Capítulo 2

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Aprendiendo de los maestros II

Salí corriendo de la habitación tras mi padre.

– ¿ También te la follas?.- Pregunté admirado.

– Joder, pues claro.- Dijo el con naturalidad. – Con la mierda de tetas que tenía antes… No se como iba a hacerme las pajas cubanas que me hago ahora con ella.-

– ¿ Y desde cuando?.-

– Desde que a la señorita le empezaron a entrar aires de grandeza. Que si un ático en Madrid, que si un coche nuevo cada dos años… Esas cosas me cuestan dinero, y ella tiene que comprender que esos lujos no son gratis. Yo me parto la espalda para que ella tenga sus caprichitos, así que bien puede dejar que papi se lo pase bien con ella un poco de vez en cuando. Yo soy arquitecto, ella es guapa. Así que llegamos a un acuerdo mutuamente beneficioso.-

– ¿ Y crees que…?.-

– ¿ Que si dejará que te la tires?. Vamos hombre, claro que si. ¡Faltaría mas!. Si eres su hermano. Estaríamos buenos. Seguro que deja que cualquier mierda se la tire, y te va a decir a ti que no. Venga, vamos.-

– ¿Ahora?.-

– ¿ Que pasa, no te apetece?.¿ Te has quedado seco?.-

– Claro que me apetece.-

– Pues venga.-

Y así sin mas, salimos los dos al patio. Allí estaba ella, tomando el sol en topless de nuevo, con aquellos melones descomunales tostándose al sol. Mi padre se acercó a ella conmigo a su lado.

– Oye Susan. ¿ Tienes un segundo?. A tu hermanito le apetece echarte un polvo. –

Ella nos miró con cara de fastidio, y suspirando, se incorporó un poco para sacarse el tanga.

– Joder, que pesaditos estáis hoy los dos. Bueno, venga, pero aquí mismo, que no me apetece andar entrando y saliendo de casa cada dos segundos.-

– ¿ Quieres que vaya por un condón cielo?.- Preguntó mi padre previsor.

– No hace falta, estoy con la píldora, y este membrillo no tiene pinta de follar mucho.- Dijo tumbándose otra vez con las piernas bien extendidas a los lados, y con aquel coño rubio y coloradito bien abierto. Yo no sabia que hacer, aunque ya tenia la poya bien tiesa. Así que mi padre tomó la iniciativa, dándome una palmada en la espalda.

– ¡ Venga hombre!. ¡ Fóllatela con ganas!. ¿ No me dirás ahora que te da corte?.-

Y ni me lo pensé, solo me cogí la poya con la mano, y empecé a intentar metérsela con torpeza, a lo que ella, con otro mohín de fastidio, repuso cogiéndomela y metiéndosela ella misma.

Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm. Fue genial. Su coño me estrujaba la poya, era cálido y pegajoso, pero muy suave y acogedor. Me sentía tan bien con la poya dentro de mi hermana que ni siquiera me movía, así que mi padre me dió una colleja en la nuca.

– ¡ Venga chaval, que tu hermana se aburre!.-

Así que empecé a bombear, metiendo y sacando, al principio con torpeza, pero improvisando rápidamente un movimiento automático muy satisfactorio.

Mi hermana seguía inmóvil, con los ojos cerrados, y tan tranquila, pero a mi me daba lo mismo.

Seguí empujando, cada vez mas frenéticamente, hasta que sentí como el semen fluía de mi poya dentro de ella.

Me estaba corriendo como un loco. Me sentí emocionado y agradecido. ¡ Por fin había perdido la virginidad!. ¡ Y encima con una tía con cuerpo de supermodelo como mi hermana!.

Había merecido la pena esperar por follarme a aquella diosa a pelo, antes que malgastarme con cualquier gorda repulsiva, que encima me obligaría a ponerme goma.

Que feliz fuí. Y no había acabado de culear, cuando mi padre con voz de salido, ya me estaba apartando.

