Capítulo 1
Mi cuñada
Mi nombre es José y tengo 28 años; voy a contaros una historia que me sucedió hace un par de años.
Yo salía con una chica de 25 años su nombre es Ana, ella es rubia, ojos grises y un cuerpo de infarto, nos iba muy bien incluso nuestra vida sexual era perfecta; pero tenía una hermana de 23 años la cual estaba aun mejor que mi novia, es morena, alta, ojos grises y un cuerpo mucho mejor que el de su hermana, me tenía loco, cada vez que la veía me excitaba.
Pues nada resulta que estuve trabajando a unos cinco minutos de su casa y mi futura suegra me sugirió que fuera a comer durante la semana a su casa, que mi querida y caliente cuñada me daría de comer.
La familia tenía un negocio del cual no regresaban hasta las 19:00 de la tarde, y tenía un par de horas para estar a solas con mi cuñada.
Al empezar la semana fui a medio día a casa de mi novia a comer y me esperaba mi querida, caliente y joven cuñadita; estaba sola terminando de prepararme mi comida; al llegar la noté algo diferente a cuando estábamos acompañados por mi novia o algún familiar suyo; tan solo su forma de vestir ya me ponía a cien un pantalón de esos que son súper estrechos y se le nota todo incluso su rajita y una camiseta tan ajustada y blanca que dejaba ver sus pechos y pezones pequeños y oscuros; yo pensaba que se vestía demasiado bien como para comer en casa.
En el transcurso de la semana se volvía el ambiente más picante, tanto en su vestir como en su vocabulario, me decía cosas que nunca me había dicho, como que era virgen, que nunca había visto una polla y que estaba algo cachonda pero luego solo se quedaba ahí.
Hasta que el último día de la semana que fui a comer a su casa vestía algo mas picarona.
Se puso una falda que no le tapaba nada solo con moverse o agacharse un poco ya me dejaba ver todos sus tesoros aún inexplorables y un top que marcaba claramente sus pezones duros.
Para entonces ya yo estaba muy acelerado la muy puta había hecho un buen trabajo durante la semana para ponerme a mil.
Ya yo me había pajeado varias veces pensando en ese cuerpo y lo que podríamos hacer juntos.
Y ahora me encontraba aquí delante de ella y esto no era un sueño era mi mayor fantasía y la tenía al alcance de mi mano.
No podía más me encontraba súper excitado y empalmado (mi polla mide unos 20 cm y nunca ninguna chica se ha quejado por la forma en que me la he follado) mi poya estaba a reventar no podía ni comer.
Ese día ella me dijo que si quería ir a comer a su cuarto y así veríamos la televisión al tiempo que almorzábamos, a lo cual yo asentí.
Al llegar a su cuarto ella se sentó en la cama de su hermana (mi novia) y dijo siéntate a mi lado así no deshacemos las dos camas, a mi me pareció una idea excelente, así podría tenerla más cerca y ver más bajo esa poca ropa que llevaba puesta, estaba asombrado y desconcertado y no podía creer lo que me estaba pasando, era mi cuñadita mi sueño erótico; pero aun así no sabía qué hacer.
Acabé de comer como pude y ella me dijo que si quería algo más, a lo que contesté que no, que me había quedado muy bien, entonces me dijo, ¿seguro que no quieres mas nada?…tú pide por esa boquita y te daré lo que me pidas. Yo estaba a reventar, mi excitación era tal que mi poya intentaba salir al descubierto por sí sola.
Entonces se levantó y llevó los platos a la cocina, a los dos o tres minutos regresó y me preguntó si estaba bien, le respondí que sí y me dijo túmbate en la cama para que descanses un poco luego se tumbó a mi lado, tan cerca que sentía el calor de su cuerpo; nos miramos un momento y eso bastó para deshacernos de placer y comenzar a besarnos.
Me besó muy sensualmente y yo correspondí a su beso, luego desabrocho mi camisa y comenzó a besarme acercándose a mi entrepierna, con su mano me cogió la polla por encima del pantalón aún abrochado, lo abrió y los bajó hasta quedarse con ellos en sus manos, me beso y me quitó mi ropa interior para luego hacerme una mamada que me llevó a los cielos, la muy puta nunca lo había hecho pero parecía una profesional, sabía todos los puntos en los cuales me ponía mas cachondo aun, si eso podía ser: me chupaba la punta del capullo para luego con su lengua bajar hasta mis huevos y mi culo en el cual me besaba hasta hacerme temblar de placer, después me mamó la polla tan frenéticamente que me corrí dentro de su boca y ella no dejó escapar ni una sola gota se lo tragó todo, luego con su lengua limpió mi pene dejándolo reluciente y preparado para volver a jugar, lo había hecho estupendamente y ahora me tocaba a mí, empecé por quitarle el top y como era de esperar no llevaba sujetador, dejé sus pechos al aire y me di cuenta de que eran más hermosos que los de mi novia, se los chupé un poco entreteniéndome lo necesario en cada pezón para dejárselos como piedras; luego seguí mi camino hacia el paraíso sin explorar, al llegar a la altura de su pequeña falda se la quité con la boca y ayuda de mis dientes para dejar al descubierto un diminuto tanga blanco que solo le tapaba lo necesario para que no se le viera el coño, al mismo tiempo que sucedía todo esto yo ya estaba de nuevo en forma, empalmado y listo para penetrarla.
Poco a poco fui quitándole sus diminutas braguitas hasta dejar su depilado y hermoso coño al descubierto, estaba húmedo y el flujo le corría por sus esculturales piernas; empecé a besar sus extremidades inferiores acercándome lo más que podía a esa fruta que se encontraba entre sus muslos pero sin tocarla, luego volvía a bajar y llegaba hasta sus pies los cuales besaba desesperadamente, comencé a subir de nuevo besando sus largas y atléticas piernas hasta llegar a su coño el cual ahora si bese, saboree y chupe como mejor supe; subiendo por su raja llegando hasta su clítoris y volviendo a bajar hasta llegar a esa cueva deshabitada que pronto encontraría un inquilino muy calenturiento; mientras mamaba su coño ella se vino en mi boca al menos dos veces; ella solo decía (sigue, sigue, sigue, ahhh!, aaahhhh!, aaaaaaaaahhhh!, sigue, no te pares ahora, es cierto lo que decía mi hermana; por lo visto mi novia y ella habían hablado sobre esto, lo cual me puso mas caliente, entonces poco a poco y como era su primera vez la fui fallando con un mete y saca primero despacio y suave para terminar de lubricar su joven coño, para luego hacerlo con mas energía, mas rapidez y agresividad ; era una experiencia increíble, única, inolvidable y yo creía que irrepetible.
Después de estar follándome un rato a la puta de mi cuñada y conseguir que se corriera otro par de veces me corrí llevando mi polla hacia su cara y haciéndole una corrida facial estupenda.
Entonces pasó algo que no esperaba, entró mi novia en el cuarto y me vio con la polla aun escurriendo semen y en las manos y boca de su hermana y con su cara llena de mi leche, mi querida cuñadita se había portado estupendamente.
Luego ocurrió algo que fue maravilloso, pero eso lo voy a dejar para otro momento…