La hijastra.

Comencé a vivir con una señora casi de mi edad, 58 años, desde que comenzamos a platicar teníamos la intención de hacer vida juntos, ella tiene tres hijas, dos casadas y una soltera que es la más grande, tiene 37 años, morena, delgada, según ella no había tenido novio hasta ese entonces, al menos no formal, quizá solo relaciones a distancia por internet, le gustan las novelas coreanas y dice no tener intención de casarse y menos de tener hijos.

Mi relación con su mamá se fue haciendo monótona, la intimidad con ella desde un principio no fue excitante, no es nada erótica, le falta mucho de sensualidad, no tiene bonito cuerpo pero no me importaba.

Después de un tiempo de vivir juntos, su hija soltera se vino a vivir con nosotros pues tuvo problemas de depresión, le acondicionamos una recamara, se le estuvo atendiendo hasta que se recuperó y comenzó a buscar trabajo.

No pude evitar tener fantasías al verla salir de su recamara en shorts cortitos pues luciana lindas sus piernas morenas, delgadas y largas, en ocasiones andaba con camiseta y sin sostén y se apreciaban sus pezones deliciosamente morenos, estoy casi seguro de que ella sentía mi mirada pero se hacía la desentendida.

En cierta ocasión dejó la puerta de su recamara entreabierta y ella estaba recostada con el celular en una mano mientras con la otra acariciaba su entrepierna por encima de la pijama y entonces deduje que mensajeaba con alguien, quizá tenía novio a distancia por internet.

Se estaba convirtiendo en una obsesión para mí el poder cogerla un día, en poder saborear la delicia que tenía en medio de las piernas y morder sus pezones que lucian deliciosos, confieso que en ocasiones entre a su recamara y busque en los cajones de su cómoda las tanguitas que usaba para imaginarlas puestas en ella.

Y llegó el día que me quedé solo con ella en casa por 2 semanas, mi pareja tuvo que ir a estar con otra de sus hija que iba a dar a luz en los siguientes días.

Llegaba del trabajo y se ponía cómoda con shorts y playera, comía, se sentaba a en la sala a ver televisión y yo iba y me santaba también a ver televisión un rato pero no podía evitar verla a ella y se daba cuenta que me excitaba demasiado verla así.

Una de esas tardes ella estaba en su recamara y le hable para ver si quería tomar café con pan, salió y no traía sostén bajo la camiseta y se le marcaban los pezones como nunca, quizá estaba excitada, no pude evitar bajar la mirada, se dió cuenta y sonrió,

_Perdón, le dije, es que se te ven deliciosos.

_ te gustan? Me dijo.

_iMucho! Le dije, déjame tocarlos por favor, tomé uno entre mis dedos apretándolo deliciosamente mientras le decía al oído… _ La verdad me enloquece tu figura, hace tiempo te deseo pues eres una delicia de mujercita.

Ella lo que hizo de forma inesperada fué colgarse de mi cuello y besarme en la boca y me dijo: _Yo también lo deseo.

Me parecía increíble e inesperada la forma en que se dió lo que tanto había deseado y sin dejar de acariciar con mis dedos su pezon, mi otra mano la bajé acariciando su espalda y apreté sus nalguitas, bese su cuello arrancándole expresiónes de placer y bajé mi cabeza más para besar sus senos por sobre su camiseta mientras acariciaba sus nalgas con mis dos manos, después tome su camiseta y la saqué por encima de su cabeza quedando descubierto su cuerpo de mitad hacia arriba, seguir bajando besando su abdomen hasta quedar de rodillas y besar su entrepierna por encima de su shorts mientras ella tomaba mi cabeza y la juntaba a su cuerpo, desabroché su shorts y lo bajé hasta sus pies que ella sacó de la forma más dócil y después baje con delicia su tanguita dejando al descubierto su entrepierna depilada, acerqué mi cara y le besé ese rincón delicioso mientras apretaba sus nalgas ya desnudas, ella por instinto y deseando sentir mis labios y lengua abrió sus piernas y arqueó su cuerpo para que pudiera saborear su deliciosa rajada.

Me puse de pie y abrazándola le dije al oído: _ Estás riquísima, tienes un sabor delicioso ahí, vamos a la cama si. Entramos a su recamara, la recosté en la cama y abrí sus lindas piernas dejando al descubierto esa rica rajada de labios oscuros, bese sus piernas, sus caderas y su abdomen hasta llegar a saborear con delicia su rica concha ya húmeda, con mi lengua abrí sus labios y recorrí lo largo y ancho de su deliciosa rajada sacándole gemidos que encendían más mi deseo.

Ya era imposible detenernos, los dos estábamos tan encendidos, me desnudé dejando al descubierto mi dureza y ella mordiéndose los labios alargó su mano para acariciar mi miembro duro a más no poder… _Está rico, me dijo, déjame chuparlo como he visto en los videos y lo metió en su boca mamando de forma tan rica que me sorprendió, así estuvo un rato dándome esa rica mamada hasta que la tumbé sobre la cama, le abrí las piernas y la penetre, estaba tan mojada que se le fue hasta el fondo y grito de dolor a lo que yo no hice caso, continúe mis movimientos mientras ella me abrazaba con las piernas, me vine a chorros dentro de ella sin antes sentir como se venía ella también, cuando se la saqué ví que había sangrado y le pregunté:

_ Nunca lo habías hecho?

a lo que ella respondió: _ No.

Y así empezó una serie de ocasiones en que disfruté de esa deliciosa morena flaca de 37 años, antes de terminar mi relación con su mamá.