Un relato masoquista I

Voy manejando mi carro por el centro de la ciudad.

Suena el celular, y contesto rápidamente: es mi dueña.,al sentir su voz, pienso que debe ser urgente para que se haya dignado llamarme.

Me tiene aleccionado para que cuando ella diga aló, yo reconozca su voz y le conteste:» A sus pies, mi ama!»

De lo contrario, ella me castigará.Me excita y causa temor el pensar que se enoje conmigo, y trato siempre de no darle motivos de disgusto.

Aló, a sus pies, mi ama.!contesto.

«Mira, perro faldero, esclavo inútil: Necesito que estés hoy en el Hotel Hilton a las 9 p.m..

Una de mis jefes viene del exterior hoy y le ofrecí un esclavo para que pase varios días divirtiéndose con él y olvide el stress del trabajo.

Es muy importante para mí,ella es un poco mayor y mi futuro depende de que se sienta satisfecha del esclavo que le voy a prestar.Obedécela en todo.No quiero quejas ni reclamos de ella , al mínimo disgusto de su parte, te castigaré y te arrepentirás.

Si lo haces bien, a lo mejor te permito que me beses todo el cuerpo y me chupes la cuca un buen rato., entendiste, animal?»

«Si, mi ama, le contesto, lo que Ud. ordene! Ud. dispone de mí como lo desee», le contesto.

«Bueno, ya sabes, a las 9 p.m. preguntas en la recepción por la Srta.Camila Sterling ,diciéndole que vas de mi parte. Ahora, apúrate, imbécil, que mi tiempo sí es importante!,despídete como un esclavo!»

«A sus pies, mi ama» OK:Chao.

Paso toda la tarde en medio de una gran expectativa, porque no imagino como puede ser esta ama ocasional que me envía mi dueña, y porque tengo miedo de fallar y no poderles cumplir.

Salgo del trabajo hacia la casa, y no tengo tiempo de comer. Regreso al centro y llego al Hotel justo a las 9.55, con temor de retrasarme y ser castigado.

Hay una muchacha en la recepción. me mira de arriba a abajo y me dice:»La señorita Camila lo espera en la Suite 422.Me dejó dicho, que al llegar Ud,lo envíe.Que entre, se siente en el living y la espere mientras ella puede salir»

Subo,entro a la suite, al encontrar la puerta abierta y llego a un pequeño recibidor con varias silla, sofá, mesa y revistas en las esquinas.

Hay un ambiente de oscuridad, un solo bombillo lateral alumbra el espacio.

Dos puertas separan este salón de un salón más grande en el que otras puertas deben ser habitaciones.

Me siento en una de las sillas, inmóvil y espero al menos diez minutos.

Luego, las puertas se abren de repente y aparece mi ama ocasional.

Camina lentamente, con mucha seguridad y altivez que se deben al hecho de sentirse hermosa y además con poder sobre las personas.

Tiene el pelo largo, rojizo, una edad entre los 35 y los 40 años y una elegancia de aquellas personas acostumbradas a lo mejor.Observo en todo su cuerpo una piel suave, con pecas y vellos amarillos en las partes visibles.

Viste un vestido negro y ceñido donde se observa claramente la marca de unas tangas , sin nada arriba.El vestido es corto, al agacharse se notan sus senos y al caminar observo sus rodillas redondas y hermosas.

Calza zapatos de tacón altísimo con bastante facilidad a pesar de la alfombra gruesa que cubre toda la suite. Se dirige hacia mí con cara de enfado, me mira lentamente, y me ordena: «De pie!» al mismo tiempo que bate sus palmas para reforzar la orden.

No me saluda ni me hace ningún gesto de cortesía.

Me levanto un poco nervioso y asustado.

«Acércate!» su voz es delgada y delicada y no corresponde a una mujer de su edad.Parece la voz de una quinceañera mimada y caprichosa.

Pero sus gestos y ademanes son muy autoritarios.

