La cordobesa
La tranquilidad del pueblo los días lunes, hacen de esta pequeña villa vacacional, un paraíso.
Elizabeth a los diecisiete años, se encuentra en el pequeño balneario con sus compañeros de la escuela secundaria, todavía no empiezan las clases hasta la semana próxima.
Su cuerpo resalta entre todas sus amigas, bien formado, de 1,68 de altura, sus pechos endurecidos por el agua fría de «la pileta» del arroyo de vertientes, carismáticamente aparenta estar un escalón más arriba de todas las chicas , como si su experiencia le diera un halo de superioridad.
Saben que es una chica distinta a las otras, saben o imaginan que ella debe mantener relaciones y no hablamos de escarceos, hablamos de juegos fuertes , porque ese cuerpo no se hace juntando flores, saben que su andar felino, responde a la característica de una mujer de la vida y verdaderamente lo es.
Si bien ella se da con todos sus compañeros, se siente en lo referente al sexo, fuera de lugar, las chicas le hablan de virginidad, de no dejarse manosear y ella escucha, no dicen nada asiente, porque desde hace dos años, dejo de lado las fantasías, por la practica activa de ser mujer.
En su viaje de visita a sus tíos en Buenos Aires, el verano antepasado, juntamente con su prima Andrea canalizo todo sus deseos latente en ella, su prima hoy de 18 años, la invito a una quinta, le extraño sobremanera, que al llegar no había chicos jóvenes, la persona de menos edad tendría unos 25 años, Fernando se llamaba y corrió a recibirlas, les indico una pieza donde se cambiaron.
Cuando salieron con sus tangas, no se imagino ser miembro de un desfile, otras chicas salieron de otras habitaciones, Fernando le indico un muchacho de unos treinta años, atlético, lindo, con un bulto prominente, Elizabeth sin entender se sentó al lado, cada uno tenia su acompañante, Andrea y Fernando estaban juntos, Carlos el compañero, la invito a nadar y poco a poco la fue seduciendo, ella creía entender y quería, jamas quiso echarse la culpa, porque si lo hubiese programado no abría salido mejor , en la cama totalmente entregada, quiso explicarse si por algo que tomo champagne o porque le gusto el chico, pero era verdad, esa tarde gozo y entro de lleno a la vida liberal que su prima le decía era tan linda.
La experiencia de Carlos, hizo de ella una mujer que disfruto desde el primer polvo, en esa sola tarde, aparte de ser desvirgada, aprendió a mamar, no le extraño que le gustara , el goce que había imaginado en eso meses previos , en un instante tuvo miedo que los otros quisieran hacerlo con ella, pero Andrea la tranquilizo, los intercambios se hacen si estas de acuerdo vos, le dijo caminando hacia un petiso que verdaderamente tiene una matraca que impresionaba , vio a su prima caminar tranquilamente en busca del caramelo en barra que soñaba en sus ojos saltones.
Cuando vio a su prima tragarse y mamar esa hermosura impresionante e inimaginable en su tamaño, comprendió lo puta que era y lo que ella podría ser.
No se separo de Carlos y de sus caricias paternales, todo ese verano, continuaron sus idas a la quinta, aprendió de espermicidas, forros lubricados y otros métodos anticonceptivos, pero esencialmente vio como su cuerpo se transformo en el de una hermosa mujer, sus senos crecieron y estaban exultantes de ganas.
Andrea le enseño la mejor manera para pasar chicos sin acabar y las poses que más los cansa para dejarlos tirados de cansancio, se animo a hacerlo con otro recién el último día.
Eligió un hombre de unos cuarenta años, bien formado, el cual enseguida acepto su compañía, hizo el amor por total deporte, sin dinero, violación, ni siquiera algún despecho, no le pregunto el nombre (luego su prima le dijo Gabriel), su juego principal era que lo mamaran y eso hizo Elizabeth que con experiencias de días, lamió su pene desde los testículos, que apretaba cariñosamente, succionando el pellejo del erecto peno, hasta chupar el glande, relamiendo el liquido preseminal, saladito, como ya le había tomado el gusto, hasta en un entre y saca ayudada con su mano, salió un chorro, que recibió abriendo su boca, levantando un poco la lengua, saboreándolo lo trago, no aceptando que cayera, lo siguió mamando hasta que nuevamente se puso tieso, esta ves , abrió sus piernas, cerro sus ojos y otra vez fue penetrada, gozosa fue el último polvo de sus vacaciones.
