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Con Nippur otra vez

Con Nippur otra vez

Les cuento que mi suerte no pudo ser mejor, ya que la dueña de Nippur (¿se acuerdan de mi machito?) tuvo que viajar y me dejo encargada de su casa, y por supuesto, de su perrito.

Serian siete días, mas o menos, de soledad e intimidad con mi amante, un periodo de mutua exploración y experimentación.

El viernes 1/11 a la noche partio mi amiga a su viaje, pero fui a su casa recien el sabado al mediodia.

Lo que tenia en mente desde hace un tiempo eran dos cosas, la primera probar el sabor del semen de un perro, la segunda y mas excitante para mi, sexo anal.

Ya lo he hecho con hombres y me encanta, lo siguiente era hacerlo con un perro y quien mejor que mi primer amante canino.

Eran cerca de las doce del mediodía del sábado cuando llegue, y Nippur estaba en el patio, ladro mucho cuando sintió que alguien entraba a la casa, entonces me acerque a la ventana y comencé a hablarle, a llamarlo por su nombre y se fue tranquilizando.

Decidí ponerme cómoda para la situación, empezar a cumplir mis fantasías.

Me desnude frente al espejo de la habitación, es de cuerpo entero y allí pude apreciarme.

Me gusta mi cuerpo, es firme, bien proporcionado, tengo unas buenas tetas, tamaño justo, un lindo trasero, se que algunos hombres mueren por el, pero lo que mas me gusta es mi vagina, el pelo enruladito y suave, su colorcito rosado, los labios chiquitos.

Moje un dedo y toque mis pezones… hummm! lindo, se siente una electricidad… empecé a apretarme las tetas, a masajearlas fuerte, a pellizcar mis pezones que al instante se me pusieron duros, erectos… además se ponen sensibles, como que me empiezan a doler… luego me metí una mano entre las piernas, y con un dedo empecé a jugar sobre mi clítoris, haciendo movimientos circulares, lento pero ejerciendo buena presión.

Seguí así un rato hasta que me empecé a mojar y decidí que Nippur debía entrar en acción, necesitaba sentirlo dentro mío. Me fui a la puerta del patio y lo deje entrar.

El día estaba lindo, templado y silencioso.

Entro derecho a su plato de comida, y tomo algo de agua. Lo deje hacer lo suyo y me fui a la heladera.

Algunos consejitos recibidos (gracias!) me animaron a tomar un pote de dulce de leche e intentar algo con eso.

Me acosté sobre el piso de la cocina, metí los dedos índice y mayor en el dulce, una buena cantidad unte y luego la esparcí por mi vagina, a los costados, metí mis dedos dentro, sobre mi clítoris, y parte de mi ano.

Llame a mi lindo Nippur, que con su hocico aun goteando agua se acerco y le di a probar mis dedos, lamio y así lo lleve hasta mi conchita, embadurnada, chorreante, ansiosa… necesitada! Olfateo, sentí un escalofrío, y luego la mas linda sensación su lengua áspera, ruda, lamiendo despacio primero y luego mas fuerte, recorriéndome desde el ano al clítoris, arrancando gritos de mi boca, jugos de mi concha, acercándome al orgasmo, obligándome a apretar mis tetas, a abrir mis piernas al máximo, metiéndose cada vez mas dentro mío, haciéndome girar la cabeza a uno y otro lado… nada de lo que diga o escriba sirve para describir lo bien que me lame, lo mujer que me siento con esa lengua entre mis piernas, haciéndome acabar una y otra vez, sin demandarme nada mas que seguirte lamiendo… es maravilloso.

Cuando ya su calentura le impidió seguir lamiéndome, se puso a dar vueltas por la cocina, como pidiéndome un huequito donde descargar su lechita.

Lo tranquilice con caricias y me puse debajo de el, como en un 69, pero el no me lamia, solo se dejo hacer.

Tenia su verga afuera, roja y como siempre, bien lubricada, lista para ser usada, la acerque a mi nariz, su olor me encanta.

