Esta historia que os voy a contar es cierta y me paso hace un año.
Yo tengo 21 años, estudio una Ingeniería, mido 1.90, soy castaño y peso 80 Kg. Una de las hermanas de mi madre sigue soltera (porque es de esas que de joven no se llevo muy bien con los tíos, y además es bastante religiosa), y vive con mis abuelos todavía.
Se llama Leticia, tiene 36 años y todavía está buenísima. Tiene un cuerpo espectacular, con unas medidas de chica playboy.
Tiene bastante pecho, pero sin que se le llegue a caer, unos pezoncitos que son una maravilla, cuando se le marcan con algún jersey fino se me pone a cien.
Unas piernas bastante largas y delgadas y un culo pequeñito y respingón que me encanta.
Lo que pasó fue que mis abuelos se fueron de viaje, y me pidieron que en Semana Santa, me quedara yo a cuidar el chalet, ya que estaban cambiando la alarma y como todavía no funcionaba, no querían que se quedara la casa sola, ya que mi tía trabaja por el día. Yo como tenía que estudiar bastante accedí.
El primer día como estaba un poco aburrido, me lo pasé dando vueltas por la casa mirando cosas, haber que encontraba.
En el cuarto de mi tía me encontré debajo de su cama unos libros de esos que leen las mujeres que están solas.
Al leerlo me empalme muchísimo, pensando en mi tía, porque yo pensaba que ella era muy recatada y no me la imaginaba follando como una salvaje como la protagonista del libro. Se me empezó a ocurrir lo que podría hacer para tirarme a mi tía.
Como mis abuelos tenían bastantes medicinas, empecé a buscar, y encontré unos somníferos. Para ver lo eficaces que eran decidí probarlos esa noche. En la cena se los puse en el puré y al cabo de unos 15 minutos me dijo que se iba a dormir que estaba muy cansada.
Yo entonces me fui a su cuarto y empecé a moverla.
Como veía que no se despertaba, empecé a gritar, en incluso la eché agua por encima. Y seguía sin despertarse. Así que la desnudé y me desnudé y la empecé a hacer fotos desnuda, conmigo.
Como estaba como una moto, tenía la polla como un palo, la tenía enorme. Se la puse cerca de la cara y me empecé a pajear, solo de pensar que dentro de poco tendría a mi tía con mi pollón entre sus labios me corrí de gusto en su cara, luego la limpie y me fui a dormir.
A la mañana siguiente mientras ella se fue a trabajar, como la cámara con la que hice las fotos era digital, las pase al ordenador y las guardé en un CD.
Por la tarde cuando volvió, cenamos normalmente, pero yo tenía la verga que no me cabía en los pantalones pensando en mi tía, en como se lo iba a decir. Al acabar la cena yo me escondí en su baño.
Al cabo de un rato ella entró y se puso a hacer pis.
Yo estaba detrás de la cortinilla de la ducha, mirándola, porque me encanta la situación de indefensión que tienen las mujeres cuando están sentadas meando y se las ve como echan el pis con las piernas abiertas. Justo en ese momento salí de detrás como una bala y la metí un dedo en su rajita mientras meaba.
Yo estaba a mil, mi polla se me salía del pijama, y mi tía no había reaccionado todavía. Antes de que lo hiciera, la bese y la agarré una de sus tetas, que estaba dura. Me retiré un momento y empezó a gritar, qué coño haces Borja, (así es como me llamo ).
Yo la dije que tenía unas ganas locas de tirármela y que si no hacía todo lo que yo quería, le enseñaría a los abuelos unas fotos que tenía suyas conmigo. Como no se lo creía, se las enseñé en el ordenador.
Al verlas, la cara le cambió, se quedó muda, sabía que la podía chantajear, ya no sabía qué decir. Así que fue cuando comencé mi ataque. La empecé a besar por la cara, el cuello, y aunque ella se resistía la agarré y la lleve a su cama.
Allí la quité la ropa. Empecé besándola esas pedazo de tetas que tenía. Eran increíbles. Ella dejó escapar un pequeño gemido, y al tocarla el chocho, lo note húmedo.
