Había quedado en acompañar a Cay a su casa para una sesión de cariño, si saben a qué me refiero, es algo que si bien ya lo había pospuesto, sabía que el día que aceptara él iba a estar dispuesto y listo para mí en todos los sentidos. De acuerdo al plan iríamos a su casa después de recoger a Ghost, tras su baño mensual, así es que llegamos por él a la estética, él estaba feliz de ver a su amo, y también sé que le gusta que lo visite, lo primero que hizo fue brincar a sus brazos y luego se acercó detrás de mí para olerme la cola, como lo hacen los perros, solo que fue inesperado y me hizo brincar y sonreír, nos subimos a la camioneta y nos dirigimos a su casa, ni bien llegamos y como ya estaba yo toda cachonda, empecé a despojarme de lo que me estorbaba antes de entrar, como la ropa, Cay fue a ponerle agua en el tazón a Ghost y le grité desde la habitación: “Te apresuras por favor, porque yo ya estoy lista” llevaba semanas aguantando y estaba súper antojadiza por coger, Cay se me quedó viendo como si no me hubiera visto en mil años, su cara reflejaba cierta pasión y lujuria pero de una manera no grotesca, más bien como embobado, y me hacía sentir “chiveada” me ayudó a desvestirnos y me acariciaba la cara, el cabello e inició una linda y tierna sesión de besos ya sin el estorbo de la ropa, yo podía sentir su piel y sus sus caricias, él paseaba desenfrenado sus manos por toda mi piel, usando todo mi cuerpo como lienzo de sus dedos que lo recorrían con deseo, sus besos mezclados con suaves mordiscos me encendían cada vez más, sus caricias en mis tetas y el evidente gusto por mi figura me hacían sentir especial para él, sus grandes manos abarcaban mis caderas y piernas, acariciaba mi cabello y me repetía una y otra vez lo mucho que yo le gustaba, sutilmente me llevó a la cama y sin detener los besos me recosté en su brazo mientras masajeaba mi concha, sus hábiles dedos instruidos por mí misma, me hacían sentir delicioso, era como tener una máquina masturbadora pero viva, tibia y consciente, como un dildo en forma de manos, el éxtasis me hacía querer que me la metiera, deseaba ser penetrada cuanto antes… Quizá fue por como lo hacía o a lo mejor tanto antojo tenía de coger, que bastaron unos minutos de tocamientos, para que ufff, me hiciera venir con la dedeada, el primer orgasmo llegó a través de sus dedos. Era mi turno de corresponder a tan deliciosa corrida así es que lo iba a complacer con una felación, aunque nunca he sido gran fanática de mamar, ya que lo mío es más bien, jalarsela porque me gusta como se siente su verga en mi mano, la temperatura es cálida y la textura suave, sin embargo también tenía ganas de complacerlo y de paso se me antojó también saborear lo que me iba a meter, así que comencé a darle una buena chupada de verga, su glande era rosadito y muy liso, la pija de tamaño normal y un poco gruesa, estaba disfrutando la sensación y obviamente él mucho más, se notaba que se sentía bonito, empecé por usar mucha saliva, cosa que fue bien recibida, después a golpear su pito en mi lengua con la boca abierta, metiéndomela de vez en cuando entera y hasta el fondo, no paraba de acariciarle los huevos mientras succionaba su polla, podía notar como se le endurecía con cada mamada, así que aumenté mi ritmo de succión pero ahora ya no me la sacaba de la boca, Cay no tardó en venirse y entre gemidos se corrió en mi boca, no deje que se me escapara nada, tenía antojo de probar y cumplí una de sus fantasías dejando que me los echara en la boca, me tragué absolútamente todo el semen que me escupió,hice una arcada pero hasta lo que quedó embarrado alrededor de su pito terminé por lamer… Mis ojitos lo veían con el orgullo de saber que fue un trabajo bien hecho… Ya se ablandaba tras correrse a pesar de que mi lengua seguía jugando con su pija.

Tirado en la cama y agradecido con mi boquita mamadora él quería descansar, pero yo quería más, esa mamada solo me había puesto más caliente, necesitaba que me la metiera, me levanté de la cama, Cay me seguía con la mirada, y comencé a moverme de forma erótica pavoneando mi cuerpo para su deleite, me acaricié, y me dedeaba mientras él me admiraba, me sentía bonita, calientes y deseada, necesitaba que él estuviera otra vez duro cuanto antes, estaba completamente a su disposición, mojada y con el antojo de tener dentro de mí una verga.

