Capítulo 2

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Así es mi familia II

Luego de aquella experiencia placentera con mis padres, creí que nada la podía superar. Pasamos ese día llenos de placer, ya para la noche mi mamá recibe una llamada de mi abuela Marta donde le explicaba que iban en camino a la casa que teníamos en el interior de la ciudad. Por dentro me decepcione ya que creía que tendría un día más de sexo con mis padres. En fin, eran tan unidos.

Así llegaron papa se vistió y fue a abrirles, la abuela se bajó del carro y el abuelo le dijo a mi papa fueran por algo a la tienda. La abuela entro a la casa, nos saludó muy alegre y se fue a cambiarse al cuarto, mi mamá la siguió para ayudarla a desempacar. ¡Yo me quede en la sala aún muy decepcionada por que yo quería más!!!!

¿Me di cuenta que se tardaban mucho para solo estar cambiándose, me vino a la mente, será que mi mama le está contando a la abuela lo que hicimos? ¡No puede ser!! Me acerqué en silencio a la puerta del cuarto y la escena que vi me hizo temblar las piernas. Mi abuela estaba tumbada en la cama con las piernas abiertas y mi mamá tenía su cara en su poncha chupándosela. No podía creerlo, ¿mis abuelos estaban en esto también? ¿Somos una familia incestuosa? Mi curiosidad no me permitía moverme, no podía dejar de ver. Mi madre se dio cuenta que estaba allí parada y estiro su mano hacia mí para que me acercara, no lo dude y me acerque. Mi mamá degustaba la poncha de mi abuela, mi abuela temblaba, su cuerpo se arqueaba de placer, mi mama le chupaba el clítoris mientras con las manos apretaba sus senos, mi abuela le agarraba la cabeza y se la estrujaba en su poncha. Eso la hizo llegar al orgasmo, subió sus piernas, grito de placer ahhhhhhhhh siiiii siiiii, un chorro salido de su poncha. Yo misma me moje, mis pantys estaban empapadas.

Ella seguía temblando, mi mamá subió hasta su cara y la invito a chupar sus propios jugos que la tenía embarrados en su cara. En eso sentí me tomaban de la mano, era mi abuela que me pedía me acercara a ella. Me acerqué, no entendía por qué lo hacía sin titubear, no lo pensé, mi cuerpo solo se dejaba llevar. Me empezaron a acariciar el cabello, la cara, mi mamá comenzó a besar mi cuello. Acerco mi cara a la de la abuela, y comenzamos a besarnos apasionadamente, me encantaba sentir su lengua en mi boca, me encantaba la corriente que recorría mi cuerpo, me en cantaba la sensación que sentía en mi poncha. Me desvestí rápidamente y me dejé llevar por esa sensación de placer, aunque dentro de mi algo me decía, lo estás haciendo con tu abuela.

Me dejé llevar, ella hacia lo mismo, llego hasta mi poncha y se abrió paso, introdujo uno, dos y luego tres dedos. ¡Explote de placer, los movía con maestría, me tiro en la cama boca arriba, abrió mis piernas y procedió a chupar mi poncha, no podía más, grite a mas no poder, sigue por favor no pares!!!!! ¡Me encanta, sigue!!!! Un gran grito brotó de mis labios, ahhhhhhhh. Mi poncha temblaba, mis piernas temblaban. Nos tumbamos en la cama una al lado de la otra y nos juntamos en un beso las tres, nuestras lenguas se entrelazaban.