Cuando me quité yo la ropa y me vio la polla dijo, que haces Borja, estás loco, no intentaras penetrarme, no sabes que soy virgen?.
Eso me calentó aun más, nadie había tocado ese lindo chochito. La empecé a chupar su rajita, la tenía muy caliente, la metí un dedo en su rajita y se oyó otro pequeño gemido ¡Ay!. Yo seguía como un loco metiéndole un dedo y luego dos. Veía como se empezaba a mover y a retorcer de gusto, ya se la oía perfectamente los jadeos. Yo continué chupándole su conchita, le metía la lengua hasta el fondo, y ella no paraba de gemir.
Gritaba, ah que gusto, que gusto, que me corro, Borja, que me corro, la muy puta se corrió en mi cara. Yo al verla así ya no podía más, tenía unas ganas de follármela increíbles.
Mi polla no aguantaba más, las cogí y la abrí de piernas, y la penetré de una sola embestida, quedé atascado por su himen, y en una segunda embestida se lo rompí.
Mi tía pegó dos gritos de dolor, pero después del orgasmo que había tenido, ya no se resistía, ahora lo que quería era disfrutar. Empecé el mete saca dentro de su preciosa vaginita, la notaba estrecha, toma, toma, toma puta, como me estas poniendo so zorra, eres la mejor puta que conozco, ella solo gritaba y gemía como una loca así! Así! ¡Ay! ¡Ay!…… Ahhh! Borja que pollón que tienes dale mas a tu tía, dame hasta el fondo, toma putita toma, toma como a ti te gusta, yo no paraba mis embestidas, al contrario, cada vez eran más fuertes, como la metía mi polla era increíble, chocaban mis cojones contra su culo, toma guarra toma, so cerda, vas a gozar como una perra, toma, yo ya no podía más, me iba a correr, cada vez la daba mas fuerte, ella tenía sus piernas cogiéndome como una pinza y yo la estaba chupando esas pedazo de tetas maravillosas.
Tía me corro, me corro tía, tiiiía . …Ahhhhh ! y estalle dentro de su chochito calientito, ella al recibir mi descarga se corrió a la vez, me corro Borjita, me corro, no la saques todavía, no la saques, y aguante dentro todo lo que pude. La había inundado de mi lechecita, hasta le salía y se le caía por las piernas. Al acabar estuve unos minutos chupándole las tetas, y de lo que me gustaban se me volvió a levantar la polla como antes.
Que tía te a gustado, has visto como follo, mejor que en tus libros. Borjita eres una maravilla, sobrino menuda polla que tienes y como me he corrido ha sido el mejor orgasmo de mi vida. Lo que me he perdido hasta ahora. Tía no te preocupes, que te voy a poner al día en esta Semana Santa, vas a disfrutar como una perra. Y si perder el tiempo la empecé a besar otra vez, como besaba la cabrona, un beso chupándole la lengua que fue increíble. Luego ella me cogió mi polla con su mano y me empezó a pajear.
Yo mientras la estaba acariciando sus tetas. Como se movían, que buenas estaban, tan redonditas, tan suaves. La pellizqué un pezón ¡ Au ¡ pegó un pequeño grito. Calla puta, ahora lo que tienes que hacer es chuparme la polla so guarra. La agaché la cabeza y me la empezó a chupar. Que maravilla, mmm, ummm, sigue, Así! Así! So puta sigue chupando, como lo hacía, yo estaba en la gloria con esos labios carnosos chupandote tu gran pollón, era una maravilla.
Sigue, cada vez estaba más caliente, estaba a punto de correrme. Para ser la primera vez que hacía una mamada era ya toda una experta. Tía que me corro, que me corro, gritaba sin parar. Trágate toda la leche puta, trágatela toda, mi tía se tragó todo el semen de golpe. No se le salió nada. Después me limpió mi polla con su lengüecita.
Por esa noche ya era suficiente era la primera vez de mi tía y tenía que descansar. Ya había tenido dos orgasmos y además tenía que descansar para el próximo día.