Historia de mi relación con la madre de un amigo

A Marcos hace aproximadamente 5 años que lo conozco, por lo tanto hace 5 años que conozco a su madre, la primera vez que la vi fue un día en que Marcos me pregunto si lo acompañaba al trabajo de su madre que le tenia que decir algo.

Cuando llegamos a la oficina en la que trabajaba, ella salió a nuestro encuentro, ya que es una ejecutiva, debe estar todo el tiempo muy bien arreglada; en ese momento tenia puesta una camisa color blanca, (era algo transparente por lo que se le podía ver el corpiño que traía) y un pantalón de negro de lycra muy ajustado, el que le remarcaba un hermoso culo.

Un día, siendo las 18Hs. decidí ir a buscar a mi amigo Marcos a la casa, al llegar toque el timbre y una voz femenina (pensé que era la mucama) preguntó:

– Quien es?.

– Soy Andrés!, conteste.

– Pasa, me dijo.

Como vive en un edificio, fui hasta el ascensor para subir, pero me di cuenta que tenia un cartel en el que decía: no funciona.

Así que tuve que subir los tres pisos por la escalera. Cuando por fin toque el timbre de la puerta estaba realmente cansado.

En el momento en que se abrió la puerta me lleve una gran sorpresa, la persona que me abrió la puerta no era la mucama… era la madre de mi amigo.

– Hola!, dijo,

– Hola,

– Como estas? me pregunto.

– Bien, le dije, que sorpresa, pensé que era la mucama.

– No, Sandra se fue a la casa porque llamo su esposo y le dijo que su hijo tenia un poco de temperatura.

– Ah!, y Marcos?, le pregunte.

– Yo recién llego del trabajo, y lo único que encontré era una nota de tu amigo que decía que había ido a la casa de su padre.

– Ah!, bueno, entonces vuelvo mas tarde a ver si lo encuentro.

– No, dijo, no te vayas, quédate esperándolo acá, así de paso hablamos un rato y me haces compañía.

Al escuchar eso, por unos instantes, me quede duro, sin poder decir ni una palabra, todo el morbo que tenia contenido desde hace mucho tiempo volvió a mi mente, esta era la oportunidad que tanto había esperado, en ese momento me pregunto:

– Y?, que decís?, te quedas o no?,

– A lo que respondí: obvio, así va a ser mejor, porque tampoco tengo ganas de ir a mi casa.

Me senté en un sillón que tiene en el living del departamento y empezamos a hablar, así

Estuvimos unos minutos pero yo, realmente no le daba importancia a la conversación.

Lo único que hacia era admirar a aquella belleza de mujer (cuando digo mujer, estoy diciendo mujer con todas las letras) que tenia delante mío, desde el momento que la vi, sentí una atracción enorme por ella, tiene 41 años muy bien llevado, posee una figura que cualquier chica veinteañera envidiaría, tiene una tetas hermosas, no son muy grandes, pero están bien paraditas, (siempre dije que se parecía a Fran Drescher, la niñera) pero lo que mas sobresale de su cuerpo es un orto enorme, siempre soñé con que fuera mío, creo que todo hombre que lo vio alguna vez soñó con romperlo.

Mientras todas estas cosas daban vueltas en mi mente, me dijo:

– Te noto algo cansado,

– Si, un poco,

– Que te pasa?, me pregunto.

– Le comente que debido a que el ascensor no funcionaba tuve que subir por la escalera. Se inclino delante mío, mostrándole a mi vista unas hermosas par de tetas, y respondió de manera maternal diciendo:

– Pobrecito!; a esta palabra la acompaño con una caricia en la cara muy suavemente, que pareció durar una eternidad. Me pregunto:

– Queres algo para tomar?

– Si, por favor.

Se incorporo y fue hasta la heladera, abrió la puerta y se agacho a agarrar la botella de jugo, dejando a mi vista su, muy bien formado, culo.

En ese momento sentí un calor que recorría, de los pies a la cabeza, todo mi cuerpo.

Ella, al darse vuelta noto que mi pija estaba al palo, ni yo, ni ella, lo podíamos creer, creí que me iba a desmayar de la vergüenza, pero de repente, note que en su cara se dibujaba una sonrisa de picara, de calentona, que hasta ese momento no conocía.

De manera muy sexy se acerco a mi y me dijo:

– Así que siempre deseaste mi culo!

Yo no entendía nada, lo único que salió de mi boca fue:

– Si!, desde el primer momento que te vi.

Ante mi respuesta, abrió sus piernas y se sentó encima mío, se saco la remera que tenia puesta y, por fin pude ver los hermosos pechos de esa mujer (ya que no tenia corpiño), después, su boca busco a la mía con desesperación, a lo que respondí abriéndola, dejando que nuestras lenguas se entrelazaran y se mezclaran las salivas, creí que tocaba el cielo con las manos.