Era tanto el frenesí y el éxtasis que sentía, que no me había fijado que mi papá y mi abuelo nos veían desde la puerta de la habitación, ambos tenían el pene en las manos, ya erecto y listo para la faena. Mi abuelo se acercó a mí, me tendió la mano y acercó su boca a mi boca, nos unimos en un beso caliente, húmedo y apasionado. No hubo suavidad ni ternura. Luego me lanzo a la cama y llevó su cara a mi poncha aun llena de los jugos de mis anteriores orgasmos, la chupo, la lamió con rudeza, era algo que no había sentido anteriormente, pero me gusto, lo disfrute. Luego introdujo su pene en mi poncha, con fuertes embestidas en un segundo llegue al orgasmo. El seguía con sus embestidas, mi madre se acercó a mí y comenzó a besarme con lujuria, me tomaba del cuello, mi abuelo se acercaba y también la besaba, apretaba mis senos con fuerza. Saco su pene y me dio la vuelta, me puso en cuatro y comenzó a darme desde atrás, lo hacía fuerte, mientras me daba nalgadas que en vez de molestarme más placer sentía. Guaooo llegue a la luna, estaba en un trance que jamás imagine sentir. Termino fuera en mis nalgas, la abuela se acercó y comenzó a lamer cada centímetro de ella. No me podía incorporar, mi cuerpo aún estaba flotando, mis piernas temblaban.

Cuando me repuse no dejaba de pensar, que es esto, no lo puedo creer, acaba de tener sexo con mis padres y mis abuelos. Mis padres y abuelos estaban en la sala conversando, me acerque a ellos, mi abuela fue la primera en elogiarme.

  • Ven princesa bella, eres toda una hermosura, toda una puta como tu mamá y abuela.
  • Así es además que tiene buena resistencia, yo creí no iba a aguantar tanto por esa poncha. -Dijo mi abuelo.
  • Ella es toda una puta como su madre. -Dijo mi papá.
  • Pero que es todo esto, practican el incesto. La verdad no entiendo nada. -Fue lo que me salió decir.
  • Ana, aquí practicamos el sexo sin tabúes, el sexo placentero, ese que te da placer desde los cabellos hasta los dedos de los pies, ese sexo que te hace soltar sonrisas, que te hace feliz, vibrar. Ese sexo esplendoroso, fabuloso y enriquecedor. Comento mi papá con una gran sonrisa en sus labios.
  • No le hacemos daño a nadie con nuestra creencia, tú has participado por que quisiste no te obligamos a nada. Es nuestra forma de disfrutar la vida, de vivir placenteramente, comento mi abuela.

La verdad no quería juzgarlo, yo más que nadie disfrute todo y quería seguir disfrutando. Allí donde estaba sentada quería tirarme encima de papá para besarlo y frotar mi cuerpo con el de él. Él se dio cuenta que yo tenía una gran sonrisa en mi rostro, el también sonrió y me dio la mano y me llevó hacia él.

  • La beba de papi quiere más.

Comenzamos a besarnos, él lo hacía suavemente, pero yo estaba desesperada por más, de repente me cargo y me puso en el suelo, se acostó sobre mí y empezó a acariciar cada centímetro de mi cuerpo, hasta llegar a mi poncha, la acaricio con dulzura, no quería penetrarla aún. Su lengua recorría mi boca, tan sutilmente como si saboreara un helado que no quisiera terminar. Poco a poco bajo a mi cuello y lo besó y lamió de la misma forma. Yo que estaba tan acelerada, comencé a disfrutar cada segundo, cada caricia, cada beso. Mis piernas poco a poco se abrían más para dar paso a su mano que recorría cada centímetro de mi poncha con suavidad. Él se acostó de espalda al suelo y me pidió subiera sobre él, pero con la cara hacia abajo y pusiera mi poncha en su cara, no lo podía creer era mi primer 69. Comenzó a comer mi poncha con mucha devoción, sentía su lengua en mis labios genitales y sentía como succionaba mi clítoris.  Yo sin mucha experiencia comencé a lamer su pene, lo metí en mi boca y comencé a agarrarle el gusto, trate de llevarlo a mi garganta, me gustaba tenerlo en la boca, luego tome sus testículos, no los había notado, me encanto su textura, los chupe y los introduje todos en mi boca, guaooo demasiado rico. El chupaba mi poncha, la succionaba, jugaba con mi clítoris, luego comenzó a penétrame con su lengua.

