Cuando tenía aproximadamente 18 años la empleada doméstica de mi casa pidió repentinamente su renuncia, pero debido a que nuestra familia siempre la trató muy bien, ella se puso en la tarea de encontrar una sustituta para evitarnos la molestia de buscar y encontrarnos con una desconocida en casa.
Entonces, nos recomendó los servicios de una muchacha llamada María, que durante muchos años había sido su amiga cercana ya que trabajaba en casa de unos vecinos del barrio.
Ella era una mujer morena de mas o menos 29 años, muy delgada y media algo así como 1m 65, El único inconveniente era que esta chica tenia que ir a su pueblo para arreglar no se que cosas con sus hermanas y esto le tomaría al menos dos semanas. María se presentó un día Lunes para dejar su ropa y sus cosas en mi casa, ya que era inútil que cargara con todas sus maletas hasta su pueblo, si de todas manera regresaría en dos semanas.
Yo que siempre había sido un amador de los pies y los zapatos estuve muy atento para ver si dentro de esas maletas se escondían sus sandalias de trabajo.
Esto me recordaba algo que había vivido antes con Lita, una verdadera diosa del fetichismo de los pies con quien habíamos jugado y descubierto muchas de las delicias de este arte. A diferencia de los pies angostos, gordos y blancos de Lita, los de María eran largos, extremadamente delgados y morenos.
Pero yo era muy abierto y la idea de tener contacto con un nuevo par de exóticos pies me emocionaba mucho, Además la presencia de esta maleta con sus zapatos y sandalias era la oportunidad perfecta para introducir mi lengua y mi pene en ellos, para degustar de un nuevo sudor de pies impregnado sobre dichas plantillas. Además me permitiría analizar la huella impresa sobre ellos para que cuando esos largos pies de talla 9 llegaran a mi boca yo conociera perfectamente la silueta y las cubras de sus plantas.
Que preámbulo! Que Aventura! A la primera ocasión que tuve de encontrarme a solas con sus maletas, me dispuse desesperadamente a buscar sus sandalias viejas.
Después de mas de 10 minutos de búsqueda entre su ropa pude ver que había una bolsa plástica conteniendo en su interior unos 5 pares de sandalias. Se podía notar la parte de atrás de una sandalia blanca que se asomaba por un hueco de la bolsa.
En seguida, trate de desatar el nudo que la a sujetaba, pero este estaba muy bien amarrado y la operación se planteaba aún más delicada de lo esperado.
Cuando por fin puede abrir la bolsa, lentamente el típico olorcito a cuero falso salvadoreño, y el del hule de sus ginas (sandalias tropicales de hule) fue penetrandose por mis fosas nasales, hasta llegar a mi pene que ya parecía una salchicha a punto de explotar. Era como si la estuviese llenándolo de olor de pie con una bomba para inflar gomas o llantas de bicicleta. No tuve otra que tomar un par de ellas en mis manos y comenzar a besarlas y lamerlas.
El sabor salado a plantilla me gusta mucho, sobre todo cuando estas están muy usadas y conservan el sabor del pie, es por eso que me concentro en lugares estratégicos, como los puntos donde recaen el dedo gordo y el talón.
El sabor mas fuerte se encuentra entre los dedos y cuando estos sudan suelen despedir gotas que se deslizan por el pie hasta desembocar en la plantilla, es por eso que yo trato de limar con mis labios y succionar con mi boca todo aquello que se esconde dentro de dichas superficies de placer.
Las sandalias de Maria no eran tan olorosas y seguramente limpiaba y lavaba muy bien sus pies y zapatos. No obstante, el sabor a sudor de pie es inevitable ya que penetra por los poros de la plantilla y es muy difícil quitarlo.
Yo tome sus zapatos blancos con correas de cuero al rededor de los dedos entrelazadas entre si, con la suela muy gastada por el uso continuo, sobre todo en el talón.
Los bordes dela suela descoloridos y una marca muy profunda de un delgado pie, impresa en su la plantilla; los dedos largos y finos, la conexión del talón con el dedo chico de aproximadamente un 20 cm de largo, extremadamente curvada, y con un sabor entre ácido y salado.
Me lleve a mi cuarto toda la maleta, dormí con las sandalias en mi cara y me puse unos calzones sucios como una máscara para que ayudaran a sostener y a contaminar las sandalias viejas contra mi rostro. 2 sandalias mas en mi pene para hacerles el amor y los otros zapatos regados en la cama esperando su turno. Amanecí con las sandalias repletas de semen, producto de al menos tres eyaculaciones nocturnas mis mejillas ceñidas, con la los cordones de las sandalias, los zapatos y chanclas completamente limpios después de toda una noche chupándolos y lamiéndolos.
Con el sabor a pie y a chancla en mi lengua, un poco de olor a culo ya que el calzón conservaba algunos reductos en la tela y evidentemente yo había lamido sin ningún problema. El líquido de su vulva seco, y blanquecino también había formado parte del festín… Me levante como un alcohólico, que a vivido toda la noche y necesita un trago más para calmar su resaca.
Buscando desesperadamente de nuevo en sus maletas, me encontré con algo nunca antes visto: se trataba de recuerdos muy herméticamente conservados al fondo de una caja; objetos como condones usados, cotex o toallas sanitarias con pocos de regla, cepillos de diente viejos, diversos botes de cosméticos y otros objetos cilíndricos y largos usados como consoladores tanto en la vulva como en el ano.. esto no solo podía percatarse con el olfato sino también con la vista. En particular me llamo la atención un objeto largo de plástico que había sido introducido en su culo, y se encontraba completamente embarrado por todos lados de su excremento, el olor era tal que hasta sentía que me cortaba la garganta y me producían ganas de vomitar.
Pero me arme de valor y decidí aprovechar de esta ocasión única. y me dispuse a comer todo lo que estaba sobre el. después de un rato ya estaba acostumbrado al olor y al sabor y había comenzado a sentirle un enorme gusto y placer.
Pero que mujer mas degenerada esta María!!!! Limpie con mi boca todos y cada uno de los objetos incluyendo los condones usados… Sin importarme lo que María diría al descubrir q por alguna razón sus recuerdos habían sido violados.
En un estado lamentable eyacule por una segunda y ultima vez esa mañana, con la cara llena de excremento, el pene completamente agotado y un sabor que ya no sabia exactamente que era, pero que me había excitado tanto hasta el punto de hacerme perder los estribos y la noción del tiempo… Ahora tenia que pensar en lo que haría para no despertar sospechas… La fiesta había terminada!!!.