No me sonríe.En su rostro se nota el hecho de saberse superior a mí y lo disfruta.

«Tu ama me ha prestado su juguete.Me ha dicho que eres un perrito faldero bastante domesticado» me dice.Si te entrenaron bien debes saber que las amas no permitimos miradas directas hacia nuestra persona. Yo no las tolero, a menos que te lo pida directamente.Eso debes saberlo. No tienes ningún derecho de observar a tu ama y menos mirarla a la cara como lo has hecho.

Tu mirada cuando estés frente a mí, debe apuntar al suelo, a mis zapatos, entendieste, estúpido esclavo?»

«Yo sí soy estricta y parece ser que mi amiga no te ha entrenado lo suficien-

te.Acércate más, perro!»

Me acerco otro poco más y siento su perfume, cuidando ahora sí de tener la mirada en los pies de mi ama.

Siento una cachetada fuerte en una mejilla y sin reponerme de la sorpresa, otra en la otra mejilla. Las siento calientes y me arden.

Todo fué inesperado.

«Ahora, arrodíllate, perro sarnoso y me lambes los zapatos uno por uno como agradecimiento por mi trabajo de corregirte.»

Me arrodillo rápidamente sintiendo todavía el ardor en mis mejillas y comienzo por su zapato derecho. Lo acerco con mi mano y veo que cometí otro error.»No me toques, animal , ni siquiera los zapatos sin mi permiso.Debes besarlos y chuparlos como puedas, aunque yo me mueva . Ese es tu problema y más vale que lo hagas bien.»

Acerco mi cara al otro zapato y comienzo mi labor aunque de verdad, los zapatos se ven relucientes.

Me canso en esa posición y trato de levantarme pero eso la enfurece otra vez.

«No te he dicho que te levantes, perro flojo y bruto! Continúa hasta que yo te lo diga!»

Sigo con el otro zapato por la punta, el tacón y los lados.Ella aparta sus pierna un poco para permitirme besar la parte interna de sus zapatos entre uno y otro. Cuando está satisfecha,levanta un pié, lo apoya en mi hombro y me empuja bruscamente hacia atrás.Es repentino y caigo violentamente sobre mi espalda.

Entonces, la veo sonreír.Yo, la divierto, por fin! Eso me agrada porque tengo que complacerla ,no debo hacer enojar a mi ama

y no quiero que me castigue.

Me incorporo con la cabeza agachada, esperando que ella se dirija a mí recordando que no debo hablarle si ella no me habla primero.

«Así me gusta, pedazo de esclavo! Vas aprendiendo que eres un objeto que me prestaron hoy y no tienes derecho a hablar, opinar, a moverte, ni mirarme si yo no te lo autorizo, entiendes?»

Sí mi ama, entiendo.»

«Quédate quieto mientras regreso» me dice, y sale hacia la cocina.

La veo de reojo regresar colocándose guantes de látex en las manos.

Al llegar junto a mí,me aprieta las dos nalgas fuertemente con las manos para comprobar su dureza, sin ninguna delicadeza.

Se da vuelta y me toma el miembro que se me endurece poco a poco, y lo empieza a revisar lentamente apretándolo desde abajo y jalándolo para observarlo detalladamente.

Siento su jalón un poco brusco y me quejo, pero siento entonces una palmada fuerte en una nalga. «Silencio!» no quiero ningún ruido mientras inspecciono la mercancía que me prestaron, no me hagas perder la concentración, burro imbécil! Todo lo que tengo en las manos me pertenece ahora y lo voy a utilizar para divertirme y cree que lo haré cada vez que me venga en gana.

«Me divierte agarrar tu pequeño miembro,esclavo, me hace olvidar mis problemas de trabajo. Creo que mi amiga va a tener que cederme este esclavo cada vez que yo lo necesite, a lo mejor los fines de semana. Le preguntaré si no tiene objeciones para afeitarte todo este pelo que tienes por las bolas, no quiero que se enoje si le deterioro su esclavo.

