Ok Gerardito, eso es lo que quieres, eso es lo que tendrás, vete a tu asunto que yo ya me iré de fiesta., a ver que cara pones cuando regreses y ni yo ni tu hijo estemos aquí y procedió a cubrir su cuerpo con la mas provocativa ropa intima que Gerardo le hubiera visto antes.
Fue como una descarga eléctrica, mi chocho se estremeció de verdad ‒ conchas de tu madre… perro de mierda… no lo vuelvas a hacer ‒ le dije cubriendo mi sexo con la mano, su baba cubría mi chorito y mi culito...
El exquisito sexo oral que me procuraba su diminuta boca, me tenía moviendo mi pelvis para sentir la estrechez de su garganta, su delicioso culito rosado estaba bañado con mi saliva y mi lengua se insinuaba en su interior.