Las clientas entran en tanga a la farmacia
Mi nombre es Jorge y tengo una farmacia en un pueblecito de Tarragona, mi gran problema es que padezco unas extrañas alucinaciones con las mujeres que entran a mi farmacia, me las imagino en tanga y sin la parte de arriba y me entra una terrible excitación acompañada de una erección incontrolable.
Es terrible, pues, me pongo a hablar con las clientas y me fallan las palabras, digo sandeces y ellas me miran extrañadas.
Algunas incluso se burlan de mi, y es que no saben que en ese mismo instante estoy a punto de eyacular, se me hace muy difícil hablar de la utilización de la máquina de depilar o de las contraindicaciones de los medicamentos, figúrense, la señora preguntándome si es mejor para el dolor de cabeza el gelocatil o la aspirina y yo imaginándomela desnuda, acariciándose los pezones.
No es de extrañar entonces que se me escapen algunas barbaridades, como que el gelocatil debe introducirse en la vagina.
Me pasa con todas las clientas sin excepciones, altas, bajas,rubias, morenas, viejas, jóvenes…
Entonces díganme ustedes ¿cómo puede sobrevivir un farmacéutico con una imaginación erótica brutal cuando se le llena la farmacia de mujeres y empieza a transformar en su mente las estanterías y la decoración en un puticlub?
Por suerte tengo un gran control sobre mi mismo, quiero decir que nunca he saltado encima de una clienta, ni me he insinuado a nadie.
Soy un señor casado, ya me entienden, según que cosas no las puedo hacer, pero, lo jodido de la historia es que con mi mujer no tengo fantasías, la veo desnuda y es como si me hubieran puesto hielos en los calzoncillos, nuestra vida sexual es muy pobre, sólo logro excitarme en mi farmacia, imaginándome las clientas en bolas cachondas como perras en celo.
Esta es mi historia, no se si estoy muy bien de la cabeza, pero es algo que no puedo controlar.