Mi fantasía: Atarme a la cama con los ojos vendados y follarme

Desde hace algún tiempo he tenido la fantasía de que me atasen a la cama con los ojos vendados y que me hicieran el amor, haciéndome estremecer.

Pues bien,aun mi fantasía no ha sido cumplida pero hace un par de semanas se lo hice a mi novio

He de decir que me sobran unos kilillos pero que eso nunca me ha impedido nada, soy de tez blanca con cabellos castaños,pelo largo y ojos marrones.

De mi cuerpo diré que uso una 100 de sostén pero tengo un pecho a mi parecer bonito con pezones pequeños y aureolas claras.

Estoy totalmente depilada de mis partes y del resto estoy más o menos pareja.

Estábamos en mi casa viendo la televisión por la noche acostados uno junto al otro cuando con el roce de nuestros cuerpos nos empezamos a excitar uno al otro, nos besábamos y tocábamos y a mi se me iban las manos a su paquete, el cual me encanta y me pasaría todo o que hiciera falta mamando esa deliciosa verga que tanto me gusta.

Yo estaba muy excitada y mojada y no aguantaba más, entonces él se levantó y se puso a los pies de la cama y me desnudo de cintura para abajo mientras yo me quitaba el resto, abrió mis piernas y entonces sentí como su lengua me empezaba a lamer.

Estaba muy mojada así que metió su lengua por mi vagina bebiendo mis jugos,yo notaba como entraba en mi húmeda cueva y como me cogía con los labios el clítoris y lo presionaba haciéndome casi gritar de placer,luego jugaba con mi clítoris ya hinchado y los orgasmos me venían simultáneamente uno tras de otro.

Le pedía que metiera sus dedos y así lo hizo, los metía y sacaba como si de su polla se tratase haciéndome estremecer de placer.

Cuando acabó subió a besarme y me dijo «átame», entonces cogí dos pañuelos largos que tengo y con uno le ate los brazos a la cama y con el otro le vendé los ojos de modo que no podía ver nada.

Empecé besándola y luego fui a lamer sus orejas, jugaba con ella, mordía los lóbulos así una y luego otra.

Bajé hasta su cuello besándolo despacio de un lado al otro, luego fui a por sus pezones y los mordisqueaba haciéndole dar pequeños gritos de placer, le hacía lo mismo que el me hace, le pasaba la lengua y los dientes pero nunca le hice daño.

Recorría su estómago y su ombligo muy despacio, parándome en cada rincón de su cuerpo hasta que al fin llegue a su polla que estaba húmeda, incitando a darle una buena mamada.

Cogí un poco de nata que tenia escondida para que el no la viera y unte toda su polla con ella, el me preguntaba qué era y le decía que era una sorpresa que tenia preparada para el.

La lamia con esmero, era toda mía, me encantaba el sabor agridulce de la mezcla de la nata y su líquido, chupaba sus testículos uno tras otro y volvía a mamarla moviéndola con mi mano a la vez y de vez en cuando la ponía entre mis tetas haciéndole una cubana.

Estaba muy cachonda y no podía parar, deseaba sacarle ese delicioso néctar que estaba esperándome, beberme hasta la última gota pero entonces él me dijo «ponte encima de mi», yo lo hice y cabalgaba sobre él sintiendo su dura polla en mi coño, no podía parar y me movía como una yegua en celo, al cabo de pocos minutos noté su inminente corrida a la vez que yo tenia un orgasmo, fue como si una corriente nos recorriera a los dos y el aun estando vendado lo notó.

Le bese tiernamente y luego la quite las vendas, fue una de sus mejores experiencias según me dijo, él ha tenido varias novias antes de mi pero me alegro de haber sido yo la primera que le hizo sentir como nunca.