Todo se prestó para mi primera infidelidad

Llegaron las vacaciones y estaba muy emocionada porque me iba a quedar sola en casa con mi marido. Una semana, absolutamente para nosotros; ya casi un mes lo llevaba imaginando: él y yo en casa solos, yo en la cocina preparando la comida, y él llegaría como cualquier marido y olería debajo de mi falda, cosa que le tengo prohibida, pero esa semana todo se valdría, y ahí me seduciría. Yo diría que no y me haría la difícil, pero como siempre terminaría cediendo. Él me tomaría por la cintura, quedaría de rodillas, y yo solita bajaría mi ropa interior para terminar haciendo su voluntad, siendo totalmente de él, y pasaríamos toda la noche haciendo el amor, y por qué no hasta en la cama de mis padres. Solo gemidos inundarían la noche. Solo de pensar en esa posibilidad me hacía mojarme y perderme en mis fantasías.

Entonces llegó lo más frustrante: mi mamá no quiso dejarme sola en casa por más que alegue que sé cuidarme sola como toda una universitaria y que Slowpoke estaría conmigo cuidando la casa y, claro, a su hembra (lo último no lo dije en voz alta). ¡No me dejó! Además, alegó que me estaba volviendo muy antisocial y casi no salía y que unos días en la casa de mi abuela me harían bien. Ya después de tantos sermones, terminé accediendo, muy, muy decepcionada y enojada.

Al otro día salimos por la mañana, y fui la última en salir, y tomé a mi marido y lo besé. Le dije, ‘Luego vuelvo, amor, cuídate. Lo siento.’ Ya más tarde pasaría un familiar para recogerlo y llevárselo a su casa para cuidar de él.

El viaje pues fue divertido vi muchas cosas pero nada más me acordaba de dejar a mi marido y me ponía de malas , llegamos a casa de la abuela y pues era igual que siempre una enorme casa asi estilo colonial muy grande en lo más alto del pueblo ahí solo vivía una tia con sus dos hijos y mi abuela un lugar enorme llegamos saludamos salude a mi primo a mi prima que es casi de la misma edad que yo solo que no le agrado mucho porque siempre habla mal de mi a mis espaldas por cómo me visto y ese dia llegue solo con un short muy apretado de mezclilla azul y una blusa pegada que dejaba ver mi ombligo que mejor manera de molestarla yo no tenía la culpa que mi mamá me hubiera heredado tan buenas caderas y cintura diminuta.

Ya desempacamos, y pues, no tenía yo mucho que hacer, ya que no podía salir con mis primos porque ellos se iban a trabajar y la casa se quedaba sola con mi tía y mi abuela, que solo contaba sus historias sin fin. Yo solo me quedaba chateando en Facebook o con lo que pudiera entretenerme en el internet, a lo que me llevé un gran susto, ya que estaba embobada en el celular cuando se escuchó un ladrido así grave, y cuando volteé para ver de dónde venía, lo tenía enfrente.

Era así, un perro enorme negro, algo así como un mastín pero con más pelo y un poco más pequeño. No sé si era una cruza u otra raza, pero sí se veía imponente. A diferencia de mi marido, que es así chaparrito y musculoso, este era enorme, a lo que mi tía gritó, «Titan!» Ven acá y el perro se fue muy mansamente y me dijo mi tía no te preocupes es muy manso no hace nada mientras yo tenía el corazón acelerado por el susto ya después se me pasó , el perro se me hizo mas tonto que lo imponente que lo vi en el instante del susto y seguí chateando.

Por la noche solo pensaba en mi marido, si estaba bien y en lo que nos perdimos, y hasta celosa me ponía porque el familiar con quien se había quedado tiene una perrita, y la idea de que él la estuviera pasando bien y yo en una casota sola como una ostra no me complacía en nada.

Al otro dia fue la misma rutina yo afuera ahí en el patio chateando ya que era el único lugar donde la señal era más o menos decente a lo cual se me acercó titan que si era muy dócil primero se dejó acariciar su piel era muy suave yo creo lo bañaban muy bien ya que a veces andaba por la casa y no olía para nada mal y pues primero era tímido luego ya se acercaba solo y luego ya traía su juguete para que lo lanzara y el fuera por el , mi tía tenía razón era muy manso.

En la noche el típico silencio del pueblo, y en el cuarto que me tocó la señal del celular era nula; ni siquiera podía ver videos o fotos porque no podía ver nada sucio, ya que con mis primos siempre querían ver lo que traía en mis archivos. Ya llevaba como 5 días sin masturbarme y como 2 semanas que mi marido no me complacía, y no podía ni hacerlo ya que mi prima y yo compartimos cuarto, ya que a pesar de que la casa era muy grande, a mí me daba mucho miedo quedarme a solas de noche por una experiencia de la niñez que me traumó en esa casa.