– Anda chaval, me habéis puesto cachondo, déjame el sitio.-

– Jo papi, ¿ tu también?. ¿ Que os habéis tomado hoy?. Con todo este trabajo ya me podrías pagar tu la entrada del Fiat.-

– Lo que quieras cielo, lo que tu quieras, pero déjame que te la meta.-

Y sin mas preámbulos, igual que yo, cogió su enorme poya palpitante, y se hundió en el coño de su hijita.

Ahora ella si que gimió como una loca, y empezó a moverse y a murmurar, aparentemente muy excitada.

No se si es que se lo estaba pasando bien, o que le gustaba fingir para mi padre y caerle en gracia, pero lo cierto es que se removía como si la estuviese matando.

Eso se notaba que le excitaba mucho, así que le daba unas culadas tremendas, haciendo temblar incluso la tumbona donde estaban jodiendo.

Crujía sin parar. Por no decir mi hermana, a la que agitaba como una hoja con cada embestida. Encima no dejaba de mugir como un toro.

Lo cierto es que me excitaba muchísimo, y hasta me hice una pajita mirándolos.

Al final, entre estertores, acabó corriéndose, empujando tanto contra mi hermana, que parecía que quería meterse dentro de ella.

El si que se quedó tranquilo un buen rato encima de ella, y al levantarse le dió un cariñoso besito en la cabeza.

– Gracias mi vida. Ha sido genial. Como siempre.-

Ella sonreía orgullosa y coqueta.

– ¿ Tanto como para la entrada del Fiat?.-

El se rió condescendiente.

– Ya conoces nuestro trato, tu preocúpate de estar guapa y bien abierta de piernas para papi, y deja que papi pague las facturas.-

– ¡ Gracias papi!.- Gritó ella saltando de la tumbona y abrazándose a el, cubriéndolo de besos.

– Venga, venga, vale ya preciosa, que todavía vamos a tener que joder otra vez.-

– ¿ Y eso no te gustaría?.- Dijo ella poniendo carita de niña buena para su papi.

– Venga cariño, ya me he corrido dos veces.-

– Ohhhhh.- Dijo ella, y enseguida se puso a cuatro patas apoyada en la tumbona, meneando aquel culo enorme y precioso. Desde luego que sabia como ganarse un coche nuevo. Yo le hubiese comprado hasta un mercedes.

– Bueno cielo, esto nunca lo habíamos probado. ¿ De verdad quieres que te de por el culo?.- Preguntó mi padre babeando.

– Jejeje. Por mi papi lo que quieras. Ya que tu no me desvirgaste por delante, puedes hacerlo por detrás.-

Joder. Mi padre se puso como una bestia, y antes de lo que se tarda en contarlo ya tenia la poya tiesa como una barra de acero. Empezó a hurgar en el culo de mi hermana con los pulgares, mientras ella gemía como una gata cachonda. No se tomó mucho trabajo, por que estaba muy caliente, y de golpe, sin pensarlo, se la metió de un golpe.

– ¡ Ahhhyyyy!.- Gritó ella sorprendida por el dolor.

– ¿ Te he hecho daño cariño?.- Preguntó mi padre asustado, pero sin dejar de encularla.

– No pasa, mmmmm, nada, mmmm, puedo aguantarlo papi, en serio. Tu disfruta y correte a gusto.-

– Gracias cariño, dijo el besándole la nuca.-

Le sujetaba la cintura con firmeza, y su poya entraba y salía de aquel minúsculo agujerito. El no podía verlo, pero mi hermana apretaba los labios con fuerza, igual que los ojos.

Estaba claro que aquella cosa tan grande en un agujerito tan minúsculo tenia que dolerle.

Pero era una chica codiciosa. Quería su coche. Seguía bombeándole dentro, y tardó bastante, lo que era lógico a pesar de su excitación, por que se había corrido ya dos veces.

