Mi despertar sexual fue gracias a mi marido
Soy una mujer un poco madura, para estas alturas de la vida, creo que aunque no demasiado bien, al final todo se ha ido desenvolviendo bien, mi sexualidad ha ido ganando en morbo, fantasía y disfrute.
Cuento todo esto para que sepáis que no siempre he sido así, pero que me alegro de que mi marido me dejara, debido a ello he conocido nuevos placeres y me he desinhibido totalmente.
Se puede decir que soy una mujer viciosa, me encanta navegar por internet, ver todo ese mundo de posibilidades sexuales, tremendas pollas, orgías de ensueño y que hablar de los chats, aunque no muy asidua a ellos, tengo que reconocer que en alguna ocasión he podido contactar con varios hombres que me han dado todo lo que he necesitado.
En una ocasión tuve una noche totalmente excitada, no sabía lo que hacer, no quería masturbarme como hacía por costumbre, necesitaba al menos dos pollas enormes, necesitaba sentir el semen de dos machos encima de mi cara y en mi boca, es algo que me ha ido gustando cada vez más, ya no dejo que ningún hombre eyacule dentro de mi, necesito su néctar blanco, espeso y pegajoso, además de exquisito y excitante, encima de mí e incluso cada día me decanto más por tragarlo, me encanta su textura en mi paladar y su temperatura recién ordeñado.
Bien, pues esa noche me metí en un chat y encontré lo de siempre, «niños» que juegan a ser mayores y hombres que juegan a masturbase por chat, pero yo necesitaba más, así que cuando ya daba todo por perdido encontré a dos hombres, extranjeros, Árabes o Marroquís, ni se el nombre, ni su nacionalidad, fue tal la excitación que tenía y las ganas de tener dos pollas para mi sola que enseguida iniciamos la conversación, realmente eran lanzados y aunque con precaución, pero cegada por mi encharcado sexo, les pedí las medidas, por supuesto que me entendieron perfectamente y se apresuraron a contestar con sus 23 cm y sus 21 cm, era algo que casi me hizo correr, enseguida me dieron su teléfono móvil y llamé sin reparos.
Después de una charla algo liada, debido al idioma, quedé con ellos en una conocida cafetería de mi ciudad, debido a la afluencia de gente, tras saludarnos y ellos ya totalmente enloquecidos por lo que sabían que ocurriría, decidimos irnos a otro lugar menos concurrido.
Me llevaron con su coche hasta un parque bastante oscuro, salimos del coche y sin mediar palabra les hice apoyarse en el mismo, yo, que no podía ya con mi excitación, les bajé el pantalón y los slip de un golpe y dejé saltar sus dos enormes y endurecidas pollas al aire, tenían algo de aroma a polla sedienta, olían a sexo fuertemente, algo que no me hubiera agradado de no ser por mi tremenda excitación, sin dudarlos me froté la cara con las dos pollas mientras respiraba fuerte y profundamente para excitarles más aún, les chupé las pollas alternativamente, sus enormes huevos y les masturbé mirandoles a la cara, muy viciosamente.
De pronto, debido a su excitación, ellos hablaban el Árabe y me levantaron de un golpe del suelo y me apoyaron en el capó, sin apenas esfuerzo el primero de ellos me penetró y empezó a bombear fuertemente, mi excitación era tan tremenda que no tardé en correrme dando unos alaridos que se podrían haber oído a kilómetros de distancia, les pedí por favor que me reservaran su semen, que quería que los dos a la vez se corrieran en mi boca, era algo que deseaba, era algo que continuaba con mi excitación a pesar de mi orgasmo.
El primero salió y me folló el segundo de la misma manera, hasta que tuve que correrme otra vez, no podía casi aguantar sus embestidas, eran tremendos, los dos me follaron el coño y el culo como se les vino en gana, pero tenían un tremendo aguante, ya que reservaron sus semen para mi.
Cuando consideraron que ya no podrían aguantar más, me hicieron arrodillar frente a ellos y uno a cada lado me hicieron chuparles la polla alternativamente, les masturbaba, luchaba por deshacerse de sus manos que me sujetaban la cabeza, gemía como una perra y ellos seguían con su intensa actividad bucal y facial, mi cara ardía y mi coño mucho más, hasta que sintiendo el liquido preseminal en la punta de sus enormes capullos, me percaté de que era el momento oportuno para masturbarles a los dos de forma furiosa y vital, eso fue el colofó, los dos casi al unísono empezaron a soltar tremendos chorros de semen, que se metían en mi boca y me regaban toda la cara, al sentirlos me empecé a correr de una manera nunca sentida, sus chorros no paraba de manar y me llenaban por completo la cara, labios y chorreaban por todo mi cuerpo, yo tragaba y me retorcía de placer.
Cuando la fuente se fue secando, les limpié ávidamente sus medio flácidas pollas y me masajeé todo el cuerpo y cara con su semen.
Luego nos limpiamos un poco y me volvieron a dejar allí donde me habían recogido, pero a pesar de su insistencia, nunca más he querido verlos, deseo seguir indagando en este mundo, pero no quiero volver a atarme a nadie, aunque nunca se sabe, quizá llegue esa persona/s que me llenen el estómago de semen de tal manera que no quiera nunca más probar platos nuevos.