Al otro dia mi papá quiso llevar a mi abuela a una feria de alfarería en otro pueblo vecino a dos horas y media lo cual fue como un golpe para mi porque dicha feria ya la habíamos visitado dos años atrás solo ollas y barro y reliquias que solo a una viejecita podrían agradar, le dije a papá que pasaba que iba quedarme a ver la tele lo único bueno en esa casa era el cable lo demás estaba fuera de la vanguardia de la civilización ya después de un berrinche me quede sola mis primos fueron a trabajar y llegaban noche , mi primo pasaba a ver a su novia de la escuela y cómo es diferente allá si un chico quiere ver a su novia es visitar un pueblo diferente ya que la escuela los reúne de diferentes partes y mi prima pues yo creo a trabajar y de ahí su novio pasaba por ella e iban a un hotel la muy zorra ya que no iba estar ni mi abuela ni mi tía

Salí al patio y empecé a chatear con mis amigas. In eso llegó Titán y quería jugar, a lo cual le boté su juguete, y él iba por él y lo traía, y fue cuando lo noté. Pensé en mi marido y vi a Titán y los comparé. Titán era más grande como por unos treinta centímetros, menos musculoso, pero tenía un porte muy fino. Entonces él quiso jugar, y lo acaricié y lo abracé, y se sentía tan bien. Entonces se me empezaron a venir pensamientos extraños, como si Titán se prestara a hacerlo igual que mi marido. Una idea llevó a la otra, y pues decidí hacer una prueba. No sé si por lo aburrida que estaba o porque no me había complacido sola hace días.

No correría riesgos así que me lo lleve a la habitación y comencé a jugar con el, a lo cual el reaccionaba muy juguetón lo acariciaba y en cada caricia me acercaba más a su bulto, a lo cual no tuvo reacción desfavorable el perro era muy inocente hubiese sido mi marido ya estuviera saltándome para que me agachara, entonces metí mi mano a mi falda y metí mi dedo a mi vagina lo saque y se lo puse en su nariz y pues comenzó a lamerlo entonces se me ocurrió seducirlo al fin y al cabo yo solo llevaba una falda a cuadros tipo escolar y una blusa blanca solo fue cuestión de quitarme mis pantis volví a repetir la acción a lo cual volvió a lamer mi dedo entonces me acosté en la cama y abrí las piernas ofrecí de nuevo mi mano y lo acerque poco a poco a la fuente de donde venía la miel lo hacia muy rico Empecé a pensar en mi marido. La primera vez que me hizo mujer sentí remordimiento, pero se sentía tan rico que me calenté más. Fue entonces que me puse como perrita y empecé a caminar a gatas y a restregarme con mis caderas a él. Él solo seguía para lamer mi cosita, pero sí reaccionó al lenguaje corporal, ya que yo pues ya no era una primeriza, sino una zoofílica ya consagrada. me pregunté ¿será virgen?

En lo que pensaba eso el se subio encima de mi era super pesado se movió dos veces y se bajo me entro la duda si hacerlo con otro sería lo mismo ya que no teníamos la misma conexión se volvió a subir y era diferente sus patas eran más largas rodeaban todas mis caderas casi hasta el piso mi marido no hacia eso ya que al ser mas pequeño no alcanzaba a hacerlo y clavaba sus garras aferrándose a mi , sentía todo su cuerpo en mi espalda y su cabeza quedaba a un lado de mi cuello y podía oír su respiración agitándose mi marido solo llegaba hasta mis omoplatos pero era muy rico ya que me lamia la espadita justo ahí en medio de mis hombros me causaba así como electricidad y cuando ya me va a meter su nudo sus patas quedan flotando en el aire solo su pene sostenido por mi vagina y el agarrado a mis caderas.

Fue entonces que levanté más mi falda y me puse de la manera correcta para que me cogiera. Titán empezó a lamerme muy rico. «Mmm…» Su lengua recorría toda mi raja hasta mi ano. «¡Uff!» Se sentía muy rico…