La sensación que me producía su lengua era inimaginable, el placer invadía mi cuerpo, se turnaba entre mi ano y la vagina, de mi boca salían sonidos de placer, uhhhhhhh, masssss, así, así, me gusta, ahhhhhhh, mi cuerpo se desvaneció sobre él, al voltear me di cuenta que mi mamá estaba en lo mismo con mi abuelo, mi abuelo la penetraba con fuerza, me encantaba esa escena. Papá me coloco encima de él y me penetro, me tomo de la cintura y comenzó a darme embestidas desde abajo, me dijo- Aprende a moverte muñeca, sube y baja y veras como te llenas de placer. Ahhhh, que rico, fue lo que salió de mi boca. Al lado nuestro estaba mi mamá con el abuelo y al frente mi abuela se daba placer con sus manos, con una acariciaba sus senos y con la otra se daba en la poncha, no lo podía creer casi me te su mano completa en ella.

Yo me empecé a mover con fuerza me sentía en las nubes, los gritos de mi mamá, papá y abuelos me extasiaban quería hacerlo con todos al mismo tiempo, me venía, sentí que un chorro salía de mi poncha ahhhhh que rico, quería más. Papá volvió a penetrarme esta vez se puso detrás mío. Me embestía con fuerza, creí me partía en dos, la abuela se acercó y me ofreció su poncha húmeda para que la chupara, lo hice desesperadamente sus jugos embarraron mi cara, el abuelo gritó que se quería venir en mi boca, me incorpore y los dos soltaron su leche en mi boca, guaoooo me encanto lo trague como si lo necesitaba para vivir, lamí esos dos penes que me proporcionaron algo tan exquisito.

Ya saciadas nuestras ganas, los cinco nos tumbamos en el piso uno al lado del otro, yo con una sonrisa de oreja a oreja. Estaba feliz, dentro de mi decía, amo mi familia, amo el sexo, como he vivido sin sexo.

Abrace a mi papá que se había quedado dormido allí mismo, mi mamá y abuelos salieron al jardín desnudos, me les uní con recelo sentándome en las piernas del abuelo, le pregunté.

  • No temen alguien los vea.
  • No Ana, por aquí no pasa nadie, es un paraje muy alejado del pueblo. Contestó la abuela.
  • Es el lugar ideal para nuestros encuentros de disfrute de sexo.

Mamá se acercó a mí y me llevo a caminar, íbamos de la mano mientras el viento tocaba nuestros cuerpos desnudos, me sentía extraña pero feliz, sentía el placer de la libertad. Mamá me interrogo por todo lo vivido en las últimas horas.

  • Ana, quería saber cómo te has sentido en las últimas horas. Te ha disgustado algo, te has sentido obligada a algo, háblame con la verdad.
  • Mamá no te voy a mentir que me ha sorprendido todo, por mi mente nunca paso nada de esto, mucho menos lo de mis abuelos, pero lo he disfrutado, me ha hecho feliz todo. Mi cuerpo a experimentado sensaciones que nunca había sentido. Me encanta mamá tengo la familia perfecta.

Nos abrazamos y nos dimos un largo beso allí en medio del campo.

  • Mamá estará mal que quiera más y más, quiero tener tu lengua lamiendo y chupando mi poncha, quiero sentir el pene de papá dentro.
  • Claro no está mal Ana, es normal estas descubriendo placeres nuevos y eso despierta todos tus sentidos.
  • Sabes que quisiera.
  • Que papá me lo hiciera por el culo, sé que será doloroso la primera vez, pero quiero sentirlo.
  • Pues díselo, estoy seguro que le encantara ser el primero por allí también.

Nos fuimos a casa igual de la mano, ya la noche se acercaba. La abuela había preparado algo de cenar. Papá y el abuelo conversaban en la sala. Ya entrada la noche nos duchamos todos juntos, no entrábamos todos en la ducha, pero igual aprovechamos para acariciarnos, luego pusimos los colchones en la sala pegados uno del otro y allí nos acostamos a dormir acurrucados unos con otro.

