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Mi Pony II

Por fin había llegado, lo estaba esperando, ya eran 10 días que no había venido y vaya sí que extrañaba a mi esposo, necesitaba su presencia que ponía orden a mi alma, su charla fanfarrona, sus ojos cariñosos.

Llego en taxi que había tomado en la ciudad su auto se había roto y llego como a las seis de la tarde de ese martes. El abrazo fue el saludo instantáneo, el me levanto en peso, me decía la vida del campo sí que te sienta bien cada día estas más bella, mientras nuestra bocas se buscaban, para besarse.

La charla empezó tenía que ponerle al tanto de las cosas de aquí y el tenía que contarme todos los chismes, la cena fue ligera tal vez con algo más de vino necesario. Ya era tarde teníamos que acostarnos. Y por qué negarlo había partes de mí que también necesitaban una visita un poco más comprometida. Y mientras el yacía en nuestro conyugal lecho, me empecé a desnudar poco a poco quedando solamente en bombachas, mis senos se estremecían anticipando caricias, mis pezones crecían y se endurecían.

El seguía sentado en el diván frente a la T.V. Lentamente me puse de pie frente a él de forma tal que mis pezones quedaron frente a su boca. Me los chupó de una manera magistral como solo el sabía hacerlo. Mis senos son tan sensibles cuando él juega con ellos. Entonces tomé sus manos y se las coloqué de forma tal que lo invité a quitarme mis bombachas. El me las fue bajando lentamente, sin dejar de besarme y chuparme mis pezones.

Cuando sentí mis pantaletas en mis pies me subí sobre de él abriendo mis piernas. Llevé sus manos hasta mis partes más íntimas y empezó a acariciar mi clítoris con sus dedos. Recosté a mi esposo en silencio. Me subí sobre su pecho poniendo mis nalgas frente a su cara. Abriendo mis piernas me tendí sobre de él y empecé a besar los dedos de sus pies. Su pene muy grande y duro me pegaba en mis nalgas y sus pelos me raspaban mi clítoris, después de besar sus pies subí besando sus piernas, y luego sus muslos, hasta que mi boca llegó de nuevo a su pene y a sus testículos. En este momento, mi coño peludo tocó su barbilla, hasta que logré colocarlo en su boca, con sus dedos separó mis labios vaginales y su lengua repasó con mucha delicadeza y amor mi clítoris, fue en ese preciso instante que experimenté mi primer orgasmo: temblé emocionada y emití muchos gritos ahogados de placer. Mi chochito estaba tan húmedo que chorreaba. Mis manos y mis labios apretaron el pene del hasta que gimió de placer emitiendo en mi boca grandes y fuertes chorros de ese precioso líquido blanco que me trague ahogándome de satisfacción, en esa posición nos quedamos dormitando unos minutos con la T.V. encendida, ese tenía que ser solo el preludio.

Luego de un rato decidimos que era mejor nuestra cama que estaba allí enfrente, el me levanto en sus brazos desnuda y mimosa, juguetón me arrojo en la cama muy rápidamente él se desnudó también, y se lanzó encima mío, que agradable es sentir sobre ti el peso del hombre que amas, yo lo abrace con mis piernas mientras el otra vez tomaba mis pezones en su boca, de pronto suena ese pitido agudo y raro entre sus ropas, era un maldito artilugio celular, nuevo no se lo conocía, cada vez son más pequeños esos fastidios telefónicos, el muy cortado lo abrió y dudo, supongo que entre desconectarlo o contestarlo, con voz fastidiada finalmente contesto y luego de los saludos de rigor repitió, que el conteiner se cayó, que no aparecen los papeles del seguro, que no hay un afianzador ¿? Después de un silencio largo, corto la comunicación y me lanzo una mirada de pena y dijo tengo que volver enseguida, mi amor perdóname, si no voy creo que después lo lamentare más, pero todavía podemos hacer un rápido.

Después de unos minutos estábamos otra vez sentados en mi carro, yo conducía y lo iba dejar en la ciudad, donde se despidió con pena pero con decisión subió al furgón que lo llevaría a la capital, yo me quede muy triste, me sentía tan abandonada, espere mucho tiempo mientras se levantaba el día y podía aprovechar el día para hacer algunas compras, compré lo necesario y luego bueno quise ahogar las penas en una orgía consumista, me probé vestidos, compre algunos, pase revista a todo lo que una ciudad pequeña le ofrece a persona con ganas de gastar unos pesos. Hasta que termine en una tienda de videos y rente un par, me llamo la atención los anuncios de videos porno y aprovechando que a esa hora no había mucha gente, revise varias fichas de películas, muchos nombres de películas eran muy graciosos, bueno que diablos rente cinco que me parecieron interesantes.