Ahora, mientras yo te observo te vas a desnudar, y te dejas las medias y los zapatos , ok?» Pasa para el salón de la suite, me dice abriendo las puertas que dan acceso a un salón grande con un enorme ventanal encortinado desde donde se divisa un paisaje marino totalmente azulado. Me señala un sitio en el centro del salón para que cumpla su orden.

Vamos, hazlo ya!, dice dando otra palmada de forma impaciente.

Se sienta entonces en un sofá cruzando sus bellas piernas ,apoyando los brazos detrás de la cabeza mientras me observa apreciativamente.

«Ven acá,»me dice, como llamando un perrito para darle comida chasqueando los dedos.

Yo todavía no había empezado a desnudarme un poco aturdido por sus maneras autoritarias.

«En cuatro patas!» me grita viendo que yo me acercaba de pie.

Al llegar cerca de ella, se acerca agarrándome la camisa por los costados y de un tirón, la rompe botándole algunos botones, luego empieza a rasgarla con determinación hasta quitármela toda violentamente.

«Un perro nunca lleva ropa! Dame las gracias por ayudarme a desvestirte!»

Gracias , mi ama,le digo.

«Abre la boca ahora,me dice mientras se quita un zapato de su pie derecho y me mete el pie totalmente hasta la garganta de un solo envión.

Lo tiene un rato hasta que me siento presionado y sin aire, luego de lo cual lo saca con la misma fuerza.

«Ahora,lo vas a tomar en tus manos con delicadeza, y poco a poco vas a besar palmo a palmo todos los dedos, pasando la lengua con cuidado por las separaciones , no olvides la planta de abajo, el tobillo y tómate tu tiempo, animal,porque esos pies que tienes en las manos merecen la mejor atención de una bestia como tú.»

Comienzo y durante un largo rato me concentro en chupar cada dedo que tiene uñas muy cuidadas y rojas,sintiendo un saborcito un poco salado pero agradable. Además,es un pié pequeño y bello. A la altura del tobillo tiene una cadena delgada que lo envuelve dándole un toque de gracia.

Parece satisfecha observándome mientras se oye el chasquido de mi lengua. De reojo la veo recostarse en el sofá , con sus bellos ojos apuntando al techo y deja escapar un suspiro.

Siento que disfruta mi trabajo y el hecho de tener totalmente humillado a sus pies a un esclavo dócil, sumiso y complaciente. Yo dentro de mí agradezco que se digne permitirme tomar sus pies, besarlos y acariciarlos.

Me siento en éxtasis y quisiera que se prolongara mucho tiempo.

Pasa un largo rato y voy perdiendo la noción del tiempo, porque este bello pié me excita mucho.

Luego de un rato, siento un tirón fuerte en el pelo y la vocecita acaramelada de mi ama : «Empieza con el otro,esclavo,veo que te estás emocionando!»

Agarro el otro pié y empiezo a repetir mi labor, viendo que le agrada mucho y procura no demostrármelo,

Al cabo de un largo rato, me ordena: «Basta,esclavo, es suficiente .

Levántate porque esas rodillas ya no te deben aguantar!

«Camina hasta aquella esquina y te vas quitando el pantalón y el interior, pero te colocas luego los zapatos, dándole la cara a la pared»

Me quito el pantalón, el interior y me dejo las medias luego me coloco los zapatos. Pienso que ella me verá así un poco más ridículo,desnudo totalmente, pero con medias y zapatos.

Se acerca y me ordena acostarme sobre el espaldar de una silla, con el culo en alto y las manos apoyadas en el piso.

Mis pies quedan colgando y así siento expuestas todas mis partes íntimas a su disposición.