La mañana siguiente, los primeros en despertar fuimos mi papá y yo. Era un lindo día soleado y papá sugirió que fuéramos afuera a tomar el sol. Me tomo de la mano y así desnudos nos fuimos al porche de la casa. Puso unas toallas en la grama y allí nos recostamos. Se me ocurrió mencionarle mi intención de que el fuera el primero en hacerme sexo anal. Le dije directamente sin titubeos:

  • Sabes quiero que seas el primero que me hagas sexo anal.
  • Ahh ya mi princesa quiere recibir por su culito.
  • Si y quiero que tú seas el primero
  • Bueno tus palabras son ordenes mi reina, pero primero debemos a acostumbrar ese orificio del culo con un dildo especial.
  • Yo puedo soportarlo solo hazlo.

Al ver que estaba decidida, papá comenzó a besarme y acariciarme suavemente la espalda, su lengua inundaba mi boca de placer, sus manos despertaban mis sentidos, fue bajando lentamente hacia mis glúteos, ya no lo hacía suavemente sino apasionadamente, me apretaba hacia el como si quisiera hacernos uno solo. Su mano se abrió paso en mi ano, y con un dedo comenzó a acariciar mi hueco virgen. Me dijo:

  • Ponte en cuatro perrita.

Le hice caso y comenzó lamer de arriba abajo. Sentir su lengua en ese espacio era la gloria, lo hacía con un gusto tremendo, poco a poco con el dedo se fue abriendo paso, primero uno, luego dos, hasta tres, sentía mucho dolor, pero poco a poco ese dolor fue cediendo. Me gustaba, pero paró de repente y dijo, vamos a dentro. De su bolso sacó un pote el cual me dijo era lubricante que eso nos ayudaría a que fuera más placentero. Me unto en el ano y con los dedos comenzó nuevamente a entrar en mi orificio, suavemente comenzó a dar pequeñas embestidas, me gustaba mucho sentir su dedo dentro de mi ano, luego metió dos dedos, y luego con su dedo más largo comenzó a darme por mi poncha que largaba jugos de placer. Guao penetrada doblemente por la mano de mi padre. Me encantaba el ritmo que llevaba, de pronto sentí como el éxtasis me inundaba y necesitaba gritar, gemir a todo pulmón. Papá saco sus dedos de dentro de mí y puso una almohada frente de mí y me dijo que me recostara sobre ella, así mi culo se levantaba un poco. Se embarro el pene con lubricante y colocó la punta de este en el orificio de mi ano y comenzó a hacer presión, poco a poco comenzó a penetrarme, yo comencé a gritar, él comenzó a empujar con más fuerza, ya el dolor iba pasando poco a poco y era sustituido por gemidos de placer, sentía que me partía en dos, lo disfrutaba mucho, el aumento el ritmo y así estuvimos un buen rato donde el placer se paseó por cada centímetro de mi cuerpo. De repente me dijo date vuelta, paso una toalla por su pene y abrió mis piernas y me penetro por la poncha que estaba inundada de jugos, allí comenzó a darme con fuerza, le vi a la cara y estaba desfigurada por el éxtasis que sentía, lo hacía cada vez más fuerte y yo arqueaba mi espalda de la corriente que recorría mi cuerpo.

El apretaba mis senos fuertemente y a ratos bajaba para besar mi labio y mi cuello, ya estaba por venirse, sus gritos y los míos se confundía saco su pene y termino en mi vientre, sentir sus chorros de semen caliente en mi me hacían temblar. Se tumbó a mi lado jadeando, y sudado, lo abracé en cuanto pude recuperarme y le dije

-Papi gracias por complacer a tu princesa. Me encanto todo, me hiciste llegar a las nubes. Te amo papito

¿Continuará? ¿Seguiremos disfrutando de las aventuras de Ana y su familia? ¿Se unirá una sexta persona a este clan?

Espero les guste esta segunda parte del relato, si quieren apoyarme para poder dedicar más tiempo a escribir mis relatos pueden hacerlo.

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