El día en la estancia transcurrió como siempre, por la noche luego de una buena ducha, me arrellane en mi sofá favorito a ver las películas que había rentado, tome una de las cinco y lo puse en el VCR, la película me sorprendió, era una producción muy buena y más perversa de lo que yo recordaba era la pornografía en mis tiempos de adolescente cuando por curiosidad vi algunas películas de esas, pronto estaba interesada en la trama y en lo mucho que ponían de si los actores en la película, realmente que la película, me calentó un poco y el vinito de frutas que me tomaba mientras la veía hizo el resto, la segunda película aunque yo la rente por otra, resulto ser una película brasileña de chicas que tenían relaciones con perros y por ultimo como plato fuerte una mulata bellísima y caballo mediano y manso hicieron muchas travesuras, eso me llamo la atención mucho por lo que paso hace pocos días y luego de que la película se terminó yo estaba que echaba humo, muy cachonda pensé en mi caballito, mi mente volvía una y otra vez lo que paso hace días, y de pronto pensé y si solo lo masturbo únicamente como la otra noche, fui así medio borracha al cobertizo de mi Ópalo y empecé toquetearlo el muy cariñoso como siempre me miraba con sus ojos enormes y tiernos, pero yo estaba caliente y quería jugar con el pero un juego de adultos.

Yo estaba caliente, bien caliente me saque la blusa y mi bracier, mis pezones estaban duros y sensibles y no soportaban la tela, le puse mis senos frente a su nariz caballuna, le hacía oler mis tetas, el caballito me las olía, con su acostumbrada atención pero nada más, en mi borrachera pensaba “si fueras un hombre estas tetas te volverían loco”, pero ni modo, entonces me baje y empecé a tocarlo en sus ijares, él se quedó muy quieto, yo estaba que jadeaba más por el morbo, me puse a manosearlo como antes y nada no le crecía nada su pene después de un rato apenas si le salió como 15 centímetros pero floja y muy suave, apenas dejaba de masturbarlo otra vez se le metía en su lugar cerca de esos dos cojones enormes, que me parecían tan bonitos.

Estaba con la estupidez de la borrachera y la calentura, que ponían frases torpes en mi boca, le decía al asustado pony “caballito hazme tu yegua” ” “quiero que me hagas probar tu pollaza” ” no me digas que eres impotente mi amor”, debí verme más patética, que degenerada, allí caliente como una burra con las tetas al aire y hablándole al caballito, pero mi calentura me hacía que otra vez se la masajeara con pasión hasta que de nuevo su pene salía y esta vez en mi desespero por ver ese pene que yo recordaba, se le cogí con la boca, la punta y un poco más colmaban mi boca golosa, el sabor, la textura y el calor me conmocionaron supongo que también el morbo, imagínense se la estaba chupando a un caballo, de le di una mamada tremenda, como disfrute haciéndolo el pene sabia un poco dulzón el sabor es diferente al del humano, luego supe que era porque el esperma de caballo o sea la cera que producen en sus penes es diferente al humano que tiene mucha más sal, es por eso es que cuando se la mamás el pene a un pibe, te sabe así salado rico.

Se lo seguí mamando mientras yo por encima del jeans me masturbaba sobando mi conchita circularmente hasta que llegue al orgasmo, el pene nunca se desarrolló a lo máximo como en la noche en que lo masturbe la primera vez y apenas deje de masturbarlo y mamarlo se encogió de nuevo, no eyaculo ni nada, pero yo al menos estaba complacida.

Eso fue un miércoles en la noche, el jueves estaba andando en un cuadron (una moto de cuatro llantas muy fácil de manejar) revisando unas cercas y un peón me dio alcance a caballo, para decirme que un señor de los alrededores había traído unas yeguas y quería negociar una monta o tal vez una inseminación, bueno de regreso en la casa de estancia negociamos el precio de la monta, y el estanciero nos dejó las yeguas, eran una canela grande y una negra un poco más pequeña, me llamo la atención que aunque las dos estaban en celo la negra estaba súper húmeda, se veía claramente los líquidos que choreaban de su equina vagina tenía esa parte de las ancas mojada, mande a el peón a traer unas cuerdas para llevarlas a las cuadras y mientras el paisano se iba yo con un trapo y con mucho cuidado, para no poner aún más nerviosa a la yegua, le limpie a esos fluidos de su abertura que lo más que pude, su olor era peculiar no fácil de definir, pero sin duda peculiar, Ya pensaran y están en lo cierto desde antes estaba planeando en hacer oler a mi Ópalo el trapo para ver como reaccionaria, trepe, el cuadron y fui derecho al coral del Ópalo, lo lace y lo metí al cobertizo, allí puse el trapo en sus narices y claro ya se imaginaran como reacciono se tornó nervioso enseguida y comenzó a bufar, bueno pensé ya se cómo te tendré cuando te necesite Opalito.