– Siento tardar tanto mi vida, ¿ Te hago mucho daño?.-

– Un poco papi, pero tu disfruta, puedo aguantarlo.-

Y volvió a besarle la nuca. Entonces empezó a gemir, y a sufrir espasmos muy fuertes. Yo creí que se moría, pero empezó a gritar.

– ¡ Joder, si, si,si.!.- Gritaba el. Y luego a bufar y resoplar, para acabar gritando.- ¡Me corooooooooooooooooooooooooo.!.- Aquello si que era entusiasmo. Y se cayó de lado junto a la tumbona. Susan sudaba mucho y se sujetaba a la tumbona. Después de que papa le hubiese follado el culo con aquella cosa, no le quedarían muchas ganas de sentarse.

– Venga chaval, rompele el culo tu también.- Me animó mi padre irguiéndose un poco.

– No, no, me duele mucho. Una vez ya ha estado bien.- Dijo mi hermana con cara de susto volviendo la cara.

– Venga tonta, no ves que la tiene muy pequeñita. Te vendrá bien. Ni lo notarás.-

– Jo papi, me ha dolido mucho. No quiero que el me haga daño tb.-

– Venga nena, hazlo por papi. Es una pollita muy pequeña. Además si le dejás ya tienes el Fiat.-

– ¡ Entonces vale!.- Dijo ella con el rostro iluminado. Menuda puta.

Yo no sabia que iba a hacer, así que me quede un poco atontado. Entonces ella me miró con lascivia y empezó a mover el culo.

– Venga nene, no me digas que no te apetece. Va a salir el expreso al paraíso. ¿No quieres montarme?. ¿Ahora te va a dar vergüenza?.-

Bufffff. Que cachondo me puso. Y yo ya me había corrido tres veces, pero aquello era demasiado.

Me acerqué, y con cuidado le fuí metiendo el capullo en el ojete. En cuanto estuvo encarrilado, empecé a empujar con cuidado. Ella gemía, pero mucho menos que con papa.

El culito ya se le había dilatado mucho. No me costó demasiado empujar dentro, pero sus enormes cachetes me apretaron la poya una vez bien dentro. Empecé a bombear.

Me costaba, me estrujaba la poya, pero era fantástico. Además, apretando sus cachetes hasta exprimirlos, podía apretarme mas la tranca.

Era genial. El mismo día mi madre me había hecho una paja y ya me había follado a mi hermana por dos agujeros. Era feliz.

Quien me lo iba a decir a mi al despertarme. Aquel agujerito era una delicia. Empujar era más incomodo, pero la penetración en sí, mucho más deliciosa. Estaba enculándome a mi hermanita, que encima era una putita que follaba con nosotros dos por dinero. Bueno, por mucho dinero, pero por dinero al fin y al cabo.

Cuando estaba a punto de correrme, la poya se me puso tan dura que me dolía, creía que no podría correrme y que explotaría, pero enseguida empezó a fluir mi leche, y yo tb empecé a gemir como un burro, mas que nada por copiar a papa.

Me corrí bien dentro de ella, y me dejé caer encima suyo, abrazándola y relajándome como papa no me había dejado antes.

Allí estábamos los tres, sucios y satisfechos, después de corrernos como locos. Y todo gracias a mi hermana. Je. La pasta que mi padre le daba valía aquello y mucho mas.

Entonces llegó mama con el delantal sucio.

– Bueno, bueno, menuda tarde. Por lo menos os lo habréis pasado bien. Venga tontitos, a cenar.-

Eso si, mi hermana tuvo que cenar de pie, pero no estuvo tan mal, por que yo no tenia hambre y lo único que me comí fue su coño que chorreaba esperma.

Papá y mamá se rieron toda la cena con mi ocurrencia, mientras Susan escupía la mitad de lo que comía a causa de sus orgasmos.

Basado en una escena cómica

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