Para mi gusto prefiero todo esto sin pelos, ni obstáculos para poder jugar, creo que te voy a rasurar completamente si tu otra ama lo autoriza»

«Ahora, prepárate porque te voy a calentar esas nalgas con mis manos. Lo haré porque quiero sentir el calor y porque espero con ello demostrarte que soy una ama estricta y te voy a domesticar a mi gusto, eso me encanta. Además,serás entrenado para recibir mis azotes o palmadas aunque no haya razón ninguna»

Al decir esto, empieza a darme fuertes palmadas en ambas nalgas alternativamente, siento el ardor y parece que a ella le gusta porque lo hace más rápido y con más fuerza cada vez.

Sólo se escucha el sonido y su respiración jadeante.El ardor se mezcla en mí con una sensación de placer por saber que mi ama lo disfruta y le pertenezco por ahora.

Al cabo de un rato se quita los guantes para sentir en sus manos el contacto directo con mi carne.

El ardor es bastante fuerte y siento que sus golpes aumentan de intensidad a cada momento.

«Tienes unas nalgas bastante blancas: pero cuando yo termine, estarán totalmente rojas.»

«Debes acostumbrarte a ser azotado frecuentemente porque eso me divierte y me excita, y porque es parte de tu entrenamiento como esclavo de mi propiedad.

«Además, estoy preparando el terreno para mi objetivo, que es el agujerito pequeño entre estas nalgas.Mi esclavo debe llevar cuando yo lo disponga, un dispositivo plástico insertado entre las nalgas, para recordarle que ese culito me pertenece y que cada vez que haga un movimiento, sienta en su interior la marca de su ama»

Al decir esto, siento que aparta duramente mis nalgas con las manos ordenándome:» Coloca tus manos una en cada nalga y las abres todo lo que puedas, manteniéndote así hasta que yo te lo ordene. Ya!» Siento su orden acompañada de otra palmada.

En la posición en que me encuentro y con lo adoloridas que siento mis nalgas, se me hace difícil obedecerla.

Pero aún así, lo hago apartando mis nalgas todo lo que puedo.

Siento cerca su respiración mientras me examina detalladamente.

«Me encanta ese huequito virgen.Desde ahora, es mio y debes saber que lo voy a acostumbrar a mis caprichos.Apárta mas fuerte, que no puedo ver bien y necesito calcular el grosor del tubito.

Debo entrenarlo para recibir un kit completo, poco a poco.

Tu antigua ama no lo ha utilizado lamentablemente y está cerrado.pero yo lo haré adaptar al grosor que quiero introducirle. Hoy vamos a empezar con un pequeño tubito que llevo entre mis cosas previniendo esta ocasión.

Te lo voy a meter ahora y lo vas a llevar con mi autorización hasta que yo te lo ordene.Si necesitas ir al baño y te doy permiso, te lo puedo quitar.

Si no se me da la gana, debes aguantar hasta que yo quiera»

«Agúanta las nalgas abiertas mientras regreso.

Sale hacia el cuarto y regresa con un pequeño tubo plástico ovalado en las manos, que debe tener unas 3 pulgadas.

Me lo enseña, ordenándome: «Bésalo y mójalo bastante con tu saliva, para que sea más fácil para tí.» Lo coloca en mi boca porque no me ha dado permiso para soltar mis nalgas.

Con una mano lo introduce y con la otra me agarra por el pelo moviendo mi cabeza en un vaivén mientras me mete y saca el tubito en la boca. Es puntudo y su grosor aumenta al fondo. sabe a caucho o plástico.

Al sentirse satisfecha, regresa a mis nalgas y al rato siento que poco a poco lo va introduciendo.

Para mí es una sensación un poco extraña.Siento que al entrar me hace doler un poco, pero me agrada.Luego, lo tengo todo insertado y entonces me ordena soltar las nalgas, y ponerme de pie.

Siento ese objeto extraño y un poco molesto para caminar.

«Lo vas a tener todo el día metido,para acostumbrar el huequito poco a poco» »

«Ahora, vas a caminar con mucho cuidado y te arrodillas aquí a mis pies porque te voy a dar unas instrucciones:O.K? YA!

Así lo hago, me bajo con cuidado de la incómoda posición con ardor en las nalgas y una extraña sensación en mi recto.

