Mi cuñada
Un día de verano, mi cuñada me pide que la ayude a limpiar la pileta de lona.
Para que los chicos no jodan, los manda con mi suegro.
Mi señora (la hermana) se va con ellos y quedamos en juntarnos allá cuando terminemos.
Comienzo a limpiar la pileta con mi cuñada, hace un calor de cagarse, y cuando estamos terminando, voy a manguerearla para sacarle lo ultimo de detergente.
Ella esta parada frente mío y provecho y le mando un buen chorro en el pecho.
Ella tiene una malla enteriza y una remera arriba.
Obvio que la moje toda pero lo que me gusto fue que se le marcaron bien las tetas y los pezones se pararon notándose, incluso, debajo de la malla.
Ella no es lo que se llama un bombón, es mas bien gordita pero muy canchera.
Tiene unas buenas tetas y un culo sabroso. La verdad es que le sobra carne pero no es una obesa.
Se separó hace ya un tiempo y ha tenido parejas esporádicas. Conmigo nunca nada asi que cuando la moje solo lo hice para embromarla.
Cuando lo hice se rio, nos reímos y se fue.
Yo termine de limpiar la pileta y cuando la estaba acomodando y comenzando a llenar, ella apareció desde atras y me vacío un balde de agua en la cabeza.
Sorprendido me doy vuelta, ella sale corriendo y yo la sigo.
La alcanzo dentro de la casa y la agarro de atrás y le comienzo a hacer cosquillas. Se trata de zafar y de pronto se da vuelta y quedamos cara.
La verdad es que no lo pensé ni ella y nos dimos un beso largo y con lengua.
Sin mediar palabras la seguí besando, baje al cuello y seguí hasta las tetas. Le saque la remera y le baje la malla, quedando los pezones a la vista.
Me los metí en la boca y se los chupe hasta mas no poder.
Seguí bajando y, mientras lo hacia, le seguí bajando la malla y cuando llegue a su concha, baje totalmente la malla y se la saque. A todo esto ella seguía parada.
Con mis manos le toque la entrepierna y ella las separó.
Me senté, me di vuelta y con las manos apoyadas atrás metí mi cabeza debajo de ella y levantando la cara le empecé a chupar la vagina, lengüetear y meter la lengua.
Ella gemía y gemía, suspiraba y cuando su concha estaba totalmente mojada de excitación comenzó a masturbarse.
Cuando sus gemidos pasaron a ser en voz alta, dejo de hacerse la paja, se movió adelante, se puso en 4 patas y me sacó la malla.
Agarró mi pene y muy lenta y profundamente me la empezó a chupar.
Así continuamos haciéndonos un 69 y cuando ya no daba mas me corrí, le acosté panza arriba y la fui penetrando lentamente y a medida que pasaba el tiempo iba mas rápido y mas profundo.
Nos besábamos, sintiendo el sabor y los olores del 69 y mas me excitaba.
En un momento la di vuelta y la puse arriba mío y ella se sentó y comenzó a cabalgar y con la mano se masturbaba mientras yo la seguía penetrando y metiéndole dedos en el ano que estaba totalmente lubricado.
Cuando llego al orgasmo se levanto y se fue a buscar la malla de ella que había quedado tirada a un costado.
Yo estaba que estallaba así que me levante, la agarre por atras y la empuje hasta la habitación de ella.
La acosté boca abajo y le levante una pierna sobre la cama.
Así la volví a penetrar muy profundamente y ella volvió a gemir y a excitarse.
Cuando ya estaba bien lubricada, y como no quería mandarme una cagada dejándola embarazada, saque mi pene y muy despacio se lo puse en el culo.
Ella abrió mas las piernas y muy lentamente le fui introduciendo mi pija en su culo que estaba todo mojado.
Cuando ya estaba bastante adentro me empecé a mover y ella volvió a gemir de placer.
Seguí entrando y saliendo y cuando sentí que me echaba el polvo metí mi pene bien adentro y eyacule todo bien adentro.
Ella sintió la leche tibia adentro de ella y se ve que se excito mas porque el ano se dilato mas y comenzó a hacerse otra paja. Me seguí moviendo hasta que quede seco y ahí lo saque.
Me acosté al lado de ella y nos quedamos ahí un buen rato. Después nos levantamos y fuimos al baño a lavarnos.
Cuando ya estábamos limpitos, ella se volvió a agachar y me la volvió a chupar hasta que quedo dura como piedra.
Ahí bajo y me chupo los testículos y se paro. La bese y le metí toda la lengua y cuando me aprestaba a volver a penetrarla se alejo y me dijo (lo primero que decía desde que empezamos):
-Pará, se hace tarde. Vamos no ahora y quédate con las ganas, así volves otro día.
Hicimos así y cada tanto me escapo del trabajo (yo ando mucho por la calle) y la visito para que ambos nos saquemos las ganas.