Con Len (no es su nombre real obviamente) nos conocemos hace un par de meses, el contacto inicio por un sitio de encuentros de SD/SB. Tuvimos varias salidas pero hoy quiero relatarles la ultima. Ella tiene cuarenta y tantos, morocha, 160, cuerpo trabajado, hermosa por donde la mires, tetas hechas, muy bien hechas, una cola durita y unas piernas tersas y suaves. Esta vez habíamos acordado jugar un poco, explorando fantasías propias y ajenas en el chat decidimos que la temática iba a ser esposarla y vendarle los ojos y asi jugar. El día acordado nos encontramos donde siempre, mañana lluviosa y fría, cuando llegó le hice señas y nos fuimos derecho al hotel, pedí la habitación más copada y para nuestra sorpresa, estaba realmente muy bien equipada, con un sillón (desconozco el nombre que tiene) especialmente diseñado para tener sexo. Estuvimos dándonos mimos un rato largo, empezaron a volar las prendas, chapamos un montón, y nos acostamos para estar más cómodos. Le dije que era mi turno de jugar… hice unas esposas con mi cinturón, vende sus ojos con una cinta negra que trajo Len especialmente para la ocasión. Empecé a besarla, desde su boca, bajando por todo su cuerpo, hasta llegar a su vagina, debo reconocer que es mi perdición dar sexo oral, estuve ahí un rato largo, mas largo que el habitual, ella jadeaba y se movía intensamente, conté un par de orgasmos, donde se retorcía de placer. Luego la besé en la boca, de manera lujuriosa y acoto seguido y sin que lo esperara introduje mi pene en su boca, Len no lo esperaba pero decididamente le gustó mucho. Lamió y beso todo, intentando un poco de garganta profunda, yo la tenía de las manos aun esposadas, luego me puse un preservativo y la penetré gentilmente, muy suave, ella estaba empapada, su vagina latía ante cada embestida. Hice que Len se incorpore y la llevé con los ojos aun vendados al sillón, la puse de espaldas y le pedí que se agarre de unas barras que había en la pared, seguía esposada y con los ojos vendados, volví a besarle su concha divina, la levantaba un poco y le lamía el culito hermoso, empecé a jugar con mis dedos en su culito y esto la volvía mas loca, tuvo otro orgasmo intenso, unté un poco de gel en el culito y apoyé mi pene, con un par de movimientos estaba todo adentro, se sentía hermoso, apretado, bien lubricado, ella gemía y me pedía más y más fuerte, fueron unos minutos intensos, con chirlos en su cola, de solo recordarlo se me para de nuevo. Cambié forro y empecé de nuevo a cogerle la concha, ella seguía sumida en el más intenso placer, no dejaba de tener orgasmos, luego de unos minutos, le quité la venda de los ojos y la llevé de nuevo a la cama, donde seguimos cogiendo unos minutos más y yo exploté con un orgasmo intenso. Nos quedamos unos minutos abrazados, charlando de lo que había pasado y vino la frase que quedará en mi recuerdo «me encanta coger con vos porque me alineas todos los chacras». Gracias por esos momentos Len.
Alineaste mis chacras
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