Salí de la habitación por un vaso con agua, de regreso me encontré a Ghost que estaba en el pasillo, quien se levantó y me siguió hasta la habitación, una vez ahí me agache en cuclillas obviamente desnuda y me empezó a olfatear la cara quizá como para reconocerme, sentí bonito que me dio como un besito en los cachetes con su lengua, entre risas quizá por lo feliz que me sentía por el momento, lo abracé por el cuello y también lo llene de besos, Ghost olía rico, aún al shampoo y al talco de la estética, le soplé en el hocico e instintivamente sacó la lengua para lamer mis labios y cara, fue un momento divertido en verdad y me gustó tanto que repetí la acción, su lengua era tibia y humeda, su pelaje era muy suave y se sentía rico su cercanía y el calorcito que emanaba, estando frente a él, abrí la boca y le mostré a Ghost hasta la garganta, el introdujo su lengua en mi boca y nuestras lenguas se tocaron por primera vez, se sintió raro, pero unos segundos después era yo la que buscaba su hocico, su larga lengua jugueteaba con la mía llegando a mi paladar y rozando mis cachetes, me estaba dando un beso frances con él, la novedad y perversión de esa parafilia me prendían, de por sí yo ya estaba a mil, así estuvimos un par de minutos y entre más me besaba más me goteaba la raja, me recosté al lado de Cay sin subir las nalgas a la cama, abierta de piernas ofreciéndole mi palpitante vagina ganosa de verga, pensando que al igual que los besos, también me iba a dar una mamada espectacular, Ghost comenzó a olisquear mi sexo, lamía un poco y restregaba su nariz contra mi cola, se abalanzó sobre mi, en efecto la mamada era celestial, que rico es que te mame un perro, no se si por mi olor pero estaba muy alocado y muy intenso, yo quería adivinar por su actitud que me quería coger, yo había disfrutado de la lamida y los besos pero todavía estaba un poco indecisa, ya que no es una decisión “moralmente aceptable” aunque como yo estaba muy caliente y no podía tomar una decisión, deje de pensar y opté por aceptar que me iba a dejar cojer por un perro, Ghost seguía lamiendo mi cola, me gustaba como pasaba su lengua entre mis labios vaginales, era como una máquina, no paraba de lamer y lamer y lamer una y otra y otra vez, esa intención y la insistencia con la que repetía y no paraba me estaban llevando a un punto donde se me perdía hasta el habla, mis ojos se ponían en blanco y de mi boca escapaban pequeños gemidos que trataba de ahogar inútilmente, me estaba mamando un perro y yo me iba a correr en cualquier momento… En efecto fue glorioso!!! Ahhhhh Mmmfffgh gritaba por el mejor orgasmo del año gracias a una gran lengua… Con Cay como cómplice y espectador me tiré a cuatro patas como la perra que me estaba sintiendo y en ese mismo instante rodillas en el piso y con las manos en el taburete quedé en pose para ofrecerle mi cola a mi nuevo amante quería sentir que me llenaban, ya no me importaba si era de hombre o de perro, yo quería verga, quería experimentar con Ghost y ahí estaba yo quieta y en espera hasta que por fin sentí de nuevo una nariz que empezaba a ser muy familiar y unos toquecitos de su lengua que intentaba identificar por dónde me iba a penetrar, después de una breve olisqueaba sentí que se montó en mi espalda, yo temblaba porque lo primero que sentí fueron sus garras que me arañaban y jalaban con firmeza hacia su verga, sentí también la punta de de su pito que torpemente chocaba contra mis nalgas, ya me estaba arrepintiendo pero tampoco es que pudiera hacer gran cosa, aunque no lo pareciera, su fuerza era suficiente para someterme y no dejarme incorporar, fue en el segundo o tercer intento cuando su cosa logró identificar donde estaba la entrada hacia mí útero, sentía que se resbalaba su viscosa verga entre mis labios vaginales, que rico y que miedo, yo desde luego estaba empapada y sabía que si le atinaba me la iba a meter hasta el fondo! Y en efecto, tras un par de intentos me la metió sin piedad, en un instante yo tenía el pito de un perro en mis adentros, me llenó de un solo golpe, yo deje ir un grito de dolor, mire a Cay que tenía los ojos como platos, viendo como si cachorro me convertía en su perra, gozaba también viendo como esa enorme y colorada pija entraba y salía de mi coño con velocidad y fuerza. Solo acertó a decir:

– Ah no mames… Que rico ver como te la mete mi amor…

Yo le volví a mirar, no sabía cómo iba a reaccionar y al levantar la cabeza de nuevo vi que estaba masturbándose.

– ¿Sí se siente rico?