Agarro mi mano derecha y la puso en su teta izquierda, sin pensarlo, me saque la remera, le agarre el culo con la mano que me quedaba libre y lo empecé a masajear de una manera que nunca había echo, estábamos realmente calientes.

Al mismo tiempo, ella, me bajo la bragueta y me empezó a hacer una paja fascinante.

Pasados unos instantes, le dije que se parara, debido a que tenia puesto un pantalón de jogging, fue muy fácil bajarlo, le baje la tanga y empecé a colarle dos dedos en su concha(respondió lanzando un gemido al aire que no hizo mas que calentarme), y la lamí frenéticamente (su clítoris tenia el tamaño de un maní, su vagina era gorda, parecía un alfajor de tres pisos), hasta hacerla acabar en un orgasmo que lleno toda mi boca de su néctar. Luego del éxtasis me dijo:

– Ahora vas a saber lo que es bueno!

Me empujo al sillón para sentarme, se arrodillo, agarro mi verga con las dos manos, y me daba besitos muy dulces en el glande, debe haber echo esto durante dos minutos (que para mi fueron una eternidad), para después metérsela toda en la boca, me la chupo como nunca ninguna mujer me la había chupado, ella comenzó a subir y bajar moviéndose como loca, me retorcí del placer que estaba sintiendo, sentí que iba acabar y le dije:

– Voy a acabar!!.

Ella, se la metió aun mas y acabe en la boca de aquella dama que tanto me excitaba, quiso tragarse todo mi semen, pero algunas gotas se le escapaban por los costados de la boca.

Me dijo:

– Desde que me separe de mi esposo, hace 3 años, que no cojo con nadie.

Le respondí:

– Si, ya se, pero después de que yo te parta al medio, no te van a quedar ganas de nada.

Después de unos dos minutos en esta situación, ella se paro, me agarró de la mano y me dijo que fuéramos a su habitación. Era una cama matrimonial y yo pensé dentro mío:

– Me la voy a coger en la cama donde seguramente ella y su esposo «hicieron» a mi amigo, no lo podía creer.

Me acostó en la cama y me empezó a chupar la pija, cuando se puso dura otra vez, me dijo:

– Quiero sentir, después de mucho tiempo, una verga adentro mío. Me miro fijamente y me dijo:

– » Metémela entera «.

En ese instante la dije que se acostara en la cama, le abrí las piernas y pude ver esa concha, que brillaba por el flujo, y la clave con toda la furia.

Al mismo tiempo que bombeaba le mordía los pezones, que estaban tan erectos como un mástil y le metí un dedo en el ano y luego dos.

Lanzo un gemido impresionante y tuvo un orgasmo increíble que, hizo que yo también acabara.

Saque la verga de la concha, la agarre de la cadera y la voltee, dejando a mi merced aquel orto que había deseado durante tanto tiempo.

Dándose cuenta de lo que estaba por pasar, agarró una almohada y la puso debajo de su vientre. Me rogó:

– Despacio bebe, despacio, hasta que mi culito se acostumbre.

Con una mano le abrí las nalgas y con la otra agarre mi pija y apoye la cabeza en la entrada del ano y le dije:

– Ahora vas a sentir lo que es el placer de verdad.

Fui empujando despacio, cuando había metido la mitad de la pija, dio un grito de dolor porque le abrí el esfínter anal.

Sentí como cada centímetro de mi carne se metía en aquel culo, avanzando cada ves mas, mientras veía como mordía las sabanas para no gritar. Cuando hubo entrado hasta el fondo, le dije:

– Que hermoso culo que tenés, desde que lo vi soñé con esto.

Empecé a moverme lentamente al principio, fui aumentando progresivamente el ritmo. Note como desaparecía el dolor y empezaba el placer. Me decía:

– Dame mas!!!, aaaasssssiiiii!!!, aaahhh!!! aaahhh!!! aaahhh!!!, metemela toda!!!.

Mientras se acariciaba el clítoris y gozaba cada vez mas.

Así estuve un rato largo culeándomela con fuerza.

Podía meterla hasta el fondo, sacarla entera y volverla a meter sin ningún esfuerzo.

La tenía cada vez más dura y ella tenia el orto cada vez mas grande.

Ya no aguante mas y derrame todo mi semen adentro del culo, en la espalda, por todo el cuerpo y, caí de espaldas a su lado, ella agarro mi pija con su mano y se la metió en la boca para limpiarme los últimos restos de semen que quedaban en la verga.

Después nos tomamos un descanso y seguimos garchando durante toda la noche, ya que después me dijo, que mi amigo se iba a quedar a dormir en la casa del padre.