Bueno, la verdad es que no os voy a dar mi nombre real, lo siento, me gusta mucho que alguien lea este relato, pero no me gusta que alguien que me conozca sepa lo que a veces hago en la intimidad.
Soy un chico normal, que siempre ha tenido relaciones con mujeres, y aunque no un Casanova, bueno, he tenido bastantes, no hay queja.
La verdad es que soy heterosexual, de momento, nunca he probado con un hombre, y la verdad es que no me atrae nada, pero tengo una serie de fantasías que realizo en mis masturbaciones y que os contaré y que si tuviera un hombre en ese momento lo comería entero.
Desde pequeño siempre me ha atraído la ropa femenina, sobre todo la lencería, creo que fue a los doce años la primera vez que me puse unas braguitas de mi hermana, pero quedó la cosa ahí.
Comencé a masturbarme a los catorce y cada vez que podía me ponía lencería de mi hermana para ello.
Me excitaba muchísimo, un día me puse un body de raso blanco, me sentía super excitado al sentir sobre mi piel aquella prenda y las masturbaciones eran fantásticas.
Al ir avanzando en el tiempo, el ponerme prendas iba pidiendo más cada vez y al mismo tiempo, un amigo me explico que si me metía un dedo en mi culo para masturbarme sentiría mucho más placer.
Así lo hice y tanta razón tuvo, desde aquella mis masturbaciones se alternabas de varias formas, pero cuando tenia tiempo y todo estaba tranquilo sin nadie que me molestara, me vestía como una chica, con minis, medias, braguitas, vamos de todo y buscaba algo para meterme y follarme a la vez, las experiencias eran sublimes, el placer que sentía era inmenso y siempre que lo hacía gritaba y me insultaba a mi mismo llamándome zorra, puta y cosas similares, pidiendo que me follaran….
El tiempo fue pasando, saliendo con varias chicas, pero mi afición nunca la compartí con ninguna por miedo a su reacción, esto era un acto solo para mi, para mi vida mas íntima y solitaria.
Llegó un momento en que ya compraba alguna lencería, y me las ideaba de otros modos para poder vestirme con ropa de mi hermana, de mi cuñada y cada vez disfrutaba más, hasta me compre un consolador con vibración anal.
En materia de sexo siempre fui muy abierto, me gusta probar casi de todo, menos sado o cosas excesivamente fuertes, mientras la pareja esté de acuerdo, no existen mas barreras que la imaginación.
Una práctica que me gusta bastante es la lluvia dorada y en este momento tengo la suerte de compartirla con mi pareja, así como la pasión por vestirme de chica y muchas veces nos vestimos ella con su lencería y yo con la mía y lo pasamos a tope, disfrutamos mucho del sexo, pero esto será otra historia.
Lo que les quiero contar en esta ocasión es la masturbación mas placentera que tuve en mi vida. Ocurrió este verano, yo pasaba unos días de vacaciones solo, ya que mi pareja tenía menos días que yo, y yo me había ido unos días antes.
Como no me lleve conmigo alguna ropita sexy, lencería y algún juguete, como un consolador con arnés para que se pongan las mujeres.
Todo comenzó cuando iba camino de casa desde la playa, me empecé a excitar pensando en unas braguitas que ví a secar en una finca y al llegar a casa ya iba bastante caliente pensando en lo que me pondría y haría.
Al llegar, me desnude contemplando la tremenda erección que llevaba y como en un ritual me dispuse a seleccionar las prendas que me iba a poner.
Para esta ocasión me puse un conjunto de braguita de encaje y suje blanco, unas medias de blonda blancas y una minifalda de tablas muy corta, saque el consolador de arnés y lo ate a la silla, quedando la polla bien tiesa mirando al techo, para poder metérmela bien.
Puse una peli porno en el video y me unte el culito bien con un lubricante. En ese momento ya me sentía la mas zorra del barrio y lo único que deseaba era chupar una buena polla y que me follaran hasta reventarme, vamos ser una autentica putita y que así me trataran.
La peli comenzó a calentarme y yo ya me estaba tocando como si tuviera coño, eso me encanta imaginármelo, que soy una mujer completa, y comencé a hacerle una mamada al pene de plástico que allí se me presentaba, cada vez frotaba con más fuerza mi coñito imaginario y apretaba mis tetas a través de suje, ya no aguantaba más, con lo cual me levanté, abrí bien mis piernas dejando la silla y la polla de plástico en medio y fui bajando poco a poco hasta que me la empecé a meter por el culo, despacio, para que no me hiciera daño, se me iba clavando entera, hasta que sentí el tope de la polla metida en mi culo y quede sentado en la silla, estaba siendo follada entera, y mi placer era inmenso, me movía arriba y abajo gimiendo y disfrutando, pidiendo que me follara y que me llenara de leche mi culo y mi coño y entonces se me ocurrió algo que hizo el momento sublime, mientras en la pantalla una zorrita rubia le chupaba una polla inmensa al actor.
Yo empecé a tener ganas de mear y deje que mi polla, a la que yo trataba como un coñito, empezara a expulsar ese líquido caliente, se me empaparon las braguitas, la falda, las medias, la silla, y empezó a gotear al suelo, la meada era enorme y saque mi polla de las bragas y me orine el pecho, el suje, la cara hasta llegar a mi boca, momento en el cual al sentir el liquido caliente en mis labios, note como si me fuera a llegar el orgasmo, pero lo contuve, al acabar de mearme y con la polla bien metida en mi culo, me empecé a frotar todo el cuerpo con mi meo, calentito, chupando la falda, entonces me levanté despacio, sacando la polla entera y le hice otra mamada mientras me tocaba por encima de mis braguitas que estaban empapadas, finalmente y cuando ya casi no aguantaba la calentura, me puse a cuatro patas y froté mi cara contra la meada del suelo y lo lamí, entero, y me insultaba a mi misma diciéndome, bebe el meo zorra, bébetelo todo, y así lo hice, fui chupándolo y tragándolo y a la tercera tragada me corrí como nunca, eso si, saque la polla para fuera y deje que el semen se me cayera por el cuerpo, lamiéndolo de mis dedos, hasta quedar completamente agotado, o como en eso momento me gustaría agotada en medio de mi propia meada.
Espero que les haya gustado y que hayan disfrutado al menos un poco de lo que yo lo hice este día.