Respondí, duele…! Es raro pero sí, entre gemidos de placer con la mente nublada por lo irreal del momento. Ghost ya había cogido bien la posición y el ritmo, cuando entró su pito obviamente no se sentía para nada humano pero tampoco era tan extraño, solo sentía lo enorme, aunque la verdadera sorpresa fue lo que siguió, un segundo después sentí como un tope, algo que no cabía, era el nudo de la base de su verga que quería entrar, su verga seguía creciendo en mis adentros y él quería empujar aún más su enorme pito que de por sí ya no cabía dentro de mi coñito! Sentía que me iba a partir a la mitad, su cosa ya estaba hasta mi ombligo, pero Ghost insistía, presionaba, me quería meter toda su verga hasta el fondo con todo la bola, de por sí yo ya estaba arrepentida con la decisión de haberlo dejado, tardó un momento hasta que irremediablemente ¡Me tenía abotonada! Me dolía, creo que hasta me desmayé, volví en mí y yo estaba como en pausa, sin saber que estaba sucediendo, pero solo fue por un instante su vaivén me regresaba la consciencia al darme tanto placer, me hacía gozar muchísimo, no puede más y grité de nuevo, tuve una buena corrida al sentir que me tenía atrapada, inmovilizada y a su voluntad mis pensamientos solo gritaban, sí, fóllame muy bien, ¡Cógeme Ghost y no pares por favor! Él seguía follándome con su enorme fierro, Cay se acercó poniendo su verga al alcance de mi cara una vez más para que se la chupara, como pude me la metí en la boca y como pude se la mamé desesperada, intensa, se lo hacía muy fuerte casi mordiéndolo, apretándole, lamiendo como podía, tragándomela, me encendía con cada movimiento de Ghost me palpitaba la pucha, su bola y los espasmos de mi vagina evitaban que me sacará su cosa, con cada apretada de pito sentía más rico, tenía a mi disposición dos pollas, la de mi pervertido amante humano y otra de una bestia adentro de mi coño ya maltrecho, roto y hecho pedazos, pero empapado hasta chorrear, me venía una y otra y otra vez, los orgasmos eran tan intensos que tuve que sacarme de la boca la pija de Cay para poder gritar de placer y un poquito dolor.

Después de quizá 10 o 15 minutos empalada, Ghost empezó a tirar para sacarme la verga, los jalones me lastimaban pero también me hacían sentir rico, cuando por fin me la sacó sentí placer tanto como alivio, estaba chorreando semen de perro por mis muslos y aún excitada y cachonda le dije a Cay; amor, méteme la verga por favor, quiero sentir como revuelves los fluidos de tu perro en mis adentros, ahora era él quien se colocaba detrás de mí, me la metió como se la pedí y empezó follarme, yo no quería que terminara, me encantó saber que me metían la verga mientras tenía el semen de mi otro amante aún fresco y tibio en mi vagina, Cay arremetía muy fuerte se notaba que la situación le había puesto a mil, notaba como sus huevos rebotaban contra mí, Ghost se quedó al lado nuestro, y trataba de lamer los restos de los fluidos que todavía salían de mis adentros, corrida de de ambos y yo estaba extasiada! Cay con la respiración entrecortada me agradecía por ser tan puta.

Llamé una vez más a mi amante peludo y al colocarse al lado mío mientras aumentaba más el ritmo con el que me follaban traté de limpiar con mi lengua el pito del perro pero era muy complicado, y solo podía masturbar a Ghost

– Amor, ¡Que rico se ve eso que estás haciendo!

Me decía mientras seguía cogiéndome, sus dedos buscaban mi culito, yo estaba totalmente sometida como para oponer resistencia y dejé que hiciera conmigo lo que quisiera, empapada, de sudor, de mis fluidos, de los de Ghost y los de Cay quien tenía sus dedos en mi culo (ahora ya bien dilatado) los sacó para sustituirlos por su polla, otra vez a sentir dolor, y esperando por el placer, después de estar dentro de mi anito él volvió a acelerar, su verga entraba y salía de mi culo cada vez más rápido, deje la idea de tomar la polla de Ghost y le grite a a Cay, sí! Cógeme así, más, no pares, rómpeme el culo, él me penetraba bruscamente y yo no dejaba de acariciar con mis dedos mi clítoris, que aunque medio destruido, totalmente hinchado, yo seguía sintiendo rico, mientras taladraban, tenía su pinga muy dentro de mí noté que iba a venirme otra vez, lleno de placer y morbo Cay al mismo tiempo se corrió dentro de mi culo llenándome de su leche caliente, para el gran final, volví a acercarme a Ghost, a quien después de hacerle una última chaquetita, seguía disparando chorritos de semen sobre mi cuerpo, su corrida batía mi boca, mi cara, mis tetas, él era el más feliz echándome su semen por todos lados, después de jalársela lo deje lamerme tanto como quiso por todos lados, desde mi cara hasta mi culito que ahora era el depósito de leche de mis dos amantes.