El mejor amigo de novio me acompaña a casa después de una noche de copas

Todo esto me ha pasado realmente y no creo que me arrepienta nunca, pues lo deseaba y disfrute. Lo más seguro es que vuelva a suceder.

Me presento: yo soy una chica del norte de España, tengo 23 años, 1’68 de altura, ojos negros, un pelo moreno, rizado y que me llega hasta la cintura. Estoy orgullosa de mi cuerpo, culito respingón, pechos firmes y redondos, cintura fina. Tengo que admitir que me encanta vestir para provocar miradas, pero no me gustan las vulgaridades, me gusta la insinuación.

Salgo con un chico desde hace unos años, desde un principio mantenemos relaciones sexuales increíbles, nos hacemos disfrutar al máximo, y nos encanta probar cosas nuevas, hacerlo en lugares inverosímiles.

Hasta que él comenzó a trabajar y su fogosidad fue disminuyendo, el estrés lo consume y yo intento que no repercuta en nuestras relaciones pero le es imposible. Llegué a sospechar que tenía alguna otra chica por ahí, pero comprobé que no. Con esto no creáis que soy una ninfómana pero al igual que hay gente que disfruta relajándose con algún deporte a mí me encanta practicar el sexo.

Y ahí es donde entra en escena Marcos, no es que sea un chico de pasarela pero a mí me encanta su mirada tierna y protectora es una de esas personas con las que te sientes seguras. Lo malo que tenía era su amistad con mi novio, íntimos desde que fueron al colegio juntos y encima vecinos. Como me iba a imaginar yo que iba a acabar haciéndomelo con él. Era imposible pero sucedió hace cosa de unas semanas:

Estábamos como siempre tomando algo toda la pandilla, y llevábamos muchas copas de más, y a mi novio le dio llorona porque ese día habíamos discutido por una tontería. Total que le lleve a su casa y yo me volví con ellos a tomar la última. Me encanta hablar con Marcos y nos sentamos juntos en una terraza. Yo siempre le tomo el pelo con sus escarceos sentimentales que nunca llegan a nada, pero como estaba ya un poco tomado me sorprendió contestándome enfadado que hasta que no se quitara de la cabeza a una tía no saldría con nadie. Yo imaginaba que era con una chica que salió hacia años y con la que tuvo una relación muy complicada. Le agarre de la mano y le dije que lo sentía, estábamos uno enfrente del otro y agarrados de la mano y nos que damos mirándonos durante unos minutos, esa es la primera vez que soy consciente de que me atraía muchísimo pero no quise darle importancia ni a lo que sentí ni a lo que creí que vi en su mirada, rompí el momento soltando su mano y bebiendo del vaso que tenía en la otra mano, casi me atraganto. Enseguida saque otro tema de conversación. 

Pero llego el momento en que nos despedimos todos y cada uno se fue para su casa con la fortuna de que Marcos y yo teníamos los coches aparcados en la misma calle y estaban un poco alejados. Me extraño que no hablara, le agarre del brazo, como dos ancianos paseando, muchas veces iba así con él aun estando mi novio, pero esta vez sentí que no me era indiferente y creo que a él no le pasó inadvertido. 

Le pregunté si le pasaba algo; nada, me contestó. Yo bromee con todos lo cubatas que había tomado y que mañana no se acordaría de mucho, que a lo mejor era bueno que yo le acercara a casa, asintió y siguió cayado hasta que de pronto se paró, haciéndome parar a mí, y se me quedo mirando; ¿qué pasa? le pregunte. Y no había terminado de decirlo cuando se acercó a mí y me beso, y yo no me moví y le deje hacer. Hacía tiempo que no me sentía así, que no sentía esa sensación a la altura del estómago y que irremediablemente se esparce hacia zonas más erógenas. Lo admito me deje llevar, porque besa muy bien, su lengua acariciaba mis labios y mi lengua despacio, saboreando cada rincón era increíble y yo me dejaba hacer.