Estas son mis órdenes: vas a limpiar mi cuarto. vas a tender la cama, cuidadosamente , vas a lavar minuciosamente el baño , vas a guardar la ropa que he comprado y vas a lavar mis pantaletas y sostenes»

«Quiero el trabajo bien hecho.Si encuentro algo que no me guste, vas a ser castigado»

Me tiende un delantal bastante femenino.,con tira para amarrar y encaje en la parte inferior.»Colócatelo!» Lo amarro a mi cintura,apenas me tapa el miembro y por supuesto, mis nalgas quedan a su vista.

Cuando se me endurece el miembro,la tela se levanta y me hace apenar frente a mi ama.

Eso la divierte.Se acerca, me lo agarra fuertemente mientras comprueba además que el tubo siga bien colocado.Una palmada más finaliza su inspección.

«Mi esclavo debe ser además mi mucama y mi sirviente.

«Hablaré con tu ama, mi amiga, porque de ahora en adelante te voy a entrenar con mucha dedicación y vas a tener que venir bastante seguido.Tengo mucho trabajo contigo para convertirte en el esclavo que necesito.

«Debes aprender a leerme el pensamiento, a obedecer rápidamente cualquiera de mis órdenes,, a estar dispuesto a mis pies en posición de saludo cuando me veas, a no hablar nunca si no te lo ordeno, a cuidar de mi cuerpo cuidadosamente.»

«Y además, a atender mis reuniones con amigas sobre negocios.Quiero exhibir mi esclavo humillado y sometido a mis pies, pero lo haré solamente cuando vea que estás totalmente domesticado.»

«El tubito entre el culo es solamente el comienzo de mis disposiciones para con todo lo que me pertenece.Luego, tomaré control total sobre tu miembro y no vas a botar ni una gota de semen sin mi permiso..

Te voy a colocar un cinturón de cuero, con una llave que solo tendrá tu otra ama y yo.

«Voy a analizar cuidadosamente cada vez que yo quiera la cantidad de leche que puedes producir, y sabré si no me has obedecido. Nadie más que yo y mi

amiga pueden utilizar este juguetico. Con el control cuidadoso que voy a llevar, sabré si me has desobedecido.

De ahora en adelante, cero masturbación sin mi permiso, y mucho menos sexo con nadie a menos que yo lo autorice, entendiste, cerdo?.»

Si, mi ama, como Ud. disponga.

«Ahora, de doy dos horas para que realices tus labores en mi cuarto y con mi ropa. Voy a estar en la sala examinando unos papeles de trabajo. Si escuchas una palmada, es señal de que algo se me ofrece. Debes correr en el acto, y arrodillarte en el suelo con la cabeza en el piso, esperando mi orden.

Esa posición la quiero siempre cuando termines alguna labor o cuando yo no te haya dado ninguna orden.

Si estás arrodillado, y no te ordeno nada, debes mantenerte así, sin mirarme ni molestarme hasta que yo lo decida, O:K?»

«No quiero repetir mis instrucciones nunca, porque eso me molesta.No me importa qué estés haciendo: cuando escuches la palmada, corres donde yo esté.

«Y, para mí, no tienes nombre. Eres mi cosa, mi propiedad. No esperes que te llame de ninguna manera,sólo los golpes de mis manos son el sonido que debes reconocer como tu llamado, por lo menos mientras estés entrenado, domesticado y te hayas ganado tu nombre de esclavo. «Cuando llegue ese momento, te voy a marcar como mi propiedad y esa marca nunca la podrás borrar. Ya veré yo cómo y dónde será esa marca»

«Y otro cosa más:una mucama no puede tener esos zapatos masculinos.Te buscaré lo más apropiado»

Sale al cuarto y regresa con unos zapatos rojos de tacón un poco grandes para su bello pie. «Estos los tengo guardados, como muchas cosas que vas a usar, porque hace tiempo he estado preparando la utilización de un esclavo en mi vida.