Se la empecé a chupar suavemente, rodeándola con mis labios, pasando la lengua desde la punta hasta el bulbo, y metiéndomela todo lo que podía.

Con una mano le agarraba y manoseaba sus huevos y con la otra me masturbaba con movimientos circulares sobre mi clítoris, metiendo un dedo dentro de mi conchita de vez en cuando, que estaba empapada.

Estuvimos así un buen rato, el estaba quieto, y gemía despacito, como cuando lloran, le gustaba… y a quien no!!!! en un momento empezó a moverse y a meter su verga rápido dentro de mi boca, me estaba cogiendo la boca!!!!… Me quede quieta, con la cabeza apoyada en el suelo controlando con mi mano que no fuera tanto lo que me metía para no hacer arcadas, ya estoy re canchera!! Minutos después una cantidad de semen caliente me corrio garganta abajo, tosí un poco, y mucho cayo fuera de mi boca, sobre mi cuello, en el piso y parte de mis tetas, pero aun así logre tragar y saborear mucho de esa linda recompensa agridulce que mi machito lindo me entregaba… me quede lamiendo su verga hasta que quedo limpia. La primera parte de mis fantasías estaba cumplida.

El domingo a la tardecita aproveche para hacer realidad la segunda.

Ya habíamos cogido a la mañana y me agota tanto el hijo de puta!! Me levante un tanto calentita, no se con que habré soñado pero me sentía con ganas de coger de nuevo, y entonces recordé que había llevado una botellita de vaselina liquida, por lo que me arme de coraje, busque la botella, puse un poco sobre mis dedos y los comencé a meter en mi culo, despacito para dilatar mi esfínter.

Mi perrito dormitaba, me acerque en cuatro patas con mi culito preparado, y lo acaricie con una mano y con la otra me seguí metiendo un dedo en mi hoyito, me acerque a su verga y se la empecé a chupar hasta que cuando se le paro, se incorporo dando gemidos, de pronto me dio la vuelta, me monto y sentí su verga entre mis piernas intentando metermela, es rápido el niño para los tramites, le busco su pija entre mis piernas y la pongo en la entrada de mi hoyito, lo hice con cuidado pero no pude controlar su estocada, fue de un solo empujón que me la metió casi toda, grite, verdaderamente me dolió y casi me largo a llorar.

Nippur ni se inmuto por mis quejas, seguir bombeando con su ritmo infernal, lentamente el dolor fue dando lugar al placer, empezó a poseerme una sensación maravillosa de dulce dolor.

Mantuve dos dedos a los costados de su verga para contener el bulbo fuera, sentía la velocidad con que me cogía, era hermoso el tacto de su verga entre mis dedos… me deje llevar y cuando estaba acabando entre gritos, siento que el guacho hace fuerza para meterme su linda bolita, y presionaba fuerte por lo que cerré los dedos alrededor de su verga haciendo tope contra su bulbo, y logre contenerlo.

Confieso que me cague toda, tuve miedo, realmente es grande el bulbo y si me lo metía seguro me hacia daño, por suerte lo pude controlar y siguió cogiéndome divinamente, pero dejo su bola afuera.

Pobre mi Nippur!!!

Lo mejor fue cuando empezó a eyacular, sentía como en cada bombeada me llenaba los intestinos con su caliente semen… sentir esos chorros de leche caliente en tus intestinos… humm! es… no se, magnifico, único.

Como no tenia el bulbo metido, me chorreo por todos lados, sentía en la parte de atras de mis muslos escurriendo su lechita tibia y me enloquecí, cuando termino, se bajo sin problemas, pero loca y con tres orgasmos encima, me fui derecho a su verga y se la chupe hasta que se la deje limpita y bien flacida.

Después me tire en el piso todo enchastrado, sobre el semen aun tibio y me seguí masturbando… y Nippur se puso a lamerme un rato, después se quedo al lado mío, tendido.

Ese domingo permanece en mi memoria y sirve para inspirar mis masturbaciones ahora que no tengo a Nippur. Espero les haya gustado y servido para algo. Les mando besos a todas y gracias por escribirme.

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