Entonces se me montó y empezó moverse y por alguna razón le fue fácil penetrarme me acordé de nuevo de mi marido asi ansioso metiendo y sacando rápido , con titan no serian las cosas asi el me cubría toda,su rica verga se deslizó suavemente en mi, abriendo mis labios vaginales y entró hasta el fondo, la sentí delgadita pero muy rica ,asi elegantemente me estremeció su pene ya se sentía grande y en lugar de esa penetración ansiosa el lo hacia de un modo fuerte pero firme la metia y yo podía sentir como si llegara más allá de mi cérvix para sacarlo casi todo y justo cuando creía q saldría hasta la punta de nuevo entraba y yo podía sentir todo ese deslizamiento en las paredes de mi vagina yo tomaba aire y lo retenía y lo sacaba cada que el hacia dos movimientos de mete y saca entonces comenzó a moverse mas rápido y yo empecé a gemir «¡Agh, aaah!» . Sus huevos hacían un fuerte ruido al estrellarse en mi vulva. «¡Ooh, sí, ooh!» El seguía culeándome muy rico; yo soportaba sus embestidas, pero mis manos se vencieron y casi caí de nariz. Sus patas delanteras cayeron al piso y su pene, que ya se estaba haciendo de gran tamaño, se salió y quedó entre mis nalgas mojándolas. Yo me quedé pecho a tierra unos instantes; no daba crédito con ese poquito de sexo ya había tenido un orgasmo. Volteé y él se lamía su pene, que ya era enorme. Entonces supe que la técnica correcta sería recargarme en la cama… Me quité la blusa y el brasier, esperé unos segundos y de nuevo lo invité a montarme, a lo cual él, ni tarde ni perezoso, se me acercó a darme unas lamidas que me hicieron gemir de placer. «¡Uhh, uhh!» En un instante se me subió de nuevo y dije amor esta vez no te fallare hoy si voy a soportar tu verga para que me abotones, el se subio y esta vez pude sentir todo su pelo en mi espalda y lo caliente de su estómago en mis caderas de inmediato me posicione, para mi no era difícil ya calcular el ángulo de penetración yo era una mujer casada y sabía ya de estas cosas no trataba con una niña si no con una mujer muy hembra y podía soportar eso y más, pare bien mis nalgas dejando mi vagina expuesta, el me sujetó fuerte y su verga me entró de nuevo a lo cual yo mordí mis labios y empezó de nuevo el mete y saca «¡Agh, aaah!» Sentía la plenitud de su miembro adentro mío. «¡Ohh… mierda, ohh!»…

«¡Aayy, no pares!»… Está vez cómo ya era la segunda vez el ya tenía la experiencia previa.

Esa técnica me encantaba, podía sentir deslizarse cada centímetro de su virilidad en mi y fue cuando comenzó a moverlo un poco mas rápido no frenéticamente pero con una fuerza increíble, mi marido quedaba colgando pero titan tomaba cada impulso y lo convertía en fuerza solo podía oírlo jadear en mi oído cada que lo impulsaba el me levantaba del piso en cada embestida, sus embestidas me hacían sonar las nalgas como si me estuvieran nalgueando,yo estaba llorando de tan inmenso placer «¡Agh, sí!»… «¡¡ Jueputa, aahh!!»… gemía y gritaba, el me seguía perforando parecía que me quería partir por la mitad, quería meterme su verga hasta mi útero y sus movimientos me impulsaban violentamente en la cama que tallaba mis senos con el edredón, en ese momento me empecé a correr mi vagina expulsaba chorro tras chorro, mi cuerpo temblando del placer sentía que hasta el ano me palpitaba fue una sensación que nunca había sentido, Titán me seguía cogiendo con VEHEMENCIA entonces fue cuando dio el último empujón y se quedo quieto yo estaba recargada en la cama con mi cabeza de lado babeando por el placer entonces el puso su cara junto a la mía y le di un beso con mi lengua frotaba la suya Llevé mi mano a la entrada, sentí mi clítoris y sus testículos juntos y sentí una súper presión en mi interior. Esta vez no sentía escurriendo mis flujos ni los de él, solo mi sudor. Su pene era tan enorme que selló perfectamente la entrada de mi vagina. Solo adentro estaba mezclada su lubricación con la mía. Era una unión perfecta a través de nuestros sexos. Podía sentir sus eyaculaciones en mi interior; su leche se sentía caliente, y los chorros eran bastante copiosos. Sentía todo su esperma dentro de mí. Así estuvimos unos minutos hasta que levantó su pata y quedamos pegados como perros ,el me tenía bien abotonada y yo seguí gozando esa tremenda verga dentro de mi, mi vagina se había vuelto una experta en ordeñar vergas de perro, sentía un pequeño dolorcito y decidí acomodarme levante mi cadera para quedar a su altura y no lastimarlo y quedara tranquilo era tal la presión que sus latidos en su pene se sentían más intensos y fue cuando empecé a tener una serie de orgasmos al grado que pensé que me orinaría, pasaron unos quince minutos aproximadamente y se empezó a desinflamar y por fin salió su verga era enorme a pesar que ya había perdido tamaño se veía de un rojo fuerte y sus venas un poco azuladas yo la vi y dije «¡Uff!» Que vergota me metieron, y fue cuando todos esos flujos salieron mezclados con su esperma…

Yo estaba muy cansada, así que me fui a bañar y pensé en lo que había hecho. Ya dos perros habían pasado por mí. A la hora llegó mi familia; no sospecharon nada, pues limpié todo. Yo ya era experta y no hubo otra oportunidad de hacerlo. Al tercer día nos fuimos. Quedé muy adolorida pero muy, muy, muy satisfecha. Al llegar a casa aún usaba toallas femeninas y traía llenas de semen mis pantis a pesar de los baños. Llegó mi marido y fue a mi cuarto, y no sé la verdad, pero comenzó a olerme y se puso inquieto y extraño, ya que yo creo que sabía que le había sido infiel con otro macho, pero igual lo seguimos haciendo. Titán era solo un placer pasajero, pero con mi marido tenía amor.