Esa misma noche después tomarme unas cuantas copas de un licor de frutas y de ver los dos últimos videos de los cinco que rente, me fui al cobertizo de ópalo con las más libidinosas intenciones sacando el trapo que había guardado en la cocina, con una lámpara de kerosén, Ópalo estaba echado en la paja pero se paró apenas me vio, le acaricie la crin y luego le puse el trapo en sus narices enseguida reacciono como temprano yo entonces me arrodille y le empecé a acariciar primero y luego a masturbar por que en menos de un minuto tenía el pene enorme y duro como yo lo recordaba de la primera vez, entonces si para que lo niego me moría por tenerlo en mi boca y se la mame como lo había hecho el día anterior pero esta vez era mejor porque la tenía echa una piedra, eso me puso muy excitada y las copas me pusieron audaz de pronto pensé que lo quería dentro, quería meterme ese pene aunque sea un poquito.

Me desnude allí completamente y me puse debajo de ópalo para masturbarlo con Mi cuerpo lo estaba masturbando con mis senos y mis piernas era exquisito sobarme ese pene duro, pronto me puse en cuatro debajo del caballito apenas tenía espacio porque el pony es bajo tenía que abrir mis piernas bastante para caber allí debajo, cogí su pene súper caliente, palpitante y lo sobaba contra mi vulva era deliciosamente enervante luego ya no aguante tome la punta y muy lentamente la presione contra la entrada de mi vagina y el pene entro en mi algunos centímetros, allí el caballito reacciono y movió sus caderas para adelante y se movió de una forma brusca y me ensarto creo que más de la mitad de su pene, no me dolió mucho pero me asuste y salí corriendo gateando de debajo de él, lo gracioso fue que el caballo calentón me siguió como si yo fuera su yegua, ya que yo estaba tratando de huir en cuatro llegó hasta pisarme una mano con su casco herrado y me hizo doler un tanto aunque no me hizo mayor daño.

Me pare y el dejo de seguirme. Pero yo seguía allí desnuda y cachonda, no se me ocurría como gozar de mi caballito sin hacerme daño, lo ate a un palo de su corral y con otra cuerda ate sus patas traseras también a otro travesaño y sus patas delanteras a otro travesaño delante de él, mientras le decía “lo siento Ópalo pero de Otra forma, no me das confianza”. Su pene seguía allí erecto y otra vez me puse debajo de él y ahora si me di gusto metiendo ese delicioso pene solo hasta donde yo quería, ¡uffffffff, que rico!!!!, su tamaño y consistencia eran perfectas, no demasiado grande como para hacerme daño y lo suficiente como para sentirme totalmente colmada, con la vagina repleta de carne dura y caliente, creo que toda mujer ha soñado con algún día estar así, lo malo era que yo tenía que hacer todos los movimientos, hasta que de pronto él empezó a mover sus caderas, asustándome gratamente, en ese instante sentí como un hormigueo, que subía desde mis pies, por mis piernas transformándose casi e un calambre doloroso en mi pelvis, para luego estallar en un orgasmo de esos de antología, realmente fue fuerte, me dejo viendo estrellitas, boqueando por aire y cubierta de sudor, en pocos segundos ya estaba empezando otro cuando de pronto el pony se quedó como piedra, parado, Yo estaba completamente alterada, entre jadeos le rogaba “muévete caballito hazme gozar” lo cual ahora que lo recuerdo era tan irónico porque era yo la que lo tenía completamente atado. Me di la vuelta en la paja de nuevo a masturbarlo, pero apenas acaricie un poco su pene ahora húmedo de mis fluidos y este empezó a hincharse más aun y a bombear semen a lo bestia, me estaba bañando completa en semen, ni en mis más alocados sueños eróticos me pensé ver así cubierta de semen, estaba completamente mojada y hasta se me antojo probar algo y me gusto su sabor, sabe casi igual al semen humano. Bueno luego de desatar a Ópalo, de acariciarlo agradeciendo como hizo gozar a su ama, me tape con algo que había por allí, porque ni modo ponerme mi ropa y mancharla, corrí a mi casa a bañarme, para luego dormir y soñar que era parte del cuento de My little pony, pero de una manera un tantito perversa.

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