Me hice exhibicionista por culpa de mi niñera
Quiero compartir con ustedes mis inicios en el sexo que fueron desde una edad muy temprana, a mi forma de ver, ya que yo solo contaba con 13 años.
Todo empezó un día en que mis padres tenían que asistir a una reunión un viernes por la noche y me dejaron encargado con la hija de los vecinos, que en esa época tendría unos 17 o 18 años y estaba todavía en colegio.
Así que llegó el día o mejor dicho la noche de conocer a mi niñera, y la verdad me quedé encantado por que ella era muy linda, de pelo largo ondulado, ojos negros no muy oscuros, una boca soñada y un cuerpo escultural. La falda del uniforme del colegio, por cierto uno solo de mujeres con muy buena fama en Quito – Ecuador, le dejaba ver una piernas torneadas y bronceadas.
Cuando ya se fueron mis padres lo primero que hizo fue sonreírme y decirme que me portara bien, luego me dijo que vayamos a ver la televisión y que ella mientras tanto iba a hacer una llamada telefónica a una amiga.
Yo muy tranquilamente comencé a cambiar de canales para encontrar algo que ver y Lorena, así se llamaba mi niñera, se puso a conversar con una amiga de ella en el teléfono, de un momento a otro me di la vuelta para verla y me di cuenta que estaba con las piernas cruzadas pero en una posición en la que me permitía verle su ropa interior, que nunca voy a olvidar, era una tanga blanca con unos pequeños y delicados encajes en los bordes, al ver esto tengo que admitir que me excité muchísimo pero era una sensación que bordeaba el miedo y la incertidumbre.
Ella seguía hablando muy animadamente en el teléfono y se percató que yo estaba atontado viendo su diminuto panty, y entonces ella soltó un gesto muy pícaro y comenzó a acariciarse las piernas mientras hacia bromas y reía con su amiga en el teléfono.
Cuando terminó de hablar me quedó viendo fijamente a los ojos y me dijo: Que tanto me mirabas lindo?, y me quedé mudo, ella se sonrió y me dijo no te pongas nervioso ven acá, y cuando yo me acerque me pregunto si había visto alguna vez a una chica sin ropa, y cuando yo le dije que no, ella me pregunto que si quería verla, y yo totalmente aturdido le dije que SI, fue entonces cuando ella se comenzó a subir la falda y se hizo hacia un lado su ropa interior, y fue el momento más sexy de mi vida ver esa tremenda hembra mostrando toda su intimidad.
Luego me pregunto: te gusta? Somos lindas las chicas no? y luego me tomo con sus dos manos por mi cuello, me besó y comenzó a bajar mi cabeza para que viera de más cerca, pero esta vez me dijo quítame el panty, y yo con toda la desesperación del caso lo hice y comencé a apreciar la hermosura de su cosita, y cuando yo pensaba que eso era todo, ella me dijo quiero que me lamas ahí y me empujó hasta hacer contacto mi boca con su cosita para ese momento ya estaba húmeda,, fue la primera vez que sentí ese delicioso aroma a hembra excitada.
No pare de lamer y chupar sus jugos hasta que ella se vino con un orgasmo interminable, yo no comprendía mucho de que se trataba la cosa, pero lo que si puedo decir es que desde ese momento soy un adicto a comerme los coñitos antes de penetrarlos.
El siguiente viernes que también me dejaron encargado con mi niñera del sexo, ella me dijo que le había gustado mucho lo que yo le había hecho el viernes pasado y quería que se lo volviera a hacer, así que nos pusimos en la misma posición ella sentada sin su ropa interior, con la falda arriba y yo arrodillado frente a ella, esta vez me enseño lo que más le gustaba y en dónde lamer exactamente.
Cuando ella acabo, me dijo: huy pobrecito de ti, necesitas atención y fue cuando por primera vez una mujer me tocaba la verga, al sentir su dulce y delicada mano me puse a mil y a los 4 o 5 minutos que estuvo masturbándome me corrí con toda la fuerza del caso, salió tanta leche de mi erecto pene, que ella quedó con el saco del colegio totalmente manchado, así que salió corriendo al baño para tratar de limpiarlo, y yo quedé totalmente agotado y con la mayor satisfacción que para ese entonces yo tenía conocimiento.
Mi niñera siguió viniendo por 5 o 6 veces más y la última vez que vino trajo a presentar a una amiga suya ya que Lorena iba a viajar fuera del país por intercambio o algo así, y no iba a poder seguir «cuidándome» así que tenía que dejar suplente.
Y en esa última vez que se quedó conmigo y su amiga, me llevó al cuarto y me dijo que quería masturbarme pero que su amiga quería ver ya que ella no le creía que me hacia eso y que además nunca había visto una verga en vivo y en directo, yo dije que encantado lo haría.
Y entre risas y jodas las dos entraron en mi habitación, Lorena se acercó a mi, me acarició por encima del pantalón, luego me lo sacó y luego bajó mi calzoncillo, así que mi verga saltó al aire ya que ya estaba recontra dura al ver esas dos muñecas fijar sus ojos en mi pene, que para entonces ya tenía muy buen tamaño, bordeaba los 19,4 cms, ya que Lorena me lo había medido.
Al comenzar a masturbarme, Lorena le dijo a mi nueva niñera: – Que te dije! – Y ella le contesto con la voz temblorosa de la excitación al ver a su amiga amasando mi miembro.
Y dijo:
– Sí me ganaste la apuesta, así que ella también se acercó y comenzó a meneármela también, entonces Lorena le dijo:
– Esa no era la forma de pagar; y entonces ella bajo su cabeza y comenzó a mamarme, fue la primera vez que sentía un placer tan sublime, al terminar, Lorena me dijo:
-Te vas a divertir mucho con tu nueva niñera y vas a poder hacer cosas que conmigo no, y fue con mi nueva niñera que perdí mi virginidad y nunca sabré como agradecerle a Lorena todo lo que hizo por mi.
Nunca más la volví a ver, aunque supe que estaba trabajando de abogada y le iba bien, nunca me animé a buscarla por vergüenza de recordar esas épocas.
Ahora entiendo la razón por la cual no puedo dejar de practicarles el sexo oral a cuanta chica con la que salgo, obviamente si tengo la oportunidad.
Y ahora entiendo porque me hice exhibicionista, al punto que me gusta masturbarme cuando se que hay una chica viéndome.
Lógicamente que finjo no darme cuenta, y no saben cuanto me enciende cuando siguen viéndome con excitación, miedo y curiosidad.
Y he tenido experiencias en las que más de una chica van y llaman amigas para que también vean el show que doy, algunas veces entre risotadas y otras simplemente con miradas de asombro.
Pienso que Lorena me creó estas dependencias un poco fuera de lo normal pero no se como agradecerle todo lo que hizo por mi cuando uno esta en una edad en que lo que más interesa es el sexo.