Cuándo quise darme cuenta sentí como nos abrazábamos, ¡¡porque estaba participando con mucho énfasis!!, no sé si fue él o yo quien dio el primer paso hasta el portal que teníamos al lado, pero no dejábamos de besarnos y cada vez con más pasión, ya me recorría todo el cuello y parte de mi escote.

Tuvimos suerte y estaba abierto, con una patada empujo la puerta y me llevo hasta una de las paredes que estaba más oscura, nos miramos pero no intercambiamos ninguna palabra, sobraban. 

Yo apoyaba mi espalda en la pared que la notaba fría, y por delante Marcos se apoyaba en mí y me volvía a besar, le deje hacer aunque me estaba muriendo por acariciar esa polla que me estaba pidiendo a gritos que la acariciara, notaba su paquete duro que apretaba contra mi vientre, el mientras me empezaba a acariciar los pezones ¡como deseaba que me los chupara y eso hizo, me bajo los tirantes del vestido y los tubo en sus manos unos instantes, me los beso, me los chupo y mordisqueo. 

Estaba ya muy mojada y eso me estaba poniendo a mil, baje mi mano por su abdomen y le desate torpemente los botones de su pantalón, me tenía rendida con sus caricias, y le saque su polla para poder disfrutarla. Como pude le conseguí poner ahora a él contra la pared, se dio cuenta de lo que pretendía cuando me aparte de él y me agache rápidamente para que no pudiera apartarme, directamente me la metí toda en la boca, yo allí agachada saboreando su polla terriblemente dura ya, estaba excitadísima, el solo hacia suspirar y me agarraba por la cabeza, yo acariciaba con la lengua la cabeza de su pene y chupaba todo el tronco, para después metérmela de un golpe y succionar fuerte, luego volvía a hacerlo suavemente, le acariciaba los huevos que también recibían lo suyo.

Cuando sentí que se iba a correr me aparte, él soltó una maldición pero le lleve una mano a mi coño que chorreaba por que le dieran a él también algo de batalla, y sin muchas contemplaciones me aparto el tanga hacia un lado y me acaricio, no necesitaba mucha estimulación pues ya estaba muy mojada pero me acariciaba muy bien entreteniéndose en mi clítoris e introduciéndome dos dedos de vez en cuando. 

Estaba tan absorta en sus caricias que me sorprendió cuando sentí que me subía sobre su cintura yo reaccioné y le pase las piernas por la cintura, el tenia agarrada su polla y me la coloco en la entrada de mi vagina y yo me deje caer, me la metió toda de una vez, era de una tamaño considerable y la sentí entera dentro, ¡¡¡dios¡¡¡ cómo me lo estaba haciendo¡¡¡¡¡ contra la pared me embestía, era genial sentir la fuerza con la que empujaba, y estando tan excitada pronto conseguí llegar al orgasmo fue fantástico, me agarre al fuertemente y seguido se corrió dentro de mí, casi perdemos el equilibrio porque las ultimas embestidas fueron muy duras, acabamos resbalando por la pared y sentados en el suelo nos abrazamos. 

Me agarro la cara entre sus manos y me beso. 

Yo no sabía qué hacer ni que decir, me levanté, instintivamente me coloque el vestido y él se abrocho los pantalones estando todavía sentado. Se levantó y los dos salimos de allí sin dirigirnos palabra, me agarro de la cintura mientras caminamos hasta el coche.

Cuando llegamos saque las llaves y me dijo que él prefería ir andando, le dije que no sería tonto, que había un par de kilómetros, me dijo que así se despejaba antes de entrar en casa, se acercó a mí y me beso; tenemos que quedar mañana para hablar de esto que ha pasado, yo no me arrepiento y haré lo que tú quieras o consideres mejor. 

Y con la misma se dio la media vuelta y se fue andando calle arriba, con esto que me dijo me quede pensando que no estaba tan tomado como yo creía. 

Me fui a casa y al día siguiente por la tarde estaba esperándome a la salida de mi trabajo…. pero eso es otra historia…