca, para que así pudiera tener una triple penetración. Sentía cómo me la chupaba a duras penas debido al esfuerzo que estaba haciendo al recibir tanta polla.
La dueña de casa, era una hermosa trigueña de unos 40 años, relativamente alta. Era dueña de un hermoso y redondeado poto o culo, como suele llamarse a esa parte de la anatomía, en algunas partes del mundo. Sus tetas, eran grandes y a través de sus ropas, muy apetecible.
A mí, mi prima me daba físicamente igual, me parecía una chica, sin más. Era delgada y nada más. Bueno, había algo que si me gustaba de ella. Sus enormes tetas.
Mi cuñada aunque bastante menor que mi esposa y que yo por supuesto, es una niña sumamente bonita, ella actualmente tiene 18 años, es de cabello castaño claro, ojos verdes igual que mi esposa, boca rojiza natural, unos senos pequeños pero muy hermosos, unas piernas largas y bien torneadas, con una virginal capa de vellos rubios sobre sus piernas que le hacen lucir verdaderamente sensual.
Soy una chica trigueña de 23 años, me gusta como mujer mis formas, mis ganas de ser mujer, mis medidas físicas son de 95-64-92, mi altura 1,75, algunos han dicho que soy fría, quisiera contarles mi historia y que ustedes traten de percibir, si esto es así o como es para mí.
Un muchacho acaricia los pies de su madre cuando ambos están en el sofá viendo la televisión. Durante años se repite la misma rutina hasta que una día dan el paso adelante...
Una noche, festejamos el cumpleaños de mi tía. Invitamos únicamente a una vecina nuestra, de la cual se habían hecho muy amigas entre ellas y nadie más porque no era mucha la gente que ellas conocían.
Una mujer, hermana de un cura muy popular en el barrio, pierde a su marido y padres en un accidente. Va a vivir con su hermano y descubre a su lado una auténtica y tórrida pasión sexual.
La seguía agarrando por el pelo y le empujaba su cabeza para que tuviera todo mi miembro hasta su garganta. Ella sollozaba de placer. Me lo chupaba como si fuera un helado.
Después de una larga sesión de besos en su cuerpo, me acosté a su lado, para simultáneamente poder masajearle el clítoris y besarle los senos, y para que ella me tocara el pene, ella aprendió rápidamente y después de un rato llevé su cabeza hacia mi pene.
Le lancé todo mi deseo en un carnaval de semen que tragó hasta la última gota. Conduje hasta una playa apartada y oculté entre las dunas el pequeño Fiat 600.
Notaba que mamá tenía los pezones muy parados, se veían sus duras puntas a través del camisón mas grandes que nunca y mi pene volvió a reaccionar casi al instante.
Un joven va a vivir con sus tíos para asistir a la universidad. Su constante calentura le hace buscar las ocasiones para un acercamiento sexual con su tía y sus primitas. Hasta que una noche sorprende a su tía masturbándose mientras ve una peli porno.