Fueron treinta días de pleno goce, al llegar a su pueblo, se encontró con la realidad, de la nada, no había hombre alguno que le pudiera dar satisfacción, recordando las palabras de Andrea, «busca que si hay hombres, solo tienes que despertarlos» encontró iniciadas las clases en el profesor de educación física, un candidato especial, mientras se masturbaba con los dedos, casi todas las noches, la oportunidad llego cuando para una revisión médica del equipo del colegio se trasladaron a Córdoba capital, lo empezó a mirar hasta que se el , se dio cuenta de sus intenciones, en un momento que estuvieron solos, directamente le dijo si quería hacer el amor, porque la tenia loca, que era hermoso, que le encantaría, el profesor tiene hoy 30 años, casado con tres hijos, pero no era de piedra, asintiendo, le dijo que esperara la oportunidad, el pueblo es muy chico, pero tiene muchas casas desocupadas.
Elizabeth tiene las llaves de la casa de sus tíos, a varias cuadras de la suya, ese fue el lugar, tenia su consolador ya cerca de utilizar , en una siesta previa indicaciones el profe entro por el parque e ingreso por la puerta lateral que cerro con llave, ella lo desnudo y lo mamo vestida, no pudo contener su calentura, ya ordenados, la penetro sobre una mesa de madera sólida, al profe le extraño que la vagina estaba lubricada, el algo era espermicida, la alumna no corrió riesgos, al no tener en que preocuparse se soltó, disfrutando del cuerpo más joven a su alcance, entregado por ella misma, el profe enseño y aprendió , nunca hubiese imaginado que esa alumna sabia tanto y menos que podía enamorar a una mujer de esa manera.
Cuando al verano siguiente fue nuevamente a Buenos Aires, se animo a los intercambios en forma normal, buscando siempre más goce, su idea fija del petiso, la hizo realidad, poco a poco le penetro en su vagina, satisfecha de haber hecho su vagina adaptable a todas las medidas, ya era podía considerarse una total puta, su prima la invito a salir con unos ingenieros de una empresa multinacional, eso hizo ella los últimos días, pensando que cuando vaya a la facultad en Buenos Aires ya tiene ingresos asegurados, el profe cree que ella lo ama, pobre tonto es solo un consolador.
Sus compañeros de escuela ese día le pidieron hacer una reunión, una de las chicas le pidió que los acompañara a la casa más grande de la villa que ya estaba desocupada y su padre tenia a cuidado, no se sorprendió encontrar que eran cuatro parejas, todos se dirigían a ella, pidiéndole consejos para hacer una orgía , ella les pregunto se había alguien virgen, nadie contesto, organizo las parejas con colchones todos en el living, dando la primer clase de mamada en la villa (por lo menos conocida) a los minutos, todos en el 69 clásico acompasadamente, gemían acabando.
Las penetraciones y mamadas se iban sucediendo, mientras Elizabeth les enseñaba la jefa en el cuerpo de ese compañerito que era el más fuerte, el sexo se había apoderado de la tranquilidad de la villa, una orgía estaba haciendo de esos estudiantes cultores de penetraciones y mamadas.
No solo su andar era el de una puta, todo su ser contagiaba el sexo en caliente que se merece vivir y gozar.
No se si será una manzana podrida o una semilla de goce, lo que se que las cordobesas, están dejando de lado ese aire de conchetas (encerradas) y Elizabeth es espectacular.
Si la encuentras caminando, no dudes de avanzarla, primero te dirá que no, como todas, pero poco a poco, si le gustas un poco podrás pasar un buen rato, aprendiendo de esta hermosa cordobesa.