Tienes el honor de aspirar a serlo, y debes ganártelo.

Quítate tus zapatos y utilizas estos, mucama idiota!»

Me los pongo y al ponerme de pie, me siento ridículo y apenado. Creo que eso es lo que buscaba, porque la vuelvo a ver sonreír.Me encanta su sonrisa, y haría muchas cosas para que fuera más frecuente. Creo que la siento como una reina y su poder y autoridad femenina me subyugan.

«Ahora, al cuarto, mucama estúpida. Lo quiero limpio, ordenado y totalmente en orden. Nada de polvo por ningún lado. Y nada fuera de lugar. Mi ropa interior, lavada y colgada, mis cosméticos en orden y mis zapatos guardados. Apúrate, criada imbécil»Siento otra palmada más en la nalga, que ahora es más dolorosa con el intruso en mi agujero.

Salgo caminando lentamente, por los tacones que no controlo y por el tubo insertado atras. Es verdaderamente humillante, pero me hace excitar totalmente el hecho de divertir y servir a una ama tan bella y autoritaria. Es algo que me produce un placer inigualable.

Su cuarto, como cuarto de hotel que es, es bastante sencillo, pero está totalmente en desorden. Vasos con agua, colillas de cigarrillo en los ceniceros,

ropa suya en la cama y hasta en el suelo.Paquetes de ropa sin abrir sobre una mesita, papeles sobre la alfombra .

En el baño, su ropa interior colgada cerca de la ducha, y parte en el suelo.

Sandalias en una esquina, jabones por varias partes, y cepillos de peinarse por otras.

Para mí es algo totalmente nuevo.Nunca me he colocado zapatos de mujer. Nunca he tenido un delantal puesto. Y nunca había sentido un objeto extraño entre mis nalgas. Y por añadidura, muy poco he aseado cuartos, ni siquiera el mío.

Pero, mi deber de esclavo me da fuerzas e imaginación, además de la excitación de saber que mi dueña es muy exigente y el miedo a su castigo me hacen ser eficiente.

Llevo una hora más o menos trabajando con dificultad por los motivos conocidos, cuando siento el ruido de una palmada,en la sala.

Inmediatamente, trato de correr, pero caigo en la alfombra al enredarse los tacones. Me incorporo, y salgo caminando penosamente y mucho más lentamente de lo que se espera de mi, creo.

Y así es! No le agradó a mi ama mi tardanza. Me postro a sus pies con la cabeza hacia el suelo y la mirada a sus zapatos.

«La demora en acercarte a mí, es una falta que más tarde vamos a corregir.

!Quiero agua fría, pero en una bandeja y con una servilleta.Ya!»

Salgo hacia la cocina, que no conozco aún a cumplir su orden.

Coloco el agua en un vaso, y la llevo lo más rápido que puedo.

La agarra por la servilleta, le mete el dedo, y se enoja

«Te dije fría, mucama de mierda!» Me la tira a la cara, mojándome de improviso.

«Eres totalmente imbécil o es que te gusta que te maltrate?» «La quiero fría, y mas vale que no me hagas perder más tiempo.Además, mi cuarto todavía te espera.»

Vuelvo a la cocina, mientras siento su mirada furiosa en mi espalda. El objeto en mi culo se ha estado aflojando y ella debe haberlo visto, porque al regresar,luego de tomarse el agua, tira el vaso al suelo para verme recogerlo. Lo recojo y regreso a sus pies, como es mi deber.

Luego, me ordena voltearme y mostrarle otra vez las nalgas, que todavía me arden.

Las masajea y les pasa las uñas.Agarra el dispositivo y lo saca violentamente

mientras analiza la situación de mi pequeño agujero. Me mete los dedos varias veces hasta que parece estar satisfecha .»Corre a lavarlo bien y regresas para volvértelo a colocar»

Luego, lo coloca otra vez en su sitio y dándome una palmada más, me manda a terminar mis labores.